Comunicados EZLN
Cuarta Parte: MEMORIA DE LO QUE VENDRÁ
Traducione Italiano
Deutsch Übersetzung
English Translation
Tradução em portugês
Cuarta Parte: MEMORIA DE LO QUE VENDRÁ.
Octubre del 2020.
Es hace 35 octubres.
El Viejo Antonio mira la fogata resistiendo a la lluvia. Bajo el chorreante sombrero de paja enciende, con un tizón, su cigarrillo forjado con doblador. El fuego se mantiene, escondiéndose a veces bajo los troncos; el viento le ayuda y con su aliento aviva las brazas que enrojecen de furia.
El campamento es el nombrado “Watapil”, en la llamada “Sierra Cruz de Plata” que se yergue entre los húmedos brazos de los ríos Jataté y Perlas. Corre el año de 1985 y octubre recibe al grupo con una tormenta, presagiando así sus mañanas. El alto almendro (que renombrará a esa montaña en la lengua insurgente), compasivo mira a sus pies a ese puñado pequeño, pequeñísimo, insignificante, de mujeres y hombres. Rostros demacrados, pieles enjutas, brillante la mirada (tal vez la fiebre, la porfía, el miedo, el delirio, el hambre, la falta de sueño), las ropas marrón y negro desgarradas, las botas deformes por los bejucos que pretenden mantener las suelas en su sitio.
Con palabra pausada, queda, apenas perceptible entre el ruido de la tormenta, el Viejo Antonio les habla como si a sí mismo se llamara:
“Para el color de la tierra vendrá de nuevo el Mandón a imponer su palabra dura, su YO asesino de la razón, su soborno disfrazado de limosna.
Vendrá el día en que la muerte vista sus ropas más crueles. Adornados sus pasos con engranes y chirridos, la maquina que enferma los caminos, mentirá diciendo que trae bonanza mientras siembra destrucción. Quien se oponga a ese ruido que aterra a plantas y animales, será asesinado en su vida y su memoria. Con plomo la una, la otra con mentira. La noche será así más larga. Más dilatado el dolor. Más mortal la muerte.
Los Aluxo´ob alertarán entonces a la madre y así dirán: “Viene la muerte, madre, matando viene”.
La tierra madre, la más primera, se despertará entonces -sacudiéndose el sueño de loros, guacamayas y tucanes-, reclamará la sangre de sus guardianes y guardianas, y, dirigiéndose a su prole, así dirá:
“Vayan los unos a burlar al invasor. Vayan las otras a llamar a la sangre hermana. Que no les espanten las aguas, que no los desanimen fríos ni calores. Abran caminos donde no los hay. Remonten ríos y mares. Naveguen las montañas. Vuelen lluvias y nubes. Sean noche, día sean, de madrugada vayan y alerten al todo. Que muchos son mis nombres y colores, pero uno es mi corazón, y mi muerte será también la del todo. Que no se avergüence entonces su piel del color que le he dado, ni de la palabra que en sus bocas he plantado, ni de su tamaño que cerca me tienen. Que yo les daré luz en la mirada, abrigo en sus oídos y fuerza en sus pies y brazos. No teman los colores y modos distintos, no los caminos diferentes. Porque uno es el corazón que les he heredado, uno el entendimiento y una la mirada”. (Continuar leyendo…)
Quinta Parte: LA MIRADA Y LA DISTANCIA A LA PUERTA
Traducione Italiano
Tradução em portugês
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Quinta Parte: LA MIRADA Y LA DISTANCIA A LA PUERTA.
Octubre del 2020.
Supongamos que es posible elegir, por ejemplo, la mirada. Supongamos que usted puede librarse, así sea por un momento, de la tiranía de las redes sociales que imponen no sólo qué se mira y de qué se habla, también cómo mirar y cómo hablar. Entonces, supongamos que usted levanta su mirada. Más arriba: de lo inmediato a lo local a lo regional a lo nacional a lo mundial. ¿Lo mira? Cierto, un caos, un desbarajuste, un desorden. Entonces supongamos que usted es un ser humano; vaya, que no es una aplicación digital que, velozmente, mira, clasifica, jerarquiza, juzga y sanciona. Entonces usted elige qué mirar… y cómo mirar. Pudiera ser, es un supositorio, que mirar y juzgar no sean lo mismo. Así que usted no sólo elige, también decide. Cambiar la pregunta de “eso, ¿está mal o bien?”, a “¿qué es eso?”. Claro, la primera cuestión lleva a un debate sabroso (¿todavía hay debates?). Y de ahí al “Eso está mal –o bien- porque yo lo digo”. O, tal vez, hay una discusión sobre qué es el bien y el mal, y de ahí a los argumentos y citas con pie de página. Cierto, tiene usted razón, eso es mejor que recurrir a “likes” y “manitas arriba”, pero le he propuesto cambiar el punto de partida: elegir el destino de su mirada.
Por ejemplo: usted decide mirar a los musulmanes. Puede usted elegir, por ejemplo, entre quienes perpetraron el atentado contra Charlie Hebdo o entre quienes marchan ahora por los caminos de Francia para reclamar, exigir, imponer sus derechos. Puesto que usted ha llegado a estas líneas, es muy probable que se decante por los “sans papiers”. Claro, también se siente usted en la obligación de declarar que Macron es un imbécil. Pero, obviando ese rápido vistazo hacia arriba, usted vuelve a mirar los plantones, campamentos y marchas de los migrantes. Usted se pregunta por el número. Le parecen muchos, o pocos, o demasiados, o suficientes. Ha pasado de la identidad religiosa a la cantidad. Y entonces usted se pregunta qué quieren, por qué luchan. Y aquí usted decide si acude a los medios y las redes para saberlo… o les escucha. Suponga que les puede preguntar. ¿Les pregunta usted su creencia religiosa, cuántos son? ¿O les pregunta por qué abandonaron su tierra y decidieron llegar a suelos y cielos que tienen otra lengua, otra cultura, otras leyes, otro modo? Tal vez le respondan con una sola palabra: guerra. O tal vez le detallen lo que esa palabra significa en su realidad de ellos. Guerra. Usted decide investigar: ¿guerra dónde? O, más mejor. ¿por qué esa guerra? Entonces le abruman con explicaciones: creencias religiosas, disputas territoriales, saqueo de recursos o, simple y llanamente, estupidez. Pero usted no se conforma y pregunta por quién se beneficia de la destrucción, del despoblamiento, de la reconstrucción, de la repoblación. Encuentra los datos de diversas corporaciones. Investiga a las corporaciones y descubre que están en varios países, y que fabrican no sólo armas, también autos, cohetes interestelares, hornos de microondas, servicios de paquetería, bancos, redes sociales, “contenido mediático”, ropa, celulares y computadoras, calzado, alimentos orgánicos y no, empresas navieras, ventas en línea, trenes, jefes de gobierno y gabinetes, centros de investigación científica y no, cadenas de hoteles y restaurantes, “fast food”, líneas aéreas, termoeléctricas y, claro, fundaciones de ayuda “humanitaria”. Usted podría decir, entonces, que la responsabilidad es de la humanidad o del mundo entero.