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Radio Zapatista

Conferencia de prensa. Caravana Nacional e internacional a Territorio Zapatista

En el marco de la conmemoración del 30 aniversario del levantamiento Zapatista, el EZLN ha invitado a todas aquellas personas que suscriben la Declaración por la Vida, a que se organicen para asistir al festejo:

Les avisamos que haremos una celebración con motivo de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido. Esto en los meses de diciembre del 2023 y enero del 2024. Están invitadas todas las personas que firmaron la “Declaración por la Vida… Entonces, pues no les aconsejamos que vengan. A menos, claro, que se organicen muy bien para hacerlo.

Entonces, aunque no les esperamos, les invitamos. Las fechas tentativas de las conmemoraciones son entre el 23 de diciembre del 2023 y el 7 de enero del 2024, siendo la celebración central los días 30-31 de diciembre y 1-2 de enero. Luego les diremos el lugar. O sea que sí queremos que vengan, aunque no lo recomendamos.”

 

Atendiendo a la invitación, redes en Europa y México organizaron la Caravana de Caravanas Nacional e Internacional a territorio Zapatista, misma que partirá de 20 países y 19 estados de la república, para acompañar al movimiento Zapatista en su celebración por la vida.

 

Audio Caravana Nacional:

 

 

 

 

 

Audio Caravana Internacional:

 

21 diciembre 2023, CDMX.

 

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EZLN | Vigésima y Última Parte: El Común y la No Propiedad

Vigésima y Última Parte: El Común y la No Propiedad

Abre bien los ojos, hijo, y sigue al pájaro Pujuy. Él no se equivoca. Su destino es como el nuestro: caminar para que otros no se pierdan”.
Canek.  Ermilo Abreu Gómez

  En alguna ocasión pasada, hará ya algunos años, los pueblos zapatistas se explicaban la lucha de “como mujeres que somos” señalando, no una cuestión de mera voluntad, disposición o estudio, sino la base material que hizo posible ese cambio: la independencia económica de las mujeres zapatistas.  Y no se referían a tener empleo y salario o a la limosna en monedas con que los gobiernos de todo el espectro político compran votos y adhesiones.  Señalaban al trabajo colectivo como la tierra fértil para ese cambio.  Es decir, el trabajo organizado que no tenía como destino el bienestar individual, sino el del grupo.  No se trataba sólo de juntarse para las artesanías, el comercio, la cría del ganado, o la siembra y la cosecha de maíz, café, hortalizas.  También, y, tal vez, sobre todo, a los espacios propios de ellas, sin varones.  Imaginen lo que en esos tiempos y lugares hablaban y hablan entre ellas: sus dolores, sus rabias, sus ideas, sus propuestas, sus sueños.

No abundaré más sobre ello -las compañeras tienen su propia voz, historia y destino-.  Sólo lo menciono porque queda por conocer cuál es la base material sobre la que se construirá la nueva etapa que han decidido las comunidades zapatistas.  La nueva iniciativa, como la catalogarían los de fuera.

Tengo el orgullo de señalar que, no sólo la propuesta íntegra fue producto, desde su concepción, del colectivo de dirección organizativa zapatista -toda ella de sangre indígena de raíz maya-.  También que mi labor se limitó a proporcionar información que mis jefas y jefes “cruzaron” con la suya, y, después, a buscar y argumentar objeciones y probables y futuros fracasos (la mentada “hipótesis” a la que hice referencia en un texto anterior).  Al final, cuando terminó su deliberación y concretaron la idea central, para someterla a la consulta con todos los pueblos, a mí me sorprendió tanto como tal vez a ustedes ahora que la van a conocer.

En este otro fragmento de la entrevista al Subcomandante Insurgente Moisés, él nos explica cómo fue que llegaron a esta idea de “el común”.  Tal vez alguien de ustedes pueda valorar el sentido profundamente rebelde y subversivo de esto en lo que, para no variar, nos jugamos la existencia.

El Capitán.

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LA NO PROPIEDAD.

Bueno, pues en resumen ésta es nuestra propuesta: establecer extensiones de la tierra recuperada como del común.  Es decir, sin propiedad.  Ni privada, ni ejidal, ni comunal, ni federal, ni estatal, ni empresarial, ni nada.  Una no propiedad de la tierra.  Como quien dice: “tierra sin papeles”.  Entonces, en esas tierras que se van a definir, si preguntan de quién es ese terreno o quien es el propietario, pues se va a responder: “de nadie”, es decir “del común”.

Si preguntan si es tierra de zapatistas, de partidistas o de quién, pues de ninguno de ellos.  O de todos, es lo mismo.  No hay comisariado o agente a quien comprar, asesinar, desaparecer.  Lo que hay son pueblos que trabajan y cuidan esas tierras.  Y las defienden.

Una parte importante es que, para que se pueda lograr esto, tiene que haber un acuerdo entre los pobladores sin importar si son partidistas o zapatistas.  O sea que tienen que hablar entre ellos, no con los malos gobiernos.  Eso de buscar el permiso de los malos gobiernos sólo ha traído divisiones y hasta muertes entre mismos campesinos.

Entonces, respetando las tierras que son de propiedad personal-familiar, y las que son para trabajo de los colectivos, se crea, en terrenos recuperados en estos años de guerra, esta no propiedad.  Y se propone que se trabaje en común por turnos, sin importar qué partido eres, o qué religión, o qué color, o qué tamaño, o que género eres.

Las reglas son sencillas: tiene que ser acuerdo entre los pobladores de una región.  No cultivar drogas, no vender la tierra, no permitir la entrada de ninguna empresa o industria.  Quedan excluidos los paramilitares.  El producto del trabajo de esas tierras es de quienes la laboren en el tiempo acordado.  No hay impuestos, ni pago de diezmos.   Cada instalación que se construya queda para el siguiente grupo.  Se llevan sólo el producto de su trabajo.  Pero de todo esto ya iremos hablando más después.

Esto, así muy resumido, es lo que se presentó y se consultó con todos los pueblos zapatistas.  Y salió que la inmensa mayoría estuvo de acuerdo.  Y también que, en algunas regiones zapatistas, ya se estaba haciendo desde hace años.

Y nosotros lo que hicimos fue, pues, proponer un camino para poder cruzar la tormenta y llegar con bien al otro lado.  Y no hacer ese camino solos como zapatistas, sino que juntos como pueblos originarios que somos.  Claro, sobre esa propuesta saldrán más: de salud, de educación, de justicia, de gobierno, de vida.  Digamos que lo vemos necesario eso para poder enfrentar la tormenta.

PENSAR EL CAMINO Y EL PASO.

¿Qué cómo llegó en nuestra cabeza?  Bueno, pues te platico.  Vimos varias cosas.  O sea que no sólo salió de una vez esta idea.  Como que se juntaron y pues como que lo fuimos viendo parte por parte y ya luego todo junto.

Una fue, pues, la tormenta.  Todo lo que se refiere a la inconformidad de la naturaleza.  Su forma de protestar, cada vez más fuerte y cada vez más terrible.  Porque decimos destrucción, pero muchas veces lo que pasa es que como que la naturaleza recupera un lugar.  O que ataca las invasiones del sistema: las presas, por ejemplo.  Lugares turísticos, por ejemplo, que se construyen sobre la muerte de las costas.  Megaproyectos que hieren, lastiman la tierra.  Entonces pues hay respuesta.  A veces rápido responde, a veces tarda.  Y el ser humano, bueno, lo que el sistema ha hecho con el ser humano es que está como pasmado.  No reacciona.  Aunque ve que viene la desgracia, que hay avisos, que hay alertas, pues sigue como si nada y, bueno, pues pasa lo que pasa.  Dicen que tal desgracia fue sorpresiva.  Pero resulta que ya lleva varios años de que se avisa que la destrucción de la naturaleza va a pasar a cobrar.  La ciencia, no nosotros, lo analiza y lo demuestra.  Nosotros, pues, como gente de la tierra lo vemos.  Todo es inútil.

La desgracia no se aparece de pronto en tu casa, no.  Primero se va a acercando, va haciendo su ruido para que sepas que ahí viene.  Toca a tu puerta.  Rompe todo.  No sólo tu casa, tu gente, tu vida, también tu corazón.  Ya no estás tranquilo.

La otra es lo que llaman la descomposición social o que dicen que se rompe el tejido social porque la violencia.  O sea que una comunidad de personas se relaciona con ciertas reglas o normas o acuerdos, como decimos nosotros.  A veces se hacen leyes escritas y a veces no hay nada escrito, pero como quiera la gente sabe.  En muchas comunidades se dice “acta de acuerdo” o sea que se pone en palabras.  “Esto se puede hacer, esto no se puede hacer, esto se tiene qué hacer”, y así.  Por ejemplo, que quien trabaje pues avanza.  Que el que no trabaja, pues se queda jodido.  Que está mal obligar a alguien a hacer lo que no quiere, por ejemplo, en el caso de los hombres contra las mujeres.  Que está mal violentar a los débiles.  Que está mal matar, robar, violar.  ¿Pero qué pasa si es al revés?  Si se premia la maldad y se persigue y castiga la bondad.  Por ejemplo, un campesino indígena que ve que está mal la destrucción de un bosque, se convierte entonces en su guardián.  Lo protege al bosque, pues, de quien lo destruye para sacar ganancias.  Eso de defender es un bien, porque ese hermano o hermana están cuidando la vida.  Eso es humano, no es de una religión.  Pero pasa que ese guardián es perseguido, encarcelado y, no pocas veces, asesinado.  Y si se pregunta cuál es su delito de por qué lo mataron, y se escucha que su delito fue defender la vida, como el hermano Samir Flores Soberanes, pues ahí se ve claro que el sistema está enfermo, que ya no tiene remedio, que hay que buscar por otro lado.

¿Qué se necesita para darse cuenta de esa enfermedad, de esa podredumbre de la humanidad?   No se necesita una religión, o una ciencia, o una ideología.  Basta mirar, escuchar, sentir.

Y luego pues vemos que los grandes Mandones, los capitalistas, pues no les importa ya qué pasa mañana.  Quieren ganar la paga hoy.  Lo más que se pueda y lo más rápido posible.  No importa que les digas “oyes, pero eso que haces destruye y la destrucción se contagia, crece, se convierte en incontrolable y regresa a ti.  Como si escupieras para arriba o si orinaras contra el viento.  Se te regresa, pues”.  Y puedes pensar que qué bueno que la desgracia se pase a llevar a un sinvergüenza.  Pero resulta que, antes de eso, se lleva a un buen tanto de gente que ni sabe por qué.  Como las crías, por ejemplo.  Qué va a saber una cría de religiones, ideologías, partidos políticos o lo que sea.  Pero el sistema hace responsables a esas crías.  Las hace pagar.  Se destruye en su nombre, se mata en su nombre, se miente en su nombre.  Y se les hereda muerte y destrucción.

Entonces, pues no se ve que va a mejorar.  Lo sabemos que se va a poner peor.  Y que, como quiera, tenemos que cruzar la tormenta y llegar al otro lado.  Sobrevivir.

Otra cosa es lo que vimos en la travesía por la Vida.  Lo que hay en esas partes que se supone que son más avanzadas, que están más desarrolladas como dicen.  Lo vimos que es mentira todo eso de la “civilización occidental”, del “progreso” y esas cosas.  Vimos que ahí se estaba lo necesario para guerras y crímenes.  Ahora sí que vimos dos cosas: una es a dónde se encamina la tormenta si no hacemos nada.  La otra es lo que otras rebeldías organizadas están construyendo en esas geografías.  O sea que esas personas miran lo mismo que miramos nosotros.  O sea, la tormenta.

Gracias a estos pueblos hermanos pudimos ampliar la mirada, hacerla más ancha.  O sea, no sólo mirar más lejos, sino que también mirar más cosas.  Más mundo, pues.

Entonces nosotros, como pueblos indígenas que somos, pues nos preguntamos que qué hacemos, que si ya valió, que si cada uno ahí lo vea.  Pero vemos a esos hermanos que hacen así de que les vale madre lo que les pase a otros, que sólo miran por ellos, y pues igual les toca.  Se creen a salvo encerrados en sí mismos.  Pero de balde.

EL CAMINO DE LA MEMORIA.

Entonces pues pensamos, recordamos en cómo era antes.  Lo hablamos a nuestros anteriores.  Les preguntamos si antes era así.  Les preguntamos que nos digan si siempre hubo la oscuridad, la muerte, la destrucción.  De dónde vino pues esa idea del mundo.  Cómo es que se chingó todo.  Pensamos que si sabemos cuándo y cómo se perdió la luz, el buen pensamiento, el saber cabal qué es lo bueno y qué es lo malo, pues entonces tal vez podemos encontrar eso y con eso luchar porque se vuelva todo cabal, como debe de ser, respetando la vida.

Y entonces vimos cómo es que llegó eso y lo vimos que vino con la propiedad privada.  Y que no se trata de cambiarle el nombre y decir que hay propiedad ejidal o pequeña propiedad o propiedad federal.  Porque en todos los casos es el mal gobierno el que da los papeles.  O sea que es el mal gobierno el que dice si algo existe y, con su maña, que deja de existir.  Como hizo con la reforma de Salinas de Gortari y con los golpes contra la propiedad comunal, que sólo existía si estaba registrada y que, con las mismas leyes, la hacen menos hasta desaparecerla.  Y la propiedad comunal digamos que registrada, pues también provoca divisiones y enfrentamientos.  Porque esas tierras pertenecen legalmente a unos, pero contra otros.  Los papeles de propiedad no dicen “esto es tuyo”, lo que dicen es “esto no es de aquel, atácalo”.

Y ahí tiene a los campesinos dando vuelta y vuelta para que les den un papel que dice que es suyo lo que es suyo porque de por sí lo trabaja.  Y campesinos haciendo la guerra contra campesinos ni siquiera por un pedazo de tierra, no, es por un papel que dice quién es el propietario de esa tierra.  Y al que tenga más papel, pues más apoyo de paga, o sea más engaño.  Porque resulta que si tienes papel te dan programa social, pero te pide que apoyes, por ejemplo, a un candidato porque ése sí te va a dar el papel y te va a dar dinero.  Pero resulta que ese mismo gobierno te engaña, porque con ese papel lo vende a una empresa.  Y luego resulta que llega la empresa y te dice que te tienes que ir porque esa tierra no es tuya porque el papel ahora lo tiene el pinche empresario.  Y te vas a la buena o a la mala.  Y ahí tienen ejércitos, policías y paramilitares para convencerte de que te vayas.

Basta que la empresa diga que quiere tales terrenos, para que el gobierno decrete la expropiación de esas tierras y ya le dice a la empresa que haga su negocio “por un tiempo”.  Eso hacen con los megaproyectos.

Y todo por un pinche papel.  Aunque el papel sea de los tiempos de la Nueva España, el papel no vale para el poderoso.  Es un engaño.  Es para que te confíes y estés tranquilo hasta que el sistema descubre que, debajo de tu pobreza, hay petróleo, oro, uranio, plata.  O que hay un manantial de agua pura, y ahora resulta que el agua es ya una mercancía que se compra y que se vende.

Una mercancía como lo fueron tus padres, tus abuelos, tus bisabuelos.  Una mercancía como eres tú, y lo serán tus hijos, tus nietos, tus bisnietos y así por generaciones.

Entonces ese papel, es como las etiquetas de las mercancías en los mercados, es el precio de la tierra, de tu trabajo, de tus descendientes.  Y no te das cuenta, pero ya estás formado en la fila del cajero y vas a llegar.  Y resulta que no sólo vas a tener que pagar, también vas a salir de la tienda y te vas a encontrar con que te quitaron la mercancía, que ni siquiera tienes el papel por el que tanto luchaste tú y tus antepasados.  Y que a tus hijos tal vez le heredas un papel, y tal vez ni eso.  Los papeles del gobierno son el precio de tu vida, que tienes que pagar ese precio con tu vida.  O sea que eres una mercancía legal.  Ésa es la única diferencia con la esclavitud.

Entonces los más viejos te cuentan que el problema, la división, las discusiones y las peleas, llegaron cuando llegaron los papeles de propiedad.  No es que antes no había problemas, es que se resolvían haciendo acuerdo.

Y el problema es que puedes hacer muchos papeles que parten muchas veces la tierra, pero la tierra no crece como los papeles.  Una hectárea sigue siendo una hectárea, aunque haya muchos papeles.

Entonces pasa lo que ahora con esa cosa que llaman Cuarta Transformación y su programa de Sembrando Vida: en los ejidos hay los derecheros -que son los ejidatarios que tienen el mentado papel de certificado agrario-, y los solicitantes que, aunque participen en la comunidad, no tienen papel, porque la tierra ya está repartida.  Se supone que los solicitantes son eso, solicitan un pedazo de tierra, pero en realidad están solicitando un papel que diga que son campesinos que trabajan la tierra.  Entonces no es que el gobierno llega y les dice que tal tierra les toca.  No.  Les dice que, si demuestran la propiedad de 2 hectáreas, les dan el apoyo económico.  Pero esas dos hectáreas ¿de dónde salen?  Pues de los derecheros.

O sea la tierra que el papel dice que es propiedad de uno, se tiene que partir en pedazos para los solicitantes.  Se tiene que pedacear para pueda haber varios papeles de un mismo papel.  No hay reparto agrario, hay pedacear la propiedad.  Y ¿qué pasa si el derechero no quiere o no puede?  Sus hijos quieren el apoyo económico, pero necesitan el papel.  Entonces se pelean con el padre.  ¿Las hijas? Ni en cuenta, las mujeres no cuentan en la pedaceada de papeles.  Y pelean a muerte hijos contra padres.  Y ganan los hijos y con ese papel, porque la tierra sigue siendo la misma y sigue estando donde estaba, reciben su dinero.  Con esa paga se endeudan, se compran algo, o juntan para pagar al coyote para ir a Estados Unidos.  Como no les alcanza, pues venden el papel a otro.  Se van a trabajar fuera y resulta que están ganando para pagarle a quienes les prestaron.  Sí, mandan las remesas a sus familiares, pero sus familias usan eso para pagar la deuda.  Después de un tiempo, ese hijo regresa o lo regresan.  Eso si no lo matan o lo secuestran.  Pero ya no tiene tierra, porque vendió el papel y ahora esa tierra es de quien tiene el papel.  Entonces asesinó a su padre por un papel que ya no tiene.  Y entonces tiene que buscar la paga para volver a comprar el papel.

Crece la población, pero la tierra no crece.  Hay más papeles, pero sólo es la misma extensión de terreno.  ¿Qué va a pasar?  Que ahorita se matan entre derecheros y solicitantes, pero luego se van a matar entre solicitantes.  Sus hijos se van a pelear entre ellos, así como él peleó con sus padres.

Por ejemplo: eres derechero con 20 hectáreas y tienes digamos que 4 hijos.  Es la primera generación.  Lo repartes la tierra o más bien el papel y hay ahora un papel de 5 hectáreas para cada uno.  Luego esos 4 hijos tienen otros cuatro hijos cada uno, segunda generación, y reparten sus 5 hectáreas y les tocan a poco más de una hectárea a cada uno.  Luego esos 4 nietos tienen otros 4 hijos cada uno, tercera generación, y se reparten el papel y les toca como un cuarto de hectárea a cada uno.  Luego esos bisnietos tienen 4 hijos cada uno, cuarta generación, y se reparten el papel y les toca una décima parte de hectárea cada uno.  Y ya no le sigo porque apenas en 40 años, en la segunda generación, se van a matar entre sí.  Eso es lo que están haciendo los malos gobiernos: están sembrando muerte.

EL VIEJO NUEVO CAMINO.

¿Cómo ha sido en nuestra historia de lucha eso que dicen de “base material”?

Pues primero fue la alimentación.  Con la recuperación de las tierras que estaban en manos de los finqueros, se mejoró la alimentación.  El hambre dejó de ser la invitada en nuestras casas.  Luego, con la autonomía y el apoyo de personas que son “buena gente”, les decimos, siguió la salud.  Aquí fue y es muy importante el apoyo de los doctores fraternales, que así les llamamos nosotros porque son como nuestros hermanos que nos ayudan no sólo en las enfermedades graves.  También, y, sobre todo, en la preparación o sea en los conocimientos de la salud.  Luego la educación.  Luego el trabajo en la tierra.  Luego lo que es gobierno y administración de mismos pueblos zapatistas.  Luego lo que es gobierno y convivencia pacífica con los que no son zapatistas.

La base material de esto, es decir, la forma de producción es una convivencia del trabajo individual-familiar con el trabajo colectivo.  El trabajo colectivo hizo posible el despegue de las compañeras y su participación en la autonomía.

Digamos que los primeros 10 años de autonomía, es decir, del alzamiento al nacimiento de las Juntas de Buen Gobiernos, en 2003, fue de aprendizaje.  Los siguientes 10 años, hasta el 2013 fueron de aprender la importancia del relevo generacional.  Del 2013 a la fecha fue de constatar, criticar y autocriticar errores de funcionamiento, de administración y de ética.

En lo que sigue ahora, tendremos una etapa de aprendizaje y reajuste.  O sea que tendremos muchos errores y problemas, porque no hay manual o libro que te diga cómo hacer.  Tendremos muchas caídas, sí, pero nos levantaremos una y otra vez para seguir caminando.  Somos zapatistas, pues.

La base material o de producción de esta etapa va a ser una combinación del trabajo individual-familiar, el colectivo y esto nuevo que llamamos “trabajo en común” o “no propiedad”.

El trabajo individual-familiar se basa en la propiedad pequeña y personal.  Una persona y su familia trabajan su pedazo de tierra, su tiendita, su móvil, su ganado.  La ganancia o el beneficio es para esa familia.

El trabajo colectivo se basa en el acuerdo entre compañeras y/o compañeras para hacer un trabajo en tierra de colectivo (asignada así desde antes de la guerra y ensanchada después de la guerra).  Se reparten los trabajos de acuerdo con el tiempo, capacidad y disposición.  La ganancia o beneficio es para el colectivo.  Se suele usar para fiestas, movilizaciones, adquisición de equipos para salud, capacitación de promotores de salud y educación, y para los movimientos y manutención de autoridades y comisiones autónomas.

El trabajo común empieza, ahora, en la tenencia de la tierra.  Una porción de las tierras recuperadas se declara como de “trabajo común”.  Es decir, no está parcelada y no es propiedad de nadie, ni pequeña, ni mediana, ni gran propiedad.  Esa tierra no es de nadie, no tiene dueño.  Y, de acuerdo con las comunidades cercanas, se “presta” mutuamente esa tierra para trabajarla.  No se puede vender ni comprar.  No se puede usar para producción, trasiego o consumo de narcóticos.  El trabajo se hace por “turnos” acordados con los GALs y los hermanos no zapatistas.  El beneficio o ganancia es para quienes trabajan, pero la propiedad no es, es una no propiedad que se usa en común.  No importa si eres zapatista, partidista, católico, evangélico, presbiteriano, ateo, judío, musulmán, negro, blanco, oscuro, amarillo, rojo, mujer, hombre, otroa.  Puedes trabajar la tierra en común, con el acuerdo de los GALs, CGAL y ACGal, por pueblo, región o zona, que son quienes controlan que se cumpla con las reglas de uso común.  Todo lo que sirva al bien común, nada que vaya contra el bien común.

UNA COMPARTICIÓN MUNDIAL: LA GIRA POR LA VIDA.

Unas hectáreas de esa No-Propiedad se va a proponer a los pueblos hermanos de otras geografías del mundo.  Los vamos a invitar para que vengan y trabajen esas tierras, con sus propias manos y conocimientos.  ¿Qué pasa si no saben trabajar la tierra?  Pues las compañeras y compañeros zapatistas les enseñan cómo, y sus tiempos de la tierra, y sus cuidados.  Creemos que es importante saber trabajar la tierra, es decir, saber respetarla.  No creo que le haga daño a nadie que, así como estudia y aprenden en laboratorios y centros de investigación, también estudie y aprenda el trabajo del campo.  Y todavía más mejor si esos pueblos hermanos tienen conocimientos y modo de trabajar la tierra y nos traen esos conocimientos y modos y así también aprendemos nosotros.  Es como una compartición, pero no sólo palabras, sino que en la práctica.

No necesitamos que nos vengan a explicar la explotación, porque nosotros la vivimos desde hace siglos.  Tampoco que nos vengan a decir que hay que morirse para conseguir la libertad.  Eso lo sabemos y lo practicamos todos los días desde hace cientos de años.  Lo que sí es bienvenido es el conocimiento y la práctica para la vida.

Mira, la delegación que fue a Europa aprendió muchas cosas, pero la más importante que la aprendimos es que hay muchas personas, grupos, colectivos, organizaciones que están buscando la forma de luchar por la vida.  Tienen otro color, otra lengua, otra costumbre, otra cultura, otro modo.  Pero tienen lo mismo que nosotros, que es el corazón de lucha.

No están buscando quién es más mejor, o que les den un lugar en los malos gobiernos.  Están buscando curar el mundo.  Y sí, son muy diferentes entre ellos.  Pero son iguales, o más bien somos iguales.  Porque queremos realmente construir otra cosa, y esa cosa es la libertad.  O sea, la vida.

Y nosotras las comunidades zapatistas decimos que son nuestra familia todas esas personas.  No importa que estén muy lejos.  Y en esa familia hay hermanas mayores, hermanos mayores, hermanitas y hermanitos.  Y no hay quién mejor.  Sino misma familia.  Y como familia nos apoyamos cuando podemos, y nos enseñamos lo que sabemos.

Y todas, todos, todoas, es gente de abajo.  ¿Por qué?  Porque los de arriba predican la muerte porque eso le da ganancias.  Los de arriba quieren que cambien las cosas, pero para su beneficio de ellos, aunque cada vez está más peor.  Por eso son los de abajo los que van a luchar y están ya luchando por la vida.  Si el sistema es de muerte, entonces la lucha por la vida es la lucha contra el sistema.

¿Qué sigue después?  Bueno, cada quien va construyendo su idea, su pensamiento, su plan de qué es mejor.  Y cada quien tal vez tiene un pensamiento diferente y un modo distinto.  Y eso hay que respetar.  Porque es en la práctica organizada donde cada quien ve qué sí resulta y que no.  O sea que no hay recetas o manuales, porque lo que sirve para uno, tal vez no sirve para otro.  El “común” mundial es la compartición de historias, de conocimientos, de luchas.

O sea que, como quien dice, sigue el viaje por la vida.  Por la lucha, pues.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Moisés.
México, diciembre del 2023.  500, 40, 30, 20, 10, 3, un año, unos meses, unas semanas, unos días, apenas hace un rato. después.

P.D.- Al terminar la entrevista y revisar él si estaba cabal el sentido de sus explicaciones, el Subcomandante Insurgente Moisés -quien recibió el mando y la vocería zapatista hace 10 años, en el 2013-, encendió el enésimo cigarrillo.  Yo encendí la pipa.  Quedamos mirando el dintel de la puerta de la champa.  La madrugada daba paso al amanecer y las primeras luces del día despertaban los sonidos en las montañas del sureste mexicano.  No dijimos más, pero tal vez ambos pensamos: “y falta lo que falta”.

P.D. QUE DECLARA BAJO JURAMENTO. – En ningún momento o etapa de la deliberación que condujo a la decisión que tomaron los pueblos zapatistas, salieron a relucir citas o notas de pie de página o referencias, así sea lejanas, de Marx, Engels, Lenin, Trotski, Stalin, Mao, Bakunin, el Che, Fidel Castro, Kropotkin, Flores Magón, la Biblia, el Corán, Milton Freidman, Milei, el progresismo (si es que tiene alguna referencia bibliográfica que no sea la de sus caga tintas), la Teología de la Liberación, Lombardo, Revueltas, Freud, Lacan, Foucault, Deleuze, lo que esté de moda o modo en la izquierdas, o cualquier fuente de izquierdas, derechas, ni de los inexistentes centros.  No sólo, también me consta que no han leído ninguna de las obras fundacionales de los ismos que alimentan sueños y derrotas de la izquierda.  Por mi parte, les doy un consejo no pedido a quienes leyeron estas líneas: cada quien es libre de hacer el ridículo, pero les recomendaría que antes de empezar con sus tonterías tipo “el laboratorio de la Lacandona”, “el experimento zapatista”, y de catalogar esto en uno u otro sentido, lo pensaran un poco.  Porque, hablando de ridículos, ya vienen haciendo uno grande desde hace casi 30 años al “explicar” el zapatismo.  Tal vez ustedes no se acuerden ahora, pero acá lo que sobra, además de dignidad y lodo, es memoria.  Ni modos.

Doy fe.
El Capitán.

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Tercios Compas

EZLN | Diecinueveava Parte: A quien corresponda:

Producido por Los Tercios Compas. Montañas del Sureste Mexicano. Copyleft noviembre del 2023
Música: «El pueblo y el mal gobierno», Óscar Chávez, Guillermo Velázquez y los Leones de Xichú

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ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ Y TERCIOS COMPAS

EZLN | Dieciochoava parte: LA RABIA

Dieciochoava Parte: La Rabia.

¿Se hereda?  ¿Se adquiere? ¿Se cultiva?  ¿Se pierde?  ¿Se transforma?  ¿Se contagia?  ¿Por cuáles canales se trasmite?  ¿Cómo se hace colectiva?  ¿Es creativa?

¿En qué momento se convierte en digna?  ¿Cuándo empieza a distanciarse del rencor y la venganza?  ¿Se acerca a la justicia?

¿Cómo es que se convierte en raíz histórica de pueblos enteros, diferentes en geografía, lengua, cultura, historia, tiempo?

¿Es la rabia el puente entre el dolor y la rebeldía?

¿En qué momento la angustia, la desesperación, la impotencia se convierten en rabia?

¿Y si los desaparecidos, las desaparecidas, le heredan, a la inversa, la rabia a quienes les buscan?  ¿Y si paren a sus progenitoras?

¿Y si las buscadoras no buscan consuelo, lástima, simpatía, la limosna del oído ajeno?  ¿Y si también buscan nuestra rabia?

¿Y si todas las rabias tienen una misma raíz y ellas, nosotros -los pueblos-, nos encontramos en esa raíz?

¿Nos saludaremos?  ¿Tendremos fuerzas para sonreírnos, abrazarnos, intercambiar no sólo dolores, sino también los datos del responsable – su mismo rostro (aunque distinto), su risa sardónica, su mirada burlona, su cinismo, su modo de saberse impune, la bandera del dinero-?

¿Y si alguna vez, en el inconcluso libro de la historia, alguien mira una luz, cualquiera, que, sin aspavientos ni consignas, señale “esta luz la parió la rabia”?

¿Y si lo que nos une, a pesar de todas las diferencias, es una misma rabia?  ¿Quién habrá de enfrentarnos?  ¿Quién nos sentenciará a la misma derrota de antaño, de ahora, de hoy mismo?  ¿Quién nos amenazará con un mañana igual al ayer?

¿Quién perderá y quién encontrará?

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Jóvenas y jóvenes zapatistas practicando una obra de teatro para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido.  Imágenes cortesía de Los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023.  Música de Keni Arkana: “La Rage”.

El Capitán.
México, diciembre del 2023.
40, 30, 20, 10, 1 año después.

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TERCIOS COMPAS Y ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

EZLN | Diecisieteava parte: Nunca Más…

 

Diecisieteava parte: Nunca Más…
Tercios Compas y El Capitán.

La memoria no es sólo el alimento de la digna rabia, es también raíz del árbol de la dignidad y la rebeldía.  En el caso de los pueblos originarios, es una raíz que se hunde en siglos de oscuridad, y que, con los pueblos del mundo, dice y se dice: “nunca más”.

Los de arriba miran el pasado con la misma nostalgia con la que el humano maduro ve las fotos de su nacimiento e infancia.

Los de abajo se asoman al pasado con rabia.  Como si cada humillación, cada herida, cada afrenta, cada burla, cada muerte fueran parte de una llaga presente que hay que sanar.

Los de arriba así eligen a sus héroes, y parten y reparten la historia donde ellos son la culminación del todo.  Disfrazan como “justicia” lo que no son más que limosnas.

Los de abajo ven la historia como una sola página que no se termina de escribir aún, y no hay héroes, sólo una constante reescritura donde cambia la mano que traza garabatos, pero no el corazón colectivo que dicta horrores y errores, y, claro, cuentas por cobrar.

Los pueblos zapatistas, cuando miran al pasado, miran y hablan a sus muertos.  Les piden que cuestionen el presente -con ellos incluidos-.  Y así es como se asoman al futuro.

Así luchan y viven las comunidades zapatistas, que no han leído a Walter Benjamin.  Y creo no lo necesitan…

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Jóvenas y jóvenes zapatistas practicando una obra de teatro que describe, no un pasado lejano, sino algo que era cotidiano apenas hace unos 40 años en Chiapas.  En otras partes de México y el Mundo, es el presente… y tal vez el futuro.  Cuando el zapatismo dice que está contra el sistema patriarcal, no lo hace por moda, novedad o asunto de corrección política.  Lo hace por memoria.  Y, queridos amigos y enemigos, pocas cosas son tan subversivas como la memoria… y la dignidad.

Ensayo preparatorio para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido.  Imágenes cortesía de los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023.  Música de León Gieco “La Memoria”, voces de León Gieco y Víctor Heredia.  Abrazando a toda latinoamérica, la que se escribe y se vive con minúsculas, la de abajo pues, la hermana a pesar de fronteras y gobiernos neoliberales y progresistas.

El Capitán.
México, diciembre del 2023.  40, 30, 20, 10, 2, 1 año, un mes después.

radio
Tercios Compas

EZLN | Dieciseisava Parte: Bertold Brecht, las Cumbias y la No-Existencia

Jóvenas y jóvenes zapatistas practicando un bailable-teatro-cumbiero para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido. Sí, nosotros tampoco entendemos cómo es posible, si dicen que toda la juventud zapatista se fue al norte y ya no hay jóvenes -ni tampoco zapatistas en general- Misterio. ¿Eh? ¿Lo de teatro cumbiero? Bueno, bien lo dijo Don Durito (DD para cuestiones legales): “la cumbia es la continuación de la política por otros medios”. Imágenes cortesía de los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023. Música: fragmentos de cumbias de los sonideros zapatistas. ¡Pista raza! Un pasito pá delante, uno pá tras. Cadera. Giro. Ahora de lado. Giro. Repite. ¡Vooooy! El óxido, oiga, el óxido. ¿Una polka? ¿O un corrido tumbado? Digo, para apoyar a los antropólogos. ¡¿Ontán mi sombrero y mis botas vaqueras?! ¿No les digo? Haiga cosa.

radio
Tercios Compas

EZLN | Quinceava Parte: De noche y a toda luz…


Quinceava Parte por Enlace Zapatista en Vimeo.

Imágenes de trabajos artesanales de insurgentas e insurgentes en preparativos para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido.  Fotos y videos cortesía de Los Tercios Compas.  Copyleft; diciembre del 2023.  Música Dan Dan Kokoro Hikareteku (Mi corazón encantado), Piano: RuRu Violin: Kathie

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Capitán Insurgente Marcos

EZLN | Catorceava Parte y Segunda Alerta de Aproximación: La (otra) Regla del Tercero Excluido

Catorceava Parte y Segunda Alerta de Aproximación:
La (otra) Regla del Tercero Excluido.

Noviembre del 2023.

La reunión fue hace un año.  Una madrugada de noviembre.  Hacía frío.  El Subcomandante Insurgente Moisés llegó a la champa de la Capitanía (sí, no se equivoca usted, para esas fechas el SupGaleano ya había muerto, sólo que no se había hecho público su deceso).  La reunión con las jefas y jefes había terminado ya tarde, y el SubMoy se dio tiempo para pasar y preguntarme sobre lo que llevaba avanzado en el análisis que debía presentarse al día siguiente a la asamblea.  La luna avanzaba perezosa hacia su cuarto creciente y la población mundial llegaba a los 8 mil millones.  En mi cuaderno de apuntes aparecían tres notas:

El hombre más rico de México, Carlos Slim, a un grupo de estudiantes: “ahora, lo que yo veo para todos ustedes es un México boyante con crecimiento sostenido, con muchas oportunidades de generación de empleo y actividades económicas” (10 noviembre del 2022). (Nota: tal vez se refiera al Crimen Organizado como actividad económica generadora de empleo.  Y con mercancías de exportación).

(…) la cifra de personas que en este momento están reportadas como desaparecidas en México, desde 1964, asciende ya a 107 mil 201; es decir, 7 mil más que en mayo pasado, cuando se superó el umbral de 100 mil. (7 de noviembre del 2022).  (Nota: buscar a las buscadoras).

  En Israel la ONU situaba la cifra de prisioneros palestinos en unos 5.000, entre ellos 160 niños, según el informe que la Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado desde 1967.  Netanyahu llega a la cabeza del gobierno por tercera vez. (noviembre del 2022).  (Nota: quien siembra vientos, cosechará tormentas).

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Una grieta como proyecto.

No era la primera vez que tocábamos el tema.  Es más, las últimas lunas había sido la constante: el diagnóstico que serviría a la asamblea tomar una decisión sobre el “qué sigue”.  Llevaban también meses discutiendo eso, pero la idea-propuesta del Subcomandante Insurgente Moisés no acaba de aterrizar, de concretarse.  Era todavía una especie de intuición.

No es que estén cerradas todas las puertas-, empecé.  – Es que no hay puertas.  Todas ésas que aparecen como “verdaderas”, no llevan a otro lado que no sea al punto de partida.  Cualquier intento de ruta es sólo un viaje por un laberinto que, en el mejor de los casos, te lleva al inicio.  En el peor, a la desaparición-.

¿Entonces?, inquirió el SubMoy encendiendo el enésimo cigarrillo.

  -Pues creo que tienes razón, sólo queda abrir una grieta.  Ya no buscarle por otro lado.  Hay que hacer una puerta.  Va a tardar, eso sí.  Y va a costar mucho.  Pero sí, es posible.  Aunque no cualquiera.  Eso que están pensando, nadie, nunca.  Yo mismo no creí que llegaría a escucharlo siquiera –, señalé.

El SubMoy quedó un rato pensativo, mirando el piso de la champa, lleno de colillas de cigarro, residuos de tabaco de la pipa, un fósforo quemado, lodo húmedo, algunas ramitas rotas.

Luego se levantó y, dirigiéndose a la puerta, sólo dijo: “Pues ni modos, falta ver… falta lo que falta”.

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El fracaso como objetivo.

Para entender lo que significaba ese breve diálogo, debo explicarles una parte de mi trabajo como capitán.  En este caso, un trabajo que heredé del difunto SupGaleano, quien a su vez lo recibió del finado SupMarcos.

Una labor ingrata, oscura y dolorosa: prever el fracaso zapatista.

Si se está pensando en una iniciativa, yo busco todo lo que pueda hacerla fracasar, o, al menos, que reduzca su impacto.  Buscar lo contrario contradictorio.  Digamos algo así como “Marcos Contreras”.  Soy, pues, el máximo y único representante del “ala pesimista” del zapatismo.

El objetivo es atacar con todo tipo de objeciones las iniciativas desde que empiezan a nacer.  Suponemos que eso hace que se vaya afinando y consolidando esa propuesta, sea organizativa interna, sea iniciativa externa, sea una combinación de estas dos.

Para ponerlo claro: el zapatismo se prepara para fracasar.  Es decir, imagina el peor escenario.  Con ese horizonte en perspectiva, se van elaborando los planes y detallando las propuestas.

Para concebir esos “fracasos futuros”, se usan las ciencias de las que podemos disponer.  Hay que buscar por todos lados (y cuando digo “todos lados” son todos, incluyendo las redes sociales y sus granjas de bots, las noticias falsas y los retrucos que se realizan para conseguir “seguidores”), obtener la mayor cantidad de datos e informaciones, cruzarlas y conseguir así el diagnóstico de lo que sería la tormenta perfecta y su resultado.

Deben tratar de entender que no se trata de construir una certeza, sino de una hipótesis terrible.  En términos del finado: “supongamos que todo se va a la mierda”.  Contra lo que se pueda creer, esa catástrofe no incluye nuestra desaparición, sino algo peor: la extinción de la especie humana.  Bueno, al menos tal y como la concebimos hoy.

Se imagina esa catástrofe y se comienzan a buscar datos que la confirmen.  Datos reales, no las profecías de Nostradamus o el Apocalipsis bíblico o equivalentes.  Es decir, datos científicos.  Se recurre entonces a publicaciones científicas, datos financieros, tendencias, registro de hechos, y muchas publicaciones.

A partir de ese futuro hipotético, se pone en marcha el reloj en sentido inverso.

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  La regla del tercero excluido.

Ya en posesión del dibujo del colapso y su inevitabilidad, empieza a funcionar la regla del tercero excluido.

No, no es la conocida.  Ésta es una invención del finado SupMarcos.  En sus tiempos de teniente, decía que, en caso de una falla, primero se intentaba una solución; segundo, una corrección; y tercero, pues ya no había tercero, quedaba como “no tiene remedio”.  Ya después fue afinando esa regla hasta llegar a la que ahora les expongo: sustentada una hipótesis con datos verídicos y con análisis científico, procede buscar dos elementos que contradigan la mentada hipótesis en su esencia.  Si se encuentran esos dos elementos, ya no se busca el tercero, entonces hay que replantear la hipótesis o confrontarla ya con el juez más severo: la realidad.

Les aclaro que, cuando los zapatistas dicen “la realidad”, incluyen su accionar en esa realidad.  Lo que ustedes llaman “la práctica”.

Aplico entonces esa misma regla.  Si encuentro al menos 2 elementos que contradigan mi hipótesis, entonces abandono la búsqueda, desecho esa hipótesis y busco otra.

La hipótesis compleja.

Mi hipótesis es: ya no hay remedio.

Apuntes:

La convivencia equilibrada entre el ser humano y la naturaleza es imposible ya.  En la confrontación ganará quien más tiempo tiene: la naturaleza.  El capital ha convertido la relación con la naturaleza en una confrontación, una guerra de saqueo y destrucción.  El objetivo de esta guerra es el aniquilamiento del contrario, la naturaleza en este caso (humanidad incluida).  Con el criterio de la “obsolescencia programada” (o “caducidad prevista”), la mercancía “seres humanos” caduca en cada guerra.

La lógica del capital es la de la ganancia mayor a la máxima velocidad.  Esto hace que el sistema se convierta en una gigantesca máquina de desechos, incluyendo seres humanos.  En la tormenta, las relaciones sociales se trastocan y el capital improductivo arroja a millones al desempleo y, de ahí, al “empleo alternativo” en el crimen, y a la migración.  La destrucción de territorios incluye el despoblamiento.  El “fenómeno” de la migración no es el preludio de la catástrofe, es su confirmación.  La migración produce el efecto de “naciones dentro de naciones”, grandes caravanas trashumantes chocando con muros de concreto, policíacos, militares, criminales, burocráticos, raciales y económicos.

Cuando se habla de migración, se olvida la otra migración que le antecede en el calendario.  La de las poblaciones originarias en sus propios territorios, ahora convertidos en mercancías.  ¿No se ha convertido al pueblo palestino en migrante al que hay que expulsar de su propia tierra?  ¿No ocurre lo mismo con los pueblos originarios en el mundo?

En México, por ejemplo, las comunidades originarias son el “extraño enemigo” que osa “profanar» el suelo de la finca del sistema, ubicada entre el Bravo y el Suchiate.  Para combatir a este “enemigo” hay miles de soldados y policías, megaproyectos, compra de conciencias, represión, desapariciones, asesinatos y una auténtica fábrica de culpables (cfr. https://frayba.org.mx/ ).  Los asesinatos del hermano Samir Flores Soberanes y de decenas de guardianes de la naturaleza definen al actual proyecto de gobierno.

El “miedo a lo otro” alcanza niveles de franca paranoia.  La escasez, la pobreza, las desgracias y el crimen tienen como responsable a un sistema, pero ahora la culpa se traslada al migrante al que hay que combatir hasta aniquilarlo.

En “la política” se ofrecen alternativas y ofertas a cuál más de falsa.  Nuevos cultos, nacionalismos -nuevos, viejos o reciclados-, la nueva religión de las redes sociales y sus neo profetas: los “influencers”.  Y la guerra, siempre la guerra.

La crisis de la política es la crisis de las alternativas al caos.  El frenético sucederse en los gobiernos de la derecha, ultraderecha, el inexistente centro, y lo que presuntuosamente se da en llamar “izquierda”, es sólo un reflejo de un mercado cambiante: si hay nuevos modelos de celulares, ¿por qué no “nuevas” opciones políticas?

Los Estados-Nación se trastocan en agentes aduanales del capital.  No hay gobiernos, hay una sola Border Patrol con distintos colores y diferentes banderas.  La disputa entre “Estado Gordo” y “Estado Famélico” es sólo una fallida ocultación de su naturaleza primigenia: la represión.

El capital empieza a sustituir al neoliberalismo como coartada teórico-ideológica, con su consecuencia lógica: el neomaltusianismo.  Es decir, la guerra de aniquilamiento de grandes poblaciones para conseguir el bienestar de la sociedad moderna.  La guerra no es una irregularidad de la máquina, es el “mantenimiento regular” que asegurará su funcionamiento y duración.  La reducción radical de la demanda para compensar las limitaciones de la oferta.

No se trataría de un neodarwinismo social (los fuertes y ricos se hacen más fuertes y ricos, y los débiles y pobres de hacen más débiles y pobres), o de la Eugenesia que fue una de las coartadas ideológicas para la guerra nazi de exterminio del pueblo judío.  O no sólo.  Se trataría de una campaña mundial de aniquilamiento de la población mayoritaria en el mundo: la de los desposeídos.  Desposeerlos también de la vida.  Si los recursos del planeta no son suficientes y no hay un planeta de repuesto (o no se ha encontrado aún, aunque en eso están), entonces corresponde reducir drásticamente la población.  Achicar el planeta mediante el despoblamiento y la reordenación, ya no sólo de determinados territorios, sino del mundo entero.  Una Nakba para todo el planeta.

Si la casa ya no se puede expandir ni es factible hacerle más pisos; si los habitantes del sótano quieren subir a la planta baja, asaltar la alacena, y, ¡horror!, no dejan de reproducirse; si los “paraísos ecológicos” o “autosustentables” (en realidad sólo son “cuartos de pánico” del capital) no son suficientes; si los del primer piso quieren los cuartos del segundo y así; en suma, si la “civilización moderna” y su núcleo (la propiedad privada de los medios de producción, circulación y consumo), corre peligro; pues entonces hay que expulsar a inquilinos -empezando por los del sótano-, hasta que se logre “el equilibrio”.

Si el planeta se agota en recursos y territorios, sigue una especie de «dieta» para reducir la obesidad del planeta.  Lo de buscar otro planeta está teniendo dificultades no previstas.  Es previsible una carrera espacial, pero su éxito es una incógnita todavía muy grande.  Las guerras, en cambio, han demostrado su “eficacia”.

La conquista de territorios trajo el crecimiento exponencial de los «sobrantes», «excluidos», o «prescindibles».  Siguen las guerras por el reparto.  Las guerras tienen una doble ventaja: reaniman la producción bélica y sus subsidiarias, y elimina a esos sobrantes de forma expedita e irremediable.

Los nacionalismos no sólo resurgirán o tendrán nuevo aliento (por eso el vaivén de las ofertas políticas de ultraderecha), son la base espiritual necesaria para las guerras.  “El responsable de tus carencias es quien tienes al lado.  Por eso pierde tu equipo”.  La lógica de las “barras”, “porras” y “hooligans” -nacionales, raciales, religiosos, políticos, ideológicos, de género-, alentando guerras medianas, grandes y pequeñas en tamaño, pero con el mismo objetivo de depuración.

Ergo: el capitalismo no caduca, sólo se transforma.

El Estado-Nación dejó hace tiempo de cumplir su función de territorio-gobierno-población con características comunes (lengua, moneda, sistema jurídico, cultura, etc.).  Los Estados Nacionales son ahora las posiciones militares de un solo ejército, el del cártel del capital.  En el actual crimen mundial del sistema, los gobiernos son los “jefes de plaza” que mantienen el control de un territorio.  La lucha política, electoral o no, es por ver quién asciende a jefe de plaza.  El “cobro de piso” es mediante los impuestos y los presupuestos para campañas y el proceso electoral.  El crimen desorganizado financia así su reproducción, aunque cada vez sea más patente su incapacidad de ofrecer a sus subyugados la seguridad y la justicia.  En la política moderna, los jefes de los cárteles nacionales se deciden por elecciones.

De este manojo de contradicciones no surge una nueva sociedad.  A la catástrofe no se sigue el fin del sistema capitalista, sino una forma diferente de su carácter depredador.  El futuro del capital es el mismo que su pasado y presentes patriarcales: explotación, represión, despojo y desprecio.  Para cada crisis, el sistema tiene siempre a la mano una guerra para solucionar esa crisis.  Por lo tanto: no es posible delinear o construir una alternativa al colapso más allá de nuestra propia supervivencia como comunidades originarias.

La mayoría de la población no ve o no cree posible la catástrofe.  El capital ha logrado inculcar el inmediatismo y el negacionismo en el código básico cultural de los de abajo.

Más allá de algunas comunidades originarias, pueblos en resistencia y algunos grupos y colectivos, no es posible construir una alternativa que rebase lo mínimo local.

La prevalencia de la noción de Estado-Nación en el imaginario de abajo es un obstáculo.  Mantiene las luchas separadas, aisladas, fragmentadas.  Las fronteras que las separan no son sólo las geográficas.

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Las Contradicciones.

Apuntes:

Primera serie de contradicciones:

La lucha de los hermanos de la región cholulteca contra la empresa Bonafont, en Puebla, México (2021-2022).  Viendo que sus manantiales se secaban, los pobladores voltearon a ver hacia el responsable: la empresa Bonafont, de Danone.  Se organizaron y tomaron la planta embotelladora.  Los manantiales se recuperaron y volvió el agua y la vida a sus tierras.  La naturaleza respondía así a la acción de sus defensores y confirmaba lo dicho por los campesinos: la empresa depredaba el agua.  La fuerza represiva que los desalojó, después de un tiempo, no pudo ocultar la realidad: los pueblos defendían la vida, y la empresa y el gobierno defendían la muerte.  La madre tierra respondió así al cuestionamiento: sí hay remedio, correspondo con vida a quien defiende mi existencia; podemos convivir si nos respetamos y cuidamos mutuamente.

La pandemia (2020).  Los animales recuperaron su posición en algunos territorios urbanos abandonados, aunque fue momentáneo.  El agua, el aire, la flora y la fauna tuvieron un respiro y se rehicieron, aunque fueron de nuevo avasalladas en poco tiempo.  Señalaron así quién era el invasor.

La Travesía por la Vida (2021).  En el oriente, o sea en Europa, hay ejemplos de resistencia a la destrucción y, sobre todo, de construcción de otra relación con la madre tierra.  Los informes, relatos y anécdotas son demasiados para estas notas, pero confirman que la realidad allá no es sólo la de la xenofobia y la idiotez y petulancia de sus gobiernos.  Esperamos encontrar esfuerzos semejantes en otras geografías.

Por lo tanto: sí es posible la convivencia equilibrada con la naturaleza.  Debe de haber más ejemplos de esto.  Nota: buscar más datos, volver a revisar los informes de la Extemporánea a su vuelta de la Travesía por la Vida- Capítulo Europa, qué miraron y qué aprendieron, seguir las acciones del CNI y de otras organizaciones y movimientos de pueblos originarios hermanos en el Mundo.  Atención a las alternativas en zonas urbanas.

Conclusión parcial: las contradicciones detectadas ponen en crisis uno de los planteamientos de la hipótesis compleja, pero no todavía la esencia.  El llamado “capitalismo verde” bien podría absorber o suplantar esas resistencias.

Segunda serie de contradicciones:

La existencia y persistencia de la Sexta y las personas, grupos, colectivos, equipos, organizaciones, movimientos acuerpados en la Declaración por La Vida.  Y muchas personas más en muchas partes.  Hay quien resiste y se rebela, y trata de encontrarse.  Pero es necesario buscar.  Y eso nos enseñan las Buscadoras: buscar es una lucha necesaria, urgente, vital.  Con todo en contra, ellas se aferran a la más remota esperanza.

Conclusión parcial: la sola posibilidad, mínima, ínfima, improbable hasta un porcentaje ridículo, de que las resistencias y rebeldía coincidan, hace trastabillar a la máquina.  No es su destrucción, es cierto.  No todavía.  Las brujas escarlatas serán decisivas.

El porcentaje de probabilidad del triunfo de la vida sobre la muerte es ridículo, sí.  Entonces quedan opciones: la resignación, el cinismo, el culto a lo inmediato (“carpe diem” como sostén vital).

Y, sin embargo, hay quienes desafían los muros, las fronteras, las reglas… y la ley de probabilidades.

Tercera serie de contradicciones: No es necesaria.  Aplica la regla del Tercero Excluido.

Conclusión general: por lo tanto, hay que plantear otra hipótesis.

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¡Ah! ¿ustedes pensaban que la iniciativa o el paso que anunciaban los pueblos zapatistas era la desaparición de MAREZ y JBG, la inversión de la pirámide y el nacimiento de los GAL?

Pues lamento arruinarles la tranquilidad.  No es así.  Regrese usted a antes de la llamada “Primera parte” y la discusión sobre los motivos de lobos y pastores.  ¿Ya?  Ahora coloque usted esto:

Permissu et gratia a praelatis dico vobis visiones mirabiles et terribiles quas oculi mei in his terris viderunt. 30 Anno Resistentise, et prima luce diei viderunt imagines et sonos, quod nunquam antea viderant, et tamen litteras meas semper intuebantur.  Manus scribit et cor dictat.  Erat mane et supra, cicadae et stellae pugnabant pro terra…

Con el permiso y gracia de los superiores os cuento las maravillosas y terribles visiones que mis ojos han visto en estas tierras.  En el año 30 de la Resistencia, y con las primeras luces del día, vieron imágenes y sonidos que nunca antes habían visto y sin embargo siempre miraban mis letras. La mano escribe y el corazón dicta.  Era de madrugada y arriba, grillos y estrellas luchaban por la tierra…

El Capitán.

No apareció entonces porque no sabían de la muerte del SupGaleano, ni de las demás muertes necesarias.  Pero así somos los zapatistas: siempre es más lo que callamos que lo que decimos.  Como si nos empeñáramos en diseñar un rompecabezas siempre inconcluso, siempre con una pieza pendiente, siempre con esa interrogante extemporánea: ¿y tú qué?

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.

40, 30, 20, 10, 2, 1 año después.

P.D.- ¿Entonces qué es lo que falta?  Pues… falta lo que falta.

 

Fuente: EnlaceZapatista

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Capitán Insurgente Marcos

EZLN | Treceava Parte: DOS PARTIDOS DE FÚTBOL Y UNA MISMA REBELDÍA. “El fútbol es la continuación de la política por otros medios”

Treceava Parte: DOS PARTIDOS DE FÚTBOL Y UNA MISMA REBELDÍA.

“El fútbol es la continuación de la política por otros medios”.
Don Durito de La Lacandona (“DD”, para efectos legales).

Noviembre del 2023.

I.- Vísperas de la Travesía por la Vida-capítulo Europa.

Se ha recibido un reto futbolístico de un equipo femenil de la Europa que resiste y lucha.

El SupGaleano se ha autodesignado “director técnico” del equipo “Ixchel – Ramona”, formado por milicianas.  Como debe de ser, el Sup ha estudiado al equipo rival.  Reúne a las compañeras que harán el viaje.  Analiza con detalle las habilidades y características de cada una de las jugadoras.  Va con el Subcomandante Moisés y da su diagnóstico: “nos van a hacer pedazos”.  El SubMoy lo queda viendo con cara de “¿y?”, como dándolo por descontado.  Pero el ahora finado no ha terminado: “Pero tengo un plan secreto, como dice la Dení.  Con eso revolucionaremos el balompié y lo redefiniremos en su esencia: el juego”.

El Subcomandante Insurgente Moisés, coordinador de la gira, está bastante atareado con los cursos de preparación, las actas de nacimiento, los pasaportes y el diseño de la ruta a seguir, así que deja que el SupGaleano proceda “a discreción”.  El prospecto de finado sonríe y sentencia: “Discreción es mi segundo apellido” (no me pregunten cuál era su primer apellido porque se necesitarían varias cuartillas para explicarles).

El difunto en ciernes inicia la preparación del equipo femenil.  Pero, para que su estrategia tenga éxito, necesita el apoyo del temible, terrible y terrorífico “Comando Palomitas”, el cual, en ese momento está tratando de abrirle un boquete al navío escuela en el que se preparó el llamado “Escuadrón 421”.  Desilusionados porque, antes de terminar la zapa debajo de la línea de flotación, el buque se ha transformado en un imponente avión de dos motores dos, fueron a consultar con el SupGaleano qué podrían hacer para prenderle fuego a la aeronave.  El Sup los convenció de que no convenía quemarlo, que era mejor esperar a que estuviera en pleno vuelo para derribarlo desde dentro.  El amado Amado y el Chinto objetaron: si se cae el avión, también caerá el Comando Palomitas.  El Sup respondió que no era momento de detenerse en pequeñeces.  Además, el Comando era requerido para una labor más elevada, valga la reiteración, que sabotear un viaje aéreo que ni siquiera completaba la paga para los boletos, ya ni hablar de la falta de pasaportes, y de que la mayoría de la denominada “División Aerotransportada La Extemporánea” se mareaba en el camión de redilas.

Reunidos el Comando Palomitas, el Sup, el Tzotz, el Tragón y la Pelusa en el bunker ultrasecreto que está en el templete del Puy de la zona Tzotz Choj, se procedió a afinar los detalles de lo que, de ahí en adelante, sería conocido mundialmente como el “Brillante y Excelso Plan para Derrotar a un Rival Mejor Preparado, Entrenado y Equipado que Nosotras” (BEPDRMPEEN, por sus siglas en español), subtítulo “Y eso que tienen mejor técnica y dominio del balón”.

La reunión top secret siguió su curso normal.  Es decir, el Chuy le quitó a la Lupita la paleta de chamoy, la Verónica le dio un zape al Chuy y, como si fuera el Supremo Gobierno, se quedó con la paleta del Chuy, la de la Lupita y la suya propia.  El Chinto y el amado Amado insistían en que sus bicicletas se habían descompuesto “así nomás” y que el Monarca tenía que ver de arreglar.  La Pelusa, el Tragón y el Tzotz se asomaban a la mesa buscando galletas, y el Sup impartía la cátedra magistral de “Cómo ganar un partido de fútbol con todo en contra”.

El aparente caos se aplacó cuando el Sup sacó, a saber de dónde, una caja de “Choki La Galleta Diabólica”, y sólo entonces -después de que se despacharon 5 paquetes-, se repartieron las misiones, se hizo el cronograma, y se atascaron con el sexto paquete “en honor a los futuros caídos”.  “Y caídas”, se sintió obligado en agregar el Chuy, sólo para recibir de la Verónica otro zape modelo “la igualdad de género no aplica en la desgracia”.  La Lupita aprobó la acción con la paleta de chamoy que el Sup le dio para que no siguiera llorando.

Fueron entonces el “tres veces T” Comando Palomitas, el Sup y el ala canina del comando, al semillero y, con las milicianas reunidas, se explicó y practicó el nuevo esquema “pasivo-agresivo” que, como debe de ser, tenía como núcleo protagónico al mentado Comando.

Siguiendo la antigua y probada regla zapatista de “No juegues con las reglas del enemigo”, el Sup desarrolló una especie de mezcla de rugby, con dramaturgia decimonónica, con algo de Anime, con cine muy a lo Hollywood esquina con Cannes, con el impresionismo de Monet, una pizca de Allan Poe cruce con Conan Doyle, algo de la épica de Cervantes, la brevedad de Joyce, la perspectiva de Buñuel, una pizca de Brecht mezclado con Beckett, la sazón de unos tacos al pastor, una cumbia así muy rebajada -raspadita pues-, la Anita Tijoux y la Shadia Mansour rompiendo fronteras -Palestina libre-, y, bueno, no tomé el apunte de todo, pero ya sólo faltaba el balón.

La estrategia en cuestión tenía 3 fases:

La primera era que la Verónica agarraba un muñequito zapatista y se dirigía decidida a la portería contraria, se plantaba frente a la portera enemiga y le hablaba en Cho´ol.  La portera, por supuesto, no entendía nada, pero ahí estaban la Lupita y la Esperanza Zapatista que le traducían con señas que la niña le daba el muñequito.  Y la Esperanza, como su nombre lo indica, se ofrecía a tomarle una foto con la niña y el muñequito.  Para la foto, le decía que dejara el balón, porque la Verónica quería que la abrazara.  En el momento en que esto ocurría, la Esperanza pateaba el balón “al fondo de las redes” y todo el equipo gritaba “¡Gol!”.  Se practicó infinidad de veces con éxito.  Lo único que no se pudo lograr es que la Verónica no le quitara el muñequito a la portera y saliera corriendo.

La segunda variante consistía en que la portera zapatista recibía el balón, se lo colocaba bajo la camiseta deportiva, como si estuviera embarazada y empezaba a caminar como si tal.  Todo el equipo zapatista se acercaba a ayudarla y llevarla a los servicios médicos.  Claro, como estaban en territorio extraño, las compañeras se equivocaban e iban a dar frente a la portería enemiga, donde, milagro, la portera zapatista “se aliviaba” del balón que, rodando apenas, rebasaba la línea enemiga y se daba a luz un gol que olvídate del Messi y el Cristiano.  Mientras, el TTT Comando Palomitas rodeaba a la hermana responsable de la pizarra para “exhortarla” a dar por bueno el tanto conseguido “con el sacrificio de la compañera zapatista y su pichito balón”.

La tercera variante implicaba un riesgo para la protagonista, ya que debía fingir un desmayo.  Se practicó sólo una vez en el semillero porque ahí el terreno es de grava (piedra y arena), y se esperaba que en el campo enemigo hubiera pasto.  La compañera debía desmayarse a medio campo.  El Subcomandante Moisés, alarmado, correría para ver a la compañera y, con él, toda la banca zapatista se volcaba.  Todas las compañeras clamaban, en sus respectivas lenguas maternas, por el servicio médico.  Como era de esperar, el enemigo no tendría servicio médico, así que se tendría una camilla preparada con antelación.  La árbitra querría llamar a los paramédicos, pero el SubMoisés alegaría usos y costumbres de los pueblos originarios, así que mismo zapatistas levantan a la desmayada y la colocan en la camilla.  Confundidas por el dolor y la pena de ver a su hermana de lucha caída en combate, las milicianas no atinarían en dirigirse a la banca cargando la camilla, así que terminarían por llegar hasta la portería enemiga.  En ese momento, los más primeros dioses, los que nacieron el mundo, harían su trabajo y la compa herida se despertaría sin necesidad de que ningún sapo macho, plebeyo o de la realeza, la besara, y encontraría el balón a sus pies, justo en la línea de gol y con un puntapié sellaría el destino.  Era de esperar que, animadas por la alegría de ver a su compañera a salvo, las milicianas gritaran “¡Goool!”  Para ese momento, el Comando Palomitas ya estaría al pie del marcador para asegurarse de que se celebrara la vida.

La cuarta no muy recuerdo – ya sé que dije que eran 3, pero ¿no eran 4 los tres mosqueteros? -, aunque era semejante en ingenio, creatividad y picardía a los otras tres.

Según me platicaron las milicianas a su regreso, en los territorios que llaman “Italia” y “Estado Español”, las hermanas enemigas entendieron rápido de qué iba el asunto y empezaron a jugar con el mismo estilo.  No sé si se podría calificar por la FIFA como balompié pero, a juzgar por las fotos y videos que me mostraron, aquello fue una fiesta.  Resultado: no hubo quien ganó ni quien perdió… y la Verónica regresó con el muñequito que, era de suponer, pertenecía al ahora difunto SupGaleano.  No, no se lo devolvió.

“Y ése fue el mensaje para las geografías de todo el mundo: no juegues con las reglas de tu enemigo, crea tus propias reglas”, me declaró el SupGaleano antes de su postrer suspiro.

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II.- ¿Cuántos Chipres caben en un juego de fútbol?

Esto me lo relató el Subcomandante Insurgente Moisés, al contarme detalles y anécdotas del llamado “capítulo Europa” de la Travesía por la Vida.  Lo que a continuación relato es lo que logré rescatar de la narración, llena de admiración y respeto, del Subcomandante Moisés.

“Hay una geografía que se llama Chipre.  Bueno, de ahí que está partido, o sea pedaceado.  Hay chipriota, hay grecochipriota y hay turcochipriota y no me acuerdo cuánto más que se apellidan chipriota.  Los capitalistas la dividieron esa tierra, la pedacearon.  Y también pedacearon a su gente, su lengua, su historia, su cultura.  Y resulta que, aunque es una isla pequeña, pues todos los dineros la quieren y, como hacen de por sí, los dividen, pero cada parte quiere la parte del otro.  O sea que en medio de los poderosos y sus guerras, quedan los pueblos.

Bueno, entonces hay un equipo de fútbol en esa geografía que se llama Chipre.  Tiene buenos jugadores y son profesionales.  O sea que su trabajo es jugar fútbol.  Entonces están perdiendo varios partidos y se reúnen entre ellos para analizar y se dicen que es que pierden porque está mal la estrategia de los partidos.  Van y le dicen al dueño del equipo, o sea al patrón, que están perdiendo por esa causa, que ellos ya pensaron en una estrategia más mejor y así van a ganar más partidos.

El patrón, o sea el dueño del equipo, los mira con desprecio y les dice: “ustedes ganan o pierden según a mí me convenga.  A veces me conviene que pierdan y así se va a seguir”.

Los jugadores saben jugar muy bien, pero también tienen bueno su corazón.  Entonces como quien dice se rebelan.  Se dicen resistencia y rebeldía, pero en su lengua.  Y mandan al dueño del equipo, o sea al patrón, al diablo.  Entonces hacen su propio equipo de fútbol.  Y se organizan y hacen un su estadio.  Esa tierra está dividida, así que, en medio, dicen “en tierra de nadie”, por ahí hacen su estadio y entonces invitan a jugar y a practicar a todo el que quiera.  Los otros grupos y colectivos que luchan los apoyan y se organizan bien.  No importa si eres chipriota, grecochipriota, turcochipriota o chipriotanoséqué.  No se cobra, es voluntario lo que cada quien quiera dar.  O sea que, como quien dice, la paga no es lo que importa.  Entonces, cada tanto hacen sus partidos y no hay divisiones de nacionalidades, ni religiones, ni banderas, sólo hay fútbol.  Y es como una fiesta.

O sea que, como quien dice, esos hermanos lo rompieron esas fronteras que pusieron los patrones y los dueños.

“O sea que como que hicieron su caracol.  ¡Tienen un caracol futbolero!  Les dije que a ver cuándo se puede que hacemos un juego de fútbol allá en su tierra o acá en tierra de nadie”, dice el Subcomandante Insurgente Moisés, vocero de las comunidades zapatistas, jefe del EZLN, y coordinador de la Travesía por la Vida.

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Vale.  Salud y que los juegos, como lo son las rodadas, no sean una competencia sino pretextos para convivir entre diferentes.

Doy fe.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, noviembre del 2023.  40, 30, 20, 10, 2 años después.

 

Música: «Somos Sur», interpretada por Ana Tijoux y Shadia Mansour
Imágenes del partido de fútbol entre el equipo Ixchel-Ramona y la hermanas enemigas italianas tomadas en la geografía que llaman Roma, Italia, en noviembre del 2021. Aderezo de imágenes de movilización de los pueblos zapatistas en contra de las guerras en 2022. Tercios Compas. Copyleft noviembre de 2023

 

Fuente: Enlace Zapatista

radio
EZLN

EZLN | Doceava parte: Fragmentos. Fragmentos de una carta del Subcomandante Insurgente Moisés enviada, hará hace algunos meses, a una geografía lejana en distancia y cercana en pensamiento

Doceava parte: Fragmentos.
Fragmentos de una carta del Subcomandante Insurgente Moisés enviada, hará hace algunos meses, a una geografía lejana en distancia y cercana en pensamiento:

“Comisión Sexta Zapatista.
México.

 Abril del 2023.

(…)

Porque entonces sería algo así como que, frente a la terrible tormenta que azota ya todos los rincones del planeta, incluso aquellos que se pensaban a salvo de todo mal, nosotros no vemos la tormenta.

  Quiero decir, no sólo vemos la tormenta, y la destrucción, muerte y dolor que trae consigo.  También vemos lo que sigue.  Queremos ser la semilla de una futura raíz que no veremos, que luego será, a su vez, el césped que tampoco veremos.

  La vocación zapatista, si alguien nos apura a una definición lacónica, es entonces “ser buena semilla”.

  No pretendemos heredar a las próximas generaciones una concepción del mundo.  No heredarles nuestras miserias, nuestros rencores, nuestros dolores, nuestras fobias, ni nuestras filias.  Tampoco que sean un espejo con una imagen más o menos aproximada de lo que supongamos bueno o malo.

  Lo que queremos es heredar vida.  Lo que hagan con ella otras generaciones será su decisión y, sobre todo, su responsabilidad.  Así como nosotros heredamos vida de nuestros ancestros, tomamos lo que consideramos valioso, y nos asignamos una tarea.  Y, claro, nos hacemos responsables de la decisión que tomamos, de lo que hacemos para cumplir esa tarea, y de las consecuencias de nuestras acciones y omisiones.

  Cuando decimos que “No es necesario conquistar el mundo, basta con hacerlo de nuevo”, nos alejamos, definitiva e irremediablemente, de las concepciones políticas vigentes y de las anteriores.  El mundo que vemos no es perfecto, ni de lejos.  Pero es mejor, sin duda alguna.  Un mundo donde cada quien sea quien es, sin vergüenza, sin ser perseguido, mutilado, encarcelado, asesinado, marginado, oprimido.

  ¿Cómo se llama ese mundo?  ¿Qué sistema lo sostiene o es el dominante?  Bueno, eso lo decidirán, o no, quienes vivan en él.

  Un mundo donde los afanes de hegemonizar y homogeneizar aprendan de lo que provocaron en éste y otros tiempos, y fracasen en ese mundo por venir.

  Un mundo en el cual la humanidad no sea definida por la igualdad (que no hace sino esconder la segregación de los que “no son iguales”), sino por la diferencia.

  Un mundo donde la diferencia no se persiga, sino que se celebre.  Un mundo en el que las historias contadas no sean las de los que ganan, porque nadie gana.

  Un mundo donde las historias que se cuenten, sea en la intimidad, o en las artes, o en la cultura, sean como las que nuestros abuelas y abuelos nos contaron, y que enseñen no quien ganó, porque nadie ganó y, por lo tanto, nadie perdió.

  Esas historias que nos permitieron imaginar cosas terribles y maravillosas y en las que, entre la lluvia y el olor del maíz cociéndose, el café y el tabaco, alcanzamos a imaginar un mundo incompleto, sí, torpe también, pero mucho mejor que el mundo que nuestros antepasados y nuestros contemporáneos hemos padecido y estamos padeciendo.

  No pretendemos heredar leyes, manuales, cosmovisiones, catecismos, reglas, rutas, destinos, pasos, compañías, que, si se ve con detenimiento, es a lo que aspiran casi todas las propuestas políticas.

  Nuestra pretensión es más sencilla y terriblemente más difícil: heredar vida.

(…)

  Porque nosotros vemos que esa terrible tormenta, cuyos primeros ventarrones y lluvias ya azotan al planeta entero, está llegando muy rápido y muy fuerte.  Entonces no vemos lo inmediato.  O sí, pero de acuerdo con lo que vemos a largo plazo.  Nuestra realidad inmediata está definida o de acuerdo con dos realidades: una de muerte y destrucción que habrá de sacar a flote lo peor del ser humano, sin importar su clase social, su color, su raza, su cultura, su geografía, su lengua, su tamaño; y otra de volver a empezar sobre los escombros de un sistema que hizo lo que mejor sabe hacer, es decir, destruir.

  ¿Por qué decimos que a la pesadilla que ya está, y que no hará sino empeorar, seguirá un despertar?  Bueno, porque hay quienes, como nosotros, estamos empeñados en mirar esa posibilidad.  Mínima, es cierto.  Pero todos los días y a todas horas, en todas partes, luchamos porque esa mínima posibilidad vaya creciendo y, aunque pequeña y sin importancia -como una semilla diminuta-, crezca y, algún día, sea el árbol de la vida que será de todos los colores o no será.

  No somos los únicos.  En estos 30 años nos hemos asomado a muchos mundos.  Diferentes en modos, tiempos, geografías, historias propias, calendarios.  Pero iguales sólo en el empeño y la mirada absurda puesta en un tiempo extemporáneo que sucederá, no por el destino, no por designio divino, no porque alguien pierda para que alguien gane.  No, será porque estamos trabajando en ello, luchando, viviendo y muriendo por ello.

  Y habrá un prado, y habrá flores, y árboles, y ríos, y animales de todo tipo.  Y habrá césped porque habrá raíces.  Y habrá una niña, un niño, unoa niñoa que estará con vida.  Y llegará el día en que tenga que hacerse responsable de la decisión que tome de qué hacer con esa vida.

  ¿No es ésa la libertad?

(…)

  Y les contaremos la historia de la mujer indígena de raíz maya, de más de 40 años, que se cayó decenas de veces aprendiendo a andar en una bicicleta rodada 20.  Pero también que se levantó el mismo número de veces y ahora anda en una rodada 24 o rodada 26 y, con ella, llegará a los cursos de plantas medicinales.

  Del promotor de salud que llegará a tiempo, a una comunidad apartada y sin camino pavimentado, para administrar suero anti viperino a un anciano atacado por una víbora nauyaca.

  De la indígena, autoridad autónoma que, con su nagüa y su morraleta, llegará a tiempo a una asamblea de “como mujeres que somos” y podrá dar la plática sobre higiene femenina.

  Y que, cuando no había vehículo, gasolina, chofer o camino transitable, la salud, en la medida de nuestro desarrollo y posibilidades, llegará a una champa en un rincón de la selva lacandona.

  Una champa donde, alrededor de un fogón, lloviendo y sin luz eléctrica, llegará, también en bicicleta, la promotora de educación y, entre el olor a maíz cocido, café y tabaco, escuchará una historia terrible y maravillosa, contada en la voz y lengua de una anciana.  Y en esa historia se hablará del Votán, que no era hombre ni mujer ni otroa.  Y que no era uno, sino muchos.  Y escuchará que dirá: “eso somos, Votán, guardián y corazón del pueblo”.

  Y que, ya en la escuela, esa promotora de educación les contará a los niños y las niñas zapatistas esa historia.  Bueno, más bien la versión que hará de lo que se acuerde haber escuchado, porque no muy se oía debido al ruido de la lluvia y la voz apagada de la mujer que contaba la historia.

  Y de “la cumbia de la bicicleta” que algún grupo juvenil musical habrá de crear y que nos aliviará a todos de escuchar por enésima vez “la cumbia del sapito”.

  Y nuestros muertos, a quienes debemos honor y vida, tal vez dirán “bueno, al fin hemos entrado a la era de la rueda”.  Y en las noches mirarán el cielo estrellado, sin nubes que lo oculten, y dirán “¡Bicicletas!  De ahí, siguen las naves espaciales”.  Y reirán, lo sé.  Y alguien vivo pondrá a funcionar una grabadorita y se escuchará una cumbia que todos, vivos y muertos, esperamos que no sea “la del moño colorado”.

(…)

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
A nombre de los niños, niñas, hombres, mujeres y otroas zapatistas.
Subcomandante Insurgente Moisés.
Coordinador General de la “Gira por la Vida”.
México, abril del 2023.”

Estos fragmentos son tomados del original, y con las autorizaciones del remitente y de la destinataria.
Doy fe.

El Capitán.
Noviembre del 2023.