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Agencia SubVersiones

Jornada contra feminicidios en Tepoztlán, Morelos

Video: Carolina Corral
Fotografía y texto: María González

El pasado domingo 10 de junio organizaciones y colectivas feministas así como personas solidarias e indignadas realizaron una jornada de protesta en Tepoztlán, Morelos, debido a que el jueves 7 de junio apareció en su demarcación territorial el cuerpo calcinado de una mujer de 20 años, estudiante de odontología de una universidad privada ubicada en la salida norte de Cuernavaca, quien fue reportada como desaparecida un día antes a través de redes sociales.

El cuerpo de la joven –de quien su madre pidió no publicar el nombre– fue localizado en un paraje de San Juan Tlacotenco, localidad perteneciente al municipio de Tepoztlán. Éste es el tercer feminicidio en lo que va del 2018 en dicho municipio y el número 33 en el estado. Las manifestantes denunciaron que las instituciones públicas y el gobierno morelense han guardado silencio al respecto de la problemática y han sido omisos en cuanto a su responsabilidad de resolver la crisis de violencia que impera en el estado, la cual se ha incrementado en los últimos años a pesar de que, desde mediados de 2015, y bajo presión de la sociedad civil organizada, se activara la Alerta de Violencia de Género (AVG) para ocho municipios de la entidad.

Con una batucada, mantas, cartulinas con mensajes de conscientización e informativos, y una voz colectiva potente, las colectivas y un nutrido contingente marcharon desde la entrada del pueblo hacia el centro, rodearon la cuadra de la plaza principal para llegar a la plaza en donde leyeron dos pronunciamientos (aquí uno) sobre la indignante situación de violencia que se vive en el estado y las exigencias a los responsables de las instituciones que se supone hacen frente a los problemas de seguridad pública. También se cantó a coro una versión feminista de La llorona y se leyó un poema de denuncia y contestatario ante las violencias feminicidas de que somos objeto y testigxs.

Al haber sido en fin de semana, la movilización tomó por sorpresa a vecinxs y turistas que paseaban o comerciaban en la zona y mucha gente aplaudió y grabó con sus celulares la manifestación que expresaba por todo lo alto el gran dolor y la rabia ante la inacción y la impunidad que han sido las respuestas oficiales alrededor de este grave problema social durante los últimos años.

El Frente Feminista de Morelos reporta 135 desapariciones de mujeres en el estado sólo durante el 2018 y la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHM) ha registrado entre los años 2000 y 2017 más de 850 feminicidios en la entidad. Tras casi tres años de haber entregado 15 recomendaciones para prevenir, atender, sancionar, documentar y erradicar la violencia de género, la Comisión acusa una nula rendición de cuentas, que la constante es la revictimización de las mujeres y sus familias, que hay ausencia de justicia, falta de preparación, corrupción, omisión y complicidad de funcionarios públicos, abogados y cuerpos policiacos.

Tras realizar las acciones enlistadas, la manifestación se trasladó a las afueras del Auditorio Ilhuicalli, donde se llavaba a cabo un debate entre candidatxs a la presidencia municipal de Tepoztlán. Mientras afuera continuaban las canciones, la poesía, las pegas de cartulinas, las denuncias y un performance participativo para evocar la presencia de las morelenses asesinadas y desaparecidas a través de los años; adentro, una comisión entregó los pronunciamientos y una carta de exigencia para que lxs candidatxs asumieran públicamente el compromiso de reducir los índices ominosos de las violencias contra las mujeres en sus diferentes formas.

Asimismo, las organizaciones feministas morelenses citaron hoy, jueves 14 de junio, a lxs candidatxs a la gubernatura del estado en la Plaza de Armas de Cuernavaca para que firmaran una carta compromiso con siete puntos para actuar por la vida y la seguridad de las mujeres morelenses. Entre estos puntos destacan el cumplimiento de las medidas emergentes –decretadas anteriormente– para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres; que se cumpla lo estipulado en la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia; que se eleve el presupuesto y la capacitación a las dependencias que hacen frente a la problemática, incluyendo la instrucción a la fiscalía general del estado sobre la revisión e investigación de los expedientes de casos para que entregue avances concretos; así como la realización de mesas de trabajo bimestrales con las organizaciones de la sociedad civil (OSC’s) para dar seguimiento y entregar informes de los avances al respecto. Es decir, que la exigencia a las instituciones, tristemente, sigue siendo que simplemente hagan su trabajo, lo que se supone da razón de su existencia y que, sin embargo, no cumplen, aunque sí gasten el presupuesto público.

A final de cuentas las y los manifestantes se abrazaron y lloraron las pérdidas de más mujeres, unas con otras, reivindicaron la lucha por la verdad y la justicia, también por la alegría; pusieron en acción la memoria colectiva y llamaron a fortalecer los lazos comunitarios para el cuidado mutuo. Ante un estado omiso y feminicida, es imperativo el grito fuerte que sonorice y visibilice los horrores –si no como única acción, claramente una indispensable; y nunca más permitir que prevalezca el silencio. En alto y firme la exigencia y la presión por la justicia, no es una petición, no es un favor que se mendiga. Mientras no haya seguridad para las mujeres, niñxs, hombres y ancianxs en México, seguirán retumbando en las calles de los pueblos y ciudades las voces, los cantos, las memorias de quienes día a día son arrebatadxs por un sistema mortífero; sistema que hay que transformar o derrumbar –según la ideología– para la restitución de condiciones dignas para la vida.

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Ké Huelga Radio

Argentina: campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito

Desde hace años un conjunto de organizaciones se han movilizado en la Argentina para luchar por el derecho de las mujeres a decidir con su cuerpo y su vida. Este miércoles y jueves se vota en el congreso argentino el reconocimiento legal de este derecho sin embargo, partidos, grupos conservadores y sectores reaccionarios de la iglesia busca impedir la aprobación de dicha iniciativa.

Tuvimos la oportunidad de conversar con la compañera Diana, de la colectiva Mala Junta, que nos compartió la situación de las movilizaciones en Argentina y el panorma de las discusiones que se han desarrollado con mayor presencia desde el 2008 a la fecha.

Diana Broggi-Colectiva Mala Junta:

Por su parte, la compañera Lucila nos compartió algunas de las estrategias que están implementando las compañeras en Buenos Aires y en otras provincias en la Argentina para mantener la presencia y la presión para conseguir el reconocimiento de la ley en el marco de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Lucila-antropóloga

Estos temas nos parecen fundamentales por el aumento de la violencia
en México se asesina a a 7 mujeres cada 24 horas, según el informe Igualdad de género y empodeamiento de las muejres en México elaborado por la ONU.

Detener la violencia que se ejerce contra las mujeres es una de las demandas más urgentes en nuestro país, el aumento de los feminicidios denunciados por la campaña #Ni una mas nos da cuenta de la dimensión de este problema.

Recuperamos el concepto propuesto por la ONU que establece como feminicidio: la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea
perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión.

Entre 2006 y 2013 se reportan 3 mil asesinatos de mujeres y tan solo en los últimos años hubo 591 feminicidios en 2016, 617 en 2017 y en lo que va del 2018 suman mas de 500 feminicidios. Cifras por demás alarmantes y que dan cuenta de la situación de emergencia que se vive en nuestro país.

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CNI/CIG

Convocatoria al Encuentro Nacional de Mujeres

A las compañeras Concejalas del Concejo Indígena de Gobierno

A las compañeras Delegadas del Congreso Nacional Indígena

A las compañeras de la Sexta Nacional e Internacional

A las mujeres que luchan abajo y a la izquierda

 

Reunidas mujeres de Honduras, Argentina, Alemania, Francia, Brasil, Estados Unidos de América y México de los estados de Oaxaca, Estado de México, ciudad de México, Jalisco, Michoacán, Morelos, Veracruz, Yucatán, Chihuahua, Guerrero, Querétaro, Chiapas, Guanajuato, Campeche y concejalas del Concejo Indígena de Gobierno de los pueblos purépecha, tzeltal, Otomí, Binnizá, Mazahua, Chontal, Coca, Nahua, Wixárika, Raramurí y Popoluca, declaramos:

Somos tierra, somos aire, somos agua, somos selva, somos mar, somos río, somos bosque, somos desierto, somos lluvia, somos sol, somos luna, todas nacidas de la tierra, mujeres originarias, maestras, obreras, universitarias, campesinas, enfermeras, doctoras, periodistas, comerciantes, migrantes, artistas, y muchos otras más actividades que realizamos madres, abuelas, niñas, hermanas, tías, hijas, amigas, todas al fin humanas, mujeres que resisten y se organizan ante la guerra que enfrentamos al capitalismo que genera muerte, despojo y explotación en nuestras vidas.

Nosotras sabemos que este sistema de muerte que gobierna el mundo, ha cimentado el patriarcado en todos los aspectos en que vivimos y habitamos, por eso nosotras somos más violentadas en él, pero también esa es la razón por la que tenemos que comenzar este camino para cambiar el mundo y construir uno o muchos, donde no existan modelos de explotación y donde no existan ideas fundadas que privilegien a un sector o a un sexo sobre los tantos que hay, un mundo donde en libertad decidamos cómo queremos ser llamadas y cómo queramos organizarnos para así, si hay un gobierno, ese obedezca al pueblo y sus demandas. Y entonces habrá justicia, habrá respeto a nuestras decisiones, no habrá explotación por nuestro trabajo, no habrá despojo a nuestras tierras y a nuestro cuerpo mismo.

Ante el llamado de la vocera y concejalas del Concejo Indígena de Gobierno, nos reunimos para iniciar el largo camino que de por sí nos toca como mujeres que somos. Esta guerra golpea a nuestro país y al mundo entero, por eso en este primer encuentro nos escuchamos y las demandas salieron: ¡Muera el capitalismo! ¡Muera el patriarcado! ¡Alto y justica a todos los feminicidios! Comenzamos a discutir los nuevos grupos de trabajo del CIG: Autonomía, Tierra y Territorio, Mujeres, Jóvenes y niños, Diversidad sexual, Personas con discapacidad, Migración y desplazados, Trabajo y explotación y Justicia, pues creemos que ahí está el dolor de nuestro pueblo, sus demandas y la esperanza misma que nos alienta a iniciar un largo caminar, que probablemente nuestros ojos no lo verán, pero sí lo vivirán y habitaran aquellos que vienen en camino. Caminemos pues para construir un mundo que no habitaremos, donde exista la justicia, la libertad y la democracia para nuestros pueblos.

CONVOCAMOS

A todas las mujeres del mundo y las de nuestro México a un ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES, en la comunidad hñähñu de San Lorenzo Nenamicoyan, Edo de México, los días 28 y 29 de Julio del 2018.

Para que en colectivo y con organización de abajo, anticapitalista, antipatriarcal, apartidista, construyamos un gobierno de mujeres y hombres que obedezcan a los pueblos organizados desde sus asambleas y construyamos este mundo donde quepan muchos mundos, buenos sistemas de vida para nosotras y nosotros de los pueblos.

Comencemos compañeras, que el camino es largo y profundo, y ese mundo debe de pensarse con nosotras como mujeres que somos, ese nuevo mundo, requiere de nuestro trabajo, para así, todas y todos romper con este sistema que nos mata. Luchemos por la vida y derroquemos aquello que nos genera muerte.

Favor de registrarse al correo cniencuentronacionalmujeres@gmail.com, fecha límite de registro el 20 de julio del 2018 al correo. Enviando: Nombre, edad, lugar de procedencia, organización, colectivo o pueblo al que pertenece.

Indicaciones de qué llevar: plato, cuchara, vaso, cosas para pernoctar (cobijas, bolsas de dormir). La comunidad se ubica en una zona boscosa y debido a la temporada de lluvias es de clima frío.

 

Indicaciones de cómo llegar:

1. Desde CDMX por circuito mexiquense: https://www.google.com.mx/maps/dir/Ciudad+de+M%C3%A9xico,+Cd.+de+M%C3%A9xico/San+Lorenzo+Nenamicoyan,+Estado+de+M%C3%A9xico/data=!4m8!4m7!1m2!1m1!1s0x85ce0026db097507:0x54061076265ee841!1m2!1m1!1s0x85d3b3f504a176b5:0x81a76866898a6d4f!3e0?sa=X&ved=0ahUKEwjf0-fm3bXbAhVCbKwKHY_pDj4Qox0INjAA

2. Desde CDMX por autopista México- Querétaro:

https://www.google.com.mx/maps/dir/Ciudad+de+M%C3%A9xico,+Cd.+de+M%C3%A9xico/San+Lorenzo+Nenamicoyan,+Estado+de+M%C3%A9xico/data=!4m8!4m7!1m2!1m1!1s0x85ce0026db097507:0x54061076265ee841!1m2!1m1!1s0x85d3b3f504a176b5:0x81a76866898a6d4f!3e0?sa=X&ved=0ahUKEwjf0-fm3bXbAhVCbKwKHY_pDj4Qox0INjAA

3. Desde Toluca por autopista Toluca – Atlacomulco:

https://www.google.com.mx/maps/dir/Toluca+de+Lerdo,+Estado+de+M%C3%A9xico/San+Lorenzo+Nenamicoyan,+Estado+de+M%C3%A9xico/data=!4m8!4m7!1m2!1m1!1s0x85cd89892a50ebb9:0xad3f4ad5550208c4!1m2!1m1!1s0x85d3b3f504a176b5:0x81a76866898a6d4f!3e0?sa=X&ved=0ahUKEwimqdqx5LXbAhUFc60KHQLkATkQox0INjAA

4. Desde Arco Norte: https://www.google.com.mx/maps/dir/Autopista+Arco+Nte./San+Lorenzo+Nenamicoyan,+Estado+de+M%C3%A9xico/data=!4m8!4m7!1m2!1m1!1s0x85d23305e4b7b297:0x83372eb9c4ca755f!1m2!1m1!1s0x85d3b3f504a176b5:0x81a76866898a6d4f!3e0?sa=X&ved=0ahUKEwjtguuD7LXbAhUKOawKHd2ZB3gQox0IODAB

Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos

¡Nunca más un Mundo sin nosotras!

CONGRESO NACIONAL INDÍGENA

CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO

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NotiFrayba

San Cristobal de las Casas no es un lugar seguro. Marcha contra los feminicidios.

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(Descarga aquí)  

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La Teta Informativa

Noticiero Feminista La Teta Informativa.- sesión del 23 de Mayo de 2018

*FEMINICIDIO EMERGENCIA NACIONAL
EDOMEX: Guadalupe Verónica Benitez fue apuñalada 17 veces, golpeada con un block de construcción en la cabeza y finalmente degollada frente a su casa en el Estado de México, el 6 de julio de 2017. La joven era violentada por su esposo, con quien tenía seis meses de matrimonio 
(Audio)
Iztapalapa: Mariela Vanessa Díaz Valverde, de 21 años de edad, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, desapareció la mañana del pasado 27 de abril después de salir de su domicilio ubicado en la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México, rumbo a la UNAM. 
(Audio)
Cancún: Amairani Poot, de 16 años, que fue asesinada en un predio baldío de la región 227 y que fue encontrada el 20 de mayo
Las autoridades ministeriales confirmaron que la menor fue violada, golpeada y aparentemente, murió asfixiada cuando sus atacantes le taparon la nariz y la boca, esto en la manzana 112 Lt 14 de la avenida Río Hondo.
-Saltillo Coahuila: Esta madrugada del 21 Mayo La vida le fue truncada en su propio domicilio a Maria Guadalupe Reyna Zapata de 17 años cuando fue asesinada por su pareja Sergio Francisco “N” quien le llevaba casi diez años de diferencia.
 Sergio al estar en completo estado de ebriedad la golpeó hasta quitarle la vida.
 Los hechos se registraron durante la madrugada de éste lunes en un domicilio ubicado en la Avenida Torre y Libertad en Saltillo Coahuila, donde los primeros minutos de hoy, reportaron a una joven desmayada por lo que solicitaron una ambulancia, pero vecinos al ver  que Maria Guadalupe no respondía la subieron a un auto particular para trasladarla de inmediato a las instalaciones de la Cruz Roja en donde llegó ya sin signos vitales.
 -CHALCO: FEMINICIDIO #82: Asesinan a golpes a una mujer y arrojan cuerpo a la calle.
 El cuerpo de una mujer fue hallado en un terreno baldío de la colonia San Isidro, en Valle de Chalco, mismo que se encontraba entre montones de cascajo y cuya identidad no pudo ser conocida.      
FEMINICIDIO #84: Encuentran cuerpo desnudo de una joven asesinada en canal de aguas negras        
El atroz hallazgo ocurrió alrededor de las dos de la tarde de este martes en los límites de los municipio de Chalco y Temamatla, por donde cruza un canal de aguas negras.  
En el cauce del canal pobladores vieron un cuerpo flotando, el cual correspondía al de una mujer de entre 25 y 30 años de edad, la cual se encontraba totalmente desnuda de la cintura para abajo
Nezahualcóyotl: Feminicidio por segundo día consecutivo en Nezahualcóyotl
por segundo día consecutivo en Nezahualcóyotl asesinan a una mujer a balazos afuera de su domicilio, de acuerdo con vecinos la víctima tenía problemas con su ex pareja.
 -DURANGO: ‘Toque de queda’ en municipio de Durango por feminicidios.
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Ké Huelga Radio

Protesta contra la violencia de género en la UNAM

El pasado miércoles 16 de mayo se realizó una protesta contra la violencia de género en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, esta acción se suma a las diversas actividades que se han realizado en la Facultad de Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Sociales y la Escuela Nacional de Trabajo Social para denunciar las falta de compromiso por parte de las autoridades de la UNAM, del STUNAM y el AAPAUNAM. Sin la firma del protocolo de actuación por parte de los sindicatos, dicho instrumento carece acciones vinculantes que garanticen soluciones reales a las denuncias planteadas.

La protesta se desarrolló en la entrada del lugar, minutos después de la presentación del nuevo director del Instituto. Una de las manifestantes leyó un comunicado para denunciar las situaciones sufridas por trabajadoras en dicha dependencia:

Miércoles 16 de mayo de 2017

Pronunciamiento Instituto de Investigaciones Económicas

Cada 24 horas se denuncian más de 80 agresiones sexuales

Hay más de dos violaciones sexuales por hora, casi 50 al día
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 SON LOS FEMINICIDIOS AL DÍA EN ESTE PAÍS

Como estudiantes organizadas emitimos el siguiente pronunciamiento, la Universidad Nacional Feminicida de México no está exenta de la guerra que se vive en este país y en el mundo contra las mujeres, la UNAM es cuna de violadores, agresores, desaparecidas y asesinadas.

La Universidad, el Sindicato de Trabajadores STUNAM, la Secretaría de asuntos universitarios y el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM encubren y protegen agresores, golpeadores y a hombres que ofrecen estabilidad laboral a cambio de favores sexuales, o sea, violadores. Estas Instituciones que se jactan de ser críticas y antisistemicas, se han encargado de proteger a aquellos que violentan, estos académicos y académicas cuyos textos se desbordan de verborrea y marxismo dan la espalda a las trabajadoras que los necesitan y se esconden detrás de sus títulos y sus libros.

La UNAM se quiso posicionar con el discurso progre al adherir el protocolo de género en el marco de la campaña de la ONU He For She, pero ni aunque pinten de rosa toda la Universidad nos protegen, denunciamos la violencia y la revictimización que se vive cuando nuestras compañeras, trabajadoras y académicas alzan la voz para denunciar, no existen garantías que nos protejan, retrasan los casos, burocratizan los procesos y dan información del caso antes de lo debido a los agresores.

Señalamos al STUNAM porque reafirmamos que no vamos a permitir impunidad y violencia contra nuestras compañeras, venga de quien venga, TRABAJADORES, ACADÉMICOS O ESTUDIANTES.

EL día de hoy denunciamos todas estas agresiones y opresiones patriarcales en general y en particular hacemos esta acción autónoma, sin presiones de nadie y como estudiantes organizadas para denunciar las agresiones hacia Judith Flores Flores y hacia una compañera en estado de embarazo por parte de un trabajador que golpea porque se siente con el derecho de hacerlo, es un macho violento y reacciona agresivamente sin la menor provocación y viola a las trabajadoras a cambio de un buen puntaje, porque así se le llama a un agresor que exige favores sexuales bajo coacción, VIOLADOR.
NUESTRAS EXIGENCIAS SON LAS SIGUIENTES

Exigimos que el SINDICATO DE TRABAJADORES DE LA UNAM Y LA SECRETARÍA DE ASUNTOS UNIVERSITARIOS deje de solapar y encubrir golpeadores entre sus filas y que aquellos casos que así lo ameriten se les rescinda el contrato y no se les perdone y NO SÓLO SE LES llame la atención con faltas administrativas.

Es inadmisible que dentro del Sindicato de esta Universidad donde se encuentran trabajadoras admirables y que gracias a su trabajo la UNAM se mueve día a día, se sigan las mismas prácticas políticas que tienen sumido al país en la corrupción y la desigualdad y que por medio de contactos posicionados las agresiones no sean castigadas como corresponde, BASTA DE NEPOTISMO E IMPUNIDAD DENTRO DE LA UNAM, EL STUNAM Y LA SECRETARÍA DE ASUNTOS UNIVERSITARIOS.

Exigimos que todo tipo de violencia, sexual, física, emocional, económica y psicológica pare contra todas nosotras, hemos permanecido calladas y sumisas por siglos, pero ya no vamos a seguir así, SI TOCAN A UNA, RESPONDEMOS TODAS.

Exigimos al recién nombrado Director del Instituto de Investigaciones Económicas, ARMANDO SÁNCHEZ VARGAS, deje de hacer caso omiso a la violencia machista que se vive en el Instituto, le exigimos DirectorSánchez que comience su administración tomando las acciones correspondientes para que exista un proceso claro y transparente, queremos que las agresiones hacia Judith Flores Flores, sean castigadas debidamente.

Le exigimos que tome medidas para que cese violencia hacia las becarias, académicas y trabajadoras de este instituto así como que se garantice en todo momento la seguridad e integridad física de Judith Flores Flores y de su compañera dentro de este espacio.

Le exigimos al Rector Enrique Graue Wiechers, a Rectoría y a La Secretaría General que garanticen un proceso en el que la agresión hacia Judith Flores Flores sea castigada como corresponde demandamos justicia para las becarias, académicas y trabajadoras del Instituto de Investigaciones Económicas que han sido sujetas de agresiones sexuales por parte de la comunidad de este Instituto.

Las autoridades deben de tomar las medidas necesarias para que todas las mujeres de la comunidad accedan a la justicia que tanto se promueve en el protocolo de género de la UNAM, PERO QUE NUNCA HA LLEGADO A NOSOTRAS.

Exigimos que el Dr. Domingo Alberto Vital Díaz, coordinador de humanidades, las autoridades de los diferentes institutos y coordinaciones de la Universidad aquí presentes, y Rectoría, se pronuncien y tomen medidas eficientes para que podamos vivir tranquilas y los agresores sean expulsados de nuestros espacios, de la misma manera demandamos que estas instituciones y quienes las representan brinden asesoría jurídica a las familiares de Mariela Vanessa, estudiante de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras desaparecida desde el 27 de abril y nos sumamos a la exigencia de la construcción del memorial contra la violencia machista en la cabina de teléfono del anexo de ingeniería donde Jorge Luis Hernández asesinó a Lesby Berlín Osorio.

Exigimos a las autoridades universitarias que el proceso de agresiones sexuales dentro del Tribunal Universitario brinde justicia expedita y sea revisado por mujeres expertas en procesos legales con perspectiva de género y no por decanos milenarios que están tan grandes que ni siquiera pueden llegar al Tribunal Universitario, exigimos que se elimine la figura de Tribunal de Honor porque aunque el violador o agresor tenga la medalla Gabino Barreda, VIOLADOR Y AGRESOR SE QUEDA.

Por último exigimos a las autoridades universitarias en general y al Director Sánchez Vargas, al Sindicato de Trabajadores de la UNAM y a la Secretaría de Asuntos Universitarios que no sólo se le cambie de instancia académica al agresor de Judith Flores Flores sino que tenga el castigo correspondiente por golpeador y agresor sexual, NO VAMOS A SEGUIR ACEPTANDO MEDIDAS COYUNTURALES.

El día de hoy nos presentamos como compañeras organizadas cubiertas, porque las instituciones no garantizan nuestra seguridad cuando conocen nuestro rostro, porque no importamos cuando nos asesinan con un cable de teléfono, pero cuando nos ven así pueden sentir por un momento el miedo que nosotras tenemos todos los días al compartir salones, espacios laborales y universitarios con nuestros agresores.

CUBRIENDO NUESTRO ROSTRO SOMOS COLECTIVIDAD, SOMOS JUDITH, SOMOS ADRIANA, SOMOS LESBY, SOMOS MARIELA, GRACIELA Y SOL, SOMOS TODAS LAS MUJERES GOLPEADAS, VIOLADAS Y ASESINADAS, ¡NI UNA MÁS!

Hacemos responsables directos de cualquier agresión o atentado hacia nuestra integridad física, académica, laboral o mental, como compañeras organizadas, así como la de Judith Flores Flores y su compañera a las autoridades del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, al Rector Enrique Graue Wiechers, al Jefe de Vigilancia UNAM y a los agresores anteriormente mencionados.


 

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Radio Zapote

Mayo feminista para Chile

Por Lola Dolor

Hace aproximadamente un mes, universitarias chilenas empezaron a tomar sus facultades y hoy son más de quince universidades sumadas a la toma, incluso algunas instituciones católicas se cuentan en la lista.

El día de ayer, miles de mujeres tomaron las calles en distintas ciudades chilenas al grito de “No aceptaremos más violación, violadores, ni su sistema de protección y reproducción”.

De acuerdo con información de Radio Humedales, radio lesboseparatista de Chile, en Concepción fueron cerca de 3 mil mujeres, en Santiago 10 mil, y en el resto de ciudades cientos más. “Miles de mujeres en todo el país de acuerdo, en que no vamos a quedarnos en silencio ante este grave problema que nos duele a las mujeres y niñas. Aquellas que no participaban de la manifestación, se sumaban con sonrisas, gritos de apoyo, miradas de complicidad. Finalmente, todas las mujeres estamos en contra de la violación y entonces tenemos un acuerdo público que nos hace un poco de justicia. Por otro lado, los hombres miran con sorpresa, otros intentan la mofa y el ridículo. Pero nadie queda indiferente a esta denuncia y protesta”.

En el marco de las protestas, el ministro de educación, Gerardo Varela, en una demostración de estupidez y misoginia, calificó de “pequeñas humillaciones” las opresiones y agresiones misóginas con las que las mujeres estudiantes tienen que lidiar a diario.

Radio Humedales reporta que, en Concepción se llevaron a 30 detenidas, varias de ellas menores de edad. La violencia usada por la policía además de injustificable y desmesurada, dejó en evidencia cómo el Estado entorpece la libre expresión de las mujeres ante un asunto urgente, mas aun cuando en los últimos meses hemos conocido de casos horribles de violación y muerte a niñas menores de 2 años.

Compañeras chilenas, desde México celebramos y acompañamos su lucha que es nuestra también.

radio
Debora Cerutti/la Tinta

Compañera del colectivo La Tinta narra su detención en un Centro para Migrantes de México-2a Parte

En el mes de marzo, La tinta viajó a México a realizar la cobertura del “Primer Encuentro internacional, político, artístico y deportivo de mujeres que luchan”. En un operativo policial en la ruta que une Ciudad de México con San Cristóbal de las Casas, Chiapas, retuvieron a una de nuestras cronistas, Débora Cerutti. Aquí la segunda parte de un relato de primera mano sobre las 13 horas de detención en un Centro para Migrantes.

Por Débora Cerutti para La tinta

El encierro y el tiempo

Tras una noche encerrada con tres hombres en una habitación bajo llave, me trasladan a la madrugada al pabellón de mujeres, donde me toman las huellas digitales, me fotografían y me sacan las pertenencias. Me vuelven a encerrar, esta vez, en una habitación con dos mujeres, una de ellas con su niño de dos o tres años.

El kit: un cepillo de dientes, un jabón, una pasta de dientes, papel higiénico. Y “agarre su colchoneta, señorita”. Para las madres que allí estaban, un par de pañales estaba incluido.

No puedo identificar cuánto tiempo pasó desde ese momento hasta que nos llamó la guardia cárceles a desayunar. Crucé un gran patio con un mural en el centro con motivo de los derechos de lxs niñxs. “Por lo menos hoy la comida tiene sal”, exclama una de ellas, mientras le da salchichas con ketchup a su niño, como parte del menú provisto por las cocineras de ese lugar a eso de las ocho de la mañana.


Me siento mirada por las mujeres. “Nunca había visto a una argentina” me dice Roxy, guatemalteca de veinticinco años que iba con David, su niño de cuatro años cuando la agarraron en Tampico, a seis horas de la frontera con Estados Unidos. Mientras intento dibujar América Latina, Nelly me dice algo del color de mis ojos y de los marrones que se ven por su tierra. Las tonalidades de iris varían si se tiene el caribe cerca o las sierras cordobesas, parece. Me cuenta que es hondureña y me presenta a su hija Melody, de diez meses. A Nelly, de diecinueve años, la migra la agarró en Veracruz, cuando intentó atravesar México camino a Estados Unidos, huyendo de los golpes de su marido. Me dice que no va a intentar cruzar nuevamente, que no quería volver a exponer a su niña, a pesar de que el pago que le había realizado el coyote le garantizaba dos intentos más.


La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) lanzó una cifra escalofriante: en 2017 se registraron 412 muertes de migrantes, cruzando la frontera entre los Estados Unidos y México. Ese mismo año, según las estadísticas del Instituto Nacional de Migraciones (INM), Estados Unidos ordenó la repatriación de 166 mil 986 mexicanas/os, mientras que México, en ese mismo año, deportó 80 mil 353 extranjeros provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Desde hace algunos años, las madres y padres llevan adelante la Caravana de Madres Centroamericanas en busca de sus hijos e hijas migrantes desaparecidxs, organizada por el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM). En una búsqueda interminable, atraviesan México con el fin de encontrar a sus familiares desaparecidos.

Recorren caminos y huellas invisibles. Cuando descansan, van a las plazas de los pueblos que atraviesan en la caravana y ponen un calzado encontrado en la frontera con los Estados Unidos y una foto de ese cuerpo que no se sabe dónde está.

Llámame cuando llegues

Las guardia cárceles, mujeres que hacían tareas administrativas y abrían y cerraban las puertas de los pabellones, me dijeron que iba a tener que esperar para hacer mi llamado, el que me correspondía, que podía marcar una vez, y que si no me podía comunicar, iba a tener que esperar hasta la semana siguiente. Me decían que esperara. Que estaban ocupadas. Que estaban desayunando. Que ya vendría el momento de llamar. Me mienten. Me frustro. Me enojo.

Un par de mujeres detenidas que estaban cerca oyen la conversación. Cuando quieren empezar a tranquilizarme me saltan las lágrimas de bronca, de impotencia. Se abren a contarme sus historias. El tránsito por ese lugar durante esos días. Las risas y anécdotas compartidas como forma de matar el tiempo. Sus llantos hasta la resignación de la espera. Las visitas de los cónsules prometiéndoles una rápida salida de vuelta a sus países. Las historias convertidas en mitos carcelarios. El llanto de un niño con fiebre en la noche anterior y la falta de cuidados y atención médica.

Un cartel muy grande en uno de los pasillos, indica un cero ochocientos para “derechos humanos” me explican algunas compañeras migrantes. Hay unas cabinas telefónicas que tienen tono, pero requieren de tarjetas para usarlas. Nadie tiene tarjetas. Así hubiese posibilidad de adquirirlas, nadie tiene dinero. Nos lo sacaron junto a nuestras pertenencias. Para el cero ochocientos de derechos humanos, no hace falta tener tarjeta ni dinero, pero me aclaran que nunca funciona. Nadie atiende del otro lado de la línea.

Foto:Carlos Maruri

Protégenos

Mientras estamos intentando comunicarnos con alguien que nos dijera algo, que nos diera una herramienta para que se respetaran nuestros “derechos humanos”, me llaman por mi nombre y apellido. Un hombre vestido de traje y una mujer guardiacárceles me piden que los acompañe a las oficinas de arriba. Dos mujeres y un hombre vestidos con un chaleco turquesa se presentan ante mi. Me dicen que son de ACNUR, la organización de la ONU encargada de brindar refugio, asilo, apoyo legal, psicológico y protección a migrantes.

Se retiran. Quedo con el hombre vestido de traje. Me toma los datos. Mientras subíamos las escaleras me había dicho que sabía que ese lugar no era para mi nivel académico (sic), que esperaba que no me hubiesen tratado mal. No entiendo a qué se debe su comentario. Le respondo que ese lugar no es para nadie.

En menos de diez minutos, envía un mail y recibe una respuesta con todos mis datos. Pasaporte, fórmula migratoria, fecha de ingreso al país, fecha de salida, número de vuelo. Estoy libre. Debo buscar mis cosas.

Les regalo a Nelly y a Roxi la imagen de la virgen Rebelde que me traje del caracol Morelia del Encuentro de mujeres, que tenía guardadas en mi cuaderno. Lo pude conservar conmigo cuando me sacaron el resto de las pertenencias. Se sorprendieron que me dejasen pasar una lapicera. Se las dejo también y la esconden rápidamente para que no se la quiten.

Una de las mujeres entra a la habitación recién bañada y pregunta quién le podía hacer una trenza. Me ofrezco. Comienzo a armarla y una guardiacárceles viene a llamarme. Las compañeras de celda esconden rápidamente el peine de plástico. Me dictan algunos números telefónicos que habían memorizado para que cuando yo saliera les avisara a sus familiares que ellas estaban bien. Que pronto (esperaban) las iban a deportar. Algunas hacía ya dos semanas que estaban incomunicadas.

Foto:Colectivo Manifiesto

Retén mental

Logré salir gracias a las redes tejidas con compañeras y docentes que cuando se enteraron ese día a las seis de la mañana donde estaba, comenzaron a movilizarse y activar contactos. Supe que la presencia de ACNUR en ese lugar no era casualidad sino que era parte de uno de los contactos movilizados por Mariana y Luciano, docente que había conocido mientras cursaba una estancia de investigación en México tiempo atrás. El consulado, Sin Fronteras y el mismo Centro de Migrantes recibieron llamados por mi caso. Las compañeras migrantes con las que estaba alojada se sorprendieron de la rapidez. Nadie está menos de una semana en esa cárcel. Me sentí incómodamente privilegiada.

Logré desbloquear una serie de imágenes mentales cuando salí del Centro de Migrantes. Pude visualizar dónde estaba mi pasaporte guardado. Me veo a mi en la carpa, guardándolo en una bolsa de nylon junto a unos libros y materiales zapatistas, dentro de la mochila grande donde tenía mi ropa, para que no se humedezca con el rocío del bosque de Morelia en el encuentro zapatista. Me culpo inmensamente de lo que me pasó. Pienso la posibilidad (nunca certera) de haber evitado todo este relato. No dejo de preguntarme cómo operó el miedo en mi memoria.

Derribar muros

Googleo la palabra del lugar donde me tuvieron detenida. Alrededor de 57 mil resultados de la búsqueda. Los primeros tres resultados me remiten a Global Detencion Project, Observatorio de Migración y una noticia de julio del 2017 de un diario que se llama Liberal. El texto se titula “Estación Migratoria de Acayucan, un peligro para los migrantes”.

Hace un tiempo, en Acayucan hubo un motín de migrantes, precisamente en el lugar donde estuve detenida. Denunciaban el trato violento, la comida en pésimas condiciones, la incomunicación con sus familias. Los cuerpos policíacos estatales y federales ingresaron al lugar y arremetieron a golpes contra ellas y ellos. El albergue continúa siendo el principal violador de los derechos humanos de los migrantes que atraviesan México hacia Estados Unidos.

El periodista Gumaro Pérez Águilando fue asesinado en una escuela primaria ubicada en Acayucan. Hombres armados entraron hasta el salón de clases donde se encontraba con motivo del festival navideño de su hijo. Su nombre se sumó a la lista de los reporteros asesinados en el año 2017 en México: 12 muertos. Con él suman 39 homicidios de periodistas en lo que va de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

De acuerdo con el informe de la Unidad de política migratoria, en la estación “se presentaron” en el primer bimestre de 2017, 1350 migrantes, y en el mismo período del año 2018, 2312 migrantes. La capacidad de “albergue” del lugar, es para 836 personas.

El Centro de Migrantes, figura como un centro de detención de inmigración de tipo administrativo, según la ley el Instituto Nacional de Migración (INM). Sin embargo, opera como institución policial de seguridad nacional. Encarcela, incomunica y violenta migrantes. Cuenta con cárceles disfrazadas de albergues transitorios. Criminaliza a las migrantes indocumentadas.

En Acayucan desaparecieron mujeres. En Acayucan torturaron a migrantes. En Acayucan mataron a balazos a un alcalde. En Acayucan asesinaron periodistas. En Acayucan no hay paz ni tranquilidad para el pueblo ni para quienes por él transitan.

Foto:Colectivo Manifiesto

Carne de cañón

Me siento a comer carne enchilada en un local de comidas. La cocinera y dueña del local junto a una mujer más joven, que luego supe era su hija, empiezan a conversar, me preguntan qué hacía allí. Les cuento que me detuvieron la noche anterior en un retén y me trasladaron al Centro de Migrantes. Que ahora estaba esperando que se hiciera la noche para tomar el colectivo que me llevaría a Ciudad de México, que estaba alojada en la oficina de ACNUR que se encuentra en Acayucan.

La señora me dice que desde hace 12 años, el pueblo se puso feo. Ella y su hija sueltan la lengua y comienzan a contar historias. De ellas llevándoles comida a personas detenidas en el Centro de Migrantes. De ellas escuchando gritos de mujeres que venían desde adentro de los muros. La más vieja narra situaciones de extorsión. De violencia sexual hacia las detenidas. De maltrato y violación de los derechos humanos.

Acayucan también se convirtió en un pueblo donde existe una de las redes más grandes de trata de personas en México. Cientos de mujeres son desaparecidas o asesinadas. En los últimos 32 años, en México hubo 52. 210 asesinatos de los cuales 29.8 por ciento, es decir 15.535 feminicidios, sucedió desde 2011, según el estudio “La Violencia Feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2016”.

Me hablan de Edwin Rivera Paz, periodista hondureño asesinado el 11 de julio de 2017 en Acayucan. Minutos después, una de ellas con su facebook abierto me dice “ves, acaban de amenazar a uno”. Ernesto Granados, reportero del Diario de Acayucan, había recibido por redes sociales un ultimátum a cambio de su silencio.

Sigo comiendo. Una de las mujeres sale a hablar por teléfono y vuelve llorando. Ambas sentadas en mi mesa. La más joven, me cuenta que hacía poco tiempo, una financiera sacó un anuncio buscando personal y ella quedó seleccionada para trabajar, vendieron créditos en las comunidades cercanas. La financiera se dio a la fuga. Ella empezó a recibir amenazas de muerte. Un niño sentado en la mesa de al lado la mira con preocupación cuando ella pronuncia la imposibilidad de llevar a su hijo a la escuela, o de volver a dormir en su casa por miedo. Me atraganto. Me enchilo. Las abrazo. Me voy.

La rabia se enciende en tiempos de cacería.

Foto de portada: Colectivo Manifiesto

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Debora Cerutti/La Tinta

Compañera del colectivo La Tinta narra su detención en un Centro para Migrantes de México tras participar en Chiapas en el 1er Encuentro de Mujeres que Luchan [Crónica]

En el mes de marzo, La tinta viajó a México a realizar la cobertura del “Primer Encuentro internacional, político, artístico y deportivo de mujeres que luchan”. En un operativo policial en la ruta que une Ciudad de México con San Cristóbal de las Casas, Chiapas, retuvieron a una de nuestras cronistas, Débora Cerutti. Aquí la primera parte de un relato de primera mano sobre las 13 horas de detención en un Centro para Migrantes.
Por Débora Cerutti para La tinta

Acayucan, Veracruz, México. 12 de la noche. Retén policial en la ruta. Huelo a peligro. Sudo hormonas. Aumento la frecuencia cardíaca. El miedo paraliza, me dije a mi misma. Reacciono y activo protocolos básicos de seguridad. Los invento en ese momento.

Había salido a las siete de la tarde de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, rumbo a Ciudad de México. El avión de vuelta a Argentina salía dos días después.

Llamo por teléfono a Jaime. Le pido que se comunique con mi amiga Mariana. Que no se preocupen. Que permanezcan atentos. Que no tenía mi pasaporte. Que no lo encontraba. Que debía estar en la casa de Mariana, en Ciudad de México, aunque estaba segura de que lo había cargado. Que iba a pasar la noche en un lugar llamado “Centro para migrantes” y que al amanecer me dejarían ir, cuando llegara el personal a las oficinas y chequearan mi identidad.

El aquietamiento
La última vez que había estado en México, fue hace dos años atrás. Un viaje de siete meses en el que recorrí decenas de experiencias organizativas que me enamoraron. Entre ellas, el zapatismo. En marzo de este año regresé al sureste mexicano con la tarea de cubrir para La tinta un evento convocado por el movimiento zapatista: el Primer Encuentro internacional, político, artístico y deportivo de mujeres que luchan. Mi corazón estaba ensanchado.

El encuentro terminó. Decidí quedarme unos días más en San Cristóbal para terminar de organizarme junto a otras seis mujeres en el trabajo colaborativo de prensa que nos habíamos propuesto durante el encuentro. Luego de esos días, iría a la costa de Chiapas a visitar a tres generaciones de mujeres y el mar. La noche antes de viajar comencé a sentirme mal. La maldición de Moctezuma parecía haber hecho lo suyo en mi estómago. Perdí el pasaje que había comprado y me quedé un par de días más en San Cristóbal.

Eso condicionó la vuelta. Debía volver sola a ciudad de México atravesando algunos retenes que sabía que existían. Conocía de los filtros migratorios por mi viaje anterior. Decidí no dormir y quedarme atenta a las probables paradas del colectivo en que la Policía Migratoria tiene un procedimiento muy aceitado: se sube al autobús, te mira, te alumbra con una linterna, reconoce tus rasgos en base a fenotipos y decide pedirte o no los documentos.

Desde la salida de San Cristóbal pasé tres retenes. En el tercero, todavía en el estado de Chiapas me pidieron documentos. Les mostré mi DNI, lo tomaron en sus manos y me lo devolvieron. Se bajaron. El colectivo siguió andando. Mi cuerpo liberó hormonas que mantuvieron la sensación de miedo pero permitieron que mi organismo actuara.

Siempre me costó dormir en los colectivos. A veces, cuando logro conciliar el sueño, se despierta mi mente y mi cuerpo queda paralizado. Por eso, desde hace un tiempo, decido mantener los ojos abiertos, los sentidos en alerta cuando viajo. Leo. Pienso. Miro por la ventana. Recuerdo. Hasta que me vence el sueño y caigo en la posibilidad de esa parálisis de la que soy consciente y dura segundos, pero que se manifiesta como eternidad. Es el tránsito del sueño a la vigilia: la parálisis del sueño.

Bajé la guardia a las 23 horas, un jueves 15 de marzo, en ese último retén. Me quedé profundamente dormida, sintiendo que ya no había peligro ni posibilidad de parálisis.

Llave de cintura
El estado de Veracruz es el paso obligado de aquellas personas que migran desde Centroamérica hacia Estados Unidos. De allí que le llaman “llave de cintura”, metáfora que representa el anudamiento, la limitación en el transitar libremente. Allí la linterna me iluminó el rostro y me despertó. Caí una vez más entre los fenotipos de personas que la migra estaba buscando.

—Documentos.
—Ya me los pidieron en el retén anterior.
—Este es otro. Documentos.
—Aquí está.
—Su pasaporte.
—Ese documento fue válido en el retén anterior.
—Este es otro. Pasaporte.

Me pongo nerviosa. No encuentro el pasaporte. Reviso mi mochila de mano. No está allí. Me bloqueo. Les digo que no lo tengo conmigo. Que tengo escaneado las primeras hojas de esa identificación en la computadora. Que no. Que necesitan tenerlo con la fórmula migratoria que me habían dado al ingresar al país. Que junte mis cosas y me baje.

Desciendo del colectivo, el chofer afirma que yo no venía sola, no entiendo por qué. Yo le digo que sí, que no había nadie conmigo. Insisten en mi pasaporte. Mi memoria insiste en no recordar qué había hecho con él. No pasan más de cinco minutos en toda esta secuencia: sin dudarlo, el chofer baja mi mochila grande del colectivo, se sienta en su butaca y arranca.

Miro el reloj de mi teléfono celular, son las doce de la noche, batería cargada, apenas una línea de señal. Miro a mi alrededor, veo el colectivo que se va, la ruta casi vacía, la noche oscura, una tienda Oxxo a lo lejos y una tienda de campaña con luces blancas que iluminan los rostros. Me percibo como la única mujer rodeada de policías. Recuerdo una frase: “Ningún ser humano es ilegal”.

Foto:Colectivo Manifiesto

La jauría y la perrera
Me dicen que me van a trasladar. Me suben a una combi enrejada. Me tienen media hora allí arriba encerrada, sin posibilidad de bajarme. Con dos jóvenes hermanos, uno de ellos menor de edad. Ellos en silencio. Yo golpeando la puerta para que me dejen salir. La migra pasa por el costado y disimula la sordera. Vuelve el conductor de la perrera. Se sube y enciende el motor. Comienzan los once kilómetros de mayor incertidumbre en el viaje en México.

Empiezo a borrar las imágenes de la cámara de fotos en el camino, las del Encuentro de mujeres. Borro toda la información del teléfono. Pienso en las 47 mujeres que denunciaron violaciones y torturas en San Salvador Atenco, uno de los 125 municipios del Estado de México, ubicado al oriente. Allá en 2006, cuando 5 mil efectivos policiales se desplegaron cual jauría sobre la comunidad rural y reprimieron una protesta contra la construcción de un aeropuerto.

Pierdo la señal del teléfono por completo.

Pienso en los excesos de las autoridades. En los operativos impunes, en el poder que poseen las fuerzas policiales, en su formación violenta y su capacidad para realizar torturas físicas, psicológicas y sexuales. En su capacidad para desaparecer personas.

En esos once kilómetros de traslado al Centro de Migrantes, intento identificar señales en el afuera. Intento no tener miedo. Intento pensar con la cabeza en frío y el corazón caliente. Carteles, nombres, luces. ¿Qué haría ante un intento de violación? ¿Qué si me secuestran? ¿Serían capaces?

Atenco, insistente imagen metafórica mientras transito encerrada en la perrera hacia un lugar desconocido, rodeada de hombres uniformados.

radio
Radio Zapatista

El corazón está listo – Día 11, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

No matarán la flor de la palabra. No aquí ni ahora, no con tanta lucha por delante. No con tanta muerte acechando. Tras once días de conversar con música, baile, foto, cine, cartel, silencio atento y palabras, anoche concluyó en el CIDECI-Unitierra un encuentro que resignifica y redefine mucho. Una Comisión Sexta que celebra a su nuevo integrante (el Comandante Pablo), ha planteado una vez más la importancia de la organización mientras propone cuidar la “pedagogía” del mensaje a transmitir. No hay “propiedad privada de la lucha”, dice el Sup Galeano, hay “una nueva semilla que es de todos, todoas, todas y no es de nadie”.

Al presentar a detalle sus vivencias de los meses recientes, cuando se lanzaron a la búsqueda de apoyos para Marichuy y el CIG, integrantes de su Red de Apoyo se hacen voz colectiva que describe el proceso de aprendizaje-trabajo-información vivido por muchos rincones de México. Aunque escuchamos solamente a colectivos de Chiapas y de la Ciudad de México y zonas cercanas, lo que narran podría narrarlo cualquiera de ellxs. Son “colectivo de colectivos”, esfuerzo conjunto aunque disperso. Son fractales de resistencia. Sus voces coinciden cuando nos transmiten la emoción, el frío, la confianza, el agotamiento, el ánimo, el ansia y, sobre todo, la convicción. Recuerdan a Marco Antonio Jiménez, “activo auxiliar de Marichuy”, maestro de la Sexta que “ya no se encuentra aquí entre nosotros”. Recuerdan también a Eloísa Vega Castro, de la Red Sudcaliforniana de apoyo al CIG. Pero en realidad recuerdan todas las muertes y las desapariciones, todos los encarcelamientos y los abusos, todos los feminicidios, todo el despojo y el racismo, pues durante meses se dedicaron a recordárselos a cada persona que se acercó a sus mesas de recolección de apoyos. “También vivimos la tormenta”, nos dicen. “Cada firma era un diálogo que permitía visibilizar la lucha de los pueblos indígenas”, pero para visibilizarla tenían que verla ellxs mismxs. Con gran elocuencia, Raúl Romero presenta sus tres miradas de ese proceso: lo que llamó a juntar firmas (el diagnóstico), lo que pasó juntando firmas (las experiencias) y lo que es este semillero (la esperanza).

En sus intervenciones durante la clausura, tanto el Comandante Pablo como los Subcomandantes Moisés y Galeano replicaron el “efecto Marichuy” y los pueblos originarios al insistir en que nuestra lucha es por la vida. Según lo narraron a lo largo de estos días, cada participante de este Conversatorio-Semillero recibió una invitación del EZLN que les preguntaba “¿cómo está tu corazón?”. Cada quién dio su respuesta. Pero por lo que nos enseñaron y por la fuerza organizada de quienes convocaron, todo indica que el corazón está listo.

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