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(Español) ¿Revolución? ¿Reforma? ¿Lucha por la Vida? – Día 3, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”
CIDECI-UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, 17/Abril/18.- Hace unas semanas, en pleno Encuentro Internacional de las Mujeres que Luchan, las compañeras zapatistas de la época clandestina explicaban a las jóvenes zapatistas que su legado consistía en heredarles la posibilidad de vivir luchando. Esta tarde, los zapatistas volvieron a enfatizar que, más allá de los enredos entre el supuesto dilema “firmas u organización” y la gigantesca discusión del siglo pasado sobre “Reforma o Revolución”, la “categoría” contemporánea, la mera realidad y la mera urgencia de hoy es, literalmente, la lucha por la vida.
En el inicio del Conversatorio, al seguir abordando lo que lxs zapatistas llaman el “Efecto Marichuy” en el Encuentro de marzo en el caracol de Morelia, el Sup Galeano evocó que las compañeras zapatistas esperaban conocer a las mujeres de afuera porque, como en las ciudades las atacaban más, seguramente estarían mejor organizadas que ellas para poder estar vivas. Esta preocupación vital, que puede sonar a límite pero también puede ser potencia imaginativa y práctica, se trasladó al resto de la jornada cuando el EZLN, en voz del Sup Galeano, explicó que según su mirada el Capitalismo ha decidido no permitir más respiros (gobiernos progresistas) e intentará conquistar todo y destruirnos a todxs. Es por ello que la apuesta no es “Reforma ni Revolución, sino Supervivencia, es decir Resistencia y Rebeldía”. Allí él probable efecto Marichuy: las ganas de trabajar por la vida no sólo con la palabra, efecto que ojalá germine también no sólo dónde ya existe la tierra fértil de la organización autónoma.
Alicia Castellanos, Carlos Aguirre Rojas, Gilberto López y Rivas y Alejandro Grimson se sumaron a la marea de reflexión, teoría, historia política y esfuerzos comunes en América Latina. Por ejemplo, Alejandro explicó que vale la pena celebrar si se cambian las torturas militares por elecciones o se aumentan los salarios, los hospitales y las escuelas, pero recalcó que la lucha central es, sobre todo, “incrementar cualitativamente las autonomías de nuestros actores, donde tengamos la ambición de erosionar esos poderes inmensos que parecen inconmovibles y que sólo pueden ser movidos con fuerzas políticas y sobre todo culturales que apunten a cambiar el mundo cada día”; y Alicia Castellanos resaltó que se está consolidando en México una identidad política de apoyo a los pueblos originarios capaz de trasladar e inscribir sus palabras y formas de vida a nuevos oídos, artes, espacios públicos, redes de apoyo, colectividades e irrupciones políticas.
Si, como evocó Gilberto López y Rivas, es en la participación de lxs de abajo de donde proviene la esperanza real de cambiar el mundo, la tormenta añade a la utopía de siempre una variante en sus reglas del juego: para poder disentir o elegir opciones es necesario mantenerse primero con vida. A golpes de realidad, esta variante cada vez está haciendo más explícitos los cambios y las dificultades de imaginar, organizarse y hacer política en esos abajos señalados por Gilberto, quién además concluyó que, pese a todo, toca “darle duro, sin confusiones ni derrotismo; y el que quiera criticar, primero que trabaje”.
Escucha/descarga las ponencias:
Conversación entre lxs ponentes:
(Español) ¿Cumplimos o no cumplimos? – Día 2, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”
Tras la incursión al espacio de la democracia electoral permitida y promovida por el sistema político institucional, ¿cumplimos o no cumplimos?, ¿terminamos en lo mismo o realmente hicimos otra cosa? Así la pregunta, la reflexión, la autocrítica, el verdadero examen y el espejo propuestos por el EZLN en voz del SubComandante Insurgente Galeano en el primer día de charlas del conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿Prohibido pensar?”. Con esta invitación ha iniciado este lunes 16 de abril en el CIDECI-UNITIERRA de San Cristóbal la valoración colectiva de la etapa en la cual el Concejo Indígena de Gobierno intentó contar con una vocera que participara como candidata en las elecciones presidenciales de este año. Algunas de las primeras respuestas compartidas fueron: “Faltará en la opinión pública el nos están matando”; “Se logró un importante avance pues se construyó, reinstaló y amplió un auténtico espacio político que abre el camino y el horizonte de los pueblos”; “Tal vez como experiencia estuvo buena, pero debemos cuidarnos de no repetirla”; “Sabemos muy bien que nuestros sueños no caben ni cabrán jamás en sus urnas, en cualquier tipo de urnas”; “Nosotros decimos que no legitimamos al sistema sino que lo desnudamos” o “La verdad, hicieron un desmadre”.
A la par de éstas y las próximas reflexiones sobre la recolección de firmas como pretexto para generar organización colectiva autónoma –el SubGaleano incluso declaró que ellos pensaron que a lo mucho se obtendrían 100,000 firmas y que de ellas quizás 10,000 personas entenderían la propuesta–, en el primer día de este nuevo “semillero” sobresalió lo que en su momento era la agenda secreta del zapatismo. Al contarnos el origen y el camino para preparar el Primer Encuentro Internacional de las Mujeres que Luchan, las compañeras de base y coordinadoras de los cinco caracoles zapatistas, así como Mercedes Olivera, Márgara Millán, Sylvia Marcos y María de Jesús Patricio Martínez, trazaron veredas sobre cómo pensar y hacer hoy, juntxs y desde abajo, una transformación radical, ese “caminar que va lento, de lo pequeño a lo mayor, se va apropiando del territorio, tiene reglas desde el trato hasta lo que se produce y lo que se consume, se burla del dinero, reencuentra el juego, el espacio de la fiesta, se niega a la victimización, distribuye y disemina el poder y es siempre atento al poder de las estructuras de género”.
Entonces, ¿valió la pena el reciente esfuerzo al que fuimos convocadxs? A decir de Marichuy, en el CIG-CNI querían promover el poder y la organización desde abajo. El recorrido fue con esa finalidad y les dio gusto encontrar organización en los lugares donde imperaban el dolor, el despojo, la criminalización y la división comunitaria impuesta por los partidos políticos. “Más que ir nosotros a decirles, aprendimos mucho. Y yo creo que eso nos va a servir mucho al CNI. El recorrido fue un primer paso de muchos que se avecinan. Vamos a seguirle porque hay mucho qué hacer. Sigue lo que sigue. No podemos pensar que ya no la hicimos, sino que tenemos que seguir fortaleciendo los trabajos que hacemos de por sí. Falta mucho por hacer”, sintetizó Marichuy. A las preguntas zapatistas de los últimos años –¿Valió la pena el esfuerzo? ¿El trabajo generó organización o no? ¿Somos más grandes en horizonte (que no en número) y en capacidad? ¿Cumplimos o no cumplimos?– Marichuy respondió “Cumplimos”, pero acaso el auditorio del CIDECI se inundó con la sensación de que quedaron y quedan pendientes muchas más respuestas en muchxs otrxs lugares.