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¡Que viva la vida, que viva la alegría, que viva Samir!
El miércoles 20 de febrero un comando armado acabó con la vida de nuestro compañero y amigo Samir Flores Soberanes a las puertas de su casa en Amilcingo, Morelos. Samir dedicó su vida a defender el territorio y las vidas de su comunidad. Fundó —junto a muchxs otrxs— la radio comunitaria Amiltzinko 100.7, defendió la permanencia de la escuela primaria del centro de su comunidad —donde era el presidente del comité de padres y madres—, organizó una huerta comunitaria con estudiantes y dio un sinfín de talleres en su pueblo.
La velada de su cuerpo estuvo plena de recuerdos, algunas risas y muchas lágrimas por parte de su familia, vecinos y compañeros de lucha más cercanos. Las anécdotas se entretejieron entre las canciones y la compartición de los aprendizajes y momentos significativos que algunos pasaron con Samir. También, entre la discusión política y las reflexiones profundas acerca de la importancia de mantener y fortalecer la lucha: «¿Qué hay más importante que el agua?» decía un compa, «podemos incluso dejar de comer varios días pero no podemos dejar de tomar agua». «Es que esto es una guerra» apuntó alguien más. «Samir era tan chingón, muy respetable, de los más que he conocido» … «Apoyaba en muchas comisiones y a toda la gente que le pedía ayuda».
Entre ollas humeantes con litros y litros de café y frijoles, unos junto al fuego y otros en sillas, en círculos de palabra, la madrugada pasó calma y dejó ver que Samir, además de defensor, comunicador, padre, esposo y herrero, también era tejedor: tejedor de relaciones de afecto entre las personas de su comunidad y de otras comunidades que también luchan por la vida.
El regreso triunfal de Angela Davis a su ciudad natal
Por Amy Goodman y Denis Moynihan
“La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes”. Martin Luther King escribió estas palabras en su “Carta desde la cárcel de Birmingham” el 16 de abril de 1963. King fue arrestado en esa ciudad por su papel en la organización de protestas no violentas contra la segregación, en el marco de la lucha liderada allí por el reverendo Fred Shuttlesworth. En esta famosa carta, King también escribió: “Birmingham es probablemente la ciudad más segregada de Estados Unidos”.
El Ku Klux Klan realizaba atentados con bomba contra los defensores de los derechos civiles con tanta frecuencia que a la ciudad se la llamaba a menudo “Bombingham”. Cinco meses después de que King escribiera su carta abierta, una de esas bombas explotó en la Iglesia Bautista de la Calle 16 de Birmingham, causando la muerte de cuatro niñas. Hoy, al otro lado de la iglesia, sobre la misma calle, se encuentra el Instituto de Derechos Civiles de Birmingham (BCRI, por su sigla en inglés), que durante más de un cuarto de siglo ha educado e inspirado a millones de personas.
En octubre del año pasado, el instituto anunció que otorgaría su Premio de Derechos Humanos Fred L. Shuttlesworth 2018 a Angela Davis, la legendaria activista por los derechos civiles, académica y militante por la abolición de las cárceles. La Dra. Davis es oriunda de Birmingham y creció en medio de la segregación. Su vecindario sufrió tantos atentados del Klan que fue apodado “Cerro Dinamita”. Hija de activistas por los derechos civiles, se convirtió en una destacada integrante del Partido Comunista de Estados Unidos y líder del Partido Pantera Negra. Como resultado, al igual que muchos activistas en esa época (incluido Martin Luther King), fue perseguida por el FBI. Davis fue acusada de conspiración en la muerte a tiros de un juez y enfrentó tres condenas a muerte en un juicio que se convirtió en una famosa causa internacional. Finalmente fue absuelta de todos los cargos.