Autonomía, un riesgo para el caciquismo en la Sierra de Flores Magón, Oaxaca
Fuente: Avispa Midia
Por Renata Bessi
Foto de portada: Renata Bessi
El 14 de diciembre de 2014 se marca un parteaguas en la comunidad de Eloxochitlán, comunidad mazateca incrustada en los bosques de la Sierra donde nacieron los hermanos Flores Magón, estado de Oaxaca, México. Este día quedó marcado por un ataque hacia la asamblea comunitaria, organizada por usos y costumbres, perpetrado por el grupo caciquil liderado por la familia Zepeda, con intereses políticos y partidistas. A partir de entonces se inició un proceso de persecución política y jurídica contra los comunitarios que dura hasta la fecha.
Avispa Mídia platicó, durante la primera misión de observación en la comunidad, con Argelia Betanzos, abogada e integrante de la colectiva Mujeres Mazatecas por la Libertad, para comprender las raíces históricas que engendran una década de persecución política y jurídica contra sus habitantes, cuyo estopín fue el ataque a la asamblea el 14 de diciembre de 2014.
Argelia comparte, en detalles, la historia de dominación caciquil en Eloxochitlán, los procesos de construcción de la autonomía comunitaria y la búsqueda de liberación de esta dominación, en la cual tiene su lugar la influencia del pensamiento libertario de Ricardo Flores Magón, un pensador anarquista reconocido internacionalmente y originario de este pueblo.
Después de importantes experiencias de autonomía que se dieron sobre todo a partir de la década de 1980 en la comunidad, a finales de los años 2000 se dio el retorno expresivo de un nuevo grupo caciquil. Sin embargo, la comunidad ya no era la misma y la resistencia comunitaria hizo frente a este grupo que buscó por la fuerza imponer su poder. “El 14 de diciembre de 2014 y los diez años subsecuentes de persecución son resultado de este proceso”, cuenta Argelia.
Además, analiza la confluencia de fuerzas de actores políticos estatales que alimentan el conflicto en Eloxochitlán por más de una década. “Hay figuras de Estado que han estado detrás de la persecución, de la desarticulación y del despojo de esta comunidad, del despojo territorial, pero también del despojo de su herencia ancestral, de la organización comunitaria y de nuestra identidad originaria”, sostiene.
Al menos 50 integrantes de la comunidad han sido perseguidos y respondido a procesos penales, 21 de ellos han sido encarcelados y, después, ganado su libertad porque las acusaciones no se sostuvieron. El 31 de marzo de 2025, de acuerdo con el informe oficial, se emitieron 200 nuevas órdenes de aprehensión en contra de 56 personas, todavía por presuntos delitos ocurridos en 2014, delitos que ya fueron estudiados siete ocasiones (a nivel federal y por el Tribunal Superior de Oaxaca) y se determinó la prescripción del delito; esto fue posible porque durante esta década también hubo defensores comunitarios presos dentro del mismo expediente 16/2016 del cual se desprendieron las recientes órdenes masivas.
Compartimos parte de una larga entrevista con la abogada e hija de perseguidos políticos – Eusebia y Jaime Betanzos -, en su casa, en Eloxochitlán de Flores Magón.
Por qué lastimar a la comunidad
Porque la comunidad había demostrado su resistencia organizada para defender su autonomía y para defender su territorio. El auge fue en 2014, [cuando se exigió que se respetara la elección de sus autoridades por usos y costumbres y fue atacada por un grupo armado]. Este proceso viene de un histórico de más de 40 años donde hombres y mujeres de esta comunidad han reflexionado y organizado alrededor de la autonomía.
Eloxochitlán fue el primer municipio en 1995 en ser reconocido por tener un sistema normativo interno y a partir de allí varios otros municipios fueron siendo reconocidos.
Pero también ese reconocimiento no fue un hecho aislado, sino que la comunidad ya había dado batalla al respecto. Antes, en los años 1980, también la comunidad dio batalla alrededor de la lucha por la libertad de credo. Esto es fundamental porque hizo que se disolvieran divisiones por credos y que la asamblea pudiera tener la capacidad de ser una sola.
También se difundió, desde la década de los años 60, vamos a decirlo así, el espíritu magonista. Aquí nació Ricardo Flores Magón y se trajo de regreso esa enseñanza, organizando cursos de verano a los estudiantes de secundaria. Así fue como se sembró la semillita de que este pueblo, además de que tenía una herencia ancestral, también podría ser un pueblo que aprendiera los ideales libertarios y que se convirtiera en un pueblo crítico hacia los gobiernos.
Entonces, la enseñanza de ser críticos junto al rescate de nuestra herencia ancestral fortaleció mucho ya los ejercicios de las décadas de 1990 y 2000 a nivel comunitario.
Liberarse del caciquismo
No fue siempre así en la comunidad [refiriéndose a la construcción del proceso de autonomía]. La comunidad, en la primera parte del siglo pasado, vivió bajo el caciquismo de los Hernández, que es una familia que llegó del estado de Puebla.
La vida política, quien tenía contacto con el gobierno del Estado no eran las personas originarias de esta comunidad. Los Hernández eran los únicos que tenían diálogo, interlocución con los gobiernos estatales. Fue así más de la mitad del siglo pasado. Lo que significa que nuestra comunidad estaba aislada de tener algún trato con el Estado.
Para nosotras eso dice muchas cosas. Por un lado, históricamente es una comunidad que no tenía la necesidad de tener relación con el Estado. Nadie de la comunidad algún día dijo, “queremos tener el derecho de hablar con el Estado”.
La comunidad en su vivencia cotidiana para sobrevivir y subsistir, comer, tener un techo y sanarse no necesitaba del Estado. Jamás las familias pensaron en que era necesario que nos relacionáramos con el gobierno del Estado. Mis bisabuelos no pensaron eso, mis tatarabuelas no pensaron eso, ni siquiera mis abuelos ni mis abuelas pensaron eso. No teníamos necesidad.
Por otro lado, la comunidad con ese régimen caciquil, sí, sufría opresión y esclavitud porque ojalá que los caciques llegaran solamente a vivir y a tener relación con el Estado, pero no.
Ellos sabían leer y escribir y entonces se presentaban con la comunidad como superiores a ella. Y tenían entonces la capacidad de amedrentarlos, aterrorizarlos, engañarlos y despojarlos.
¿Cómo los despojaban? Un ejemplo, se les antojaba alguna carne, algún producto, amenazaban a los compañeros y compañeras diciéndoles, ¿sabes que?, existe algo que se llama orden de aprehensión, es cuando cometes algo indebido contra la ley y te tienen que llevar a la cárcel. Amenazaban, ‘tienes orden de aprehensión, ¿sabías? Nosotros sabemos porque nos llevamos con la gente del gobierno y ya nos avisaron que tú cometiste un delito. No te preocupes, el problema se puede resolver, pero danos tu mejor guajolote’.
Prácticas como estas se dieron todavía en las décadas de 1960-1970. Pero anterior a esos años había un régimen de tributo. Entonces ya era un régimen en donde las familias de nuestras y nuestros compañeros rendían tributo alimentario a la familia caciquil.
Eso aquí en el pueblo; en otros pueblos como Huautla de Jiménez, esta familia caciquil se alió con matones y literalmente iban a robar. Iban a cometer robos. Hay registro de esto en libros publicados. O sea, eran unos bandidos. A parte de ser caciques, eran bandidos.
Entonces, en un momento se organizaron los pueblos vecinos para desquitarse de esta familia, entraron a nuestra comunidad y quemaron el templo de San Antonio, desquitándose también de la población. Tuve familiares directos de la línea de mi padre cuyas casitas fueron quemadas. Entonces, el desplazamiento se aumentó hacia la montaña. Eso entre el 1915 y 1930 más o menos. Estos sucesos son muy crueles porque la comunidad pagaba las consecuencias de las acciones delictivas de los caciques, por un lado, y, por otro lado, eran saqueados aquí mismo.
La imposición de los caciques es de tal magnitud que solamente una familia se atrevió a encararlos. Eso sí fue más o menos en los años 1940, se apellidaban Gallardo y las consecuencias fueron fatales. Al desquitarse los caciques, los Gallardo tuvieron que desplazarse para siempre a la Sierra Mazateca Baja y jamás han vuelto.
Después, los mismos maestros que trajeron la herencia magonista fueron frontales contra el grupo caciquil. Lograron establecer el primer internado de primaria que está aquí, el Ricardo Flores Magón, junto al río, que fue una lucha de 10 años para construir la escuela porque los caciques la mandaban a derribar.
Entonces empiezan a surgir pequeñitos grupos que, con esta fuerza, este espíritu y preparación, empezaron a confrontar el caciquismo. Hasta que la comunidad ya fue cobrando más esta noción.

A partir de la llegada de una organización cafeticultora, en la bodega de café, ahí se hacían muchos ejercicios asamblearios. Empezó la formación más política, por así decirlo, en donde la participación era de mujeres y de hombres y, a partir de ese tipo de organización alrededor de los cafeticultores – no del priismo, ni del cenecismo [Confederación Nacional Campesina], ni nada de eso -, fue como empezó también a cobrar solidez la asamblea comunitaria, en donde había la interacción, reflexión y consenso para temas públicos y políticos.
Para la comunidad es muy sencillo juntarse, reflexionar y tomar consenso porque esa es una práctica cotidiana en la vida común e íntima de todas las localidades. Eso se hace cuando va a haber siembra, cuando va a haber trabajos comunitarios en cada localidad. Los compañeros y las compañeras nos reunimos de manera muy natural, empieza la charla, se presentan los puntos y se toma un consenso.
Entonces, cuando llega esta unión cafeticultora y aglutina a la población que va participar allí, se empieza a tener una participación política muy activa y eso luego se vio reflejado en las asambleas generales de la comunidad, en donde incluso el número de asistentes aumentó abismalmente.
Cambia forma de elegir autoridad municipal
Bajo el régimen caciquil solamente participaban hombres que venían regularmente de trabajos comunitarios como los tequios y limpias de camino y los caciques, con ellos, legitimaban sus decisiones políticas, quién iba a ser el presidente municipal, quién iba a ser el presidente de padres de familia. La comunidad realmente no tenía preocupación por saber qué estaba pasando en la presidencia municipal.
La preocupación de la comunidad siempre ha sido que sus caminos estén limpios, que las veredas estén limpias, cumplir con el deber del tequio comunitario. Y poco a poco los compañeros y compañeras empezaron a preocuparse porque también llegaran algunos otros beneficios como la luz eléctrica, por ejemplo. La llegada o la petición de la luz eléctrica también provoca la organización de la comunidad. Pero entonces vuelvo al tema de la organización cafeticultora a partir de allí.
Esa presencia y reflexión política de mujeres y hombres se vio reflejada y fue trasladada al nombramiento ya de presidentes municipales. Si en las décadas de 1960-1970 participaban 50 personas en las asambleas y, con ellas, los caciques legitimaban sus decisiones; en la década de 1990 se da un giro brutal en esta situación.
La asamblea empieza a ser de 500 personas y en los años 2000 se rebasa el número de 1000 personas, 1500, o sea, en tan solo tres décadas el número pasó del clásico 50 de todo un siglo, ahora a casi 2000 personas activas. Las mujeres participando.
Se logró establecer incluso cabildos por consenso y que muchos de los cabildos atendieron necesidades comunitarias. Varios, incluso, de gente que se apellida Zepeda, porque fue nombrado por la comunidad. Estamos hablando desde los años 90s y parte de la década de 2000, la comunidad sí vivió una interacción más sana con sus representantes comunitarios a nivel municipal, aunque esta organización sufrió confrontación directa de parte del priismo regional, que algunas veces atacó la integridad física de personas defensoras de la autonomía.
Neocaciquismo
Cuando el Estado vio esta dinámica accionó intencionalmente para detenerla. Yo así lo aseguro, el Estado fue intencional para detener las dinámicas comunitarias que ya estaban incidiendo en la administración municipal. Ya no eran caciques que elegían con 50 personas y tampoco se estaban eligiendo bajo partidos políticos.
Esto es un golpe al Estado. El Estado se desquitó articulando, desde sus propias oficinas, un grupo caciquil, al que yo le digo neocaciquil, porque el anterior cacique pues prácticamente la comunidad lo desarticuló. El neocaciquismo tendría que estar conformado por personas con los mismos intereses que el Estado. Y este neocaciquismo se conforma por Manuel Zepeda que era un profesor ya jubilado para entonces, pero con una carrera extractivista.
Para el año 2010, Manuel llevaba varios años de iniciar su empresa de materiales pétreos, casi exclusivamente en el terreno de su casa. Él vive junto al río. El grupo neocaciquil es fortalecido también por el descendiente histórico de los Hernández, don Eleazar Hernández, es parte de este grupo neocaciquil.
También está la hija de Manuel Zepeda, Elisa Zepeda, que era la favorita para ser perfilada como un personaje político femenino. Además, en el grupo neocaciquil funge como pilar fundamental quien fue esposo de Elisa Zepeda, un ingeniero ambiental, David Tello. Es un hombre poblano que estudió en la Universidad del Mar en Puerto Ángel junto a Elisa, ingeniería ambiental.
David Tello, desde esos días, ya era una persona que conocía el manejo de todas las dependencias del Estado, estaba relacionado con funcionarias y funcionarios del Estado desde que llegó a la comunidad con Elisa en el año 2007. Entonces sus conexiones fueron avanzando, el propio Estado las permitió, el propio Estado le abrió las puertas para que sus relaciones se afianzaran y crecieran desde esos años.
Entonces las instituciones de Estado estaban disponibles para el grupo neocaciquil. Y este grupo empezó a actuar. La primera acción fue cuando Manuel Zepeda tomó el poder municipal de forma irregular (2011-2013). Esa fue la primera acción.
Partidos políticos
Paralelamente al crecimiento de la asamblea comunitaria y a la articulación del grupo neocaciquil, partidos políticos empiezan a entrar y a cooptar gente, sus operadores políticos dentro de la comunidad.
Por ejemplo, entró la CNC, paralelamente a la organización campesina comunitaria UCOCAM, para jalar campesinos en el tema del café, del ala priísta e intentar restar a la UCOCAM.
El PRI trabajó toda la década de 1990 desde la CNC, todos los 2000 trabajó intensamente para ganar adeptos. Luego entraron otros partiditos pequeños, pero no se les ha notado trabajo ni presencia.
No me parece a mí que tengan conciencia partidista nuestros compañeros y compañeras de la comunidad. Los operadores, sí, pero no la comunidad. No hay una conciencia partidista. No hay una base verdaderamente sólida que diga, “somos priístas y damos la cara, damos el rostro”; son siempre los operadores. Pero, de todos modos, el intento de cooptación constante de parte de los partidos políticos, sí, genera y generó costos a la comunidad, porque en las décadas que les hablo hubo opresión contra la comunidad y contra activistas de parte de diputadas y diputados priístas que lastimaron incluso con intentos de asesinato, a quienes estaban trabajando por la autonomía. Y a la fecha las dirigencias de los partidos políticos que conciben la injusticia contra Eloxochitlán tienen la regla de no hablar de ello, porque, en el fondo, están de acuerdo con todo intento de desarticulación de la autonomía.
Entonces, cuando a nivel regional el grupo neocaciquil de Zepeda se forma, lo hace desde el ala priísta, precisamente. No que abiertamente Manuel dijera, “soy priísta”, pero sí se tejió su nacimiento desde el ala priísta, la prueba testimonial es útil para afirmar esto, y por cuestión históricas también, porque era el único partido que dominaba la región. Después del priísmo cambió al perredismo y al partido Convergencia.
Cuando Manuel ganó la presidencia, los que organizaron su logística, por ejemplo, venían vestidos con una playera anaranjada, que era el color del partido Convergencia del entonces gobernador Gabino Cué.
Nos parece que la actividad partidista ha sido una preocupación del Estado para anular la actividad de la autonomía. Ha sido una confrontación real, pero más de parte de los operadores y diputados y diputadas que por parte de la comunidad. Eso sí hay que dejarlo muy claro.
No hay en la comunidad una parte que tenga arraigo por algún partido y que entonces se confronte con la otra, porque también ha sido parte del discurso que busca deslegitimarnos: “hay dos alas en la comunidad, una por la autonomía y otra por los partidos.” Yo digo, pues, ¿dónde está la gente de los partidos? Los partidos trabajan con la comunidad a veces muy forzadamente para que voten por un diputado de un color o de otro, pero les cuesta muchísimo.
Lo que sí hay es una operación política regional o estatal para querer forzosamente intervenir en esta comunidad y desarticularla. Restarle fuerza a la asamblea comunitaria para que la gente intente identificarse con algún partido político. Ese acoso estatal de la mano de los partidos políticos es también una causa de fondo de por qué subsiste la persecución contra Eloxochitlán.
¿Cómo fue el ascenso de Zepeda en 2011?
Sin decir expresamente que pertenecían a algún partido, pero sí trabajando bajo su sombra, Manuel Zepeda y su hija Elisa Zepeda Lagunas, llegaron al poder regalando cosas, cooptando el voto, era la primera vez que veíamos esa práctica en la comunidad.
Cuando la comunidad reflexionó ese ejercicio se dio cuenta que era una injuria a sus formas. Pues se burlaron de la comunidad, por eso no se le dio el bastón de mando a Zepeda el 1° de enero del 2011. Entonces vinieron las imposiciones desde las oficinas del Gobernador del Estado, la obediencia de Zepeda a las formas del Estado.
Fue un trienio [2011-2013] marcado por la represión contra la comunidad con una serie de acontecimientos desde lesiones, cateos ilegales, torturas, intentos de asesinato, fabricación de delitos. Zepeda reprimió a la comunidad, primero, porque no le dio el bastón de mando y, segundo, porque la comunidad organizó sus propios trabajos comunitarios conforme a la costumbre. Y Zepeda estaba sin gente porque la gente no estaba con él haciendo los trabajos comunitarios. La comunidad estaba haciendo sus propios trabajos desconociéndolo.
Lo que sucedió es que en lugar de que el Estado reconociera la legitimidad de la organización comunitaria y desconociera a Zepeda, el Estado respaldó al cacique. Estaba solito con sus dos regidores, nada más. El Estado le permitió a Manuel gobernar con dos regidores como si tuviera su cabildo completo. Entonces, cuando te das cuenta que un presidente sin legitimidad tiene el respaldo de ese tamaño, descubres que sí hay actores del Estado que son responsables de los delitos que se le cometieron a la comunidad, de la represión, lo fue el Gobernador Gabino Cué.
No puede ser solamente Manuel Zepeda el responsable de las torturas, de los cateos usando el Ejército, no puede ser solo él, porque ¿quién le va a dar el uso del Ejército?, ¿quién lo va a mantener en la impunidad?, ¿quién le va a dar el permiso de gobernar con solo dos regidores?
La comunidad, en el año 2012, ganó un juicio político electoral contra él. Ganó la comunidad, pero en la práctica se le permitió gobernar con solo dos elementos.
¿Cómo estaba la asamblea?
La asamblea estaba unificada, pero estaba muy lastimada. Cada trabajo comunitario que se organizó fue reprimido. Los compañeros fueron heridos con piedras, fueron correteados, en algunos eventos fueron torturados, como el padre de Miguel Peralta. En esos tres años se lastimó tanto la comunidad, pero se tuvo la capacidad de subsistir unidos. Eso es un punto clave para entender por qué en el año 2014 la estrategia de represión se recrudeció.
A pesar de todo, la asamblea comunitaria no se disolvió. ¿Cuál es la expresión más clara de que la asamblea comunitaria mantiene su unidad en medio del trienio de Zepeda? En el año 2013, el último de Zepeda, la asamblea ganó las elecciones; fue capaz de derribar un estatuto que, en el último año, Zepeda impuso a la comunidad, para organizar las elecciones. Ahí ya venían las nuevas reglas de cómo se iba a elegir la autoridad municipal. Tenía que haber planillas por colores, fechas para dar a conocer la planilla, fechas para hacer la campaña. La comunidad se entera de ese estatuto un día antes de la votación en noviembre del año 2013.
Hicimos una manifestación, el día de las elecciones, con pancartas y escribimos: “tu estatuto, Manuel, es espurio y no vamos a hacer esta asamblea de elección municipal bajo tu estatuto”. Y después entendí que ese estatuto no era local. Era de esos estatutos del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) que se impone en la mayoría de los municipios de usos y costumbres.
Y ahí vuelvo a decir, la represión contra la comunidad no es solamente de un actor local, es de un actor estatal, es de un IEEPCO que hace una simulación de estatutos para comunidades como la nuestra con contenido idéntico a la forma de los partidos políticos. Solamente le cambian el nombre.
Pero ahí, en noviembre de 2013, la comunidad ganó las elecciones y nombramos a Alfredo Bolaños Pacheco como representante por consenso.
Eso demuestra que la comunidad tenía la capacidad de resistir unida a pesar de los agravios físicos que se nos cometieran.
¿Qué hacer frente a una comunidad a la que has torturado, a la que te has metido a sus casas con el Ejército, a la que fabricas delitos?; ¿qué hacer si estos se vuelven a juntar y ganan las elecciones?, ¿qué hacer si te siguen denunciando abiertamente por ecocida?
Entonces llega el año 2014
El año 2014, fue el primer año de gobierno del compañero Alfredo Bolaños Pacheco y su cabildo indígena.
Todo el 2014 les presionaron para que compraran piedra y arena de la empresa de Zepeda. El gobierno municipal dijo: “no vamos a comprar algo que es producto del saqueo; tú ya te autocompraste en tus 3 años que gobernaste el municipio”. Ese fue un punto que encendió la ira del cacique.
Manuel se autocompraba su propia grava y su propia piedra. En noviembre de 2014, llegó un aviso de la auditoría superior del Estado, relacionado al gobierno de Manuel, para que se cubriera el último ejercicio fiscal por 20 millones y medio de pesos, más o menos. Alfredo tuvo que enviarle la notificación y faltaban pocos días, dos o tres, para que se cumpliera el límite de la auditoría superior, cuando Zepeda le toma el palacio a Alfredo Bolaños, desplazan con violencia a nuestro presidente y a los compañeros.
Y entonces es cuando nosotras encontramos, clarito, que se tejió una estrategia para provocar eventos que dieran lugar a una represión, pero ya no una represión vil y directa como la que hizo Zepeda – yo te pego, yo te golpeo, yo te reprimo, yo te torturo. A partir de los eventos de 14 de diciembre de 2014, cuando la asamblea fue ataca por un grupo armado, se empieza con una estrategia de represión limpia usando al poder judicial, la fiscalía, órdenes de aprehensión, delitos fabricados pero de alto impacto, todo “conforme a derecho”, como les gusta hablar.

En este año entonces se juntan gobierno del Estado, poder judicial, fiscalía, policías y la autoridad municipal, pero también se juntan sicarios. Es un año que se juntan todos los poderes fácticos para lastimar a nuestra comunidad.
Esta estrategia perversa, que ya lleva más de diez años, no se pudo tejer de ninguna manera solamente por un grupo caciquil local. Porque aquí en Eloxochitlán ni siquiera hay sede de la policía estatal, no hay sede de las agentes estatales de investigación. Aquí no hay juzgado, aquí no hay nada del aparato del Estado como para decir que la estrategia fue solamente local.
Esta es una estrategia de Estado, repito, encuadra dentro de los delitos de lesa humanidad porque quienes están operando y respaldando son los propios gobernadores a lo largo de una década.
¿A cuántas personas se escogieron para criminalizar? Aterrorizaron más o menos a 50 personas, pero sus primeras acusaciones se lanzaron en contra de 34 personas. Ahora son 200 nuevas órdenes de aprehensión, contra 56 personas.
Se enlistó a la representación comunitaria, se enlistó al activismo histórico por la autonomía, se enlistó a los compañeros cafeticultores organizados, se enlistó también a las representaciones de las localidades del municipio.
Para nosotras, como mujeres de la comunidad y familias, es claro que el Estado estableció e impuso una estrategia de terror con cara de limpia, porque la hizo usando el poder judicial.
Entonces cuando observamos la lista de las personas criminalizadas, pues confirmamos sin lugar a dudas que lo que aconteció el 14 de diciembre de 2014 fue perfectamente planificado.
Los gobernadores, el partido Morena al colocar a nuestra victimaria [Elisa Zepeda] en puestos de poder en el Estado les permitió precisamente provocar esta perpetuación, esa prolongación de las violaciones sistemáticas contra la comunidad a través de prisión injusta, desplazamiento injusto y forzado y a través de una serie de violaciones de derechos, derechos individuales, pero también derechos colectivos y ambientales.
¿Qué buscan actores estatales?
Resumidamente, tienen interés económico e interés político. Quieren el control político de la región porque probablemente el brote de la resistencia comunitaria de los 80s y su capacidad de rearticularse puede ser un ejemplo, muy peligroso, para las comunidades vecinas, en un contexto en el cual el Estado quiere regalar estos territorios a empresas, como ya lo hizo una vez el gobierno federal con la Sierra Mazateca Baja, inundándola, desplazando a sus habitantes y matando a miles de ellos.
Empresas como Nestlé, por ejemplo, intentan imponer sus nuevas plantitas de café que no son las más amigables con el territorio. O entonces, las expediciones de personas extranjeras en nuestras cavernas. Es una actividad totalmente ilegal, no sabemos cómo se llaman, no sabemos quiénes son, pero sí se les ha visto muchas veces. Además, nuestro territorio es muy rico, en agua en un contexto donde el estado de Oaxaca tiene serios problemas de falta de agua. Las localidades de esta comunidad llevan agua en su nombre. Sin hablar de la explotación de grava y arena en nuestro río.

También están los intereses políticos electorales. Al final del día a la 4T no le importa si eres morenista o no, le importa contar votos. Entonces, los intereses electorales del Estado son determinantes a la hora de ser permisivos o de garantizar impunidad, porque lo prioritario para ellos no va a ser la comunidad, sino garantizar el voto y garantizar que sus operadores puedan moverse libremente por los territorios originarios, no solamente en Eloxochitlán, pero en toda la Sierra.
Eso es lo que quieren, garantizar que haya un libre movimiento de sus operadores por territorios originarios para imponer sus políticas y que nadie les diga nada. Este es el trabajo que ha hecho Elisa Zepeda [hija de Manuel], que se alza en el poder del Estado a partir de la maquinación estatal del 2014, como diputada, luego como secretaria de Mujeres de Oaxaca y nuevamente diputada por Morena.
Cómo está la asamblea hoy
La asamblea comunitaria no ha realizado elección por consenso desde el año 2013, sus cabildos han sido impuestos simulando la participación comunitaria. Tampoco se ha presentado en los tribunales para denunciar el saqueo irracional que ha llevado al río Xangá Ndá Ge muy cerca de un punto de no retorno. Sin embargo, ha resistido con el Estado en su contra. Por tanto, a diez años de lucha y resistencia es legítimo exigir que el Estado admita su cobardía al imponer una lucha absolutamente desigual, y reconozca que la comunidad de Eloxochitlán de Flores Magón jamás renunciará a su herencia ancestral y a la defensa de su territorio. ¡Libertad para Eloxochitlán!


