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San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Reunidos en el CIDECI/Universidad de la Tierra Chiapas en el Quinto Congreso Nacional Indígena, delegados de 33 pueblos, naciones y tribus originarios de México y la Comandancia General de EZLN decidieron en asamblea iniciar una consulta “en cada una de nuestras geografías, territorios y rumbos” para nombrar un Consejo Indígena de Gobierno “cuya palabra sea materializada por una mujer indígena” como candidata independiente para las elecciones del 2018, para contender a nombre del CNI y el EZLN. En otras palabras, un gobierno indígena, anticapitalista y antipatriarcal, horizontal y colectivo, cuya voz se haga escuchar por medio de una mujer indígena, para ejercer el “mandar obedeciendo” a nivel nacional.

En la asamblea se aclaró que la lucha no es por el poder, sino por la organización de los pueblos originarios y la sociedad civil para detener la destrucción que se vive en nuestro país y “construir la paz y la justicia rehilándonos desde abajo, desde donde somos lo que somos”.

La decisión surge de un análisis de la situación que se vive en el país, reflejada en los espejos que son los pueblos organizados en el CNI. En el pronunciamiento final de la asamblea, acordado la noche del 13 de octubre, se documentan los mecanismos de despojo, violencia y represión que sufren los pueblos originarios del CNI a manos de los gobiernos, empresas y la delincuencia organizada, así como las formas de resistencia y de construcción y reconstitución de la vida: “fortalecimiento en los espacios colectivos para tomar decisiones, recurriendo a recursos jurídicos nacionales e internacionales, acciones de resistencia civil pacífica, haciendo a un lado los partidos políticos que sólo han generado muerte, corrupción y compra de dignidades, se han hecho alianzas con diversos sectores de la sociedad civil, haciendo medios propios de comunicación, policías comunitarias y autodefensas, asambleas y concejos populares, cooperativas, el ejercicio y defensa de la medicina tradicional, el ejercicio y defensa de la agricultura tradicional y ecológica, los rituales y ceremonias propias para pagar a la madre tierra y seguir caminando con ella y en ella, la siembra y defensa de las semillas nativas, foros, campañas de difusión y actividades político culturales”.

La decisión de lanzar un Consejo Indígena de Gobierno en la figura de una mujer indígena para la presidencia del país es la respuesta de los pueblos originarios ante la violencia y el despojo, para “construir una nueva nación por y para todas y todos”.

Es el tiempo de la dignidad rebelde… ¡Que retiemble en sus centros la tierra!

Lee el pronunciamiento aquí.