Por Angel Huerta

El miércoles (3) la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) alertó sobre la detención de Marianela Solorzano y Jennifer Solorzano, ambas de la OFRANEH, acusadas de usurpación de tierra. Jennifer fue detenida por elementos de la policía el día 3 cerca de las 18h30, mientras conducía hacia el municipio de Santa Fé. Al enterarse, su hermana Marianela se presentó en el mismo día en las instalaciones de la posta policial en donde también fue detenida por supuestamente contar con orden de captura.

Marianela Solórzano es defensora de los derechos de la comunidad garífuna LGBTI y Jennifer Solórzano es defensora de los territorios ancestrales garífunas. Sus detenciones se dan en el marco de continuas agresiones y persecución en contra del pueblo garífuna, organizado en la OFRANEH.

Diversas organizaciones en Honduras e internacionales se pronunciaron por la arbitraria  detención y responsabilizaron al gobierno del presidente Juan Orlando de lo que le pueda pasar a Jennifer Solorzano y Marianela Solorzano, además se declararon en alerta, señalaron que “¡No son delincuentes, son defensoras!”. Estas detenciones se dan en el contexto de que hoy se lleva a cabo la audiencia de supervisión de cumplimiento, ante la Corte Interamericana, de las sentencias de las comunidades Punta Piedra y Triunfo de la Cruz.

El caso se relaciona con la responsabilidad internacional de Honduras ya que las comunidades no habrían contado con un título de propiedad sobre su territorio tradicional que fuese culturalmente adecuado. Además señalan la falta de una consulta previa, libre e informada respecto a la adopción de decisiones como la planificación y ejecución de proyectos y megaproyectos turísticos, la creación de un área protegida y la regulación de ventas de sus tierras comunitarias.

¡Basta ya!

La OFRANEH, representantes de familiares y garífunas crearon el Comité Garífuna de Investigación y Búsqueda de los Desaparecidos de Triunfo de la Cruz – SUNLA. El comité, que será dirigido por un consejo directivo, realizará mesas de trabajo de derechos humanos, donde participarán familiares de las víctimas, expertos en investigación criminal y abogados, involucrados en el caso de Triunfo de la Cruz.

SUNLA es una palabra garífuna que en español significa ¡basta ya!. Este espacio se crea en un contexto de violencia y graves violaciones de los derechos humanos al pueblo garífuna, donde las comunidades sufren una elevada violencia. En menos de dos años ha dejado 40 personas asesinadas, sectores desplazados forzadamente y las desapariciones de cinco jóvenes de quienes desde hace 7 meses no tienen información de las investigaciones estatales.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) forman parte de este comité. Desempeñan el papel de intermediarias entre el comité y las instituciones del gobierno, en el proceso de investigación.

El 18 de julio del 2020 treinta hombres fuertemente armados, portando distintivos de la Dirección Policial de Investigación (DPI), ingresaron a la comunidad Garífuna de Triunfo de la Cruz en el Departamento de la Atlántida, Honduras, y secuestraron a cinco personas de la comunidad, entre ellos líderes y un miembro del patronato. De acuerdo a testimonios de la comunidad, los elementos que se identificaron como agentes de la DPI tenían plenamente ubicadas a las personas, sus viviendas y las de sus familiares cercanos. A siete meses del ocurrido no ha habido avances y el gobierno se niega a entregar información sobre la investigación.

El 29 de octubre de 2003 la CIDH recibió una petición presentada por la OFRANEH contra la República de Honduras. La misma fue admitida el 14 de marzo, fue hasta el 8 de octubre de 2015 cuando la CIDH declaró la responsabilidad internacional de Honduras por la violación al derecho a la propiedad colectiva en perjuicio de la Comunidad Garífuna de Triunfo de la Cruz y sus miembros. Además, la Corte ordenó al Estado la adopción de determinadas medidas de reparación. “Después de la sentencia de la Corte, los integrantes más visibles se convirtieron en objeto de amenazas de muerte, intimidaciones, para con ello ceder en la exigencia del cumplimiento de esta”, ha denunciado la organización garífuna.