En unos días navegarán a Europa siete zapatistas – cuatro mujeres, dos hombres, unoa otroa, denominados Escuadrón 421 – con la alegre y delirante esperanza de que la semilla abrigada por siglos por los guardianes de la montaña pueda florecer en aquellas tierras.
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Hace 503 años y pocos días, un barbudo y quizás no muy aromático conquistador posó sus pies en las arenas de la Isla de Cozumel, perteneciente al señorío maya de Ekab, un 3 de mayo de 1518, tras navegar 25 días desde el puerto de Matanzas, en Cuba. Unos años antes, el 12 de octubre de 1492, el probablemente genovés Cristóbal Colón, tras dos meses y nueve días de navegación atravesando el Océano Atlántico, llegó a la isla de Guanahani en las Bahamas. Inició así lo que algunos han llamado el “encuentro de dos mundos” y que los mayas, en los Libros del Chilam Balam de Chumayel, llamaron “el inicio de los atropellos, el inicio del despojo de todo”.
Del cataclismo que acometió a los pueblos originarios de nuestro continente tras el dicho encuentro, se construyó una civilización que prometía y fructificó en riqueza de pensamiento, de creatividad, de belleza, de ciencias y artes. Pero también la idea de que había que progresar, que el Hombre (así, en masculino) se erguía superior a la naturaleza, a la que había que conquistar y subyugar y dominar para beneficio del hombre racional. Y con ello, subyugar y dominar y “educar” a aquellos otros y otras que por su naturaleza o desidia o ignorancia o pobreza o lo que sea, alejados estuvieran de ese Hombre sentado en la cúpula de la Creación.
Cinco siglos después, es difícil no preguntarse a dónde nos ha llevado esa carrera desaforada llamada progreso y modernidad. La destrucción sin precedentes de nuestro planeta que, de continuar así, todas las previsiones indican nos llevará al colapso de la vida humana y no humana. La brutalidad del feminicidio, la desaparición forzada, el despojo de todo, los cada vez más numerosos contingentes de mujeres y hombres y niños y niñas y ancianos y ancianas sin horizontes ni medios para subsistir, ya no se diga para florecer, la maquinaria de megaproyectos que arrasan todo lo que encuentran a su paso dejando destrozos por doquier, las guerras presentes y futuras, la pandemia presente que no es más que un síntoma y un aviso de lo que habrá de venir, el reino del crimen organizado y desorganizado ya no como aberración de nuestra civilización sino como el modusoperandi de un sistema que ha perdido el rumbo. El dolor que crece aunque muchas veces su raíz sea difícil de identificar por quienes lo padecemos. La muerte que mata no sólo los cuerpos, sino el pensamiento, el espíritu, el corazón, la vida misma.
Desde hace ya algunos años es eso lo que los zapatistas nos han dicho una y otra vez. Y la pregunta: ¿Es posible un cambio de rumbo? ¿Es posible sembrar semillas de vida capaces de renacer de entre los escombros de un mundo que a todas vistas está llegando a su fin? En uno de los muchos encuentros organizados por ellas y ellos en tiempos recientes, el Subcomandante Galeano nos dijo con toda sinceridad: Lo único que les puedo asegurar es que es casi imposible. Pero los que sufren la brutalidad del sistema y la resisten e intentan re-existir cueste lo que cueste “nos dicen, nos enseñan, nos abofetean que hay que aferrarse a esa millonésima cifra de probabilidad”.
Y es que sucede que, a pesar, o quizás gracias al mar tormentoso de muerte que amenaza con hacer naufragar la esperanza, y con ella la vida, hay quienes resisten, quienes crean, quienes luchan por mantener a flote las embarcaciones colectivas y conducirlas a puertos otros donde la vida pueda volver a florecer. Y quizás sea en el encuentro de esas luchas y resistencias y esperanzas que no esperan sino que navegan contra viento y marea lo que nos permita vislumbrar el camino. Reunir las cartas náuticas corazonadas y sentipensadas en la lucha por sobrevivir y así darnos cuenta que, más allá de la mera sobrevivencia, hay mundos otros por construir, y que los ventarrones de muerte de modernidad y progreso serán incapaces de derrumbar.
Es por eso que ahora, siete zapatistas avanzan rumbo a las costas que hace 503 años pisó el conquistador Juan de Grijalva para zarpar rumbo a las Europas para encontrarse con todas y todos y todoas aquellas que en aquél continente resisten la muerte y luchan con todo lo que tienen por mantener a la vida con vida.
Porque sucede que, tras la devastación que aquí ocurrió con el aquél histórico encuentro que marcó “el inicio de los atropellos, el inicio del despojo de todo”, no todo quedó enterrado. Las semillas de ese otro mundo se mantuvieron guardadas, cuidadas, protegidas por los guardianes de las montañas, esperando el momento en que habría que volver a plantarlas para que así surgiera no el mundo de antaño, sino otro mundo. No la venganza, no el retorno, sino algo muy otro.
“Que mañana al oriente naveguen la vida y la libertad en la palabra de mis huesos y sangres, mis crías. Que no mande un color. Que no mande ninguno para que ninguno obedezca y que cada quien sea lo que es con alegría. Porque la pena y el dolor vienen de quien quiere espejos y no cristales para asomarse a todos los mundos que soy. Con rabia habrá que romper 7 mil espejos hasta que el dolor se alivie. Mucha muerte habrá de doler para que, al fin, sea la vida el camino. Que el arcoíris corone entonces la casa de mis crías, la montaña que es la tierra de mis sucesores”.
Navegarán así en breve siete zapatistas – cuatro mujeres, dos hombres, unoa otroa, denominados Escuadrón 421 – con la alegre y delirante esperanza (delirante por tratarse de una millonésima cifra de probabilidad, pero también por ser una creación insurgente, creación que sueña y hace nacer lo imposible) de que la semilla abrigada por siglos por los guardianes de la montaña pueda florecer en aquellas tierras. Que las cartas náuticas del navegar zapatista en las montañas del sureste mexicano se puedan encontrar con otras cartas náuticas igualmente experanzadoras y delirantes de las luchas por la vida en el “viejo” continente.
Cartas náuticas con los cuatro puntos cardinales de la cruz maya, la cruz parlante de la experiencia zapatista. Los cuatro puntos cardinales representados por cuatro bellísimos cayucos labrados y pintados por manos zapatistas, que viajan con el Escuadrón 421 rumbo a Isla Mujeres, donde los espera el navío Montaña, y que ahora descansan en el Caracol de Roberto Barrios en la Selva Lacandona, antes de continuar su travesía rumbo a la embarcación.
La ancestralidad como pueblo originario de raíz maya.
La organización en la clandestinidad y el levantamiento armado.
La autonomía zapatista, el otro mundo posible hecho posible y en permanente construcción con el sudor y la alegría, la resistencia y la rebeldía de los pueblos zapatistas.
La infancia zapatista, las y los encargados de resguardar, proteger y reimaginar las cartas náuticas con las que se seguirá navegando el futuro.
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Palabras de despedida de la Junta de Buen Gobierno del Caracol de Morelia, a nombre de todas las Juntas de Buen Gobierno zapatistas, el domingo 25 de abril de 2021: (Descarga aquí)
Ritual de despedida del “Centro de Adiestramiento Marítimo-Terrestre Zapatista”, Caracol de Morelia: (Descarga aquí)
Zapatistas continúan con la preparación de su viaje a Europa. En diferentes caracoles zapatistas se han realizado ceremonias de despedida para l@s delegad@s que formarán parte de la delegación de indígenas chiapanec@s que partirán a Europa y a diferentes continentes.
Bordados, maquetas de barcos y cayucos han sido realizados en alusión al viaje de l@s rebeldes chiapanec@s
Entrevista realizada al historiador Ignacio Ayala en el pasado mes de febrero, a orillas del lago Panguipulli en un convulsionado territorio, que como muchos otros despierta y se organiza, pero que aún no se despoja de la vieja guardia terrateniente, el sicariato y la violencia institucional hacia su población más humilde.
Allí en la cordillera de Panguipulli mataron a Macarena Valdés, lo ocultaron y fue suicidio, asesinaron a Francisco Martínez y fue legítima defensa, asesinaron a Emilia Herrera Obrecht Bau y fue enfrentamiento. Allí asesinaron a miles de mapuche y fue pacificación, allí asesinaron a trabajadores, sindicalistas y desplazaron a miles de familias y ¿Qué fue? Fue la dictadura, esa que aún está, que aún perdura.
Por Vitrina Dystópica
«Durante el mes de febrero la sistemática persecución política que se vive en Chile derivó en dos ejecuciones que marcaron el tono de la violencia monopólica para este 2021: el malabarista callejero Francisco Martínez y la weichafe lamngen Emilia Herrera, Bau.
Ambas ejecuciones en Panguipulli, la primera a manos del sicariado estatal, Carabineros, y la segunda perpetrada por guardias privados de la elite colonial chilena. Estos asesinatos resonaron tanto por el horror con que fueron cometidos, incluso siendo viralizadas sus imágenes, como también porque rememoran el asesinato de Macarena Valdés el 2016 por sicarios de la transnacional RP GLOBAL en la misma comuna de Panquipulli. ¿Qué relaciones conectan las formas de vida, las maneras de vivir, luchar y habitar, de Macarena, Francisco y Bau? ¿Cómo se constituye la violencia monopólica, cívico-policial, legal y paralegal, en la región? ¿Cuáles son las claves de la lucha territorial en la zona que llevó al gobierno a incluso justificar las ejecuciones en la dictatorial afrenta de la “legítima defensa”?»
A las organizaciones de derechos humanos, sociales y en resistencia.
A los Pueblos Indígenas de México y el Mundo.
Durante más de dos años de la desaparición de Sergio Rivera Hernández, nosotr@s compañeros y familiares de Sergio, seguimos manifestarnos hoy en la puerta de la comison estatal de búsqueda de personas desaparecidas, señalando la incapacidad que tiene esta comisión para dar respuesta a los familiares y víctimas que sigues en la búsqueda incansable hasta encontrar a sus seres queridos.
Por lo que demandando la presentación con vida de Sergio Rivera Hernández, exigimos repuesta inmediata, así como la ubicación, localización y presentación con vida de nuestro compañeros quien fue desaparecido por defender el río y el territorio en la sierra negra y a quien el Juez corrupto Mario Ortiz Aldama permitiera que este caso quedara en la impunidad, dejando en libertad a lo responsables de la desaparición de nuestros hermano y compañero indígena náhuatl.
Por lo que pedimos a la nueva titular Ana Lucía Hill de la sectaria general de gobierno de estado de puebla, se establezca una mesa con las instancias necesarias, así como, la intervención de la comisión para el diálogo con los pueblos indígenas.
Justicia para Sergio Rivera Hernández!
Hasta encontrarlo
Movimiento Agrario Indígena Zapatista, comunidades en resistencia contra el proyecto hidroeléctrico Coyolapa-Atzalan.
Hacer #JusticiaFeministaParaBerta significa abonar, cuidar y continuar sembrando las semillas de cambio que su camino y su palabra nos heredaron. Por ello, al cumplirse 3 años de su siembra las invitamos a escuchar de nuevo su voz y a llenarse de la fuerza, la dignidad y la sabiduría que emanan de sus palabras.
La Lucha feminista de Berta Cáceres (2)
¿De dónde proviene la fuerza, la conciencia y la rebeldía feminista de Berta Cáceres? Berta nos lo cuenta…
La Lucha feminista de Berta Cáceres (3)
A lo largo de su vida, Berta enfrentó múltiples ataques por el hecho de ser una mujer defensora de los derechos humanos del pueblo y las mujeres lenca. Muchos de estos ataques presentaban componente de género y se dirigían directamente contra su ser mujer.
Consulta el Informe de la Caravana de Solidaridad y Documentación con las comunidades autónomas zapatistas de Nuevo San Gregorio y Región Moises Gandhi. aqui: https://redajmaq.espora.org/informecaravana2020
Masivo paro agrario en #Perú. Se profundiza el modelo del agronegocio en #Argentina. Comunidades de #Panamá denuncian un megaproyecto eléctrico sin consulta. Campaña internacional “Rompe la cadena, no compres explotación”. Autorganización de las nacionalidades amazónicas en #Ecuador.
Recomendado cultural de Perú sobre Coref Storni y su canción Nosotras Paramos
Para conocer la información disponible sobre Monsanto-Bayer que menciona Anabel Pomar de #Argentina, ver: http://monsantopapers.lavaca.org/
Reportes a Perú, Panamá, Ecuador y Argentina
Comunican Anabel Pomar, Karen Díaz, Ayelén Correa Ruau, Olmedo Carrasquilla, Andres Tapia, Guillermo Folguera, Rogelio Urriola y Luis Vargas.
Participan Radio La Voz de la CONFENIAE, Colectiva Chinata, Radio Temblor Internacional, Red TierraActiva, JOC América, Congreso Indígena Ngäbe Buglé
Edición y montaje: Colectiva Chinata
Imagen de portada: Afiche de campaña ROMPE LA CADENA, NO COMPRES EXPLOTACIÓN
Por: Talita Tamikuã Pataxó, Tierra Indígena Comexatibá- Prado, Extremo sur de Bahía
Nací en una cultura y tradición que tiene como misión honrar a la naturaleza, vivir de ella y para ella. Soy nieta de pajé[i], una mujer pajé, lo que hizo mi conexión con la naturaleza más fuerte aún. Mi pueblo es un pueblo que honra mucho la abundancia y cuenta que antiguamente era mucha la abundancia que la naturaleza ofrecía. Una abundancia que iba desde el mar hasta la tierra. Soy de una generación que encontró solo un poco, muy poco, de esa abundancia.
Yo recuerdo ver a mi bisabuela llorando a la orilla del jirau[ii], yo era muy pequeña, no entendía. Ella lloraba porque sentía pesar de sus nietecitos, porque vendrían tiempos difíciles. Hoy entiendo cada una de sus lágrimas. Ella lloraba nuestros alimentos que, a cada día, disminuye. Hoy, lucho por la soberanía alimentaria para mi territorio, con un pueblo sabio y fuerte que sabe la hora correcta para plantar y cosechar, que pide permiso para entrar en la naturaleza.
Sin Territorio, no hay vida
Me encuentro a la orilla de un lugar conocido como “Costa del Descubrimiento”, donde fue el primer contacto con los malditos portugueses. Cuentan nuestros ancianos que, cuando los portugueses llegaron –inmundos y enfermos-, los pueblos originarios los cuidaron y trataron sus males. Fue la medicina indígena que curo a muchos de ellos. En contrapartida, recibimos odio, ira, explotación y genocidio. En nombre de una supuesta civilización, los pueblos originarios tuvieron sus lenguas y modos de vida perseguidos. Algunos, inclusive, fueron declarados extintos, lo que es una gran mentira. Esa palabra, “civilización”, es demasiado pesada para mí. Es lo mismo que la colonización. No es por acaso que, nosotros, los indígenas desconfiamos de los colonizadores, que ya traían ese odio en su interior. El colonialismo persiste actualmente y continúa intentando exterminarnos. Por eso, yo no creo que exista diálogo y asociación con el latifundio, con el capital, con el Estado – todo eso representa la continuidad del sistema colonial.
La Radio CIDSUR es una producción del Núcleo Antipatriarcal constituido en 2018 por las mujeres, mapuche y no mapuche, que integran nuestra organización. Quienes crean este espacio, unidas por la solidaridad y la justicia social, para poner en discusión temas de género con una perspectiva intercultural.
Nuestro proyecto radial busca contribuir a la articulación de una red entre diferentes orgánicas y territorios generando espacios de información relacionada con herramientas para la defensa, acorde al complejo escenario de criminalización que se encuentra actualmente en el país para lxs manifestantes y defensores del territorio, sumado al contexto de emergencia sanitaria que nos afecta. Buscamos ser un espacio radial de carácter remoto y comunitario que pueda ser accesible en diversos territorios. Además, de potenciar en ese mismo tejido social economías solidarias a través de la promoción de productorxs locales que puedan intercambiar y/o vender entre lxs radioescucha.
PROGRAMA 4
Las cápsulas de este programa se titulan “Represión policial en la revuelta” y “Protesta y criminalizasound”, a cargo de los abogados de Cidsur: Sebastián Saavedra, Pablo Ortega y Cristopher Corvalán, quienes comentan aspectos legales, políticos y estadísticos en torno a la represión policial llevada a cabo por Carabineros de Chile y del Poder Ejecutivo en contra de la ciudadanía durante la revuelta popular, su calificación como delitos de lesa humanidad, así como la creación artística y musical derivada de la protesta. Además de abordar la represión histórica hacia el pueblo mapuche y sus defensas.
Conduce: Rayen Daza Pilquinao, abogada y Morin Ortiz Herrera, periodista.