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Arranca el Festival de cine Puy ta Cuxlejaltic (Caracol de nuestra vida)
Las luces se apagaron en el gran Cine Comandanta Ramona en las montañas del sureste mexicano, y más de mil veladoras se prendieron. Acabábamos de asistir al estreno de Roma, la nueva película de Alfonso Cuarón, ante un público de casi 2 mil zapatistas, este primer día del festival de cine “Puy ta cuxlejaltic” (“Caracol de nuestra vida”), que se realiza del 1 al 9 de enero en el Caracol de Oventic, Los Altos de Chiapas.
La larga fila de veladoras salió del auditorio y se dirigió hacia el enorme altar de muertos instalado en el templete de la explanada del caracol. Así, en la oscuridad de la noche, el respeto y el cariño llamaron a los muertos –a los muertos caídos en combate el 1 de enero de 1994, a los muertos en el transcurso de estos 25 años de lucha, a los muertos caídos en Nepantla en febrero de 1974–. Los zapatistas saben de muertos. Pero también de vida, y hoy, este 1 de enero, los muertos regresaron para poblar los corazones, para reavivar la memoria.
Este primer día del festival “Puy ta cuxlejaltic” comenzó y terminó con la memoria. El Primer Encuentro Internacional Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan estuvo presente con el documental Las mujeres que luchan, con dirección de Rocío Martínez Ts’ujul.
[Actualización Caravana] Reporte Misión Observación ÉxodoMigrante-Región Istmo. Juchitán 30 oct 2018
Éxodo. 30 de Octubre de 2018
ÉXODO DE MIGRACIÓN LATINOAMERICANA
El éxodo migrante, inició a las cinco de la mañana, según el acuerdo que se tomó en
asamblea general del día anterior; (29 de octubre en Niltepec, Oaxaca) el grueso de las
personas migrantes hicieron el recorrido del tramo Niltepec a Juchitán, arribando alrededor
de las doce del día a Juchitán a las instalaciones de la nueva terminal.
El Istmo oaxaqueño es la cuna de varios movimientos de resistencia y de lucha histórica,
Juchitán fue uno de los primeros municipios de oposición en el país y es el más importante
en la región, económicamente hablando, su identidad de raíz binni zá está viva, fuerte y es
motivo de resistencia. A pesar de que este territorio istmeño ha sido afectado por el despojo
de empresas transnacionales de energía eólica y amenazado por las mineras, así como por
la violencia asociada a la guerra contra las drogas, y en el último año varios pueblos fueron
devastados por el terremoto y los sismos posteriores, hoy Juchitán y otros municipios del
Istmo, dieron constancia de una recia solidaridad, una de las cualidades de los territorios de
autonomía y lucha. En este contexto en defensa de la vida, las comunidades indígenas de
la región del Istmo se manifiestan ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación contra el
despojo y la injusticia de los megaproyectos eólicos.
Esta solidaridad ha sido correspondida por otros pueblos hermanos, como se ha
demostrado en la contingencia de septiembre del año pasado, cuando varias personas
centroamericanas y en situación de migración, apoyaron a la sociedad istmeña en general
a las tareas de rescate, y recolección de escombro.