Fuente: Avispa Midia

Por Jeny Pascacio

“Nos están matando, violando, mutilando, torturando, empalando, embolsando, desapareciendo, ‘suicidando’, enterrando vivas, vendiendo, y que la Justicia no llega, que la Justicia no se ve, que la Justicia no existe”.

Lo anterior es parte de un comunicado difundido por las redes, colectivas y organizaciones que el domingo (24) salieron a las calles de diferentes entidades para alertar sobre la imparable violencia feminicida que enfrentan en las mujeres en México.

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En las protestas de Yucatán, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Ciudad de México, Veracruz, Baja California, Nuevo León, por mencionar solo algunos estados, las cartulinas y lonas mostraron nuevamente los nombres y rostros de mujeres víctimas de feminicidio y desaparición. Miles de casos que permanecen en la impunidad.

La movilización fue convocada a nivel nacional por la indignación derivada del caso de Debanhi y el hallazgo de más víctimas de feminicidio en Nuevo Léon, al norte del país. “La desolación, inseguridad y violencia va en aumento”, reclamaron las mujeres.

“El panorama es desolador”

De enero a marzo de 2022, el Sistema Nacional de Seguridad Pública tiene el registro de 229 casos de feminicidios: 78 en enero, 81 en febrero y 70 en marzo. Según la dependencia federal estos números reflejan una disminución de 34%.

La lista la encabeza el Estado de México con 39 feminicidios, Nuevo León con 21 y Veracruz 21; le siguen la Ciudad de México, Oaxaca, Chihuahua, Jalisco, Morelos, Chiapas y Tabasco. El riesgo feminicida en el Estado de México es tan grave que Amnistía Internacional mantiene una petición en su plataforma por cuatro feminicidios, “la mayoría de los asesinatos quedan impunes”, recalca.

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En cada demarcación la petición es una sola: justicia. Las mujeres solicitaron a las Fiscalías del país, así como al Poder Judicial atender la situación jurídica de las mujeres, incluso las que están privadas de su libertad injustamente.

En las pancartas demandaron que feminicidas, golpeadores, violadores, acosadores, pedófilos y hostigadores sexuales dejen de pisar las calles y se les dicte auto de formal prisión.

Nadie volvió a pronunciar su nombre 

“La Fiscalía de Chiapas no hace su trabajo”, dijo Margarita Zenteno, mamá de Paulina Gómez Zenteno, asesinada en Tuxtla Gutiérrez, al tomar el micrófono en el mítin frente a Palacio de Gobierno de Chiapas. Desde entonces, la búsqueda de justicia de Margarita se convirtió en un calvario por la falta de perspectiva de género en las Fiscalías y discriminación por parte de derechos humanos.

“Hace seis años mataron a mi hermana Yuri Lisseth Méndez Trejo, enfermera de 21 años. Necesitamos que el Estado haga su trabajo, hoy la Alerta de Género nos sigue debiendo”, dijo Itzel Molina Trejo.

El 24 de noviembre de 2016, Yuri fue hallada sin vida en el interior de una bolsa negra. Uno de los feminicidas fue detenido por la lucha incansable de la familia que acompaña todas las marchas contra la violencia hacia las mujeres que se realizan en la capital de Chiapas.

El 27 de agosto de 2021, la activista animalista Adriana Vera, fue asesinada a golpes por su pareja en Chiapa de Corzo. Compañeras activistas de Adriana señalaron que la Fiscalía General de Chiapas dio carpetazo a la investigación por posible “suicidio”.

“Nadie volvió a pronunciar su nombre. Exigimos que la recuerden porque ese tipo (el feminicida de Adriana) está con su nueva novia por ahí y ella puede ser la siguiente”.

La movilización a nivel nacional se dio a partir de los seis hallazgos en Nuevo León y la presentación del informe del Comité de la ONU Contra las Desapariciones Forzadas. El estudio dice que uno de cada cuatro desaparecidos en México es mujer.

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La media nacional de 25% de desaparición de mujeres es superada por Campeche con 67 % y más del 60 % en Chiapas, Tabasco y Yucatán; en su mayoría, casos de niñas y adolescentes de entre 10 a 19 años.