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Avispa Midia

Articulan resistencias contra megaproyectos en el sureste mexicano

Fuente: Avispa Midia

Por Jeny Pascacio
Fotos: Medios libres / El Sur Resiste

La caravana El Sur Resiste 2023, convocada por el Congreso Nacional Indígena (CNI) y organizaciones aliadas, recorrió zonas afectadas por los megaproyectos del Tren Maya y el Corredor Interoceánico en Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Yucatán y Campeche, del 25 de abril al 7 de mayo.

La difusión de campañas informativas traducidas en lenguas indígenas, el mapeo de los megaproyectos, análisis de redes sociales, encuentros nacionales para las juventudes y una movilización internacional, fueron los acuerdos a los que llegó la asamblea de la caravana, tras la culminación de las actividades.

El 5, 6 y 7 de mayo, se efectuó el Encuentro Interno y el Internacional en el Centro Indígena de Capacitación Integral (Cideci) en San Cristóbal de Las Casas. De la primera reunión surgieron acuerdos con las comunidades articuladas.

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Caravana y Encuentro internacional El Sur Resiste

PRONUNCIAMIENTO DEL ENCUENTRO INTERNACIONAL EL SUR RESISTE “Capitalismo corporativo mundial, Patriarcado planetario, Autonomías en rebeldía”

CIDECI-UNITIERRA / CARACOL JACINTO CANEK 7 de mayo 2023.

A la Comandancia General del EZLN:
Al Congreso Nacional Indígena:
Al Concejo Indígena de Gobierno:
A las organizaciones nacionales e internacionales que luchan y resisten:
A los medios de comunicación libres, alternativos, independientes o como se llamen:
A los pueblos de México y el mundo:

Escucha aquí: (Descarga aquí)  

Desde el Corazón de la tierra donde nació, creció y se reproduce la digna rabia, los pueblos rebeldes de las geografías del Sur Sureste que caminamos la caravana El Sur Resiste 2023, pueblos binnizá, Ayuuk, Nahua, Nuntajiyi (Nuntajuyi), Maya, Chol, Zoque, Tzeltal, Tojolabal, Tsotsil y mestizos, convocados por diversas organizaciones de esta geografía y por el Congreso Nacional Indígena, recorrimos los territorios afectados por los megaproyectos militares interconectados, Tren mal llamado Maya y el Corredor Interoceánico. Llegamos al territorio zapatista del CIDECI-UNITIERRA / Caracol Jacinto Canek en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde nos reunimos con muchos otros pueblos y organizaciones de los pueblos originarios y las zonas urbanas del sur sureste del país y de otras muchas regiones de nuestra Madre Tierra para compartir los dolores, esperanzas y estrategias de articulación, aprender de las luchas de otras geografías y seguir tejiendo redes solidarias de resistencia y rebeldía planetaria.

Del 25 de abril al 4 de mayo, los integrantes de la Caravana El Sur Resiste viajamos por comunidades y pueblos de ocho Estados de la República Mexicana; partiendo de la comunidad de El Progreso, municipio de Pijijiapan, con una escala en Tonalá, recorrimos la costa de Chiapas y cruzamos el Istmo de Tehuantepec, desde la comunidad Binniza en resistencia de Puente Madera, municipio de San Blas Atempa, pasando por el campamento rebelde “Tierra y Libertad” en el paraje de la comunidad Aayuuk de Mogoñe Viejo, municipio de San Juan Guichicovi ambas comunidades del estado de Oaxaca y llegando a la comunidad nahua de Oteapan en el Sur de Veracruz. De ahí, emprendimos el recorrido rumbo a los territorios mayas de la península de Yucatán, atravesando el Estado de Tabasco por Villahermosa y la comunidad costera de El Bosque devorada por el mar por efecto del calentamiento global, llegando a Candelaria, Campeche, y siguiendo la ruta hasta la comunidad de Zakí, hoy nombrada Valladolid en Yucatán y la comunidad de Noj Kaaj Santa Cruz, hoy Felipe Carrillo Puerto en Quintana Roo, regresando por Xpujil nuevamente en territorio campechano para regresar a Chiapas y encontrarnos con los pueblos zoque, chol, tsotsil, tojolabal y tzeltal, con una parada en Palenque, cruzando la región de los Altos para llegar a nuestro destino final, Jovel, hoy San Cristóbal de las Casas.

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Avispa Midia

En Guatemala, pueblos ixiles conmemoran 10 años de sentencia por genocidio contra Ríos Montt

Fuente: Avispa Midia

Por Sare Frabes
En portada: Pueblos ixiles se movilizan para conmemorar una década de la sentencia condenatoria por genocidio contra el dictador Efraín Ríos Montt. Foto: Festivales Solidarios

Pueblos originarios y organizaciones sociales de Guatemala conmemoran este miércoles (10) el décimo aniversario de la sentencia por genocidio dictada contra el general y dictador Efraín Ríos Montt, a quien la jueza Jazmín Barrios condenó a 80 años de prisión por el asesinato de 1,771 mayas ixiles del norte del país centroamericano entre 1982 y 1983.

En la Ciudad de Guatemala, esta mañana se realizó una ceremonia maya con la participación de diferentes organizaciones y sobrevivientes del conflicto armado interno que se desarrolló desde 1960 hasta 1996. “Es conmovedor recordar que se condenó a un general con tanto poder, pese a que la Justicia no está a favor de las víctimas”, declaró a medios internacionales Juan Pérez Cerillo, sobreviviente del genocidio originario de la comunidad ixil de Nebaj.

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Frayba

Abrazamos a las madres que buscan a sus hijos e hijas. No Conocemos Fronteras para Buscarles

10 de mayo de 2023.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

XII Marcha de la Dignidad Nacional Madres Buscando a sus hijos e hijas
¡Verdad y Justicia!
No Conocemos Fronteras para Buscarles.
Concentración Pública con Madres Buscadoras de Chiapas

Este día, en que celebramos el Día de las Madres, no es de celebración para muchas familias, ya que miles de madres buscan a sus hijos e hijas.

Ellas están marchando en la Ciudad de México, se están concentrando en varias plazas del país, están visibilizando la problemática que vivimos en este país, y por eso estamos aquí, con ellas, en esta plaza central en San Cristóbal de las Casas, para exigir justicia y hacer visible la desaparición de personas en Chiapas.

Esta problemática atraviesa a todo nuestro territorio mexicano, y aunque la cifra oficial es de 112,203 personas que han sido desaparecidas a nivel nacional, y de 1,314 en Chiapas, sabemos que la cifra es lamentablemente más alta cada día.

La violencia sociopolítica es la realidad que vivimos todas y todos los que vivimos y transitamos en este país. Chiapas no es la excepción, las zonas de los Altos, Norte, Frontera, Costa, Selva, y prácticamente toda nuestra entidad, se han vuelto un campo de batalla, un campo en disputa, con violencia, armas, muertos, familias desplazadas, feminicidios, secuestros; y la desaparición de personas va cada día en aumento. Aunque las autoridades del estado de Chiapas quieran maquillar y disfrazar esta realidad y hacernos creer que vivimos en uno de los estados más seguros y que tenemos a un gobierno con autoridades eficaces y eficientes cercanas a las personas.

La realidad es que las niñas, niños, adolescentes, mujeres, hombres y jóvenes, personas en contextos de movilidad humana nacionales e internacionales, desaparecen día a día, y la principal demanda de las Madres sigue siendo: ¡Regrésenos a nuestras hijas e hijos!, ¿dónde están?, ¡queremos a nuestras hijas e hijos en casa!, ¡este día no es de fiesta, sino de lucha y de protesta!

Las Madres que buscan a sus hijos e hijas, y las organizaciones que les acompañamos, seguiremos gritándole al Estado que su omisión e indolencia lo hace responsable de esta tragedia que se vive en las familias, ya que hemos comprobado, día con día, que las instancias del Gobierno Federal y Estatal, las Fiscalías, la Comisión Nacional y Estatal de Búsqueda, realizan acciones de simulación y son las madres quienes verdaderamente realizan las acciones de investigación y de búsqueda, poniendo en riesgo su seguridad, su integridad y su vida.

Es por ello que, desde el Grupo de Trabajo Contra la Desaparición en Chiapas, acompañamos esta concentración en la plaza pública en San Cristóbal de las Casas, mencionando que un día como hoy es un símbolo de lucha, de resistencia, de búsqueda, pero también es un símbolo de mucho amor, de madre a madre que exige justicia, para que ninguna otra madre viva este dolor. Esta concentración es por la vida, por la esperanza, por el amor, por el regreso, por la verdad y la justicia. No están solas, compañeras, las acompañamos desde cada rincón que habitamos.

Grupo de Trabajo Contra la Desaparición en Chiapas
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas Melel Xojobal
Servicios y Asesoría para la Paz (SERAPAZ)
Voces Mesoamericanas, Acción con Pueblos Migrantes (VM-APM)

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Radio Zapatista

Encuentro internacional El Sur Resiste: Reflexiones imprescindibles para nuestros tiempos

Cartas náuticas para tiempos tormentosos. No hay duda de que las palabras compartidas en el Encuentro Internacional “Capitalismo corporativo mundial, patriarcado planetario, autonomías en rebeldía”, que se llevó a cabo en el Caracol Jacinto Canek, en San Cristóbal de Las Casas, el 6 y 7 de mayo, son justamente eso. Reflexiones imprescindibles que nos ayudan a navegar los tiempos aciagos que vivimos.

Durante diez días, la Caravana El Sur Resiste recorrió los territorios donde se construyen los megaproyectos del Corredor Transístmico y el Tren Maya, visitando las comunidades afectadas por los mismos, con la mirada y la escucha atentas para entender qué significan realmente esos proyectos para los pueblos y para el país. Con ese acúmulo de dolores y luchas, unas 1,200 personas se reunieron en el Caracol Jacinto Canek para sentipensar lo vivido y juntarlo a las reflexiones de otras y otros pensadores. Durante dos días, un total de 940 personas del Congreso Nacional Indígena pertenecientes a 38 pueblos originarios; activistas y pensadores de varias partes del país; y visitantes internacionales de El Salvador, Estados Unidos, Alemania, España, Argentina, Austria, Cataluña, Bélgica, Puerto Rico, Colombia, Brasil, Canadá, Chipre, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Euskal Herria, Italia, Francia, Finlandia, Suiza, Grecia, Honduras, Kurdistán, Reino Unido, Suecia, Guatemala, Uruguay, Venezuela y Wallmapu, reunimos las muchas historias de despojo y resistencia en tantas geografías para ir formando una imagen del momento histórico que vivimos.

En esta primera de dos entregas sobre el Encuentro, intentamos sintetizar los análisis que se compartieron el primer día, en la voz del pensador uruguayo Raúl Zibechi; la militante colombiana Vilma Almendra, del pueblo nasa en la región del Cauca; las mujeres de Kurdistán; la pensadora Ana Esther Ceceña; y el abogado Carlos González, del Congreso Nacional Indígena.

Compartimos también los audios completos de las ponencias, así como la síntesis de lo que la Caravana descubrió en su recorrido y, finalmente, el pronunciamiento final de la Caravana y del Encuentro, que aunque fue leído el último día, lo incluimos aquí por su importancia.

Contexto mundial

Para entender lo que sucede en México, coincidieron todos los ponentes, es necesario entender el momento histórico que vivimos a nivel mundial. Atravesamos, como tantas veces se ha dicho, un momento de profunda crisis planetaria de la mano de un reacomodo geopolítico en el que Estados Unidos y China se disputan el poder mundial. En ese reacomodo, advirtieron Raúl Zibechi y Ana Esther Ceceña, es importante no encantarse con la posible caída del imperio estadounidense y aplaudir la emergencia de China como poder global —un país sin duda capitalista y profundamente patriarcal—. Se trata, en efecto, de dos formas distintas de capitalismo; capitalismo éste que, como explicó Carlos González, atraviesa una crisis nunca vista debido al crecimiento exponencial del capital financiero en detrimento del capital productivo.

Aunque esta disputa se da sobre todo en el Indo-Pacífico, el sureste mexicano no es ajeno a la misma, pues América Latina es una región estratégica para los intereses estadunidenses: militares, por un lado, pero sobre todo económicos, pues ante la crisis de suministros, recrudecida por la pandemia y más aún por la guerra en Ucrania, los países del sur aportan la reposición necesaria. El capitalismo actual, explicó Zibechi, depende de las guerras de despojo para sobrevivir. Según análisis rigurosos, el 40% de la tierra en América Latina aún se encuentra en manos de campesinos, comunidades indígenas y negras, pequeños productores, pescadores, recolectores, etc. Y esas tierras son codiciadas por el capital, lo que significa que la guerra de despojo que presenciamos recién comienza y es de larga duración.

De ahí dos fenómenos ineludibles: la militarización y el vínculo entre crimen organizado, Estado y capital.

La militarización llegó para quedarse, dijo Zibechi, pero ahora con nuevas características. Mientras antes la izquierda siempre se opuso a la militarización, ahora los gobiernos progresistas, como los de México, Argentina, Chile y Colombia, la promueven con mucho más éxito de lo que la derecha jamás lo había podido hacer. El caso de México es desde luego el más extremo, y aquí entendemos que el militarismo no sólo se utiliza como mecanismo de control para el reordenamiento territorial, sino también como fuente de acumulación de capital, al utilizarse el Ejército y la Marina para construir y administrar megaproyectos en los que participan grandes empresas transnacionales y que, como se observó a lo largo de la caravana, en nada benefician a los pueblos.

Esta militarización no es ajena a los intereses de Estados Unidos en su disputa por el poder global. El 3 de febrero del año pasado, México por primera vez permitió que las fuerzas armadas de Estados Unidos realicen ejercicios militares en territorio nacional. Esto como parte de la nueva estrategia del Comando Sur estadounidense para Latinoamérica.

Por otro lado, la alianza entre fuerzas armadas, Estado, capital y crimen organizado, tan evidente en los testimonios recabados en el recorrido de la Caravana y en los que escuchamos en las mesas de trabajo durante el Encuentro, es ya un elemento sistémico global. Como dijo Zibechi, el capital funciona al estilo del narco, y el narco es una empresa capitalista sumamente exitosa.

Vilma Almendra detalló cómo en Colombia (como en México), el narco se utiliza para romper movimientos, resistencias y autonomías. Así, el territorio del Cauca, que hasta 2018 estaba controlado por las comunidades indígenas de la mano de la guardia comunitaria, está ahora bajo el control de los grupos armados, cuyo gran motor es el narco. Como en México, en Colombia el narco está incrustado en todos los niveles del gobierno. “Nos gobiernan los mejores narcos —dijo Almendra— y ellos nos señalan como narcos y nos matan.” En México la evidencia más burda de esto es desde luego Genaro García Luna, pero como los muchos testimonios (y la experiencia de casi cualquier ciudadano) demuestran, el narco-Estado está más vivo que nunca en nuestro país.

Más allá de la dimensión militar, los megaproyectos de la 4T son de gran interés económico para los Estados Unidos. Carlos González recordó que los proyectos eólicos se han logrado frenar en el Istmo de Tehuantepec, pero aclaró que no como respuesta a los reclamos de los pueblos afectados, sino porque la política energética del gobierno actual prioriza el gas y petróleo producidos en el sur de Texas. Al gasoducto de Texas a Tuxpan, Veracruz, inaugurado en 2019, se le planea añadir otro trecho para conectarlo con el Corredor Transístmico y con la refinería de Dos Bocas en Tabasco.

Por otro lado, el Corredor funcionará como un muro contra la migración, sobre todo centroamericana. El muro fronterizo que Donald Trump anunció sería costeado por México se construye ahora no en la frontera norte, sino en el Istmo de Tehuantepec, para detener el imenso flujo de migración ocasionado tanto por la crisis económica como por la militarización y la crisis ambiental planetaria.

Megaproyectos de la 4T: un solo proyecto

Carlos González enfatizó que el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Proyecto Integral Morelos (por el que perdió la vida Samir Flores Soberanes y que finalmente se logró detener), el aeropuerto de Santa Lucía, los gasoductos y líneas eléctricas y todo el resto de infraestructura planeada no son proyectos aislados, sino componentes de un mismo proyecto cuyo principal objetivo es el reordenamiento territorial para beneficio del capital.

El Tren Maya contempla la construcción de grandes hoteles, un aeropuerto en Tulum, la modernización de los aeropuertos de Chetumal y Palenque, “ciudades desarrolladas” y polos industriales con inversiones de alrededor de mil millones de dólares cada uno. El Corredor Interoceánico, que se conecta con el Tren Maya, además de la línea de tren de Coatzacoalcos a Salina Cruz, incluye otra de Coatzacoalcos a Palenque y una tercera de Ixtepec a Ciudad Hidalgo, en la frontera con Guatemala. Esto, como describió la delegación centroamericana al final del segundo día del encuentro, se articula con megaproyectos en toda América Central con el mismo propósito de reordenamiento territorial para usufructo del capital. Se reconstruyen también un oleoducto y un gaseoducto de Jaltipan a Salina Cruz, una red profunda de fibra óptica y más de 15 mil hectáreas de polos industriales. Todo esto con la participación de empresas multinacionales como Mota-Engil, Grupo Carso, Grupo Aspid, ICA, empresas inmobiliarias como Real Estate Market and Lifestyle, Grupo Industrial Hermes, Ferromás, Grupo México, FEMSA y más.

Todos estos proyectos, la mayoría de los cuales no cuenta con estudios de impacto ambiental y social serios, invaden los territorios de los pueblos y destruyen el tejido social. Se trata, como dijo Ana Esther Ceceña, de un saqueo no sólo físico, sino de sentidos, de símbolos y referentes. En el proceso de construcción de estos proyectos, se saquean piezas arqueológicas y se destruyen edificios prehispánicos para dar paso al tren. Además de las graves afectaciones ambientales, la tala de millones de árboles y la destrucción del hábitat de muchos animales, nuestra historia está siendo destruida y profanada en aras de un progreso que sirve a unos cuantos.

Ante las inevitables resistencias, estos proyectos están custodiados no sólo por las fuerzas armadas, sino por el crimen organizado. Como advirtió Carlos González (y como es evidente por los relatos de varias organizaciones presentes en el encuentro), son el narco y los grupos paramilitares quienes dan protección a las empresas mineras, a los agronegocios, a los gasoductos y a los megaproyectos, incluso participando con grandes lucros en dichos negocios.

“A mí, que llevo tantos años trabajando en la costa nahua de Michoacán, con tantos hermanos asesinados y desaparecidos, este 2023 me recuerda mucho al 2011 calderonista”, dijo González. Y quienes viven en Chiapas tienen el privilegio de conocer de primera mano la rapidísima transformación de un estado bellísimo en un campo de guerra.

Luz en la oscuridad

“Cuando la oscuridad es profunda —dijo Carlos González—, una luz, por pequeña que sea, es fuerte y poderosa.”

La situación de desplazamiento forzado, represión, criminalización, asesinatos y desaparecimientos forzados y todo el horror que se vive en los territorios que resisten el despojo tiene su contraparte en la construcción de vida de los pueblos.

En su caminar por las luchas de América Latina, Raúl Zibechi observa que hay una expansión en curso de las autonomías, al punto que para muchos pueblos el camino autonómico se ha convertido en sentido común, sobre todo entre los pueblos originarios y de la diáspora africana. Se trata de un camino en el que se construyen otras formas de vida y relaciones sociales distintas. Vilma Almendra, por ejemplo, habla del proceso en marcha por la liberación del Cauca no sólo en términos de la recuperación de las tierras de cultivo, sino de una relación no patriarcal, no colonial y no estatal con la tierra. “Tierra para sanar el corazón y liberarnos con ella.” La resistencia kurda, como bien dijeron las mujeres kurdas, es un paradigma de esperanza para el mundo. “El confederalismo democrático en Rojava crea vida y demuestra que el Estado-nación no es la única solución.”

Hay en marcha, también, una insurgencia de la mujer no sólo por relaciones no patriarcales y más justas, sino por repensar nuestra relación con la tierra, entre los seres humanos y con la vida. No por nada el lema de la revolución kurda es “Mujer, Vida, Libertad”. Junto con esto, como quedó claro en las mesas de trabajo, hay una preocupación activa por el papel de la infancia y las juventudes en la construcción de otras formas vivir.

Finalmente, lo que quedó muy claro en el encuentro es que hay un despertar de la importancia de la espiritualidad como fundamento para la lucha y como forma de enfrentar la brutalidad del despojo. Porque es por medio de la espiritualidad que se puede concebir la tierra no como mercancia, sino como algo sagrado que hay que cuidar y respetar. Es la espiritualidad lo que alimenta el arte, que nos permite vislumbrar otros mundos posibles. Es la espiritualidad lo que le da sentido a la construcción de otras formas de relacionarnos entre nosotrxs y con la naturaleza. Es la espiritualidad lo que nos alimenta para no claudicar, para seguir caminando con corazón, con “ternura radical”, como se expresó varias veces, con determinación de que la destrucción y la muerte sólo se pueden enfrentar construyendo vida.

La gran fuerza de lucha y de vida que presenciamos tanto en la caravana como en el encuentro son pequeños faros que alumbran nuestro navegar en las aguas inciertas de nuestros tiempos.

 

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Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo UCIZONI y Campamento Tierra y Libertad

Carta abierta al presidente Andrés Manuel López Obrador: UCIZONI

Señor Presidente:

Por este medio le damos nuestra palabra para decirle que: en la ejecución del megaproyecto Corredor Interoceanico del Istmo de Tehuantepec, desde marzo de 2019 y hasta esta fecha se han venido violando de manera constante los derechos de los pueblos indígenas. Ejemplo de ello fue la gran cantidad de irregularidades que caracterizaron a las consultas indígenas, siendo por ello meras simulaciónes. Hemos venido denunciando que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec se ha venido imponiendo a través del engaño y la violencia. Se ha criminalizado a los pueblos que se oponen al proyecto; la represion judicial es un claro ejemplo de lo que aquí señalamos, por lo que al menos 47 autoridades locales y defensores comunitarios de los ejidos Mixes de Paso Real, Estación Sarabia, Mogoñe Estación y más recientemente a hombres y mujeres mixes de Mogoñe Viejo, así como de otras comunidades istmeñas han sufrido y sufren persecución judicial.

Señor presidente Andrés Manuel López Obrador no se puede justificar la agresion policiaco militar, no se pueden defender los violentos desalojos ocurridos el 21 de marzo y 28 de abril en contra de ejidatarios y ejidatarias mixes de Mogoñe Viejo, Guichicovi Oaxaca. Señor Presidente, la lucha de los pueblos no debe ser descalificada ya que es falso que sea un reclamo económico de una familia, y que existan líderes nylon. La lucha del pueblo de Mogoñe Viejo ha sido y es encabezada por la autoridad comunitaria que atiende el mandato de la asamblea. Por ello desmentimos sus declaraciones, y más que justificar la represión le solicitamos que usted atienda la demanda y reclamos de los pueblos. No es reprimiendo y dividiendo a los pueblos como se construirán un presente y un futuro justo para nuestras comunidades, las cuales son las dueñas históricas de las tierras del Istmo de Tehuantepec. No lo olvide usted.

Atentamente.

Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo UCIZONI y Campamento Tierra y Libertad.

A 5 de mayo 2023.

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Cátedra Jorge Alonso

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Estamos a unos días de la Conferencia Inaugural que dictará Gilberto López y Rivas para la Cátedra Jorge Alonso 2023.

¡Les esperamos!

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LINKS PARA EL PÚBLICO – INSCRIPCIONES A LAS SESIONES DE CADA DÍA:
??????????? ????????? (9 de mayo): Las resistencias de los pueblos originarios como el internacionalismo del siglo XXI: https://bit.ly/40oJ0qh
???? ?. (16 de mayo) La importancia de las mujeres en los procesos revolucionarios: https://bit.ly/3zdb2Ji
???? ?. (23 de mayo) Otro arte, otra cultura y otros medios de comunicación: https://bit.ly/3TP9uyL
???? ?. (30 de mayo) El internacionalismo en el siglo XXI para transversalizar las luchas: https://bit.ly/3ZiSDW4
???? ?. (6 de junio) Opciones civilizatorias frente a la crisis global: https://bit.ly/3nwHnIk

Evento convocado desde la Cátedra Jorge Alonso, el CIESAS, la Universidad de Guadalajara.

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Mongabay Latam

“Lo que quieren es acabar con nosotros, con los pueblos indígenas, porque somos un obstáculo para esos proyectos” | ENTREVISTA

Por , Mongabay Latam

  • Para mostrar cómo los territorios del sur de México están siendo “acorralados por megaproyectos” y cómo las comunidades resisten al Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y al llamado Tren Maya, se realiza la Caravana El Sur Resiste.
  • Diversas organizaciones sociales, entre ellas el Congreso Nacional Indígena (CNI), convocaron a esta Caravana que comenzó desde el 25 de abril y recorrerá comunidades de siete estados del país. Será en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, donde terminará con un Encuentro Internacional los días 6 y 7 de mayo.
  • En entrevista con Mongabay Latam, Bettina Cruz, indígena binnizá e integrante del Concejo Indígena de Gobierno del CNI, remarca que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está dando poder a las fuerzas armadas para imponer proyectos con los que se busca “reorganizar el territorio”.

Antes de bajar del autobús, una mujer de 62 años se prepara. Se coloca un paliacate rojo en el cuello, signo de resistencia, dice. Se pone la máscara de jaguar que ella misma elaboró y se cubre el cabello con un rebozo de la mixteca oaxaqueña, la tierra donde nacieron sus padres. Así es como se suma a la marcha llevando, además, un cartel en donde se lee: “Yo prefiero la selva. ¡Territorio, agua y vida!”.

La mujer que porta la máscara de jaguar camina junto a integrantes del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena (CNI), entre ellas Bettina Cruz, que llegaron hasta el Ejido Progreso, ubicado en la costa de Chiapas, para sumarse a la Caravana y El Encuentro Internacional El Sur Resiste, que busca mostrar que en México crece una resistencia en contra de los megaproyectos que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Caravana El Sur Resiste
El 25 de abril comenzó la Caravana El Sur Resiste en el Ejido Progreso, en el municipio de Pijijiapan. Foto: Isabel Mateos.

Esa mañana del martes 25 de abril, habitantes del Ejido El Progreso y de otras rancherías del municipio de Pijijiapan también se unieron al comienzo de la Caravana, iniciativa que recorrerá comunidades de siete estados del país y terminará con un Encuentro Internacional que se realizará los días 6 y 7 de mayo en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas.

Desde finales del 2022, diversas organizaciones sociales, entre ellas el CNI, convocaron a esta caravana para mostrar cómo, a lo largo de todo el sur del país, hay comunidades que se oponen a los dos megaproyectos del actual gobierno.

Uno de ellos es el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Así es como en este sexenio se bautizó a la modernización del tren que va de Salina Cruz, en Oaxaca, a Coatzacoalcos, en Veracruz, y a la instalación de al menos 10 parques industriales a lo largo de toda la ruta. El otro proyecto es el llamado Tren Maya que, desde 2019, construye el gobierno mexicano en cinco estados del país.

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El rumor de las multitudes

Reflexiones hacia la despatriarcalización y desjerarquización de la academia

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Nos manifestamos por mundos despatriarcales y desjerarquizantes

Publicado el 28 de abril de 2023 en El rumor de las multitudes

Las denuncias públicas por abuso sexual y extractivismo intelectual contra Boaventura de Sousa Santos nos han interpelado a reflexionar colectivamente sobre los retos encaminados hacia la despatriarcalización y desjerarquización de la academia.

Ante la publicación de la entrevista a la Weychafe, compañera e intelectual Moira Millán, en el diario El Salto, así como del capítulo intitulado “The walls spoke when no one else would: Autoethnographic notes on sexual-power gatekeeping within avant-garde academia” –“Las paredes hablan lo que nadie más dirá: Notas auto-etnográficas sobre el poder-sexual como control de acceso en la academia progresista” (Viaene, Laranjeiro y Tom)”–, no solamente no podemos callar sino que debemos señalar que, desde tiempo atrás, hemos venido levantando la voz y llevando a cabo acciones concretas personales y colectivas, en nuestros propios espacios académicos, universitarios, activistas, organizacionales y en nuestras colectivas, redes y movimientos para denunciar, combatir las jerarquías de saber/poder intrínsecas a la Academia, así como la violencia de género, el acoso y el abuso sexual. Sin embargo, reconocemos que todo lo que hemos logrado hacer y caminar sigue siendo insuficiente y requiere no parar, redoblar esfuerzos, tejer más y más luchas, sintonizarnos mejor para poder parar/transformar de raíz las actuales guerras y violencias contra las mujeres, la Madre Tierra, les otres, les niñes y los pueblos del mundo.

No podemos olvidar que el patriarcado es la forma más antigua de dominación. La humanidad aprendió a dominar en el cuerpo de la mujer, como bien lo afirman los diversos feminismos de Afro/Abya-Yala/Latinoamérica. El patriarcado es una configuración onto-epistémica que privilegia la jerarquía, la apropiación, la negación de lxs otrxs, el control, el fetichismo de las cosas, la reproducción, la violencia y las guerras. Moldea profundamente las subjetividades y afecta la vida de todes. La Academia ha sido uno de sus pilares más efectivos, pues ha participado activamente en la creación de dicha visión de mundo instrumental, objetivizante, competitiva y jerárquica a través de sus prácticas naturalizadas de saber/poder.

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El rumor de las multitudes

Reflexões rumo à despatriarcalização e deshierarquização da academia

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Manifestamo-nos por mundos despatriarcais e deshierárquizantes.

Diante da publicação da entrevista com a Weychafe, camarada e intelectual Moira Millán, no jornal El Salto, assim como o capítulo intitulado “The walls spoke when no one else would: Autoethnographic notes on sexual-power gatekeeping within avant-garde academia” – As paredes falaram quando ninguém mais faria: Notas auto etnográficas sobre o poder-sexual como controle de acesso na academia progressista (Viaene, Laranjeiro e Tom)–, não somente não podemos permanecer em silêncio, mas devemos ressaltar que, há algum tempo, temos levantado nossas vozes e ações pessoais e coletivas concretas, em nossos próprios espaços acadêmicos, universitários, ativistas, organizacionais. Para, portanto, em nossas coletivas, redes e movimentos denunciar, combater as hierarquias de conhecimento/poder intrínsecas à academia, bem como a violência de gênero, o assédio e o abuso sexual. No entanto, reconhecemos que tudo o que conseguimos fazer e encaminhar ainda é insuficiente e exige não parar, redobrar nossos esforços, tecer mais e mais lutas, sintonizar-nos melhor para parar/transformar radicalmente as guerras e violências atuais contra as mulheres, a Mãe Terra, outres, niñes e os povos do mundo.

Não podemos esquecer que o patriarcado é a forma mais antiga de dominação. A humanidade aprendeu a dominar no corpo das mulheres, como afirmam os diversos feminismos de Afro/Abya-Yala/América Latina. O patriarcado é uma configuração onto-epistêmica que privilegia a hierarquia, a apropriação, a negação dxs outrxs, o controle, o fetichismo das coisas, a reprodução da violência e das guerras. Ele molda profundamente as subjetividades e afeta a vida de todes. A Academia foi um de seus pilares mais eficazes, pois tem participado ativamente na criação de tal visão de mundo instrumental, objetificante, competitiva e hierárquica, através de suas práticas naturalizadas de saber/poder.

A crise civilizatória pela qual transita o planeta Terra é o resultado do cis-heteropatriarcado em sua conexão histórica com o capitalismo, os colonialismos, o antropocentrismo e as hierarquizações raciais, sexuais e capacitistas. Este é o contexto complexo que invocamos ao denunciar as múltiplas formas de violência contra as mulheres, que têm sido uma constante na história. É a mesma origem que desencadeou o Terricídio (Moira Millán), uma poderosa cosmopolítica conceitual cunhada pelo Movimento de Mulheres Indígenas e Diversidades pelo Bem Viver, que teve origem no Puelmapu Mapuche há já uma década.

Diante da intensificação da barbárie cis-heteropatriarcal com as crises policêntricas, reafirmamos nossa determinação de fazer o que já temos feito e não apenas dizendo ou subscrevendo: continuar a lutar encarnada, diária e situacionalmente para avançar em direção à criação de sociedades verdadeiramente pós-patriarcais, pluriversas, centradas no cuidado, na cooperação, na liberdade e erradicação de todas as formas de hierarquia subordinante – sociedades nas quais todas, todos e todes, junto com os demais seres vivos, possam coexistir “nosótricamente” (em radical alteridade), em mútua criação e, como nos diz a ecofeminista venezuelana Liliana Buitrago, no exercício amoroso da interdependência (“chat” do “Pacto Ecosocial del Sur”). Nosso compromisso com este projeto coletivo em construção tem sido –e é– de nosso trabalho diário. Mas sabemos que ele ainda requer a criação sustentada de sociedades e academias (portanto, com um “a” minúsculo e no plural) muito diferente das atuais.

A Academia: um campo de disputa

A Academia (com A maiúscula e no singular) é para nós um campo de disputa e aí estamos, sem dúvida, posicionadas(os) todos e todas nós que ousamos entrar nele, dialogar com ele, desafiá-lo, habitá-lo e/ou co-construí-lo a partir da prática cotidiana. Muitas(os) de nós ocupamos este espaço por decisão e convicção e sabemos minuto a minuto o que estamos enfrentando. É por isso que o manifesto “Todos sabemos” nos ressoa e interpela quando afirma que o extrativismo epistêmico é estrutural e não apenas um evento isolado na academia. Quando afirma que a Academia é hierárquica e hierarquizadora e que promove a acumulação de poder por aqueles que estão no topo. Muitos deles, nos últimos tempos, têm sido acusados de abuso e assédio moral e sexual. Neste contexto, as mulheres que denunciam são questionadas, enquanto o denunciado se apresenta, então, como uma “vítima”.

Vale acrescentar que, em geral, os sistemas de denúncia de assédio sexual e moral, bem como o extrativismo epistêmico, longe de abordar e reparar os danos, muitas vezes resultam em meras declarações que dão a impressão de que algo será feito, mas no fundo “servem como movimentos performativos que validam o não fazer realmente nada” (por exemplo, Sara Ahmed). De igual maneira deve-se ter em conta que, tanto a forma que toma o assédio como as respostas institucionais, são frequentemente diferenciadas, especialmente quando se trata de acadêmicas, ativistas e intelectuais de grupos subalternizados e racializados. Quem se importa com elas? (Yu Derkys) Quem está disposto a ouvir estas queixas? Quantas mulheres racializadas e subalternizadas não estão cansadas de falar e falar e de que ninguém as escute? Quem está disposto a arranjar tempo para ouvir e ser interlocutor no meio do não-tempo-violento-e-sistêmico em que vivemos?

A Academia não deixa de ser um reflexo de uma sociedade semeada de opressões e rebeliões, com a diferença de uma autonomia reconhecida para proteger o pensamento crítico. Isto é, muitas vezes, instrumentalizado para proteger aqueles que ocupam posições de poder. Os abusos sexuais, tal e como acontece no resto da sociedade, são a parte visível de um sem-fim de práticas cis-heteropatriarcais e machistas que vão desde a cumplicidade entre acadêmicos(as) ao publicar e recircular citações, até os abusos e assédios sexuais que tem sido e estão sendo constantemente denunciados.

Mulheres indígenas e a Academia

Em novembro de 2018, em Buenos Aires, em um jantar informal para compartilhar nossas vidas e lutas, a companheira Moira Millán compartilhou com vários de nós o que agora foi publicado no jornal El Salto. À distância, pode-se perguntar: por que Moira o compartilhou apenas em um espaço privado? Por que ela não havia apresentado a correspondente denúncia legal? Em sua entrevista, Moira menciona suas razões. Se somos severamente autocríticos, podemos nos perguntar: por que nós –seus ouvintes– não agimos contundentemente e, naquele exato momento, a instamos e acompanhamos a apresentar a denúncia correspondente junto às instituições acadêmicas às quais o denunciado pertencia ou com as quais colaborava, em um claro papel de liderança intelectual transnacional? Diante do que ouvimos, o que fizemos? 1) Apoiar Moira e o movimento do qual ela faz parte, nos espaços acadêmicos para os quais a tínhamos convidado. 2) Articular incansavelmente –vários de nós– com ela e com o movimento, assim como com outras companheiras e movimentos, para buscar melhores maneiras de enfrentar as violências e expropriações. 3) Fortalecer o tecido transnacional de alternativas autonômicas de facto e sem pedir permissão.

Vale acrescentar que no dia seguinte ao mencionado jantar, começou o painel para o qual tínhamos convidado Moira Millán e as compañeras do Movimiento de Mujeres e Diversidades Indígenas pelo Bem Viver, tudo no marco do “Primeiro Fórum Mundial do Pensamento Crítico” e da 8ª Conferência Latino-Americana e Caribenha de Ciências Sociais da CLACSO. Lá tivemos a oportunidade de fazer, com Moira, nossas outras convidadas e a plateia, o primeiro ato político-acadêmico para exigir um lugar decente para realizar nosso painel. Em seguida, procedemos a uma ocupação coletiva para ter acesso a um dos auditórios maiores. A gota d´água para este levante foi a acomodação impossível da cadeira de rodas na qual se transportava a colega feminista Mercedes Olivera (que em paz descanse), que era nossa comentarista. A cadeira de Mercedes não podia sequer caber no minúsculo espaço que nosso painel havia merecido. Após a ocupação, já no auditório grande, continuou a participação de Moira e de todas as mulheres indígenas convidadas por nosso Grupo de Trabalho “Corpos, Territórios, Resistências” (GT CUTER).

Um auditório lotado encorpou contundentemente o painel e a palavra das convidadas. De certa forma, o ato de rebeldia que protagonizamos –convidadas, anfitriãs e público–, se traduziu em algo como: Não passará um único tratamento indigno para as mulheres racializadas, subalternizadas! Estes eram tempos em que a CLACSO aprovava a entrada de mais e mais grupos de trabalho que incluíam mulheres líderes, intelectuais e sábias(os) de territórios comunais. Portanto, acreditamos que nossa “revolta coletiva” estabeleceu um precedente importante.

As palavras e ações de Moira estavam em sintonia com as nossas e nos ajudaram a ratificar o caminho –pessoal e coletivo– que trazemos durante décadas, antes de 2016, quando começamos a ser o Grupo de Trabalho CUTER: habitar as instituições acadêmicas e universitárias das quais fazemos parte, as instituições alternativas que estamos construindo com mulheres, as/os outres, povos em resistência, de forma digna e respeitosa, procurando não cair no ventriloquismo e no extrativismo. Abrir espaços dentro e fora das academias para ir posicionando o tipo de trabalho/vida/luta que elas e nós (“nosotras(os)”) praticamos.

Cotidianamente, nos diferentes territórios que habitamos (incluindo o território acadêmico), minuto a minuto, caminhamos com nossa corpa e senti-pensamentos, ações concretas para enfrentar as violências, opressões e guerras. Esta é a maneira pela qual diferentes membras do Grupo de Trabalho CUTER abraçamos, encorpamos e retecemos “a rede da vida” (Lorena Cabnal e a Rede de Curandeiros Ancestrais do Feminismo Comunitário Territorial) de mãos dadas com as mulheres indígenas, afrodescendentes, afrodiaspóricas, camponesas, populares, alter-urbanas, assim como de diversidades sexuais, em diferentes tempos e geografias.

As saídas do labirinto: insuficientes e perigosas

Respeitamos e compreendemos os diversos caminhos que as denunciantes de abuso e assédio sexual tomam na busca de justiça, reparação dos danos, assim como para conseguir a cura de toda a sociedade. Acreditamos que no centro de nossas reflexões e denúncias de assédio sexual e o extrativismo epistêmico deve estar o cuidado. É importante levar em conta o tempo daquelas(es) que, tendo sido violentadxs, compartilham suas experiências em confidencialidade. Respeitar o tempo para curar é uma forma de cuidado. Isto significa não tomar o direito de expor publicamente uma experiência de assédio sexual e extrativismo epistêmico sem o consentimento explícito e o acompanhamento da pessoa que foi violada. Fazer isso revitimiza e promove o punitivismo ao invés da reparação. Em poucas palavras, no centro estão as vítimas, seus tempos e momentos.

Em muitos casos, as denunciantes seguem a via legal ou jurídica. De fato, hoje, os movimentos de mulheres e movimentos de povos em resistência estão simultaneamente nos tribunais e nas ruas se mobilizando. Surge obrigatoriamente, então, a pergunta: de que tipo de justiça estamos falando? Como podemos alcançá-la? Qual via –das muitas possíveis– tomar? Quem nos sentimos chamadas(os) a acompanhá-las? E tudo isso sabendo que, mesmo nos países ditos “democráticos”, a justiça dispensada pelo Estado é comprada e em países não democráticos, mais de 95% da violência de gênero fica impune. Dito isto, não é estranho dizer que não podemos esperar muito da justiça cis-heteropatriarcal oferecida pelas instituições acadêmicas ou pelo Estado.

Sabemos que o aparelho punitivo e a cultura do castigo são parte essencial da estrutura do Estado e das sociedades modernas e que, através delas, se perpetuam as sociedades carcerárias articuladas à extração e a acumulação, com sistemas de justiça que afirmam manter a “segurança e a ordem”, ao mesmo tempo em que se enfurecem contra populações empobrecidas, marginalizadas e racializadas.

Como aponta um texto recente sobre o anti-punitivismo feminista, nenhuma saída está livre de contradições e complexidades. Além disso, estamos conscientes da importância de reconhecer que “o debate sobre o anti-punitivismo não pode cair na fácil tentação de acomodar-se com o teórico” (Laila Serra). Esta é a tentação institucional e academicista. Para o anti-punitivismo feminista, é necessário entrar na “tempestade política do pôr em prática” das justiças, embora o horizonte teórico-político possa/deva ser a autogestão feminista das violências e a visão abolicionista da sociedade e da justiça. Como bem dizem as autoras: “a autogestão coletiva das violências à margem do Estado [do aparato da lei e do aparato punitivo que lhe está subjacente] é uma alternativa que ainda está em construção” e, acrescentamos, apresenta outros riscos e desafios.

Somos testemunhas da digna rabia que Moira expressa em sua denúncia e com ela, muitas mulheres que não receberam a atenção necessária e que seguem padecendo a violência do sistema cis-heteropatriarcal, acadêmico e de despossessão em diferentes territórios. Como trabalhadoras(es) das Ciências Sociais, membros do GT CUTER, resistimos com e entre os povos –mulheres, homens, crianças, jovens e comunidades enraizadas na terra. As denúncias que vamos acompanhando ou encorpando em processos, trajetórias de pesquisas colaborativas, e pesquisas a partir de ações coletivas nos permitem afirmar que o subconsciente cis-heteropatriarcal também se reproduz em muitos coletivos e coletivas, organizações e movimentos alter-nativos. Quebrar as mulheres, por via sexual, é parte da despossessão e do domínio imperialista-capitalista-homocêntrico que busca aniquilar a dignidade pessoal e as subjetividades coletivas e comunais.

Nós nos convocamos e lhes convocamos a seguir criando lugares concretos de des-hierarquização do poder e lugares de cura diante da impunidade institucionalizada e sancionada pelo Estado. Como trabalhadoras e trabalhadores das Ciências Sociais em interseção com artistas, ativistas e feministas territoriais e comunais, continuaremos desmascarando e combatendo, pessoal e coletivamente, qualquer forma de humilhação, extermínio e cooptação de mulheres nos territórios, e persistiremos em seguir nos curando do sistema cis-heteropatriarcal nos diferentes lugares onde estivermos, do gênero que sejamos, dos territórios que habitemos e das histórias que escrevemos e caminhamos.

Os movimentos de vítimas de violações de direitos humanos enfatizam quatro critérios que nos parecem eminentemente aplicáveis aos casos de abuso e assédio sexual: o direito à verdade, à reparação, à não repetição e à justiça. Neste sentido, instamos as diversas instituições acadêmicas (nacionais, latino-americanas, caribenhas e transnacionais) envolvidas –de uma forma ou de outra– em casos de abuso e assédio sexual e extrativismo epistêmico a reverem seus protocolos e comitês de ética e violência epistêmica e de gênero. É, sem dúvida, importante declarar “tolerância zero e rejeição ao assédio sexual” (CLACSO), mas acreditamos que isto é insuficiente.

Acreditamos que em todos os espaços onde nos movemos e atuamos como trabalhadoras(es), ativistas e feministas devemos continuar trabalhando coletivamente e em conjunto com as autoridades institucionais na implementação de protocolos, comitês e políticas internas (explicitamente acessíveis) para promover mecanismos apropriados e expeditos para prevenir, denunciar, debater e agir contra atos de abuso e assédio sexual, contra atos de violência de gênero e epistêmica. Cada instituição acadêmica nacional geralmente tem comissões e códigos ad hoc; as coordenadorias acadêmicas supranacionais devem ter, revisar e atualizar tais instâncias permanentemente. E se não as têm, devem criá-las. Não é suficiente –pelo que já argumentamos acima– deixar o trabalho para as “comissões independentes”. Repetimos, é insuficiente, e até mesmo perigoso, pelas razões já argumentadas.

Nos deixa sem fôlego e nos indigna a resposta de Boaventura de Sousa Santos reduzida à “vingança” diante das ex-estudantes denunciantes via auto-etnografia. “A própria teoria social feminista nos indica que não há lugar, nenhum sujeito intocado pelas relações de dominação e suas interseções”. Para nos emanciparmos delas, para empurrá-las para trás, temos que olhá-las no rosto, reconhecê-las em nós, não tentar esconder em que partes de nós elas habitam… É trazendo-as à tona, debatendo-as, que nasce a possibilidade de mudança” (Lang e Segato).

Sabemos também que precisamos de comunidades acadêmicas e sociais dispostas a debater em profundidade, a aprender permanentemente, a expandir nossa imaginação e a (re)criar coletiva e permanentemente processos emancipatórios –práxis libertadoras– diante das omissões, indiferenças e qualquer expressão de revitimização das mulheres violentadas e das diversas comunidades afetadas. Acreditamos que o que também está em jogo é a construção coletiva de sociedades justas, relacionais e curativas; outros mundos possíveis aqui e agora, como dizem e fazem as, os, oas zapatistas.