Supuesta consulta indígena justifica el despojo hídrico en Kanasín, Yucatán
Fuente: Avispa Midia
Por Rocío Heredia
En portada: Operaciones en una fábrica de la cervecera Heineken.
El 11 de junio (2025) en la conferencia ya conocida como la mañanera, Oriol Bonaclocha -director ejecutivo de la empresa Heineken- anunció la construcción de una planta cervecera en Kanasín, Yucatán, para la cuál la compañía hará una inversión de 2 mil 750 millones de dólares (mdd) del 2025 al 2028. Aseguró también que durante su edificación, esta planta “generará 300 empleos directos, 2 mil 500 indirectos y alrededor de 2 mil temporales”.
Kanasín (‘arbusto de flores rojizas’ en lengua maya) es una localidad de Yucatán, México que desde el 2007 obtuvo la categoría de ciudad, conformando la zona metropolitana de Mérida. Actualmente se encuentra bajo la gobernatura del partido Morena, con Joaquín Díaz Mena –conocido como el “Huacho”- como representante.
Consulta ficticia
Entre los detalles técnicos y económicos, hay un punto sobresaliente que Bonaclocha anunció con orgullo, “para esta inversión se realizó una consulta con los pueblos originarios de esta zona del sureste, con lo cual Heineken se convierte en la primera empresa en establecer diálogo con las comunidades”.
Pero al respecto, en Kanasín existe una versión distinta. “Desconocíamos la consulta indígena hasta que en la mañanera medios locales comunicaron que fue realizada del 10 de julio al 26 de agosto”, explica para Avispa Mídia, Haziel de la Cruz, integrante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíimbal (‘Caminamos juntos’ en lengua maya).
Haizel también considera que, la consulta, aunque en el marco del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en materia de pueblos indígenas y tribales, tiene como principios el “ser informada y culturalmente adecuada”, estos no fueron cumplidos en Kanasín. Además, ese mismo convenio y la Constitución mexicana señalan que solo el Estado mexicano puede ejecutar procesos de consultas. Así mismo, menciona que desde la comunidad han observado otras consultas, pero las visualizan como una cortina de humo para avalar el despojo. “No es una consulta, es una farsa” afirma la activista indígena.

Es importante resaltar que la comunidad no comparte la misma perspectiva que el gobierno e inversionistas sostienen sobre el desarrollo. De acuerdo con Haizel, desde la Asamblea Múuch’ Xíimbal consideran que “no se trata de un desarrollo para las comunidades, es un desarrollo para las empresas. Se habla de generación de empleos, pero sabemos muy bien que en los lugares donde se han instalado no ha habido derramas económicas, ni mejoramiento de la calidad de vida, sino que, por el contrario, son comunidades que por el día de hoy se encuentran más despojadas”.
Despojo hídrico
Por su parte, Marcelo Ebrard Casaubon -secretario de economía- detalló que Kanasín ofrece “facilidad hídrica” para los intereses de la cervecera, lo cual, resulta inoportuno frente a las localidades que al interior de la comunidad se han visto afectadas por el desabasto hídrico en sus hogares.
En el sur de Mérida, Yucatán, se encuentra la reserva ecológica Cuxtal (‘Vida’ en lengua maya), un área natural protegida con extensión de más de 10,000 hectáreas que albergan una amplia variedad de flora y fauna, incluida una extensa diversidad de aves, así como un área de Cenotes, que proporciona al rededor del 50% del agua potable en la capital.
En 2024, Heineken se promocionó como una de las empresas más eficientes a nivel global en cuanto al uso de agua, argumentando el empleo de 2.6 litros de agua por cada litro de cerveza. Sin embargo, integrantes de la Asamblea Múuch’ Xíimbal desconfían de esos datos y más allá de esa supuesta sustentabilidad, el problema es que en la región ya se han presentado sequias, por elloconsideran que la falta de agua potable en Kanasín se agudizará debido a la cervecera.

Pero lo anterior no son suposiciones infundadas. La Asamblea tiene el antecedente de la Cervecería Yucateca, planta cervecera instalada en Hunucmá, Yucatán que forma parte de grupo Modelo. Además del desabasto de agua potable que esta empresa ha generado, también saben que ha ocasionado un incremento en el alcoholismo juvenil, así como el aumento en la violencia a causa del consumo de alcohol.
“El anuncio de esa planta cervecera viene a dañar nuestro tejido familiar, social y comunitario. Porque al haber un incremento en el alcoholismo ¿qué va a haber en las casas? Violencia intrafamiliar” expone Haizel.
El racismo de los empresarios
Existe otro hecho en torno a los planes de construcción de la cervecera que ha generado indignación entre habitantes de Kanasín. La llegada de Heineken al municipio se anunció como un “renacer maya”, mensaje que en otras palabras insinúa que, tras el arribo de la empresa, la comunidad tendrá un nuevo comienzo, una situación sumamente racista y paternalista. “Nos parece una burla que sigan utilizando lo maya como un pretexto para el despojo, como un pretexto para destruir nuestra forma de vida maya” afirma la activista.

“Como comunidades mayas tenemos una relación familiar con el agua, a nosotros nos duele la contaminación, nos duele el manejo como un recurso que se le da al agua porque para nosotros el agua no es un recurso, es un familiar nuestro. En el pensamiento maya el agua es un ser que habita con nosotros el territorio. Lo que hacen con el agua es como si se lo estuvieran haciendo a un hermano” resalta Haizel, evidenciando que en la Península de Yucatán, las y los habitantes sostienen una relación de respeto con la naturaleza a partir de su concepción maya.
Continuidad de Múuch’ Xíimbal
Haizel junto a sus compañeras consideran inconcebible que el abuso a la naturaleza provenga de una mujer: “la presidenta Sheimbaum, quien dijo que va a hacer justicia a las comunidades y a las mujeres indígenas, pero la verdad es que está acabando con la forma de vida de nosotras como mujeres mayas” mencionó la joven yucateca.
La Asamblea de Defensores del Territorio Maya es una comunidad formada el 13 de enero de 2018, compuesta por hombres y mujeres de diversas comunidades de la Península de Yucatán, todas y todos con un punto en común: su preocupación ante el despojo territorial. Se han organizado para hacerle frente a megaproyectos con la pretensión de instalarse en su región. Han denunciado seis mega proyectos: granjas porcícolas, soya transgénica, el turismo verde o de alto impacto, las llamadas energías renovables (eólicas y fotovoltaicas), el Tren mal llamado Maya y el más actual: la planta cervecera de Heineken.

Exigen que la empresa Heineken transparente la información sobre el impacto ambiental que tendrá en la región, pero sobre todo en la reserva ecológica, “no tenemos esa información y se debe a que no les conviene que se difunda que los daños serán irreversibles para la Península de Yucatán” expone Haizel.
Dentro de sus actividades por la defensa territorial contra los megaproyectos, la Asamblea se mantendrá informando a la población a través del podcast “La No Radio Múuch’ Xíimbal”, desde el que transmiten las voces de habitantes de la Península yucateca: “mujeres, niños y jóvenes tienen un espacio para compartir su sueño, su mirada, su canto y su memoria” mencionan en su blog.
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