Mientras la Flotilla Global Sumud sigue navegando el Mar Mediterráneo rumbo a Gaza desafiando el sitio gen0cida contra el pueblo palestino publicamos el testamento de Yahya Sinwar, mártir del pueblo gazatí asesinado por el ejército de Israel. La carta fue leída en la Plaza Palestina Libre en la alameda central de la Ciudad de México.

Poco sabemos del pensamiento de los activistas palestinos. La media quiere sepultar su palabra con la bomba mediática del “terr0rismo”. El movimiento de solidaridad exige justamente acabar con el gen0cidio y demanda que Palestina sea libre. ¿Pero qué significa libertad a los activistas y guerreros que armas en mano enfrentan la bestialidad del colonialismo sionista?

Foto: Yahya Sinwar

Yahya Sinwar

Yahya Sinwar nació el 29 de octubre de 1962 en Khan Younis, un campo de refugiados palestinos situado en el extremo sur de la Franja de Gaza cuando estaba bajo dominio egipcio. Allí pasó sus primeros años. Su familia procede de Al-Majdal Asqalan (Ascalón) de donde fue expulsada durante la guerra árabe-israelí de 1948 que se desató meses después de la fundación del estado de Israel en tierras palestinas.

Yahya terminó sus estudios en la Universidad Islámica de Gaza, donde se licenció en Estudios Árabes. La policía de Israel lo arrestó en 1982, a los 19 años, por «actividades islámicas», y de nuevo en 1985. Fue activista desde los inicios de Hamás, en 1987, durante la primera Intifada (“rebelión” o “levantamiento” en árabe: اِنْتِفَاضَة‎). Arrestado de nuevo en 1989, en la cárcel, se consagró como líder de los presos. Condenado varias veces a cadena perpetua, fue puesto en libertad en 2011 con un millar de detenidos liberados por Israel, a cambio del soldado Gilad Shalit, rehén de Hamás durante cinco años.

Se convierte uno de los voceros más reconocidos de Hamás en Gaza en 2017. Participó en el ataque a Israel del 7 de octubre de 2024. Nueve días después, 16 de octubre, fue asesinado por el ejército sionista.

En su testamento, Yahya Sinwar expresa: “Mi llamado es que permanezcan fieles a la sangre de los mártires, a los que se han ido y nos han dejado este camino lleno de espinas, ellos son los que abrieron el camino de la libertad con su sangre, así que no malgasten estos sacrificios en los cálculos de los políticos y los juegos de la diplomacia.”

Aquí reproducimos el texto de su testamento.

Recreación del Guernica de Picasso por Palestina. Pieza en la Plaza Palestina libre en la Alameda central, Ciudad de México

Testamento de Yahya Sinwar

Soy Yahya, hijo de un refugiado que transformó su exilio en una patria temporal, y que convirtió un sueño en una batalla eterna.

Mientras escribo estas palabras, recuerdo cada momento de mi vida: desde mi infancia en las callejuelas, pasando por los largos años de encarcelamiento, hasta cada gota de sangre derramada en el suelo de esta tierra.

Nací en Khan Younis en 1962, en una época en la que Palestina no era más que un recuerdo destrozado y cartas olvidadas en las mesas de los políticos.

Soy un hombre cuya vida se tejió entre el fuego y las cenizas, y que comprendió desde muy joven que la vida bajo la ocupación no es más que un encierro permanente.

Muy pronto supe que la vida en esta tierra no es algo ordinario, y que cualquiera que nazca aquí debe llevar en su corazón un arma fuerte, una voluntad inquebrantable, y ser consciente de que el camino hacia la libertad es largo.

Aquí empieza mi compromiso con ustedes, a partir del niño que lanzó la primera piedra al ocupante, que aprendió que las piedras son las primeras palabras que dirigimos al mundo que calla ante nuestra herida.

Mi compromiso comienza con el niño que lanzó la primera piedra al ocupante, que aprendió que las piedras son las primeras palabras que dirigimos al mundo que calla ante nuestra herida.

En las calles de Gaza aprendí que una persona no se mide por la edad, sino por lo que da a su país. Y así fue mi vida: cárceles y batallas, dolor, pero también esperanza.

Me encarcelaron por primera vez en 1988 y me condenaron a cadena perpetua, pero no tuve miedo.

En aquellas celdas oscuras, veía en cada pared una ventana hacia el horizonte lejano, y en cada barrote una luz que iluminaba el camino hacia la libertad.

En la cárcel aprendí que la paciencia no es sólo una virtud, sino un arma… un arma amarga, como quien se bebe el mar gota a gota.

Les exhorto: Mo tengan miedo de las cárceles. Para nosotros los palestinos, es nuestro destino, parte de nuestro largo camino hacia la libertad.

La cárcel me enseñó que la libertad no es sólo un derecho robado, sino una idea nacida del dolor y perfeccionada con paciencia. Cuando salí de prisión en el marco de la Operación Wafa al-Ahrar en 2011, no salí igual, salí más maduro, con convicciones y perspectivas largamente meditadas de que aquello por lo que luchamos no es solo una lucha pasajera, sino nuestro destino, y que lo llevamos hasta en la última gota de nuestra sangre.

[En octubre de 2011, más de 1,400 prisioneros palestinos fueron liberados de las cárceles de ocupación de Israel en el intercambio de prisioneros conocido como Wafa al-Ahrar (“Fieles a la libertad”), después de que un soldado israelí fuera secuestrado y mantenido cautivo durante más de cinco años.]

La cárcel me enseñó que la libertad no es sólo un derecho robado, sino una idea nacida del dolor y perfeccionada con paciencia. Cuando salí de prisión en el marco de la Operación Wafa al-Ahrar en 2011, no salí igual, salí más maduro, con convicciones y perspectivas largamente meditadas de que aquello por lo que luchamos no es solo una lucha pasajera, sino nuestro destino, y que lo llevamos hasta en la última gota de nuestra sangre.

Mi último deseo para ustedes, queridos combatientes, es que permanezcan apegados al fusil, a la dignidad sin concesiones, apegados al sueño de la libertad hasta que se haga realidad.

El enemigo quiere que abandonemos la resistencia, que convirtamos nuestra causa en una negociación interminable.

Pero yo les pido: no negocien nada que comprometa su futuro.

Olivo símbolo Palestino. Inter Press Service

Los enemigos temen más tu firmeza que tus armas. La resistencia no es sólo el arma que llevamos, sino nuestro amor por Palestina en cada aliento que respiramos, es nuestra voluntad de sobrevivir y desafiar su violencia, su asedio y su crueldad.

Los enemigos temen más tu firmeza que tus armas. La resistencia no es sólo el arma que llevamos, sino nuestro amor por Palestina en cada aliento que respiramos, es nuestra voluntad de sobrevivir y desafiar su violencia, su asedio y su crueldad.

Mi llamado es que permanezcan fieles a la sangre de los mártires, a los que se han ido y nos han dejado este camino lleno de espinas, ellos son los que abrieron el camino de la libertad con su sangre, así que no malgasten estos sacrificios en los cálculos de los políticos y los juegos de la diplomacia.

Estamos aquí para terminar lo que empezaron los primeros, y no nos desviaremos de este camino cueste lo que cueste. Gaza ha sido y seguirá siendo la capital de la determinación, el corazón de Palestina que nunca deja de luchar, incluso si la tierra se estrecha para nosotros, incluso si parece que esta tierra nuestra nos va a enterrar.

Cuando asumí el liderazgo de Hamás en Gaza en 2017, no se trataba solo de un traspaso de poder, sino de la continuación de la lucha armada, el único camino histórico hacia la liberación nacional frente a la ocupación.

Cada día sentía el dolor de mi pueblo asediado, y sabía que cada paso que dábamos hacia la libertad tenía un precio. Pero les digo: el precio de la rendición es mucho más alto. Por eso, aférrense a la tierra como se aferran las raíces de nuestros árboles, porque ningún viento puede desarraigar a un pueblo que ha decidido vivir.

En la batalla del Diluvio de Al-Aqsa, yo no era el líder de un grupo o un movimiento, sino la voz de los palestinos que soñaban con la liberación. Mi convicción me llevó a creer que la resistencia no es sólo una opción, sino un deber. Quería que esta batalla fuera una nueva página en la epopeya de la lucha de nuestro pueblo, quería que todas las facciones palestinas se unieran en torno a los intereses de nuestro pueblo y se situaran en la misma trinchera contra el bárbaro e inhumano enemigo, que nunca distinguió entre un niño y un anciano, o entre una piedra y un árbol.

El Diluvio de Al-Aqsa fue una batalla por las almas antes que por los cuerpos, y por la voluntad antes que por las armas.

Lo que dejo no es un legado personal, sino colectivo, va dirigido a cada palestino que sueñe con la libertad, a cada madre que ha llevado en brazos a su hijo muerto, a cada padre que lloró con todo su corazón por su hijo asesinado.

Mi último legado es recordar siempre que la resistencia no es sólo una bala disparada, sino una vida vivida con honor y dignidad.

Mi último legado es recordar siempre que la resistencia no es sólo una bala disparada, sino una vida vivida con honor y dignidad.

El encarcelamiento y el asedio me han enseñado que la batalla es larga, que el camino es duro, pero también he aprendido que las personas que se niegan a rendirse hacen milagros con sus propias manos.

No esperen que el mundo les haga justicia, porque he comprobado y he sido testigo de cómo el mundo calla ante nuestro dolor. No esperen justicia; sean justos. Lleven el sueño de Palestina en sus corazones, y conviertan cada herida en un arma, y cada lágrima en una fuente de esperanza.

Esta es mi última palabra: no entreguen las armas, no olviden a sus mártires y no cedan con un sueño que es su derecho.

Nos quedamos aquí, en nuestra tierra, en nuestros corazones, en el futuro de nuestros hijos.

Te alabo Palestina, la tierra que adoré hasta la muerte, y el sueño que cargué sobre mis hombros como una montaña inquebrantable.

Te alabo Palestina, la tierra que adoré hasta la muerte, y el sueño que cargué sobre mis hombros como una montaña inquebrantable.

Si caigo, no caigan conmigo, pero lleven mi antorcha, y hagan de mi sangre un puente a través del cual la generación nacida de nuestras cenizas pueda ser más fuerte.

No olviden que la patria no es una historia que contar, sino una realidad que vivir, y que de cada mártir nacerán mil resistentes en el seno de esta tierra.

Si vuelve el Diluvio y no estoy con ustedes, sepan que fui la primera gota en las olas de la libertad, y que viví para verles continuar por el camino de la emancipación.

Para conocer un poco más de Yahya Sinwar:

“De las cárceles israelíes al liderazgo de Hamás” en el portal Descifrando la guerra

Azzam Tamimi. “Yahya Sinwar murió luchando contra Israel” en el portal Rebelión.

Abdaljawad Omar. “La última batalla de Yahya Sinwar”. Portal
Rebelión.

Versiones del testamento de Yahya Sinwar

Andalucía morisca.org
https://andaluciamorisca.org/ultima-voluntad-y-testamento-de-yahya-sinwar/


Palestina. Testamento poético y poderoso de Sinwar: “Convierta cada herida en arma”. Resumenlatinoamericano.org
https://www.resumenlatinoamericano.org/2024/10/25/palestina-testamento-poetico-y-poderoso-de-sinwar-convierta-cada-herida-en-arma/

Diario Octubre. Testamento del mártir Yahya Sinwar para el pueblo palestino.
Coordinación de Núcleos Comunistas.— Mi mandamiento es que permanezcáis fieles a la sangre de los mártires, a los que se han ido y nos han dejado este camino lleno de espinas; ellos son los que abrieron el camino de la libertad con su sangre, así que no malgastéis estos sacrificios en los cálculos de los políticos y los juegos de la diplomacia.
https://diario-octubre.com/2024/11/05/testamento-del-martir-yahya-sinwar-para-el-pueblo-palestino/

Testamento de Yahya Sinwar. Prolewiki,org
https://es.prolewiki.org/wiki/Biblioteca:Testamento_de_Yahya_Sinwar