Guerra
Latinoamérica ante el genocidio palestino
Por: Marcos Arana, Observatorio del Derecho a la Salud
Condenar a Israel por sus crímenes no es un acto de antisemitismo. Con su desmedida crueldad e insensibilidad por la vida de la población civil palestina, y especialmente de sus niños, Israel traiciona los fundamentos del judaismo en los que existe un mandamiento por encima de todos los demás, y que habla del poder y de la importancia de la empatía “no oprimirás a un extraño, porque conoces el corazón de un extraño: fuisteis extraños en la tierra de Egipto” (Shemot 22:20)
Con su desprecio por la vida de los palestinos, el Estado de Israel despoja al pueblo la autoridad moral y el valor simbólico que el mundo confirió a los judíos al término de la Segunda Guerra Mundial por su sacrificio y resiliencia; y cuyo testimonio debió haber sido para toda la humanidad, un recordatorio perenne de que las atrocidades que padecieron fue un crimen que jamás debió repetirse. Sin embargo, en lugar de honrar la historia de los millones de judíos europeos que fueron exterminados, el gobierno de Israel distorsiona la narrativa para justificar el despojo y matanza de palestinos. Del mismo modo, chantajea y manipula las culpas que persisten entre los dirigentes de los países que se mostraron pasivos, silenciosos o colaboradores ante la barbarie nazi. El chantaje de Israel tiene como objetivo el de conseguir respaldo de esos gobiernos para su campaña etnocida y para neutralizar los esfuerzos de las Naciones Unidas para lograr el alto al fuego.
Estados Unidos y la Unión Europea garantizan la impunidad de Israel incluso cuando éste viola reiteradamente el derecho internacional. Israel comete aahora el mismo tipo de excesos que lo mismos países que lo apoyan cometieron durante los momentos más obscuros episodios de sus historias coloniales.
Su complicidad impide el cese al fuego y avala el genocidio en Gaza y Cisjordania. La posición de estos gobiernos los llenará de vergüenza y llenará de culpas en el futuro por haber sido colaboracionistas de uno de los más grandes crímenes masivos de la historia reciente. Algún día deberán rendir cuentas por reprimir y desoir el clamor se sus ciudadanos que exigen un freno a la agresión de Israel. De este modo, los gobiernos de estos países no sólo han permitido, sino ayudado para que el Estado de Israel use abusivamente del nombre y la historia de un que fue pueblo victimado para convertirse en verdugo.
La escalada militar que lleva a cabo Israel contra Gaza es mucho más que un acto de desmedido castigo; constituye una acción premeditada y largamente planeada para que aprovecha como pretexto el ataque de Hamas para poner en marcha su solución final al problema palestino. De manera similar al “Endlösung der Judenfrage” o solución final que los genocidas nazis ejecutaron contra judíos y gitanos. En estos momentos, el gobierno de Israel instrumenta una solución final contra los palestinos; el escenario cambió, ya no es el Ghtetto de Varsovia o la Galizia Ucraniana; ahora es Gaza. No es ya la cruz gamada, sino la estrella albiazul de la bandera de Israel. La solución consiste en aniquilar a los palestinos desde la cuna y el vientre de sus madres y arrojar a los sobrevivientes al desierto de Egipto. Este es es plan, meticulosamente realizado por Israel. Biden, Macron, Sunak, Scholz y otros líderes auropeos lo avalan, y forman el círculo que protege el linchamiento.
Para llevar a cabo la “solución final”, los alemanes coordinaron y perpetraron el asesinato de los judíos de Europa. Asesinaron a los judíos por medio de la implementación de políticas que llevaron a la inanición, a las enfermedades, a actos aleatorios de terrorismo, a fusilamientos masivos y a la muerte por gaseo. La diferencia es que en el Holocausto Palestino, el fuego para el sacrificio proviene de las armas estadounidenses.
Afortunadamente, el gobierno de Israel no representa a todos los judíos ni a todos los israelíes. Decenas de miles de judíos se oponen al etnocidio, marchan y levantano su voz para exigir que Israel detenga la masacre y para decirle “ ¡No en nuestro nombre!”.
Los Judíos por la Paz, que exigen a Israel poner un alto a la masacre de palestinos nos recuerdan la digna diferencia que hubo entre los alemanes que se sumaron a romper ventanas y denunciar a los judíos y los que escondían y protegían a los perseguidos a inicios de la Segunda Guerra Mundial.
No es aceptable que los millones de personas que en todo el mundo se oponen al genocidio y despojo del pueblo palestino seamos impotentes para detener el genocidio. Podemos exigir a los gobiernos los países de América Latina a retirar a sus embajadores en Israel y romper relaciones diplomáticas. De manera valiente, el presidente Petro de Colombia ya lo anticipó. Mientras terminaba de redactar este texto, la República Pluricultural de Bolivia anunció su ruptura de relaciones diplomáticas con Israel mediante una enérgica denuncia por el genocidio de los palestinos. Ojalá otros países dela región tomen la misma decisión.
Exijamos el aislamiento y el boicot económico a Israel; demandemos que Netanyahu y Yoav Galant, el ministro de defensa de Israel sean formalmente acusados como los criminales de guerra que son; solicitar que se expidan ordenes de arresto internacional en su contra, que no puedan viajar, que sean aislados, señalados, acusados, que no queden impunes.
Y junto con los otros promotores de la guerra, quienes se han lanzado en una guerra de exterminio contra el pueblo palestino, son también culpables distraer al mundo entero de la urgente tarea de luchar contra un cataclismo climático mundial. Sus maquinarias de guerra aceleran vertiginosamente su intensidad. Sus maquinarias de guerra también nos asesinan.
Octubre 29,2023.
observatoriosalud@gmail.com.
Foto de portada: EPA
EZLN: De siembras y cosechas
Fuente: Enlace Zapatista
EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
Octubre del 2023.
Hace casi 15 años, en nuestra palabra se advirtió la pesadilla. Fue en un semillero y fue por la voz del finado SupMarcos que hablamos. Va:
De siembras y cosechas
(enero de 2009)
Tal vez lo que voy a decir no venga al caso de lo que es el tema central de esta mesa, o tal vez sí.
Hace dos días, el mismo en el que nuestra palabra se refirió a la violencia, la inefable Condoleezza Rice, funcionaria del gobierno norteamericano, declaró que lo que estaba pasando en Gaza era culpa de los palestinos, por su naturaleza violenta.
Los ríos subterráneos que recorren el mundo pueden cambiar de geografía, pero entonan el mismo canto.
Y el que ahora escuchamos es de guerra y de pena.
No muy lejos de aquí, en un lugar llamado Gaza, en Palestina, en Medio Oriente, aquí al lado, un ejército fuertemente armado y entrenado, el del gobierno de Israel, continúa su avance de muerte y destrucción.
Los pasos que ha seguido son, hasta ahora, los de una guerra militar clásica de conquista: primero un bombardeo intenso y masivo para destruir puntos militares “neurálgicos” (así les dicen los manuales militares) y para “ablandar” las fortificaciones de resistencia; después el férreo control sobre la información: todo lo que se escuche y vea “en el mundo exterior”, es decir, externo al teatro de operaciones, debe ser seleccionado con criterios militares; ahora fuego intenso de artillería sobre la infantería enemiga para proteger el avance de las tropas a nuevas posiciones; después será el cerco y sitio para debilitar a la guarnición enemiga; después el asalto que conquiste la posición aniquilando al enemigo, después la “limpieza” de los probables “nidos de resistencia”.
El manual militar de guerra moderna, con algunas variaciones y agregados, está siendo seguido paso a paso por las fuerzas militares invasoras.
Nosotros no sabemos mucho de esto y, es seguro, hay especialistas sobre el llamado “conflicto en Medio Oriente”, pero desde este rincón algo tenemos que decir:
Según las fotos de las agencias noticiosas, los puntos “neurálgicos” destruidos por la aviación del gobierno de Israel son casas habitación, chozas, edificios civiles.
No hemos visto ningún bunker, ni cuartel o aeropuerto militar, o batería de cañones, entre lo destruido. Entonces nosotros, disculpen nuestra ignorancia, pensamos que o los artilleros de los aviones tienen mala puntería o en Gaza no existen tales puntos militares “neurálgicos”.
No tenemos el honor de conocer Palestina, pero nosotros suponemos que en esas casas, chozas y edificios habitaba gente, hombres, mujeres, niños y ancianos, y no soldados.
Tampoco hemos visto fortificaciones de resistencia, sólo escombros.
Hemos visto, sí, el hasta ahora vano esfuerzo de cerco informativo y a los distintos gobiernos del mundo dudando entre hacerse patos o aplaudir la invasión, y una ONU, ya inútil desde hace tiempo, sacando tibios boletines de prensa.
Pero esperen. Se nos ha ocurrido ahora que tal vez para el gobierno de Israel esos hombres, mujeres, niños y ancianos son soldados enemigos y, como tales, las chozas, casas y edificios donde habitan son cuarteles que hay que destruir.
Entonces seguramente los fuegos de artillería que esta madrugada caían sobre Gaza eran para proteger de esos hombres, mujeres, niños y ancianos, el avance de la infantería del ejército de Israel.
Y la guarnición enemiga a la que quieren debilitar con el cerco y sitio que se está tendiendo en torno a Gaza no es otra cosa que la población palestina que ahí vive. Y que el asalto buscará aniquilar a esa población. Y que cualquier hombre, mujer, niño o anciano que logre escapar, escondiéndose, del asalto previsiblemente sangriento, será luego “cazado” para que la limpieza se complete y el jefe militar al mando de la operación pueda reportar a sus superiores “hemos completado la misión”.
Disculpen de nuevo nuestra ignorancia, tal vez lo que estamos diciendo no venga, en efecto, al caso, o cosa, según. Y que en lugar de estar repudiando y condenando el crimen en curso, como indígenas y como guerreros que somos, deberíamos estar discutiendo y tomando posición en la discusión sobre si “sionismo” o “antisemitismo”, o que en el principio fueron las bombas de Hamás.
Tal vez nuestro pensamiento es muy sencillo, y nos faltan los matices y acotaciones tan necesarios siempre en los análisis, pero, para nosotras, nosotros, zapatistas, en Gaza hay un ejército profesional asesinando a una población indefensa.
¿Quién que es abajo y a la izquierda puede permanecer callado?
-*-
¿Sirve decir algo? ¿Detienen alguna bomba nuestros gritos? Nuestra palabra, ¿salva la vida de algún niño palestino?
Nosotros pensamos que sí sirve, que tal vez no detengamos una bomba ni nuestra palabra se convierta en un escudo blindado que evite que esa bala calibre 5.56 mm o 9 mm, con las letras “IMI” (“Industria Militar Israelí”) grabadas en la base del cartucho, llegue al pecho de una niña o un niño, porque tal vez nuestra palabra logre unirse a otras en México y el mundo y tal vez primero se convierta en murmullo, luego en voz alta, y después en un grito que escuchen en Gaza.
No sabemos ustedes, pero nosotros y nosotras, zapatistas del EZLN, sabemos lo importante que es, en medio de la destrucción y la muerte, escuchar unas palabras de aliento.
No sé cómo explicarlo, pero resulta que sí, que las palabras desde lejos tal vez no alcanzan a detener una bomba, pero son como si se abriera una grieta en la negra habitación de la muerte y una lucecita se colara.
Por lo demás, pasará lo que de por sí va a pasar. El gobierno de Israel declarará que le propinó un severo golpe al terrorismo, le ocultará a su pueblo la magnitud de la masacre, los grandes productores de armamento habrán obtenido un respiro económico para afrontar la crisis y “la opinión pública mundial”, ese ente maleable y siempre a modo, volteará a mirar a otro lado.
Pero no sólo. También va a pasar que el pueblo Palestino va a resistir y a sobrevivir y a seguir luchando, y a seguir teniendo la simpatía de abajo por su causa.
Y, tal vez, un niño o una niña de Gaza sobrevivan también. Tal vez crezcan y, con ellos, el coraje, la indignación, la rabia. Tal vez se hagan soldados o milicianos de alguno de los grupos que luchan en Palestina. Tal vez se enfrente combatiendo a Israel. Tal vez lo haga disparando un fusil. Tal vez inmolándose con un cinturón de cartuchos de dinamita alrededor de su cintura.
Y entonces, allá arriba, escribirán sobre la naturaleza violenta de los palestinos y harán declaraciones condenando esa violencia y se volverá a discutir si sionismo o antisemitismo.
Y entonces nadie preguntará quién sembró lo que se cosecha.
Por los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 4 de enero del 2009.
-*-
Quienes eran menores de edad entonces, hace casi 15 años, y sobrevivieron, pues…
Hay quienes fueron responsables de sembrar lo que hoy se cosecha, y hay quien, impune, repite la siembra.
Quienes apenas hace unos meses justificaron y defendieron la invasión de la Rusia de Putin a Ucrania, aduciendo su “derecho a defenderse de una amenaza potencial”, ahora deben estar haciendo malabares (o apostando al olvido) para invalidar ese argumento frente a Israel. Y viceversa.
Hoy hay, en Palestina e Israel -y en todo el mundo-, niños y jóvenes aprendiendo eso que enseñan los terrorismos: que no hay límites, ni reglas, ni leyes, ni vergüenzas.
Ni responsabilidades.
-*-
Ni Hamás ni Netanyahu. El pueblo de Israel pervivirá. El pueblo de Palestina pervivirá. Sólo necesitan darse una oportunidad y empeñarse en ella.
Mientras tanto, cada guerra seguirá siendo sólo el preludio de la siguiente, más feroz, más destructiva, más inhumana.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Moisés.
México, octubre del 2023.