¿Es posible un público cinéfilo más numeroso, más atento, más entusiasta? No sabemos exactamente cuántos zapatistas están presentes en el festival de cine Puy ta Cuxlejaltic, convocado por el EZLN, que se celebra del 1 al 9 de noviembre en el caracol de Oventic, Los Altos de Chiapas. El Sup Galeano anunció unos 4 mil, y puesto que entre los dos auditorios caben 3 mil 800, y ambos están llenos, hay que creerle al Sup (de por sí, pues no tiene la costumbre de mentir, a menos que esté disputando mantecadas –su talón de Aquiles– con los niños zapatistas… pero esa es otra historia). Lo que sí sabemos es que mujeres y hombres, niñas y niños zapatistas de todas las edades, asisten con un interés ejemplar las muchas películas presentadas, que de alguna forma se entretejen con su propia experiencia y su propia lucha.

Este segundo día del festival inició con una serie de documentales producidos por los “Tercios compas”. Los Tercios compas nacieron en 2014 ante la necesidad de tener información y análisis verídicos en las comunidades zapatistas. Se trata de un gran colectivo de comunicadoras y comunicadores zapatistas que están rompiendo el cerco informativo y produciendo materiales para las propias comunidades.

Después se presentó el documental Semillas de Guamúchil, con dirección de Carolina Corral. El documental surge a partir de una investigación realizada por la antropóloga Rosalva Aída Hernández con mujeres reclusas del penal Atlacholoaya, en Morelos. El proyecto resultó en el libro Bajo la sombra del guamúchil: Historias de vida de mujeres indígenas y campesinas en prisión (lee o descarga aquí), la conformación de la Colectiva Editorial Hermanas en la Sombra, una serie radiofónica y este documental.

De la misma directora, se presentó también el cortometraje de animación Amor, nuestra prisión, que explora las implicaciones de las relaciones amorosas en la prisión, narrado por mujeres privadas de su libertad en el penal de Atlacholoaya.

Posteriormente se presentó el largometraje Las niñas bien, con dirección de Alejandra Márquez, basado en el libro homónimo de Guadalupe Loaeza, que retrata la vida de las mujeres de clase media alta en la década de 1980.

La sesión de la tarde inició con la presentación del bellísimo documental A morir en los desiertos, con dirección de Marta Ferrer, que rescata la tradición del canto cardenche en el desierto de Durango y Coahuila.

Finalmente, se presentó el documental 500 años: Una vida en resistencia de la cineasta neoyorquina Pamela Yates, que cuenta la larga historia de la resistencia en Guatemala, en particular en el período de 2013 a 2015, desde el juicio por genocidio contra el dictador Efraín Ríos Montt hasta el movimiento nacional que derrocó al presidente Otto Pérez Molina.

Durante la jornada, en el “Pie cinema maya” instalado en la explanada del caracol de Oventic, la niña Defensa Zapatista y el niño Pedrito, acompañados por lxs también niñxs Esperanza Zapatista, Amado Zapatista, Pablito Zapatista y sus refuerzos, Yanileth Zapatista, Adelaida Zapatista, Elaide Zapatista y el Subcomandante Insurgente Moisés, entregaron “respetos”, claquetas conmemorativas y el “caracol de nuestra vida” a los colectivos que hacen ficción y documental. “Como está la situación ahora en nuestro país y en el mundo, la vida es de las cosas más frágiles que hay… también el caracol que les vamos a entregar”, dijo el Subcomandante Insurgente Galeano. Los colectivos homenajeados fueron: Oaxaca Cine, Muestra Ocote, Ojo de Agua Comunicación, Koman Ilel, La Marabunta Filmadora, Espora Kolectivo, El Paliacate, Faro Aragón, Faro Oriente, Proyecto Videoastas Indígenas de la Frontera Sur, Colectivo Solidaridad, SubVersiones, La Sandía Digital, Campamento Audiovisual Itinerante. Además, se homenajeó a lxs directores que participan en la categoría Ixmukané: Pamela Yates, Ilsa Salas, Marta Ferrer, Rocío Martínez Ts’ujul, Concepción Suárez, Inti Cordera y Gael García Bernal.