Chiapas
El EZLN y la significación de la “Cuarta Transformación”
Por: Aníbal Feymen | Fuente: Notas sin Pauta
A principio de la década de los años sesenta del siglo XX, los movimientos revolucionarios y de liberación nacional en los llamados países del “Tercer Mundo” iba en ascenso gracias a la influencia que sobre éstos ejercía la recién triunfante Revolución Cubana–que, por cierto, hace una semana cumplió 60 años de resistencia y lucha antiimperialista– y al heroico combate que los milicianos del Partido Comunista de Indochinaofrecían al poderoso ejército imperialista norteamericano en Vietnam. Esta situación se convirtió en una realidad intolerable para la administración Kennedy que rápidamente se aprestó a crear y desarrollar un marco institucional adecuado para hacer frente a la revolución de los países subdesarrollados y dependientes.
Apenas recobrado del fracaso que le representó la frustrada invasión mercenaria a Cuba desde Bahía de Cochinos, el presidente estadounidense John F. Kennedy habló sobre la “guerra subliminal” y la imperiosa necesidad de tomar medidas contrainsurgentes,en su mensaje de mayo de 1961 dirigido al Congreso acerca de las “urgentes necesidades nacionales”. Éstas no eran otra cosa que el acuciante establecimiento de prácticas antiguerrilleras en el entrenamiento del ejército de Estados Unidos. El interés de Kennedy en la guerra de guerrillas y la contrainsurgencia –aspectos que se confundían en un tiempo en el que aún no se creaba la doctrina de Guerra de Baja Intensidad(GBI)– se centraba fundamentalmente en superar la rudimentaria doctrina antiguerrillera del Pentágono y sustituirla por una estrategia político militar capaz de sofocar una lucha revolucionaria en términos ideológicos.
Así, el 18 de enero de 1962, a través del memorándum 124 de Seguridad Nacional (NSAM-124[1]), daba inicio un amplio esfuerzo gubernamental contrainsurgente y se asignaba al recién creado Grupo Especial Contraisurgentela implementación de dicho esfuerzo. Al mando de este grupo se encontraba el general Maxwell D. Taylor, presidente de los jefes del Estado Mayor.
Amarga celebración: Los 25 años de la experiencia zapatista
Por Jérôme Baschet | Fuente: Espoir Chiapas
Fotos: Radio Pozol
Los zapatistas de Chiapas acaban de celebrar los 25 años del levantamiento del 1o de enero de 1994. Un levantamiento armado que fue un ¡Ya basta! a cinco siglos de dominación colonial sufrida por los pueblos indígenas, a décadas de la “dictadura perfecta” del Partido Revolucionario Institucional y años de políticas neoliberales que culminaron con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entrado en vigor el mismo día; también venía a desmentir el supuesto “fin de la historia” proclamado por los apologistas del capitalismo omnipotente. Un levantamiento que, a través de múltiples peripecias abrió el espacio para construir una muy singular experiencia de autonomía política, con la declaración de treinta municipios autónomos a partir de diciembre de 1994 y, con más fuerza aún, a partir de agosto de 2003, con la formación de cinco Juntas de buen gobierno. En este marco, los y las zapatistas han creado sus propias instancias de auto-gobierno y de justicia; sostienen su propio sistema de salud y de educación; revitalizan prácticas productivas basadas en la posesión colectiva de la tierra y en nuevas modalidades de trabajo colectivo para sostener materialmente la autonomía. Para ellos, la autonomía es la afirmación de sus formas de vida propias, arraigadas en la existencia comunitaria y el rechazo a las determinaciones capitalistas que las destruyen; al mismo tiempo, es la experimentación de un auto-gobierno popular que va construyéndose por fuera de las instituciones del Estado mexicano. Dicha experiencia se va dando en una escala geográfica significativa (cerca de la mitad del estado de Chiapas) y además persiste, sin dejar de transformarse, desde hace un cuarto de siglo.
Por estas razones, la autonomía zapatista es una estrella que brilla muy alto en el cielo de las esperanzas y aspiraciones de quienes no se resignan a la devastación provocada en todo el mundo por la hidra capitalista (añadiendo que se trata de una estrella que podemos tocar con la mano y el corazón, y además que es posible encontrarse son sus habitantes…). Por eso, todos los y las que hicieron el largo camino hasta el caracol[1] de La Realidad, en la Selva lacandona, para el 25 aniversario del atrevido alzamiento, se preparaban para compartir la alegría de que esta experiencia rebelde haya superado muchos obstáculos, ademas de resistir el inevitable desgaste del tiempo y seguir demostrando hasta hoy su innegable creatividad. Al respecto, basta recordar la intensa serie de iniciativas de los últimos seis años, en particular con la Escuelita zapatista, el Festival mundial de las rebeldías y las resistencias, el seminario internacional “El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista”, los encuentros del CompArte por la Humanidad, los de las ConCiencias por la Humanidad y, recientemente, el impactante festival de cine Puy ta kuxlejaltik, sin hablar de la iniciativa llevada a cabo conjuntamente con el Congreso Nacional Indígena para formar un Consejo Indígena de Gobierno a nivel nacional y presentar a “Marichuy” como candidata independiente en las pasadas elecciones presidenciales.