Futuro de la Amazonia es negociado a puertas cerradas entre Biden y Bolsonaro
Por Renata Bessi
Foto de Portada: Santiago Navarro F.
El gobierno norteamericano de Joe Biden mantiene desde hace por lo menos un mes pláticas a puertas cerradas con el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, sobre cambio climático y proyectos para la Amazonía. Un acuerdo entre ambos países que será anunciado en la cumbre sobre el clima, convocada por Biden para los días 22 y 23 de abril. El presidente de los Estados Unidos, en su campaña electoral, llegó a mencionar que buscaría recaudar 20 billones de dólares para la Amazonía.
Las negociaciones a puertas cerradas han generado protestas y manifestaciones de organizaciones sociales y de los pueblos indígenas en Brasil, que han buscado establecer una comunicación directa con el gobierno de los Estados Unidos.
Un grupo de 199 organizaciones publicó una carta al gobierno americano alertando sobre los riesgos que un acuerdo de cooperación entre Estados Unidos y el gobierno de Bolsonaro puede traer para el medio ambiente y los derechos humanos en Brasil.
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Bolsonaro ha sido negacionista de la pandemia, lo que ha provocado en Brasil un aumento severo de muertes diarias por la enfermedad. Además, el mandatario brasileño ha promovido abiertamente las actividades económicas extractivas y la ganadería intensiva en la Amazonia. Sumado a ello, Bolsonaro ha difundido discursos de odio hacia pueblos indígenas, mujeres, la población negra y hacia la diversidad sexual.
Un ejemplo de la posición de Bolsonaro fue en 2019, al mantener una pasividad mientras los enormes incendios arrasaban con la Amazonia, esto provocó la deforestación en 222% en relación a 2018.
Además el gobierno brasileño ha militarizado la gestión de la Amazonía, es decir, los órganos públicos federales de gestión de la región están encabezados por militares.
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Las organizaciones civiles, que Bolsonaro definió como el cáncer de la sociedad, sostienen que “no es razonable esperar que las soluciones para la Amazonía y sus pueblos vengan de negociaciones hechas a puertas cerradas con su peor enemigo”.
La Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) también publicó una carta direccionada al gobierno de los Estados Unidos. De acuerdo con la nota, la defensa de la Amazonia es urgente y depende cada vez más de una amplia participación de la comunidad internacional, “una vez que Brasil pasa por una crisis institucional. (…) En este proceso de deterioro institucional, uno de los más afectados somos nosotros, los pueblos indígenas, protectores históricos de los bosques brasileños”.
En este contexto, APIB pide el establecimiento de un canal directo de comunicación con “el equipo [del gobierno de los Estados Unidos] responsable por implementar la Orden Ejecutiva para Combatir la Crisis Climática en Casa y en el Exterior (Executive Order on Tackling the Climate Crisis at Home and Abroad)”, política de los Estados Unidos de la cual se desprenden las negociaciones con el Bolsonaro.
La APIB lanzó una campaña internacional en las redes sociales con el objetivo de “alertar” el gobierno de los Estados Unidos. “Sr. Biden, los pueblos indígenas de Brasil saben que los Estados Unidos están haciendo un acuerdo secreto con Bolsonaro sobre el clima. Precisamos avisarte: No confíe en él. Si usted quiere ayudar a la Amazonia, platique con quien vive en ella y la mantiene”, dice una de las piezas de la campaña.
Privatización de la Amazonia
A pesar de la petición de los pueblos y organizaciones, en este momento, de diálogo directo con el gobierno de Biden, las negociaciones entre Estados Unidos y Brasil ya venían ocurriendo desde septiembre de 2019, con el gobierno de Donald Trump. Mientras se intensificaban los incendios en diversos puntos de la Amazonía brasileña, los gobiernos de los Estados Unidos y de Brasil reafirmaron promover “el desarrollo del sector privado en la Amazonía”.
En el acuerdo con Trump, se dio a conocer oficialmente desde Washington por parte del secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, y su par brasileño, Ernesto Araujo, la estrategia de cooperación que sería implementada en la Amazonía como parte del compromiso de los mandatarios de ambos países.
“Equipos brasileños y estadounidenses avanzarán en el compromiso que nuestros presidentes hicieron en marzo (2019) para un fondo de inversión de impacto de 100 millones de dólares por 11 años para la conservación de la biodiversidad amazónica”, anunció Pompeo.