
CNI
Denunciamos tortura y agresiones sexuales en contra de integrantes de la comunidad indígena ñhöñhö (Otomí) de Santiago Mexquititlán, Querétaro
DENUNCIAMOS TORTURA Y AGRESIONES SEXUALES
EN CONTRA DE INTEGRANTES DE LA COMUNIDAD INDÍGENA ÑHÖÑHÖ (OTOMÍ)
DE SANTIAGO MEXQUITITLÁN, QUERÉTARO.
A nuestras hermanas y hermanos del pueblo ñhöñhö (otomí) de Santiago Mexquititlán, Querétaro:
Al Concejo Indígena de Gobierno de Santiago Mexquititlán:
A los pueblos de México y del mundo,
A los organismos y colectivos defensores de derechos humanos,
A las Redes de Resistencia y Rebeldía,
A la Sexta Nacional e Internacional,
A l@s firmantes de Una Declaración por la Vida en los cinco continentes,
A la Europa Insumisa, Digna y Rebelde.
El Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional repudiamos la violencia policiaca con la que fueron arrestados y torturados nuestros hermanos ñhöñhö Estela Hernández, Sergio Chávez, Jesús Torres, Leonardo García y Martín Álvarez y dos personas más cuya identidad no hemos podido establecer; en cuyos cuerpos se concentraron el odio y el racismo que caracterizan al gobierno de Mauricio Kuri en Querétaro, así como se concentran en nuestra Madre Tierra y en los pueblos originarios el despojo y la destrucción que nacen del estado mexicano y sus instituciones.
El día de ayer, miércoles 4 de junio, en la comunidad de Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco, Querétaro, la Policía Estatal de Querétaro (POES),realizó una redada totalmente ilegal. en la cual realizó la detención arbitraria de 6 personas, la mayoría jóvenes, sin haber cometido delito alguno.
Ante este abuso de autoridad, la compañera Estela Hernández, miembro del Concejo Indígena de Gobierno de Santiago Mexquititlán, delegada del Congreso Nacional Indígena e integrante de la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida se trasladó al DIF municipal, lugar a donde los detenidos fueron trasladados. Al preguntar por el motivo de la detención y por la integridad física de los compañeros detenidos, un grupo de al menos 10 policías detuvo y agredió física y sexualmente a la compañera. Además de los golpes, le expresaron violentamente que “ya estaban hartos de ella”, lo cual evidencia que el ataque tiene claras intenciones de amedrentar el trabajo de defensa del territorio y de los derechos humanos que nuestra compañera realiza.
Casi 5 horas después, todos los compañeros fueron liberados gracias a la acción del pueblo y a la solidaridad de organizaciones, colectivos y personas que mostraron su indignación y exigieron su libertad inmediata.
El Concejo Autónomo de Santiago Mexquititlán ha sido reprimido y agredido sistemáticamente por evitar la privatización del agua en Querétaro, por frenar la devastación de su territorio y por no someterse a los proyectos coloniales de muerte. Hoy nuevamente es agredido con el sello del desprecio, unas horas después de haber anunciado su asamblea comunitaria en defensa del agua para el sábado 14 de junio, lo que parece incomodar a quienes desde el poder actúan como criminales.
¿Por qué detuvieron a la compañera Estela y a los demás compañeros de Santiago Mexquititlán? Porque en Querétaro el racismo es el protocolo policiaco por excelencia. Porque el mal gobierno sólo conoce desprecio hacia los pueblos originarios. Porque al mal gobierno sólo le gustan los indígenas sumisos y funcionales a sus crímenes, no los que luchan por la vida. Porque para el mal gobierno la dignidad es peligrosa.
Para los jóvenes la cárcel y levantones, para las mujeres indígenas que defienden su territorio y construyen autonomía en sus comunidades los golpes y la tortura física y sexual. Vivir en comunidades indígenas, trabajar honestamente, documentar violaciones a los derechos humanos, defender al territorio y levantar la voz son delitos para el estado.
La presencia del ejército en la manifestación pacífica que pobladores de Santiago Mexquititlán y comunidades aledañas realizaron en las inmediaciones del DIF de Amealco, Querétaro, para exigir la libertad de nuestros compañeros, es una muestra más de la guerra generalizada que se vive en el país, la muestra de que las fuerzas armadas están para callar al pueblo organizado en defensa de la vida y la libertad. Es esta la verdadera cara de la cuarta transformación, la que exhibió hace unas semanas al secuestrar y detener arbitrariamente a nuestros compañeros Baldemar Sántiz Sántiz y Andrés Manuel Sántiz Gómez en la comunidad tzotzil de Cotzilnam, municipio de Aldama, Chiapas.
Exigimos un alto total a la violencia racista y de género por parte del Estado, a la guerra de exterminio desatada contra los pueblos de México; llamamos a los pueblos de México y del mundo, a los organismos y colectivos defensores de derechos humanos, a las Redes de Resistencia y Rebeldía, a la Sexta Nacional e Internacional, a l@s firmantes de Una Declaración por la Vida en los cinco continentes y a la Europa Insumisa, Digna y Rebelde, a estar alertas y organizados en contra de esta guerra y de estas acciones represivas dirigidas hacia los pueblos originarios que en México y el mundo entero resisten la tormenta capitalista.
Esta violencia se da en un momento en que la llamada “4T” festina a un ministro supuestamente indígena y presume el respeto a los derechos de los originarios. Ese señor, junto con su cómplice Adelfo, es otro “indígena” de maniquí en el aparador de la 4T, parte de la escenografía de cartón piedra que la nueva comedia de “La Señora Presidenta” presenta allá arriba para su propio consumo. Sin importar el color político, allá arriba es el mismo PRI de siempre. El cambio es que pasaron de lo obsceno a lo francamente pornográfico, como sus chats de redes sociales. La compañera Estela es quien, hace años, acuñó la frase de “hasta que la dignidad se haga costumbre”, pero en los malos gobiernos la costumbre sigue siendo la hipocresía.
Seguirá siendo la fuerza de los pueblos la que arranque la libertad de nuestros hermanos y hermanas, la que sostenga la dignidad ante esta guerra de exterminio. Abrazamos a nuestros hermanos ñhöñhö que luchan y resisten incansablemente por el agua, la vida y la libertad.
ATENTAMENTE
JUNIO DE 2025
POR LA RECONSTITUCIÓN INTEGRAL DE NUESTROS PUEBLOS
NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTROS
CONGRESO NACIONAL INDÍGENA
EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL
Pronunciamiento en el marco de los 15 años del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola
A los medios de comunicación
A la opinión pública nacional e internacional
A las organizaciones sociales, solidarias y de derechos humanos
Al Congreso Nacional Indígena y al Concejo Indígena de Gobierno
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional
A los pueblos indígenas de México y del mundo
En el marco de los 15 años del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola:
Hoy se cumplen 15 años de impunidad. Quince años desde el asesinato de Bety y Jyri. Y, fieles a la costumbre —y a la necedad necesaria de mantener viva la memoria— volvemos a esta fecha con la misma dignidad herida, pero inquebrantable.
En esta era digital, nuestros compañeros han sido convertidos en un código QR, un mensaje de WhatsApp, una aplicación, una canción, un video que recorre el mundo, una foto desgastada, una exposición gráfica. Pero no son solo eso: son una voz que resiste en el tiempo, en la memoria de quienes nos negamos a olvidar.
En estos 15 años hemos transitado el abecedario entero —de la A a la Z— recorriendo cada rincón donde nos fue posible estar, pidiendo justicia. A veces hallamos un espacio cálido, un rostro amable que supo escuchar lo que debía ser Justicia; pero la mayoría de las veces solo encontramos la eterna burocracia, la mentira, la indiferencia. Las banquetas fueron nuestro lugar de diálogo, nuestras aulas, nuestras plazas públicas: en huelgas de hambre, en marchas, en bloqueos, en esperas interminables ante funcionarios públicos y “autoridades” de cualquier nivel. De ellos nunca esperamos nada. Y el tiempo solo nos ha confirmado que la justicia institucional en México es un fracaso.
Han pasado 5475 días, casi nada, para decir —con palabras firmes y heridas abiertas— que el sistema judicial, en el que aún millones de mexicanos depositan su esperanza, está diseñado para perpetuar el ciclo de la eterna impunidad. ¿Qué nos dirán en otros 5475 días? Tal vez, si acaso, algo resuelva la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Hoy sabemos que si no hubiéramos vivido esta injusticia, tal vez seguiríamos creyendo en el cambio posible, en la escucha, en la reparación. Pero no: esa justicia no ha llegado y no llegará de quienes ocupan el poder. Gobiernos van y vienen, pero las prácticas siguen siendo las mismas: censurar, amordazar, criminalizar la palabra de quienes luchan y exigen justicia.
Y mientras tanto, la guerra contra los pueblos indígenas no se detiene: se agudiza, se profundiza. Denunciamos el ataque constante contra los territorios autónomos, contra quienes defienden la vida frente a los megaproyectos de muerte. Hoy, en particular, exigimos el alto inmediato a la guerra contra las comunidades zapatistas en Chiapas, contra la comunidad de Ostula en Michoacán, y contra todas las resistencias indígenas del Istmo y todo México.
Arde la rabia al ver cómo los que alzan la voz son asesinados o desaparecidos: Marco Antonio Suastegui , María del Carmen Morales y su hijo Jaime Daniel Ramírez, Alin Isaday Salas Isidro, Samir Flores Soberanes, Sergio Rivera Hernández… y tantos, tantos nombres más.
¿Qué puede cosechar un país que siembra violencia, sangre e impunidad?
A 15 años, con memoria viva, con la dignidad intacta y con la rebeldía que no se rinde, seguimos exigiendo:
¡Justicia para Bety y Jyri!
¡Alto a la guerra contra los pueblos indígenas!
¡Alto a la guerra contra las comunidades zapatistas y contra Ostula!
¡Justicia para todos los luchadores y luchadoras sociales!
Justicia para los asesinatos!
¡Presentación con vida de los desparecidos!
¡Libertad a los presos políticos!
¡Ni olvido ni perdón!