Crónica de la represión a COPINH, Honduras
El pasado 20 de octubre una manifestación de la organización COPINH en Honduras fue brutalmente reprimida por la policía, a pesar de la presencia de niñxs, mujeres y ancianxs. La cantautora y activista social Karla Lara nos comparte esta conmovedora crónica de la represión.
También compartimos la cápsula radiofónica producida por Radio Guarajambala:
(Descarga aquí)
¿TE MOLESTA MI AMOR?
por Karla Lara
“Mi mamá, mi mamá, dónde está mi mamá, a mi hermanito se lo llevaron en un carro, mi mamá, ay mamá, ¡dónde estás, mamá!”… Eran gritos, estaba en shock, corría de regreso en sentido al peligro, hacia los gases y los chepos enloquecidos que repartían toletazos y lanzaban piedras en medio de una nube blanca provocada por las lacrimógenas y los chorros de agua, la gente nos pasaba de lado corriendo, hacés pequeños intentos por ser solidaria pero vos también querés salvarte, y el humo te ahoga, “mamá, mamá, dónde está mi mamá, mi hermanito, se lo llevaron en aquel carro”, señalaba hacia un punto donde ya no había ningún carro. Entre el humo y la gente corriendo apareció la mamá, “ella es, ¡mamá!”, gritaba el niño, “mamá, se llevaron a mi hermanito en aquel carro”, él se desvaneció y un muchacho delgado le ofrecía al niño, que era grande y gordito, ¿te cargo?, yo te llevo, salgamos de acá, gritaban otros, la mamá se desmayó en ese momento, le echábamos agua en la cabeza, hasta un policía municipal le echaba aire, los compas intentaban levantarla. Era una escena desgarradora, yo intentaba torpemente hacer algo, le decía al niño que se calmara y que avanzáramos pero todos dábamos gritos, órdenes, intentos de hacer algo. En eso traían a la abuela Yolanda, me fui con ella, y ella conmigo, debo de haber pensado que ella me salvaría y que yo podía cuidarla a ella que no podría correr, o nos darían refugio, mezquindad, solidaridad, quién sabe qué es en esos minutos de la vida que se hacen eternos, los compas respondían a los chepos con gritos, con una que otra piedra de regreso, y no paraban, no dejaban de lanzar bombas y correr tras nosotros, para qué, ya habían desalojado el plantón.
Preguntas sin respuestas, respuestas sin preguntas, concejos y consejos. (notas tomadas del cuaderno de apuntes del Gato-Perro)
Preguntas sin respuestas, respuestas sin preguntas, concejos y consejos.
(notas tomadas del cuaderno de apuntes del Gato-Perro)
20 de octubre del 2016.
A quien corresponda:
Preguntas sin respuestas:
.- Y para las mujeres asesinadas por el “grave” delito de ser mujeres, ¿habrá también burlas, desprecio, acusaciones de que, por exigir un alto a las agresiones y poner, con su sangre, el tema en la agenda no sólo nacional, sino mundial, le hacen el juego a la derecha? Porque no se están muriendo, las están matando. ¿Y si se niegan a aceptar que es un problema que se resuelve atacando la corrupción? ¿Y si se atreven a decir que el origen de ese odio asesino está en el sistema? ¿Y si se les ocurre la descabellada idea de hacer a un lado a los hombres en las decisiones vitales (sí, de vida)? ¿Y si deciden tomar su destino en sus manos? Algo de eso, o todo eso, ¿sería una maniobra gubernamental para evitar que etcétera?
.- Y loas otroas, ¿tendrán que esperar a que la clase política vuelva su encumbrada mirada a uno de los abajos más vilipendiados? ¿Deben resignarse a ser asesinadoas hasta llegar al número que merezca atención? ¿Y si se organizan, y si demandan respeto, y si deciden que ya basta de que el desprecio que reciben se convierta en muerte? ¿Se les dirá que su problemática no es prioritaria, que no es políticamente correcta en general, y contraproducente en lo particular de una competencia electoral, que deben sumar y no restar con sus reivindicaciones?
.- La iglesia progresista, cuyos párrocos, hermanas y seglares son quienes palpan de primera mano, sin intermediarios, el dolor, la angustia y la desesperación de migrantes, de familiares de desaparecid@s, de pueblos enteros agredidos, de la rabia por la impunidad, de la frustración por padecer una injusticia hecha ley con toga y birrete, ¿tiene interés en administrar ese dolor en beneficio propio? ¿qué ganan haciendo suyo ese lamento, identificándose con esa rabia? Y si esa visión, construida no sólo frente a amenazas de todo tipo, también arriesgando la vida terrena, ve que no bastan las soluciones que se ofrecen en el horizonte y lo expresa libre y razonadamente, ¿se oponen así, siendo lo que son y obrando en consecuencia, a un cambio real?
.- Si la sola posibilidad de existencia ciudadana (con todos sus derechos y obligaciones), de una mujer indígena, hace que “retiemble en sus centros la tierra”, ¿qué pasaría si su oído y su palabra recorrieran el México de abajo?