resistencia
Jornada Nacional de Movilización en Defensa de la Tierra y en contra de la Guerra contra el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional y los pueblos indígenas, Sierra de Santa Marta, Veracruz 12 de octubre 2020
En el marco de la Jornada Nacional de Movilización en Defensa de la Tierra y en contra de la Guerra contra el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional y los pueblos indígenas que se convocó en este día conmemorativo de la invasión europea a territorio americano y del inicio de la digna resistencia de nuestros pueblos originarios, nos hacemos presentes en esta ciudad de Coatzacoalcos una representación de las comunidades nuntaj+yi (popolucas), nahuas y mestizas campesinas de la Sierra de Santa Marta integradas en el Movimiento Regional Indígena en Defensa y Respeto por la Vida, junto con el Proceso de Articulación de la Sierra de Santa Marta, integrado al Congreso Nacional Indígena y con la Resistencia Civil contra las Altas Tarifas de Luz Zona Sierra, integrada a la Red Nacional de Resistencia Civil.
Nos movilizamos frente a estas oficinas de la Comisión Federal de Electricidad para manifestar nuestra inconformidad frente a la violación de nuestro derecho a la información, por parte de este organismo, como base indispensable para el cumplimiento de nuestro derecho a la
autodeterminación1 en nuestros territorios indígenas, con respecto a la construcción de dos subestaciones eléctricas, una en el ejido de Tatahuicapan y otra en el ejido de Soteapan, así como la instalación de nuevas líneas destinadas a conducir la energía eléctrica.
Desde el mes de Febrero del presente, cuando tuvimos conocimiento de la próxima construcción de estas obras, solicitamos a ingenieros de la CFE que nos entregaran los proyectos correspondientes antes del inicio de las obras, lo que nunca hicieron, violando de esta manera nuestro
derecho a la información y a la libre determinación, que significan respeto al consentimiento libre, previo e informado, plasmados en el Artículo 2 Constitucional, en los artículos 6, 7 y 23 del Convenio 169 de la OIT y en los artítulos 3, 4 y 19 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Por ello, exigimos la entrega de los proyectos técnicos detallados y completos de las subestaciones eléctricas y el tiempo suficiente para que los mandemos analizar con nuestros expertos en la materia para posteriormente deliberar en nuestras asambleas comunitarias y tomar acuerdos regionales antes de tener un diálogo con personal calificado de la CFE en torno a la realización de estos proyectos. Y por mientras, exigimos que cambien todos los transformadores y equipamientos viejos,
reparen las líneas de las cabeceras y de todas las comunidades, y que coloquen nuevos transformadores donde hacen falta para garantizar un servicio de energía eléctrica de calidad a todas las comunidades y evitar la saturación de las líneas. Nos han dicho que estas subestaciones eléctricas nos garantizarán buenos voltajes de luz en nuestras comunidades lo que es una necesidad muy apremiante, sin embargo, sabemos que un buen
voltaje de luz en líneas y equipamientos viejos generará mayores problemas en nuestras líneas. Por otra parte, nos preocupa cuál será el destino de esta energía eléctrica más allá del supuesto beneficio
de nuestras comunidades. Hemos tenido conocimiento del megaproyecto del Gobierno de la 4ta Transformación llamado el Corredor Interoceánico, de los parques industriales e infraestructuras eléctricas que le son asociadas, de las declaraciones del Presidente de la República de explotar los hidrocarburos en territorios indígenas aun sin el consentimiento de los pueblos, pero desde nuestras asambleas
comunitarias, seguimos diciendo que no permitiremos en nuestros territorios ni la explotación minera o de hidrocarburos, ni la generación de electricidad empresarial, ni la instalación de parques industriales y no entregaremos ni una gota de agua ni energía eléctrica para estos fines, sabiendo que significan una mega-destrucción y contaminación de nuestra madre naturaleza, el consecuente despojo de las pocas aguas que nos quedan, el exterminio de nuestras culturas, el aumento de la
violencia e inseguridad y la entrega de nuestro territorio a los grandes capitales trasnacionales, poniendo en riesgo nuestra soberanía y una contribución brutal al calentamiento global y al desastre planetario que conlleva el riesgo de la aparición y difusión de nuevas pandemias. Junto con nuestras compañeras y compañeros de Oaxaca decimos “El Istmo es Nuestro”, no de los empresarios.
Con la Red Nacional de Resistencia Civil y con el Congreso Nacional Indígena, lucharemos por la generación autónoma comunitaria y regional de energía eléctrica y por otra economía posible para el bien de las comunidades y no de las grandes empresas trasnacionales. No estamos de acuerdo con el supuesto “desarrollo y progreso” que no es más que enriquecimiento de los más ricos a costa de la destrucción de la naturaleza y explotación, mayor empobrecimiento y precariedad de las condiciones
de vida de las grandes mayorías. Seguiremos exigiendo el reconocimiento constitucional del acceso a la energía eléctrica como un derecho humano y las consecuentes tarifas justas de luz. No permitiremos la instalación de medidores digitales en nuestras comunidades.
El día de hoy, 12 de octubre de 2020, junto con nuestras compañeras y compañeros movilizadas a nivel nacional, denunciamos la guerra que está implementando el gobierno de la 4ta transformación en seguimiento de los gobiernos priistas y panistas anteriores contra los pueblos indígenas, y entre ellos los pueblos zapatistas, con la imposición de sus megaproyectos en sus territorios, como el mal llamado Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Proyecto Integral Morelos, el Aeropuerto de Santa Lucía, la explotación minera, el fracking, los parques eólicos empresariales y otros muchos más a lo largo y ancho del país. Denunciamos la reactivación de grupos paramilitares respaldados por los diferentes niveles de gobierno en Chiapas provocando el desplazamiento forzado de muchas comunidades y la muerte de muchas personas inocentes. Denunciamos la represión por parte de las diferentes fuerzas militares y policiacas en contra de los movimientos sociales y la recién creación de la policía minera para defender los intereses de las empresas mineras extranjeras y reprimir al pueblo mexicano. También denunciamos la complicidad del gobierno y su falta de voluntad para parar la violencia, los feminicidios, los asesinatos de defensores de derechos humanos qu e se han seguido multiplicando después del asesinato de nuestro gran compañero Samir Flores Soberanes el 20 de Febrero del 2019 en la comunidad náhuatl autónoma de Amilcingo, Morelos y cuyo crimen sigue impune, para encontrar las personas desaparecidas, particularmente nuestro compañero defensor comunitario Sergio Rivera, para liberar a los presos políticos, como nuestro compañero Fredy Garcia en Oaxaca.
En estos tiempos de pandemia por el COVID-19, denunciamos el mortífero sistema de salud pública y retomamos nuestro sistema de salud comunitaria herbolario y homeopático. Denunciamos la terrible desigualdad que se manifiesta más que nunca en estos tiempos de educación a distancia, aumentando la brecha en las condiciones nefastas de aprendizaje para la niñez y la juventud de las comunidades indígenas.
FINALMENTE, DECLARAMOS QUE SEGUIMOS EN PIE DE LUCHA PARA DEFENDER NUESTROS DERECHOS Y TERRITORIOS EN LA SIERRA DE SANTA MARTA Y EN
SOLIDARIDAD CON LOS DEMÁS PUEBLOS EN LUCHA EN MÉXICO Y EN EL MUNDO