Fotos: Webert da Cruz
Texto: Unión Nacional Campesina – Brasil
En una acción histórica del movimiento brasileño de lucha por la reforma agraria, la Unión Nacional Campesina (UNC) y la Confederación Nacional de Agricultores Familiares y Emprendedores Familiares Rurales (CONAFER) reunieron a más de 3 mil campesinos y campesinas, indígenas, quilombolas y ribereñ@s en plantón en un acto de resistencia en la Explanada de los Ministerios en Brasilia.
La Jornada Nacional de Lucha, bautizada como Carnaval Rojo, empezó el lunes 19 de febrero con un ritual emocionante de los hermanos indígenas Pataxó Hã-Hã-Hãe del Sur y extremo Sur de Bahía, donde pidieron a Tupã y a los Encantados que bendijeran las luchas de los siguientes días.
En enero de 2006 me mudé con mi familia a la capital del estado de São Paulo, Brasil. En mayo de ese año, más de 500 jóvenes de las periferias fueron asesinados en matanzas realizadas por grupos de exterminio, con sospechas de participación de agentes de seguridad pública del Estado de la Policía Militar.Una verdadera masacre contra la sociedad civil, un crimen de Estado, según las Madres de Mayo (formado por familias de jóvenes asesinados) y de muchos otros.
Hablo de los Crímenes de Mayo, como son conocidos, vinculados a los atentados del Primer Comando de la Capital (PCC), una facción criminal que nació en los presidios de São Paulo, como reacción, entre otras cosas, a la llamada Masacre de Carandiru, en la que fueron asesinados 111 presos por la Policía Militar del Estado de São Paulo en 1992. El PCC atacó bases policiales, delegaciones y otros agentes identificados como responsables por la seguridad pública, resultando en la muerte de 59 personas, entre policías, bomberos, carceleros y otros. Eso causó pánico en la ciudad de São Paulo, lo cual en su ápice, entre rumores y noticias de ataques, hizo que todo el comercio, la industria, las instituciones públicas y las escuelas cerraran sus puertas, decretando un toque de queda informal el 15 de mayo. Hasta mi escuela despidió a todos los alumnos, profesores y funcionarios. Eso provocó un caos en la ciudad, con personas tratando de regresar a casa aterrorizadas, con miedo de ser víctimas de un posible ataque.
Pero fueron las familias de las periferias las que más sufrieron en ese episodio, pues la acción de grupos de exterminio con fuertes sospechas de participación de policías militares, cuando no la acción directa de la propia PM, durante diez días de retaliación, acabó con la vida de jóvenes de forma indiscriminada, produciendo una estadística macabra de 564 muertes.
De ahí surgió el movimiento Madres de Mayo, cuyas familias tuvieron a sus hijos muertos en esa acción impensable. Indignadas, acudieron a la justicia, acusando al Estado de responsabilidad por esa masacre. Desde entonces, bajo el lema “del luto a la lucha”, han estado denunciando los Crímenes de Mayo, exigiendo que sean investigados, que los culpados sean juzgados y condenados y que las familias sean indemnizadas. El movimiento se volvió así una referencia en la lucha contra los crímenes de Estado.
Era un anciano. Su pueblo, los arawetés. Tenía el cuerpo rojo de urucú. El cabello en un corte redondeado. Y estaba sentado recto, con las manos abrazando el arco y las flechas delante de él. Se quedó así durante cerca de 12 horas. No comió. No se dobló. Yo lo miraba, pero él jamás estableció contacto visual conmigo. Frente a él, líderes indígenas de los varios pueblos afectados por Belo Monte se turnaban en el micrófono para exigir el cumplimiento de los acuerdos por parte de Norte Energia, la empresa concesionaria de la hidroeléctrica, y el fortalecimiento de la Fundación Nacional del Indígena (FUNAI). Él, como otros, no entendía el portugués. Estaba allí, sentado en una silla de plástico roja, en el centro de convenciones de Altamira, en Pará. ¿Qué veía? Hace 40 años, él y su pueblo ni siquiera sabían que existía algo llamado Brasil. Posiblemente eso siga no teniendo ningún sentido, pero ahora él estaba allí, bajo las lámparas, sentado en una silla de plástico rojo, esperando a que su destino sea decidido en portugués. ¿Qué veía?
No sé qué veía. Sé lo que veía yo. Y lo que vi me hizo alcanzar no una dimensión de él, sino de mí. O de nosotros, “los blancos”. Siempre que escribo sobre los meandros técnicos y jurídicos de Belo Monte, y ahora también de Belo Sun, sé que pierdo algunos cientos de lectores por frase, por más que simplifique lo que es complejo. Porque el lenguaje de la justicia, así como el de la burocracia, con todas sus siglas, está hecho para producir analfabetos incluso en quien tiene un doctorado en lengua y literatura. ¿Pero qué les queda a los indígenas que se esfuerzan por expresarse en la lengua de aquellos que los destruyen en el mismo momento en que la vida es destruida? ¿Qué le queda al viejo araweté sentado allí durante casi 12 horas? No tiene elección, ya que estas son las palabras con las que le aniquilan la existencia.
“compa, desde que desapareciste todos los días alguien pregunta por ti…” despertar todos los días con tu ausencia. dormir soñando con tu presencia. que hace falta, mucha y tanta falta. en méxico, 43 estudiantes (en su mayoría indígenas) están desaparecidos desde septiembre de 2014. en brasil, son innumerables los episodios cotidianos de asesinatos de jóvenes, en su mayoría negros y residentes de barrios periféricos.
el colectivo latitudes latinas, de salvador, bahía, brasil, produjo este programa especial para el 2o aniversario de los horrores de ayotzinapa.
esta noche, 26 de septiembre, el colectivo latitudes latinas y el projecto “polémicas contemporáneas”, coordinado por neslson pretto de la universidad federal de bahía, organiza también un debate sobre juventudes, derechos humanos y otros modos de resistencia en méxico y en otras latitudes. puesto que brasil también es “líder” de violaciones a los derechos humanos, sobre todo contra la juventud negra, participará también camila fiuza, hermana de davi santos fiuza, de 16 años, desaparecido desde 2014; de alejandro reyes, de radio zapatista; de carlos bonfim, de la universidad federal de bahia y latitudes latinas; y del colectivo “reaja ou será mort@” (reacciona o te matan). más info aquí.
Siete días de manifestaciones diarias se vivieron en Brasil durante la última semana, desde que asumió Michel Temer, el político que vino a ocupar la presidencia de la Federación, una vez que un Congreso ultra conservador – que incluye partidos de iglesias evangélicas, por ejemplo, pero no sólo – sacó de su cargo a la presidenta Dilma Rousseff, por medio de un proceso amañado.
La del domingo fue clave: más de cien mil personas se manifestaron en Sao Paulo, la gran metrópoli, rechazando a Temer y al proceso político que se vive en el país. Dos grandes federaciones de organizaciones son las responsables de convocar a las marchas: el Frente Povo Sem Medo (Pueblo Sin Miedo) y el Frente Brasil Popular. Ambos autodefinidos como defensores de la democracia, que sienten atacada por el “Golpe de Estado” que entienden ha sufrido el país.
También lo fue por las 27 personas que fueron detenidas arbitrariamente antes y después de la manifestación, y por la represión policial que se desató contra los cien mil.
En los días previos, Temer encabezó una campaña mediática denostando las movilizaciones y reduciendo el descontento de miles a “40 o 50” personas. Temer también se encargó de señalar que el problema en todo caso era la “violencia de los manifestantes”. El argumento no es nuevo, ya que Brasil conoce una larga historia de criminalización de todo grupo de acción directa, particularmente los Black Blocs, que han tenido una importante participación en las manifestaciones masivas del 2013 a la fecha. Tal vez de antes incluso.
El Sarao Bem Black fue uno de los espacios donde se realizó el festival CompARTE por la Humanidad en Salvador, Bahía, Brasil. En el aeropuerto de Salvador, entrevistamos al poeta Nelson Maca, quien nos habló sobre el Sarao Bem Black, encuentro poético del movimiento literario negro que se ha vuelto referencia no sólo en Bahía, sino en Brasil.
Nelson es también el creador del concepto de “literatura divergente” y del manifiesto llamado “Manifestación de la literatura divergente o manifiesto encrucijador de caminos”. En la entrevista, nos habla sobre lo que significa para él la literatura divergente y su relación con la politización de la diferencia.
Finalmente, nos habla sobre su nuevo libro Gramática de la Ira y su relación con la digna rabia.
Este miércoles se llevará a cabo la votación final para el impeachment de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, alejada del cargo desde mayo de este año, en lo que muchos califican de golpe de Estado. Mientras tanto, el gobierno derechista de Michel Temer ha dado, en pocos meses, duros golpes a la educación, la salud, la cultura, los derechos laborales, abriendo el camino a la privatización y a la industria privada. Al mismo tiempo, el discurso violento de una derecha que cuenta con la complicidad de los grandes medios de comunicación ha dado lugar a manifestaciones de odio, racismo, machismo y clasismo, creando una profunda división de la sociedad.
En este contexto, el poeta, novelista, cuentista y académico Wilson Alves Bezerra escribió en una semana el libro de poesía O pau do Brasil (El palo de Brasil), una referencia irónica al libro Pau Brasil del modernista Oswald de Andrade. El libro fue presentado en dos eventos del CompARTE Bahía (Universidad Federal y Barrio de Calabar).
En entrevista a Radio Zapatista, Wilson Bezerra nos habla sobre el libro, el papel de la poesía y la situación actual en Brasil.
Salvador, Bahía de Todos los Santos, Brasil, 24 de julio de 2016. Enclavada entre los elitizados barrios de clase media de Barra y Ondina, Calabar es una gran favela que revela las contradicciones de uno de los países más desiguales del mundo. Aquí, dos facciones del narco se disputan el territorio y éste se vuelve intransitable para quien no sea conocido del barrio.
Al lado de una gasolinera, sobre la gran Avenida Centenario que conduce a Barra, está una de las entradas al barrio: una estrecha callejuela repleta de gente que camina, ríe y conversa a gritos alrededor de pequeños puestos y entradas de casas que hacen las veces de bares al aire libre. Miradas de muchos o pocos amigos, interesadas, desconfiadas o indiferentes, cuerpos casi todos negros con el torso desnudo que se balancean en la cacofonía de las muchas músicas que surgen de casas, bares, coches. Y en todo eso, en la jovialidad carnavalezca de esa tarde de sábado, una tensión, la presencia apenas inteligible de algo que puede, en cualquier momento, explotar.
Aquí, en la biblioteca del barrio, espacio de lucha por una vida digna labrada con corazón y paciencia desde los sótanos de esta ciudad con un pasado aún presente de esclavitud, celebramos el cuarto y último día del CompARTE Bahía.
Siete jóvenes entre 15 y 20 años de edad, del grupo de teatro Conexão Arte e Vida, proyecto creado por el grupo de apoyo a la prevención del sida en Bahía, escenificaron la historia de la ciudad “Sí señor”, que con el tiempo se convierte en la ciudad “¿Por qué?”, para finalmente, a través de la lucha colectiva, volverse la ciudad “¿Por qué no?”. Reflexión que con humor y dolor reverbera en las calles y laderas de ese barrio aguerrido de Calabar.
Después de eso, Carlos Bonfim y Alejandro Reyes hablaron sobre el zapatismo, la autonomía, las artes como arma de lucha y el festival CompARTE por la Humanidad. Como en ningún otro espacio, la construcción de otro mundo posible resonó entre un público compuesto por jóvenes que luchan por transformar su realidad colectiva. “Hasta ahora estoy pensando en lo que sucede allá en México”, dijo una hora después uno de los miembros del grupo Voces Reveladas, “y creo que esta noche no voy a dormir. Nunca imaginé que podría existir lo que nos contaron, y sin embargo ahora mismo eso está sucediendo”. (Pedimos disculpas por la calidad de este y el siguiente audio, que quedó comprometida por las características físicas del espacio.)
Wilson Alves Bezerra escribió el libro de poesía O Pau do Brasil (El palo de Brasil) en una semana, ante la indignación y el espanto por el golpe “blando” (“¿blanco?”) orquestrado por una derecha que se manifiesta cada vez más fascista. En un diálogo con el publico, Wilson leyó varios poemas del libro, reflexionó sobre el papel de la poesía en la sociedad actual y el público debatió sus propias inquietudes y sus propias veredas con la palabra.
África estuvo presente por medio del grupo Voces Reveladas, creado hace 12 años por el maestro Sergio Souto y compuesto por jóvenes de comunidades populares de Salvador. Seis jóvenes de extraordinario talento representaron una parte del show “África en mí”: piezas en lenguas africanas, en inglés (remitiendo al soul norteamericano) y en portugués, con una presentación de ternura radical que cerró el Festival CompARTE por la Humanidad, sede Bahía, con el cuerpo erguido de la dignidad.
Salvador, Bahía de Todos los Santos, Brasil, 23 de julio de 2016. En el gran espacio abierto frente a la biblioteca central de la Universidad Federal de Bahía, con el constante vaivén de estudiantes que pasan, se encuentran, se congregan, discuten, continúan, en el ambiente siempre jovial de ese pueblo amante de la vida y sin embargo ensombrecido por el no saber qué hacer y hacia dónde caminar tras el golpe derechista que está eliminando todo derecho y la izquierda institucional en la que muchos, desde hace mucho, dejaron de creer… allí, en la tarde asoleada de este viernes, se reunió un grupo nutrido de jóvenes, jóvenas y no tan jovenxs, para el tercer día del Festival CompARTE por la Humanidad, sede Bahía.
El encuentro inició con una presentación de Carlos Bonfim y una breve introducción a la historia del zapatismo y al sentido del CompARTE por Alejandro Reyes.
Intercalando con la música de Evangel Vale, Ivan Maia, Wilson Bezerra y otros poetas nos instigaron con un breve “sarao”, mientras Marcos Araújo nos intrigaba con una performance silenciosa y Cristiano Pitón nos provocaba a pensar y a sentir con su instalación interactiva Biblioteca Caravelas: un tendedero en el que el libro, los libros, se transforman en objetos plásticos, se recrean y resignifican, en un juego creativo de participación colectiva. El sarao terminó con una intervención de la payasa colombiana Tororó.
El festival continuó en el auditorio del complejo PAF1 con una performance del “poeta de la luna y drag queen ocasional” Marcos Araújo, inspirada en el poema “De paz” de Marcelino Freire: “No soy de paz. De veras no soy. No soy. Paz es cosa de rico. No suelto ninguna paloma, no señor. No me venga a pedir que llore más. Secó. La paz es una desgracia…”
Enseguida, el poeta, escritor y académico Wilson Bezerra leyó algunos poemas de su nuevo libro O pau do Brasil (El palo de Brasil), escritos del 11 al 18 de abril, entre la aprobación del reporte de impeachment de Dilma Rousseff y el sía siguiente a la votación en la Cámara de Diputados. “El libro nace de una necesidad de elaboración a partir de la constatación de nuestra indigencia política, actualizada por los acontecimientos de esa semana fatídica”, dice el propio autor.
“Más de 20 años de dictadura, 434 muertes y desapariciones confirmadas por la comisión nacional de la verdad, miles de personas perseguidas y torturadas. ¿Y qué sabemos de hecho? Lo poco que nos cuentan. Libros, periódicos, revistas, internet, nada es suficiente para reconstruir este capítulo gravado con sangre en nuestra historia. Nuestros héroes no tienen monumentos, calles o avenidas en su honor, sólo les quedan las cicatrices y las pérdidas que el espejo insiste en recordar.” Dirigida por Arieli Batista, Fernanda Fonseca, Flávio Bueno, Luana Fulô y Sauara Costa, la obra “Aurora” surge de esa inquietud ante la dictadura militar brasileña y sus efectos en la sociedad actual. En el Festival CompARTE, se presentó un fragmento que discute la tortura y cómo ésta se transforma y sigue presente en la cotidianidad brasileña.
La librería Boto Cor-de-Rosa es un pequeño oasis en el barrio de Barra, en Salvador, Bahía, que en tiempos recientes viene sufriendo los efectos de una especulativa gentrificación. Una de las poquísimas librerías independientes de Salvador, sobrevive gingando, “haciendo nudo en gota de agua”, raro espécimen de una especie en extinción, ante la “shoppinización” de la vida clasemediera y la inaccesibilidad de la palabra escrita para la gran mayoría de la población.
Aquí, en la segunda noche del pequeño Festival CompARTE por la Humanidad, sede alterna Bahía, se reunieron poetas, académicos, estudiantes, jóvenes y jóvenas y jovenoas, para una charla/compartición con Carlos Bonfim y Alejandro Reyes sobre “literatura y re-existencias”, el papel del arte en la construcción de otros mundos posibles, el zapatismo y el CompARTE, el proceso creativo, la literatura que surge de los sótanos de la humanidad, la subversión del lenguaje, la representación de la violencia y muchos temas más.
El CompARTE Bahía continúa la tarde de hoy (22 de julio) con un encuentro de música, teatro, poesía, literatura, performance, clown, instalación, artes plásticas y más, en el campus de la Universidad Federal de Bahía.