Por Vanessa Garcìa Navarro

Al menos 503 cabilderos defensores del combustible fósil hacen acto de presencia en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que tuvo inicio el 1o de noviembre y se extiende hasta el 12 de noviembre en Glasgow, Escocia. Es el grupo más grande que de cualquier otra delegación. Estánpresentes 100 empresas de este giro, con 30 asociaciones comerciales, destacando entre ellos corporativa Shell, Gazprom y BP.

Fueron 27 los países que inscribieron cabilderos de combustibles fósiles, sobresaliendo Canadá, Rusia y Brasil. El chequeo fue realizado por laorganización Global Witness y divulgado el lunes 8 de noviembre.

En cambio, incrementó la disparidad con los gobiernos y comunidades de países que recienten y pagan la crisis climática. Posibles participantes, sobre todo de la circunscripción indígena oficial, cuyas voces no son tomadas en cuenta, o simplemente no pueden asistir al COP-26 por falta de recursos para viajar, falta de vacunas contra COVID-19 o carencia de condiciones que garanticen su seguridad personal dadas los peligros que representa ser activista por el medio ambiente.

Pascoe Sabido, investigador y activista del Observatorio Corporate Europe, indica que “la COP-26 está plagada de cabilderos de combustibles fósiles cuya única ambición es permanecer en el negocio [de la energía]. Empresas como Shell y BP están dentro de estas conversaciones a pesar de admitir abiertamente que han aumentado su producción de gas fósil. Si tomamos en serio, entonces los cabilderos de los combustibles fósiles deberían ser excluidos de las conversaciones y de nuestras capitales nacionales”.

Quienes están tomando dominio en el COP26 y estableciendo las reglas son quienes dañan al planeta. “Son las personas que están en primera línea de esta crisis, no los contaminadores, quienes tienen la balsa salvavidas que necesitamos en este momento”, expresa Rachel Rose Jackson, directora de investigación y políticas climáticas en Corporate Accountability.