París-Aubervilliers, 16 de julio de 2021. El Escuadrón 421 recibió el sábado pasado flores salvajes cultivadas en los Jardins À Défendre (JAD) d’Aubervilliers, un municipio conurbado de París administrado ahora por un partido derechista, después de ser un bastión comunista durante más de medio siglo en el cinturón rojo (banlieue rouge) que rodea las orillas del nordeste de la capital francesa. Estas flores simbolizan una invitación a tomar la palabra y a poner el cuerpo para defender un territorio insumiso ante las amenazas del capitalismo.
Los siete integrantes de la primera delegación zapatista escucharon en su acto público de bienvenida la intervención de María, una compañera franco-mexicana quien es profesora de español y defiende su huerto junto a su familia desde hace un año. “Somos parte del pueblo que lucha para la defensa de las tierras de cultivo en las zonas urbanas en Aubervilliers y Pantin, donde todavía hay siete hectáreas de huertos”. Cuatro hectáreas de parcelas familiares están siendo despojadas por los intereses de la industria cementera del país galo. Desde mayo, están ocupando el lugar con sus cuerpos y su inteligencia colectiva, “por lo que se ha creado una JAD, es decir, Jardines para Defender”. Estas siglas hacen eco a otras Zonas A Defender como la ZAD de Notre-Dame-des-Landes en Bretaña que invitó a finales de julio a las mujeres a reunirse entre ellas antes de la celebración anual de su encuentro intergaláctico.
“Compas Zapatistas, nos encontramos con su presencia frente a un espejo de esperanza, que refleja sus luchas y las nuestras. ¡Viva S’lumil K’ajxemk’op!”, declaró María ante el Escuadrón 421. Los jardineros parisinos afirman que no son los únicos defensores de los huertos urbanos en la región de París. Desde su creación, estos jardines se han distribuido entre las familias de la clase trabajadora, y desde entonces tienen una función alimentaria. Después de haber alimentado decenas de generaciones de parisinos desde hace muchos siglos, las tierras de la Plaine des Vertus han sido gradualmente absorbidas por una urbanización indecente y sin sentido. Durante casi cien años, los Huerto Obreros (Jardins Ouvriers) de Aubervilliers han prolongado siglos de historia campesina de la horticultura en el departamento suburbano de Seine-Saint-Denis (93) donde se encuentran los barrios más pobres del país.
Actualmente, más de 10.000 m² de parcelas de jardines están amenazadas en Aubervilliers. Un megaproyecto inútil para los preparativos de los Juegos Olímpicos de 2024. Precisamente una piscina de entrenamiento para nadadores profesionales además de un solárium, con baño turco y sauna, lo cual amenaza con destruir gran parte de esta inmensa zona verde ubicada al pie del Fuerte d’Aubervilliers. Esta fortificación defensiva fue construida en los años 1840 alrededor de París por Adolphe Thiers, un conservador monarquista quien luego fue el jefe de gobierno que reprimió de manera sangrienta a la Comuna de París en la primavera de 1871.
Quienes heredan hoy el espíritu de rebeldía de las mujeres communardes que fueron asesinadas y encarceladas hace 150 años, tienen el rostro de jardineras insumisas que se volvieron defensoras tenaces de hortalizas, flores y árboles, al organizarse en el Colectivo de defensa de los jardines obreros de Aubervilliers (Collectif de défense des jardins ouvriers d’Aubervilliers). “Cultivar es resistir” (Jardiner c’est résister) indica una pintura sobre la pared de una cabaña de un huerto amenazado de destrucción total. Los huertos obreros están preparándose también para resistir a un proyecto de complejo hotelero y a una nueva estación de transporte urbano.
Los vecinos y las personas que se solidarizan con las causas de las mujeres y hombres « jardinières et jardiniers » han decidido resistir activamente construyendo cabañas para cultivar y pernoctar para vigilar y defender día y noche este oasis en medio de los edificios austeros y del tráfico capitalino. De acuerdo con una compañera fotógrafa que ocupa el sitio de la JAD, “esta semana es muy crítica para los jardines, la amenaza de expulsión es más palpable, desde un correo que envió un agente judicial para decir que nos teníamos que mover de ahí a partir de este fin de semana. Es por eso que convocamos a todos para movilizarse, a venir físicamente, con vuestros cuerpos defender esas tierras, donde hemos creado lindas cosas desde que ocupamos esos jardines.”
Ante riesgos severos de una expulsión violenta por parte de la fuerza policiaca, el jardinero Hugo nos confiesa su tristeza ante una probable e inminente destrucción de sus verduras y árboles, como el gran ciruelo lleno de frutas rojinegras deliciosas que probaron los Medios Libres con deleite. En entrevista, Hugo comenta con orgullo que es albañil y padre de una familia franco-portuguesa, y que llega de repente a las seis de la mañana a su cabaña en medio de su huerto que le sirve también como oficina donde trae su laptop y prepara cotizaciones de obras para sus clientes parisinos. Para el jardinero Hugo, su pequeño huerto representa un espacio íntimo de trabajo, muy personal y amoroso, pero también una zona de respiro y de diversión, tejiendo lazos de ayuda mutua en el corazón de un hermoso patrimonio de biodiversidad y humanidad.
A l@s adherentes a La Declaración por la Vida:
A la Europa de Abajo y a la Izquierda:
A la Sexta Nacional e Internacional:
Al Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno:
A las Redes en Resistencia y Rebeldía:
Al Colectivo “Llegó la Hora de los Pueblos”:
Del: Subcomandante Insurgente Moisés.
Compañeras, compañeroas, compañeros:
Hermanas, hermanoas, y hermanos:
Les saludo a nombre de los niños, mujeres, otroas, ancianos y hombres de las comunidades zapatistas, y les comunico lo siguiente:
Primero.- Ya tenemos lista una compañía zapatista aerotransportada fuerte en 177 zapatistas. Está integrada en su totalidad por originarios de raíz maya, de las lenguas cho´ol, tzotzil, tzeltal, tojolabal y castilla. Somos nacidos en la geografía que llaman México. Nuestros ancestros nacieron y murieron en estas tierras. Como el Estado Mexicano no reconoce nuestra identidad y origen, y nos dice que somos “extemporáneos” (así dice la Secretaría de Relaciones Exteriores, que somos mexicanos “extemporáneos”), hemos decidido bautizar a esta unidad de Escucha y Palabra como “La Extemporánea”.
Según vimos en los diccionarios, “extemporáneo” quiere decir “que es inoportuno, inconveniente”, o “que es impropio del tiempo en que sucede”. O sea que somos inoportunos, inconvenientes e impropios.
Nunca antes nos habían definido tan adecuadamente. Estamos felices de que al fin el Estado Mexicano reconozca que así es como considera a los pueblos originarios de esta geografía llamada México. Creo que así es como lamenta el que no nos haya aniquilado… todavía; y que nuestra existencia contradiga el discurso oficial sobre la “conquista”. Ahora se entiende que la demanda del gobierno de México al de España, exigiéndole que pida perdón, es por no habernos exterminado.
De l@s 177 delegad@s, 62 de nosotr@s no tenemos aún el pasaporte. La Secretaría de Relaciones Exteriores está trincada en la “inconveniencia” que representamos. A pesar de que hemos demostrado identidad y origen, sigue exigiendo más y más papeles. Sólo falta que pida que los gobiernos de Centroamérica digan que no somos ciudadanos de esos países.
París-Montreuil, 10 de julio de 2021.– En un acto festivo de bienvenida que duró tres horas, el Escuadrón 421 tomó la palabra para presentarse, saludar y agradecer a las colectivas de la región parisina que están organizadas abajo y a la izquierda. Después de la entonación del himno zapatista, la delegación marítima escuchó y registró las intervenciones de distintas luchadoras: la Asamblea local de Montreuil y la Coordination Île de France, la Red de Ayuda Mutua Verdad y Justicia con los familiares de víctimas de violencia del Estado, quienes nombraron una lista larga de sus muertos por racismo de Estado, encabezada por Samir Flores y cerrada por Clément (víctima de crimen fascista), los Colectivos de Sin Papeles, los Chalecos Amarillos y los huertos obreros Jardin à Défendre (JAD) de Aubervilliers.
Representantes de los Gilets Jaunes de Montreuil comentaron que su lucha empezó con un «ya basta» un 17 de noviembre (2018) como el EZLN (1983). Hicieron referencia a las masacres de la Semana sangrienta que significó el asesinato masivo y la deportación de activistas de la Commune de Paris hace 150 años, “lo cual no está dicho en los manuales escolares franceses”. On ne lâche rien. “No nos rendiremos, a pesar de los esfuerzos del poder en dividirnos. Debemos destruir el capitalismo antes de que nos destruya a nosotros. No queremos reformas, queremos todo, es decir recobrar nuestras vidas con nuestras manos, para construir el mundo que queremos ver en realidad, construyendo comedores para los más desfavorecidos, practicando la democracia directa a nivel local, participando activamente a nivel nacional en nuestras asambleas de asambleas».
En la escuelita de La Parole Errante llena de flores y mantas coloridas, murales fotográficos en blanco y negro como los de Extinction Rébellion, les representantes de los Chalecos Amarillos dijeron merci (gracias) a les zapatistas “por construir lazos entre nosotres y vosotres” y por “inspirarnos”. Les invitaron a recorrer la comuna de Montreuil a “hablar y escuchar, compartir rabias, logros, fracasos, esperanzas para hacernos más fuertes”. Al final de su intervención, gritaron en francés: Vive la Commune de Paris ! On est là ! On lâche rien ! On veut tout ! (¡Viva la Comuna de París! ¡No vamos a conceder nada! ¡Estamos aquí! ¡Queremos todo!).
La voz de Amparo de Place des Fêtes confesó que en su colectivo se desmayaron del gusto «quienes nadie los pela». «Todavía no lo podemos creer. ¿La neta, son de carne y hueso? ¿Y no son ciborgs y no son hologramas? Bueno… Al tiro, corto y tendido. Dejándonos preguntas existenciales para más tarde. El caso es que contestamos a su llamada por la vida. Y que ustedes nos contestaron enseguida: qué claro que sí, qué cómo no, que con mucho gusto y orgullo nos iban a visitar».
Antes de breves palabras de despedida del Escuadrón, se realizó un homenaje emocionante que estremeció a la asistencia, al denunciar el asesinato reciente de Simón Pedro Pérez López de la Organización Civil de Las Abejas, y a Marc Tomsin, editor y animador de La Voie du Jaguar, así como a Bastien Roche quien también perteneció a la Confédération Nationale du Travail (CNT) y al Comité de Solidarité avec les Peuples du Chiapas en Lutte (CSPCL) y colaboró con Promedios Francia, Échanges Solidaires y la librería Quilombo.
La tarde zapatista en esta ex “banlieue rouge” (suburbio rojo) ha sido animada por canciones una versión hipopera de la Llorona en náhuatl y original en español, y con el entusiasmo del grupo del Bato Loko, Grégory, Cécile y Ricardo del Círculo Fandanguero de Paname, así como el Coro de Place des Fêtes. La maestra de ceremonia, quien es panadera en la cooperativa La Conquête du Pain (La Conquista del Pan) en Montreuil, donde se puede adquirir café zapatista, anunció la posible llegada de una delegación aérea del movimiento rebelde en el aeropuerto de Roissy en una fecha cercana por determinar. Con el puño levantado, el Escuadrón zapatista entonó finalmente «El Pueblo Unido» con toda la asistencia y recordará sin duda la emoción de las parisinas cuando cantaron «Canción sin miedo» que visibiliza el problema de los feminicidios.
Videos y audios en redes sociales de Pozol Noticias Chiapas, Radio Zapatista, Camino al Andar, Colectivo París Ayotzinapa, Instagram: AccueilZapatistesIDF, Tejemedios y Medios Libres MX.
El Escuadrón 421 del EZLN a su llegada a tierras de Extremadura, en su recorrido de bienvenida por el Estado Español. Foto: Caracol Extremadura.
En el país de la muerte soñaron un planeta vivo. Y para contagiar a mucha gente de ganas de habitarlo de nuevo, pues optaron por compartir ese sueño, así que desde el cementerio gigante en que se ha convertido México, desde su esquina más olvidada por lo que sea que signifique la justicia, diseñaron una travesía por la vida. Se reunieron durante meses para sacar acuerdo en lenguas diversas, en asambleas de gente libre que se ha procurado un buen gobierno. Conscientes de la profundidad del dolor que nos inflama las venas, las comunidades rebeldes autónomas de Chiapas eligieron a quienes llevarían la voz, la escucha y la fuerza del zapatismo a diversas partes del mundo.
Y llegó a buen puerto el sueño. Un escuadrón de siete personas fue el primero en cruzar el Océano Atlántico para desembarcar en Vigo, Galiza, el 22 de junio pasado, y renombrar Europa como Slumil K’ajxemk’op: “Tierra Insumisa”, o “Tierra que no se Resigna, que no Desmaya”. Carolina, Bernal, Ximena, Marijose, Yuli, Lupita y Felipe (Escuadrón 421 del EZLN) navegaron siete semanas con el capitán Ludwig y su tripulación aventurera. Otras personas llegarán por aire. Comenzará entonces esta travesía por la vida, diseñada en medio de una pandemia que, aquí en México, ha dejado centenares de miles de muertes y de familias rotas por la negligencia criminal de un gobierno inútil que ha estimulado la violencia, ha militarizado el país como nunca, ha paralizado el sistema de salud pública, ha desdeñado la dignidad de todas nuestras luchas y ha facilitado la consolidación de la hegemonía económica y política del narcotráfico.
En espera de sus compas que llegarán por aire y de camino hacia París, Francia, el Escuadrón 421 comenzó a fines de junio un recorrido por comunidades autónomas del Estado Español que les han dado la bienvenida en actividades públicas diversas. Como si fueran olas que empapan y golpean la tierra firme, la colectividad zapatista y su obstinación por la vida están alborotando a muchos grupos que llevan tiempo organizándose, trabajando y soñando también con el planeta vivo que merecemos habitar. La diversidad de luchas, cantos, poemas, danzas, pinturas, aplausos o gritos que han recibido al zapatismo tras su llegada a Galiza, han hecho vibrar calles, museos, teatros, ramblas, puertos y plazas con el mensaje articulado de rebeldías y resistencias organizadas que, desde muchas lenguas y distintas expresiones corporales, no dejarán morir la flor de la palabra. He aquí una pequeña ventana para asomarnos a esas entrañables bienvenidas.
Mérida
Síntesis en audio de la bienvenida en Mérida (3:32 min): (Descarga aquí)
Hay cuatro Méridas en el mundo. Esta Mérida de la provincia de Badajoz, Comunidad Autónoma de Extremadura, Estado Español, lleva en su nombre la huella de la colonización romana. Las otras -en México, en Filipinas, en Venezuela– se nombraron a partir de ella, de la Emérita Augusta que nació como símbolo de la presencia militar romana en el año 25 a.C., para luego repartirse por los continentes como símbolo de la colonización española. Ese enclave ubicado a unos 500 km del puerto de Vigo, donde pisara tierra el Escuadrón 421 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional hace dos semanas, preserva un espectacular Teatro Romano que sigue vivo como espacio para representaciones. El 30 de junio llegaron hasta él Yuli, Lupita, Ximena, Carolina, Marijose, Felipe y Bernal. Les acompañó el Caracol Extremadura (la articulación que se conformó para recibirles en Europa) con visita guiada del lugar y su historia, fotografías sobre el escenario y buen ánimo, como el que usó un compa del caracol para hablar de una “invasión a la inversa”, y luego afirmar: “aquí es donde vendremos a celebrar la caída del imperio”.
El Escuadrón 421 del EZLN visita el Teatro Romano de Mérida, Estado Español. Foto: Caracol Extremadura.
Con los grupos visitantes y locales sentados en la ‘cavea’ (nombre en latín para las gradas del teatro) hubo más explicaciones históricas, aplausos y las infaltables consignas libertarias, seguidas por una visita al Museo Nacional de Arte Romano que alberga el famoso mosaico en cuyas teselas se ilustra el origen del nombre de este continente. Allí pudo ver el Escuadrón 421 la imagen del “Rapto de Europa”, la hermosa princesa fenicia secuestrada por Zeus, ese dios que se ocultó en la figura de un toro blanco para llevar a la joven Europa hasta la isla de Creta, donde pudo violentarla.
Extremadura como comunidad autónoma, con sus dos provincias de Cáceres y Badajoz, se encuentra al centro-sur del Estado Español y tiene su propio estilo para hablar el “castilla”. Ese estilo propio recibió a la representación zapatista el miércoles 30 de junio en la estación de trenes de Mérida con una ‘marcha reivindicativa y pasacalles lúdico’ hasta la plaza de Santa María. Portando mantas que resumían luchas: “Por un mundo donde quepan muchos mundos. Caracol Extremadura”, “No al tren maya. No al A.V.E. Sí al tren que une a los pueblos”. Durante la marcha retumbaron fuerte por las calles de Mérida varias consignas: ¡Anti-anti-anticapitalistas!, ¡NO a la mina, Sí a la vida!, ¡Que vivan las luchas de las mujeres!, ¡Ninguna persona es ilegal!, ¡Zapata vive, la lucha sigue!, ¡De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste!, ¡EZLN!”
A la llegada a la plaza hubo rap feminista, lectura de poemas y palabras del Caracol Extremadura y sus luchas desde varias plataformas colectivas, antifascistas, ecologistas y de mujeres, refugiadas de las dos provincias de Cáceres y Badajoz.
Para el Caracol Extremadura, “esto es un regalo” pues “nos comenzamos a juntar las invisibilizadas, las ecologistas, las feministas, las anticapitalistas. Invitamos a todoas a que se junten. Somos varios colectivos, no todos han podido venir.”
El Caracol Mérida tomó la palabra y señaló que “toda la gente que estamos en esta plaza somos de luchas desde abajo. Damos la bienvenida a vosotras, vosotros y a Marijose. Pero sobretodo que vengáis a traernos agua fresca de allá de este México lindo que no es tan lindo pero que su lucha es grande. Bienvenidas todas las luchas, porque si no estamos organizadas nos vencerá el capital que tiene nombre y apellidos y lugar de residencia.”
La CNT de Extremadura celebró que haya tantas mujeres reunidas y agradeció al EZLN “sus años de resistencia”, su “estar aquí” y “haber sido tanto tiempo una luz”. Luego agregaron: “compartimos con ustedes el rojo y el negro. Es la primera vez que vemos una convocatoria con tantas mujeres.”
En el mismo tono de reconocimiento a la lucha de las comunidades zapatistas hablaron el CSOA de la Algarroba Negra, Mujeres Sembrando, el Frente Sur Andalú, el Ateneo Libertario Mérida, Ecologistas en Acción, el Colectivo de la Vera, la Red Solidaridad, el Campamento Dignidad así como muchas compañeras y compañeros a título personal.
Sus participaciones han coincidido en celebrar la presencia zapatista como un impulso para la reciprocidad organizativa en la que se escuchan frases como “queremos aprender de ustedes” y entregar todo “lo que podamos aportar”, “su llegada es una inspiración muy grande para juntar esfuerzos”, “esperamos hacer un mundo mejor”, “les recibimos con ilusión”, “habéis empezado una revolución porque se están juntando los colectivos y aunando los esfuerzos, “la defensa de la vida nos la jugamos también aquí”, “el capitalismo no es compatible con la vida”, “ustedes nos inspiran”, “estamos en la lucha del pueblo”, “gracias por haber venido”.
Una modesta multitud muy combativa acompañó con palmas las intervenciones de cierre, cuando varias compañeras leyeron poemas, danzaron y taconearon, cuando rapearon como mujeres que luchan.
Síntesis en audio de la bienvenida en Madrid (2 min): (Descarga aquí)
“Gracias por traer vuestro mundo a nuestro mundo”, dijo uno de los niños que cargaban un gran barco de cartón con una estrella roja, un caracol, la bandera zapatista y la palabra “Europa” en grandes letras. Enseguida, otros niños entregaron, a lxs visiblemente emocionadxs miembrxs del Escuadrón 421, dibujos de la travesía marítima, seguidos por una niña con una bandera negra con las 12 estrellas de la rebautizada Unión Europea, con las palabras “Slumil K’ajxemk’op” escritas en el centro: Tierra Insumisa.
Era el 3 de julio de 2021, y la delegación marítima zapatista se acababa de presentar, a su llegada a la capital del Estado Español después de su paso por Extremadura. La bienvenida era en el Teatro del Barrio, en el barrio de Lavapiés, en el centro de Madrid. No es casual que estuvieran allí, en ese teatro y en ese barrio. Lavapiés ha sido y es barrio y barriada o, como dirían los tepiteños del otro lado del charco, barrio bravo, barrio macabrón. Barrio obrero, de migrantes y contracultural, ‘periférico’ en pleno centro, donde en otros tiempos proliferaron las “corralas”, el equivalente de las vecindades mexicanas, paupérrimas estructuras habitacionales pero llenas de vida y convivencia vecinal. Durante la Guerra Civil el franquismo mantuvo al barrio en completo abandono. Pero la decadencia y el abandono de muchos inmuebles dio lugar, en la década de 1990, al surgimiento de okupas libertarias, asociaciones y movimientos vecinales, haciendo de ese barrio uno de los más combativos de Madrid. Hoy Lavapiés enfrenta y resiste las políticas gentrificadoras que intentan desplazar a sus habitantes para convertirlo en centro inofensivo para consumo turístico. Lavapiés, sin embargo, resiste.
Uno de los focos de resistencia y reexistencia es justamente el Teatro del Barrio. Fundado en 2013 como forma de combatir “la ignorancia, el miedo y la apatía”, el Teatro del Barrio se organiza como cooperativa y se autodefine como “asamblea permanente”. Además de la programación de teatro, música, poesía y baile, el proyecto incluye talleres de formación artística, una Universidad del Barrio (espacio de encuentro, debate y difusión de cultura histórica, económica, política y artística) y los Martes Ciudadanos (donde colectivos, organizaciones y grupos de personas realizan proyecciones, debates, mesas redondas, coloquios, presentaciones de libros y más).
“Os damos la bienvenida desde la recién bautizada por vosotras Tierra Insumisa. No más Europa, no más La Europa fortaleza. Nos habéis dado un regalo, porque renombrar las cosas nos permite nuevos imaginarios, nuevos mundos, nuevos marcos para pensar”, dijo la activista antirracista Mónica Gortayre, quien condujo el acto de bienvenida, y añadió: “Madrid os recibe en lucha”, antes de dar un breve resumen del contexto en el que en Madrid reciben a lxs zapatistas.
“El Covid nos pilló de sorpresa pero reaccionamos rápido. Nos organizamos en redes vecinales de apoyo, en cajas de resistencia, comida, ropa y medicinas, pero sobre todo calor humano”, dijo. Y es que Madrid es la ciudad en donde la pandemia se ha cobrado más vidas en el país mientras la derecha, que gobierna Madrid y la Comunidad Autónoma del mismo nombre, la ha utilizado como instrumento político, extenuando y precarizando su sistema de salud, manipulando su incidencia y relajando medidas de seguridad para fomentar la llegada del turismo supeditando la salud a la economía. Las esperpénticas manifestaciones en contra de las restricciones pandémicas en los barrios más acaudalados y privilegiados de la ciudad en sus autos de lujo con banderas españolas y franquistas clamando ‘libertad’ constrastaron con la dignidad de los barrios populares y de clase trabajadora que se auto organizaron para construir redes de cuidados comunitarios:
“Defendemos cada centro de salud de cada calle en cada barrio”, dijo Mónica. “Luchamos para evitar los desalojos y los desahucios, contra la destrucción de barrios y del tejido asociativo, defendiendo la educación, contra las fronteras, que causan muerte cada día en el mar, contra el racismo y el machismo y todas sus violencias.”
La intención de la travesía zapatista por la vida en Europa tiene como objetivo compartir experiencias y enlazar luchas, para enfrentar el sistema global de muerte. Los testimonios que escuchamos en Madrid dan cuenta de que esto ya está sucediendo, de hecho desde antes de la llegada del Escuadrón 421. El proceso de organización para recibir a la delegación zapatista dio lugar a debates, charlas, exposiciones, murales colectivos. “Vivimos un 1 de Mayo interseccional maravilloso, como no se había visto en Madrid hace mucho tiempo. Estábamos unidas en la inmensa diversidad, al mandato que nos dijisteis cuando venías: organícense.”
De la comisión jurídica, Aránzazu repasó la lucha zapatista y su resonancia en Slumil K’ajxemk’op. “La revolución zapatista nos despertó para recordar que lo político no está arriba, sino con los de abajo. Vuestra lucha también es nuestra.”
Entrelazando luchas, Nuria Álvarez, del colectivo Acción Poética Revolucionaria, en una de las tres intervenciones poéticas del día, creó un puente entre Ayotzinapa y la lucha colombiana actual, con los poemas “Ayotzinapa a un año” y “Los desaparecidos de Colombia”.
Pablo Mayoral, miembro de la Comuna de presos y presas represaliados por el franquismo, reconoció que la travesía zapatista los motivó a volverse a encontrar y a continuar la lucha por la memoria histórica y contra la dictadura franquista, que “hoy vuelve a estar presente en nuestras instituciones políticas”.
Tati, de la Plataforma de Encuentros Bolleros, un “espacio de mujeres y otroas que se identifican como lesbianas” fundado hace tres años, dijo que “la lucha zapatista ha sido rayo de luz que nos va guiando con su hacer, con los siete principios y, para nosotras, especialmente con la Ley revolucionaria de mujeres. Eso nos ha cambiado la vida.” Y Mirayes, del Movimiento Marika, dijo: “El eco rebelde de vuestras palabras influye en lo que nosotras hoy somos. (…) Sus palabras nos resuenan tanto que nos hacen pensar, reflexionar, mirarnos de frente para reconocer quiénes somos y cómo nos gustaría ser”.
Rafaela Pimentel, de Territorio Doméstico, una organización de trabajadoras del hogar fundada en 2006, insistió en que todas las luchas son para todos y todas. La osadía zapatista de atravesar el Atlántico y cruzar fronteras resuena con los miles de migrantes que cruzan las fronteras todos los días, arriesgando (y muchas veces entregando) sus vidas, enfrentando racismo, explotación y violencia, como buena parte de las trabajadoras del hogar.
Desde luego, la fiesta y la alegría no podían faltar, con la música de los grupos Puerto Vaivén y Calle Siete.
Más tarde, el Escuadrón 421, acompañado de lxs organizadores y demás presentes, se dirigieron a la Plaza Arturo Barea, mejor conocida como Plaza Agustín Lara, en el mismo barrio de Lavapiés, para una breve pero emotiva despedida.
Allí, un mensaje de los colectivos de apoyo a Kurdistán y a la revolución de Rojava, justamente en ese 3 de julio, día de acción global por la defensa de Kurdistán:
“Damos la bienvenida a La Montaña. Deseamos que vuestro viaje por la Europa de abajo y a la izquierda traiga la brisa limpia de la Selva Lacandona a esta vieja Europa enferma de egoísmo y soberbia. Muy al oriente de aquí, allá donde Europa se junta con Asia, se encuentran las altas montañas de Kurdistán. En esas montañas y en las planicies que la rodean se expandió la revolución neolítica hace 10 mil años. Y desde hace 40 se gesta una nueva revolución, hermana de la revolución zapatista. La democracia de base, la liberación de género y la defensa de la tierra son los pilares de la revolución de Rojava, que hoy se encuentra en peligro inminente a causa de la invasión de Turquía y sus hordas yijadistas.”
Finalizando la jornada, Marijose, a nombre del Escuadrón 421, compartió unas palabras de despedida, recordando que, aunque el Escuadrón partía, ellas u otra delegación zapatista regresarán en los próximos meses.
Síntesis en audio de la bienvenida en Valencia (2 min): (Descarga aquí)
La gran Plaza de la Virgen (Plaça de la Mare de Déu) resonó con vivas y aplausos de cientos de personas cuando llegó el Escuadrón 421, este 5 de julio, resguardado por el equipo de seguridad como medida sanitaria ante la pandemia.
Fotografía de Raúl Ruiz
La Plaza de la Virgen es punto neurálgico de la vida social de la ciudad de Valencia, provincia que junto con la de Alicante y Castellón configuran la Comunidad Valenciana. La Plaza es punto en donde confluye y se entrecruza la historia citadina desde la época romana en el siglo II A.C., con importantes emblemas como su Catedral y la Plaza de L’Almoina, herencia de 2 mil años de historia. Al igual que otros barrios como el de Benimaclet, Russafa o el marítimo de El Cabanyal, el centro histórico al que pertenece la plaza ha sido afectado por la gentrificación y la turistificación.
No fueron pocos los esfuerzos previos para hacer posible no sólo esta bienvenida, sino también los encuentros posteriores cuando la Travesía por la Vida zapatista regrese, después de la llegada de la delegación aérea del EZLN, Congreso Nacional Indígena y el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra.
Desde hace muchos meses se conformó en el País Valencià la Xarxa Solidària Gira per la Vida(Red Solidaria Gira por la Vida), un espacio donde se encuentran más de 40 colectivos, asambleas, organizaciones y personas, aglutinando luchas en defensa del territorio y la vivienda, por la soberanía alimentaria, migrantes y antirracistas, feministas, ecologistas, de solidaridad internacionalista, de economía social, centros sociales ocupados y autogestionados y más.
Como en las demás geografías por donde ha pasado hasta ahora la delegación zapatista, el eje fundamental de la lucha por la vida es la convergencia en la divergencia, la politización de la diferencia. “Vertebrarnos desde la diversidad de las luchas, re-conocernos y fortalecernos desde las diferencias de todo aquello que nos hace iguales”, así lo expresaron cuando se presentó la Xarxa en la Plaza Poeta Miguel Hernández en Valencia el pasado 2 de mayo, el mismo día en que el navío La Montaña zarpó rumbo a Europa llevando consigo al Escuadrón 421.
Así, la bienvenida en la Plaza de la Virgen fue punto de encuentro de una gran diversidad de luchas. La migración y la lucha antirracista estuvieron de nuevo presentes con las participaciones de la Caravana Abriendo Fronteras (Obrint Fronteres) y Regularización Ya. Emilia, de la Caravana Abriendo Fronteras, hizo hincapié en la criminal hipocresía de los Estados europeos, que, mientras explotan los recursos y riquezas de otros países, reprimen a los migrantes que huyen de esa misma devastación, causando “la muerte de miles de personas en el mar, en el desierto, en los bosques, de frío, de hambre, ahogada”.
“Hoy les recibimos con dolor y con rabia”, saludaron las compañeras de Regularización Ya, un movimiento de trabajadoras y trabajadores, jornaleros, del hogar y cuidados, sexuales, manteras y manteros y activistas antirracistas. Denunciaron que el pasado 31 de diciembre de 2020 España se abstuvo de la resolución de la ONU por la lucha contra el racismo, posicionándose así del lado de la opresión y el racismo institucional, “en este país donde los migrantes mueren privados de asistencia médica de urgencia, donde la policía mata por el color de piel, donde no se respetan los protocolos para el derecho al asilo y al refugio”.
La migración también estuvo presente con dos miembros senegaleses de la comunidad Baay Faal en Valencia, que encontraron un paralelo entre su travesía de un mes en el mar para llegar al Estado Español y la travesía zapatista a bordo de La Montaña. Entre cantos religiosos, explicaron el sentido del culto Baay Faal, una de las tres grandes hermandades islámicas de Senegal, derivada del muridismo.
El vínculo entre la migración y la lucha feminista encontró voz con la colectiva Mujeres, Voces y Resistencia, “que acoge diversas expresiones feministas y antirracistas y que busca denunciar las violencias (…) que atraviesan las vidas y procesos de las mujeres migrantes racializadas en el territorio español”. En el acto, las compañeras leyeron un extracto de la obra “La isla de los lobos” de Constanza Carlesi. También presente estuvo la Assemblea Feminista València, que nació a partir de la organización de la Huelga Feminista de 2018 y mantiene una lucha anticapitalista, antirracista y decolonial desde un enfoque feminista.
La lucha por la soberanía alimentaria estuvo representada por Ecollaures, un colectivo de proyectos agroecológicos organizados en asamblea alrededor de Valencia.
También estuvo presente La Verdulería, un centro social autogestionado donde se reúnen varios colectivos: un colectivo transfeminista, un grupo de consumo solidario, una biblioteca, un fondo de resistencia y, más recientemente, un grupo transfeminista de apoyo a la gira por la vida.
La Koordinadora de Kolectivos del Parke es un proyecto comunitario establecido desde 1985 para enfrentar la pobreza y defender los derechos de los más vulnerables en el barrio periférico de Parque Alcosa, al sur de Valencia. “Un barrio abandonado por las instituciones, pero con mucha organización vecinal ante problemáticas sistémicas: desempleo, exclusión, empobrecimiento, vivienda, prisión y represión.”
El Centro Social Ocupado Anarquista L’Horta es una casa del pueblo que resiste la urbanización en el barrio de Benimaclet y que incluye biblioteca, patrimonio restaurado, zona agrícola, talleres comunitarios, reuniones y educación.
Luchando también por la vida digna en Valencia, EntreBarris es una red de colectivos y asociaciones vecinales de varios barrios que luchan contra la turistificación de la ciudad.
La Comissió Ciutat-Port, conformada por asociaciones ecologistas, vecinales y de defensa del territorio, lucha contra la ampliación del puerto de Valencia, “como icono de una actividad completamente destructora del territorio”.
Desde 2012, la Plataforma para la Defensa y Protección de Les Moles de Paterna, ha luchado contra la construcción de un gran centro comercial en un territorio lleno de vida. Después de casi 10 años de lucha, dos semanas antes de este encuentro, los esfuerzos se vieron coronados con la cancelación del proyecto.
Frenem la Contaminació del Grau de Castelló, es una organización vecinal que lucha contra la contaminación por parte de un gran complejo petroquímico industrial.
También estuvo presente la recién creada Plataforma contra la ampliación del by-pass (No a l’ampliació del by-pass) de Valencia (un tramo de la autovía A-7 que rodea la ciudad), un proyecto de 144 millones de euros con graves efectos ecológicos.
Los medios libres también dieron su palabra: Radio Malva, radio libre y feminista de Valencia; La Directa, medio libre de investigación, independiente, asambleísta, autogestionado y feminista en catalán; la Coordinadora Obrera Sindical de clase y feminista de los países catalanes y la CGT (Confederación General del Trabajo).
La lucha internacionalista estuvo presente con varias organizaciones de solidaridad con la lucha zapatista como la Asamblea de Solidaridad con México PV y otras luchas en el mundo, incluyendo al Grupo autogestionado de Boicot, Desinversions i Sancions (BDS) a Israel del País Valencià o la Xarxa Internacionalista Valenciana que trabaja “desde perspectivas anticolonialistas, feministas, anticapitalistas y de defensa del territorio”. Las expresiones de apoyo resonaron fuerte: “¡Sahara Zapatista! ¡Kurdistán Zapatista! ¡Palestina Zapatista! ¡País Valencià Zapatista!” Otras organizaciones internacionalistas incluyeron la Coordinadora AMANDLA, CEDSALA, EntrePobles PV, Pau i Solidaritat, la Intersindical de Dones y Perifèries del Mòn.
Como siempre, la música y la poesía no podían estar ausentes, con las participaciones de La Postissa, la rapera Tesa, el músico Xavi Sarrià, Los Chatarreros y el poeta Enrique Falcón. Al final del evento, Marijose dio unas palabras de agradecimiento a nombre del Escuadrón 421.
Síntesis en audio de la bienvenida en Barcelona (3:46 min): (Descarga aquí)
Bienvenida al Escuadrón 421 del EZLN en la Plaza Catalunya, Barcelona. Foto tomada de: Assemblea catalana de suport a la Gira Zapatista 2021.
Ha habido un alegre alboroto en las ramblas. El Escuadrón 421 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que representa a miles de personas que habitan las comunidades en lucha de Chiapas, México, fue recibido y acompañado en el puerto de Barcelona por las plataformas organizadas en Catalunya. Se dieron cita el 6 de julio bajo la enorme estatua dedicada a Cristóbal Colón, 57 metros de altura que simbolizan el alcance de vista de la ocupación que lleva su apellido. Fue bajo este monumento, que mira hacia las tierras colonizadas, que resonó el ‘yo vengo a ofrecer mi corazón’, cantado al unísono por luchas e historias diversas.
Tras el canto, a unos metros de la playa que baña el Mediterráneo, partió una bicifestación por las ramblas hacia la Plaza de Catalunya, una rodada de más de un kilómetro, mientras se escuchaba de fondo el himno zapatista. Bajo un cielo nublado, se marchó respetando protocolos por la pandemia de Covid-19. El Escuadrón 421, de camino hacia París, marchó en cordón de seguridad, levantando todo el tiempo sus puños en un coro de “vivas” y seguido por una gran manta de EZLN abrigada por el canto de Víctor Jara: “El derecho de vivir en paz”. Estas famosísimas ramblas de Barcelona suelen estar llenas de turistas, pero también hay en ellas migrantes, gente haciendo magia, música y malabares para subsistir en un entorno de extremos y contrastes. Fue aquí y en la plaza en donde se reprimió la voz del voto independentista en el referendo de 2017.
Tras llegar a la Plaza Catalunya, comenzaron las “buenas tardes” (bona tarda) y los “bienvenidas, compañeras” (benvingudes, companyeres), para luego llevar a cabo el acto en distintos idiomas. Así como ha ocurrido en actos de bienvenida de días anteriores, el Escuadrón 421 saludó a sus anfitriones en voz de Marijose, Yuli, Ximena, Felipe, Carolina, Lupita y Bernal en castellano, ch’ol, tzotzil y tzeltal.
A lo largo de varias horas de evento de bienvenida, se escucharon las expresiones y participaciones que denotan una amplia gama de luchas colectivas.
El Movimiento de Migrantes denunció los dolores que causa la Ley de Extranjería, que propicia persecución y expulsión de personas ‘sin papeles’, así como mano de obra barata: “Las migrantes no nos rendimos y buscamos un caminar conjunto sabiendo que este camino no es nada fácil por las conciencias que hay que despertar (…) En el centro de la vida también están los cuidados (…) Nos convocamos desde nuestras resistencias y cosmovisiones para seguir en la lucha y en nuestro caminar”.
El Sindicato de manteros agradeció al EZLN “por cruzar las fronteras y compartir experiencias” pues, dijo, “tenemos la misma historia de esclavitud, colonización del saqueo y del desplazamiento forzado”. Por eso agregó: “Tenemos que unir todas las luchas del mundo, porque se trata de defender los derechos humanos en esta revolución que es para mejorar la vida humana”. El sindicato informó que se reunieron “para trabajar en varios ejes, educación, soberanía alimentaria, feminismo”, es decir, “lo básico para asegurar la vida”.
El grupo de Poetisas Feministas y Antirracistas de México habló de los “dolores y las penas arrancadas”, pero también de la forma en que “las compas zapatistas nos hacen tener la esperanza bien agarrada” y “aferrarnos a lo que nos quede de vida”. Luego acompañaron sus palabras con el poema ‘Ustedes son mis maestras y maestros’, escrito a partir del genocidio en Guatemala y ahora dedicado al Escuadrón 421.
Vinieron luego varias horas de participaciones de voces colectivas que hablaron desde espacios ocupados, desde el Ripollés, desde espacios sociales autogestionados como Can Batlló, desde la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, la PAH.
Espacios ocupados: “Tampoco pedimos permiso para ser libres, tomamos espacios y ocupamos para vivir la vida en libertad y autogestionarnos para solucionar nuestra necesidad de vivienda, para el desarrollo del arte, conciertos, talleres de oficios, espacios no mixtos de mujeres, bibliotecas, comedores populares, ocupamos para huertos urbanos y para hacer espacios de comunidad, gimnasio y un cine en Sant Andreu (…) Somos un magma, un espacio diverso que sigue tras 25-30 años ocupando y liberando espacios y aun con los desalojos de ayuntamientos que se dicen progresistas como el que hay aquí (…) Esta mañana bajé al huerto y vi que el maíz había florecido (…) Más seres les están dando la bienvenida, la lucha sigue.”
Desde el Ripollés hablaron 2 compañeras: “Hoy acercamos nuestras voces desde la ruralidad del norte, ríos que nutren y recorren la Garrotxa, ríos que se despiden en l’Empordà y llegan al mar Mediterráneo. Son tierras que escuchan a sus abuelas, sus nietas, campesinas, que escuchan sus sabidurías (…) Tierras llenas de vida que se encuentran con un modelo extractivo, que se encuentra con nuestros cuerpos, que nos tritura día a día, nos oprime y nos ciega este modelo heteropatriarcal. Tierras que germinan para romper la violencia (…) Las ruralidades despertamos, recuperando procesos de gobernanza cooperativa, somos pueblos, barrios y ríos que despertamos. Hoy estas tierras les abrazan y dan la bienvenida. Les acompañamos a crear este mundo en donde quepan muchos mundos.”
Can Batlló dijo: “Gracias por venir a traer la fuerza de los pueblos originarios y zapatistas (…) Venimos de un espacio autogestionado (…) Catalunya aglutina colectivos diversos: de autogestión, espacios de cuidado, artes, transfeminismo, vivienda, memoria histórica, cultura, soberanía energética y alimentaria. Trabajamos interaccionando para la transformación, para una economía cooperativa, una educación autogestionada, para el asociacionismo”. Entonces llamaron a “generar lazos de comunicación” porque hay “ganas de compartir saberes, ignorancias y pesadillas (…) para continuar navegando en la corriente zapatista en la libertad, la democracia y la justicia.”
La PAH (Plataforma Afectados por las Hipotecas) dijo: “La lucha es por la vivienda (…) Nuestro problema de vivienda afecta a toda la clase trabajadora, sobre todo a mujeres y migrantes” que han perdido la vida. “Sufrimos la crisis provocada por la especulación, la salvación de la banca por dinero público (…) Paramos los desahucios, no hemos parado tampoco de crecer como plataforma.” Terminaron su participación afirmando que hay que defender “el derecho a habitar en este mundo”.
Hubo también una amplia participación de quienes luchan desde el arte, la música, la poesía, la escritura. David Fernández citó, entre otros poemas, uno del italiano Erri de Luca intitulado ‘Després’ (después) entonando algunos vernos en catalán como el de ‘cuando la humanidad será poca e irá a pie’. De Mireia Calafell retomó versos del ‘porque hay revoluciones que son monosilábicas’. También recitó el contundente ‘NO’, acerca de la represión del 1 de octubre de 2017 recitando ‘No levantéis la voz’ ‘no hagáis memoria’ ‘no despertéis los muertos’ ‘no queréis un SÍ que se pone en duda y que tiene identidades’ ‘regresad a casa, no lo queráis todo, que todo está en camino y no hay tanta prisa’. David finalizó dirigiéndose al Escuadrón 421 para decirles: “no tengáis tanta prisa en regresar”.
Bienvenida al Escuadrón 421 del EZLN. Plaza Catalunya. Barcelona. Foto tomada de: Gira zapatista Catalunya @girazapatistac1
Unao compañerao leyó después el poema “Ancestra del futuro”con ‘Devuélvannos el oro’ como un grito de dolor, una herida colonial no cicatrizada. “El futuro está en el pasado” fue leído en inglés y en lengua castellana: “Si mi voz te incomoda prepárate, en el futuro seremos muchas (…) seguiremos disputando el tiempo robado (…) confrontaremos la imposibilidad del habla (…) el futuro está siempre en el pasado.”
También cantó Adala su ‘música d’arrel’, música de raíz, que dio la bienvenida a las zapatistas: “¿Quién puede comprar o tomar el cielo o la tierra? (…) No somos amos del aire y el reflejo del agua (…) Cada parte de esta tierra es sagrada para mi pueblo porque vive de la tierra y del río (…) Somos iguales por dentro y es el mismo sol el que nos despierta (…) Conserven la tierra para vuestros hijos”. Su último canto fue una versión en catalán de “Todo cambia”, de Mercedes Sosa. ‘Si tot canvia en aquest món, que jo canvi no es estrany’, dijo al final.
Bruno, poeta palestino y activista transfeminista, agradeció a Marijose especialmente por ser un referente, pues “el binarismo es un invento colonial, las personas trans siempre hemos existido y estamos por todas partes”.
El colectivo transfeminista ‘MariCarmen’ llegó desde Collserola para recordar que “nos queremos vivas, no queremos machos ni TERFS (habla del asesinato de un compañero Samuel en A Coruña por su orientación sexual). “Que nadie nos cuestione nuestra identidad. Cuestionémonos los privilegios, apoyemos, amor y cariño para todos, todas y todes. Nos queremos vives”.
Montserrat Vilaplana del Grupo ‘Llibertat per la Juani’ hizo un llamado a la solidaridad con Juana Ruiz y todas las presas políticas palestinas. Juana Ruiz será juzgada por Israel el 27 de julio. Fue detenida el pasado 13 de abril por 30 militares. Desde entonces, “Juani ha sufrido vulneraciones de derechos humanos, sin lentes para leer, y no solo lo vive Juani, es una constante de Israel a la población palestina en general. Juani es internacionalista que apoyaba al pueblo palestino y por eso la detuvieron, está este proceso de enjuiciamiento y los canales diplomáticos prometidos por el gobierno no hacen nada. La organización para la que trabajaba también la arrasaron (…) La lucha es una misma lucha. ¡Visca Palestina Lliure!, ¡Solidaritat amb el poble palestí!, ¡Juani, t’estimem i et volem a casa!
Es entonces cuando mujeres migradas cantaron juntas “Sin Miedo”, de Vivir Quintana, con mantas de “México Feminicida”, “Furia Mexicana, al sororo rugir del amor”. Tras el canto, gritaron al unísono sobre el escenario: ‘Europa, Europa, cuestiona tu riqueza, tu comodidad es nuestra pobreza’ (…) y cantaron ‘Hay que quemar, hay que quemar, hay que quemar el sistema por racista, colonial y patriarcal’.
Llegó el turno de Cumbia Kaos, cumbia chilena, música combativa que entonó letras en donde se escuchó ‘mar Mediterráneo como mar muerto y podrido, como las democracias en las que hemos vivido’. ‘¡Renuncia, Piñera, asesino! Que renuncien todos los asesinos, que aguanten las luchas de este territorio y las del otro lado del charco (…) Es la cumbia antisistema y la canto pa’ vencer. Asambleas libertarias otra vez’ (…) ‘Expropiar a los burgueses su poder’. Mientras la gente bailaba, Marijose grababa con su teléfono celular.
Para cerrar, hablaron mujeres migrantes y racializadas: “La otra Europa también nos violenta, no vamos a permitir más, ya son más de 500 años, aquí están sus hermanas y hermanos”. Nos hablaron de las resistencias en Colombia, de la Europa extractivista, “la Europa que acosa en el metro llamándonos sudacas, la Europa que nos ve y se agarra el bolso. Abrazamos a los hermanos y hermanas de Abya Yala, indias, campesinas. Que esto nos dé fuerza, ya nos está dando fuerza. Y de nuevo se escucharon fuerte las exclamaciones en la plaza ¡Hay que quemar el sistema por racista y colonial! ¡De sur a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste!
Llegó entonces el momento de la partida del Escuadrón 421, tras haber recorrido diversas regiones del Estado Español. Como en todos los eventos de bienvenida, estxs siete navegantes levantaron olas en tierra y se retiraron escuchando consignas que empapan acantilados en muchas lenguas: ¡Visca, Visca, Visca, la lluita zapatista!
“Yo crucé el mar. Cuando me dijeron que las mujeres zapatistas veníais cruzando el mar, se me olvidaron mis penas. Sois valientes. Bienvenidas”, dijo un chico africano que llegó hace unos años en patera a España. Con otros migrantes formaron la comunidad Baye Fall, única rama del Islam de origen indígena en Senegal. Él fue uno de los que quiso tomar la voz en el acto de bienvenida a las compañeras zapatistas que se había organizado en Valencia.
No fue el único. Diferentes luchas se dieron cita en la Plaza de la Virgen para defender una vida digna, la justicia social, el territorio, la tierra, el agua, la misma lucha que mantienen Ecollaures, la Comissió Ciutat-Port, No a la Ampliació del By-Pass, Entre Barris, Frenem la contaminació al Grau. También el Colectivo de Les Moles de Paterna, que anunció su reciente victoria sobre la empresa que pretendía hacer de este paraje natural un enorme centro comercial. Todos reconocieron orgullosos el ejemplo de lucha zapatista que inspira estas luchas del pueblo, de David contra Goliat.
Todos querían dar la bienvenida a las compañeras del escuadrón 421 del EZLN en su Gira por la vida que las llevará a diferentes ciudades europeas. El 5 de julio en Valencia era solo el principio de esta travesía. 4 mujeres con huipil (Lupita, una joven tzotzil de 19 años; Carolina, una tzotzil de 26 años, Ximena, una cho’ol de 25 años, y Yuli, de 37 años, originaria tojolabal y ahora tzeltal de la selva Lacandona), dos hombres y Marijose, una compañera trans, forman el Escuadrón 421. Llegaron a la plaza de la Virgen tras un cordón sanitario formado por voluntarios de la Xarxa solidaritat que organizaba el acto. Ni el cordón, ni las mascarillas ni el calor insoportable pudieron con la emoción, los aplausos y los gritos de 100% zapatista con que Valencia quiso dar la bienvenida.
Hablaron en sus lenguas: tzotzil, tzeltal, cho’ol, tojolabal y también en “castilla”. Lupita fue la primera en hablar en su lengua, y pese a que no entendimos mucho, el cuerpo se estremeció de emoción. Después la rapera Tesa agarró el micro para cantar en valenciano, y de nuevo la emoción puso la piel de gallina a todos. También a Lupita quien, pese a que no debió entender nada, grababa con el móvil visiblemente emocionada. Ambas compartían la importancia de mantener la identidad de su cultura y de su lengua materna.
Muchas asociaciones como Obrint Fronteras, el colectivo Voces, Mujeres y Resistencias, o las compañeras del movimiento #RegularizaciónYa, tomaron la voz, para saludarles, para darles las gracias por su visita, “Todo nuestro respeto por la lucha de tantos años. Seguimos su paso sereno, como ustedes nos enseñaron”, dijeron para transmitirles la emoción de tenerlas en este lado del mundo. Yo también la sentí.
Recuerdo cuando de jovencita llegué por primera vez a México y Chiapas. El 1 de enero, cuando todos dormían la resaca de Nochevieja, un grupo de mujeres y hombres ataviados con pasamontañas entraban uniformados por las calles de san Cristóbal de las Casas, símbolo de la lucha indígena durante más de 500 años. Exigían con humildad, pero con fortaleza, el buen gobierno y los autogobiernos en sus comunidades. El Subcomandante Marcos lideraba intelectualmente aquella lucha de David contra Goliat, que rápidamente se extendió y caló en los idealistas europeos. Yo ni siquiera conocía su lucha hasta que unos meses después del levantamiento llegué ingenua de mi pueblo valenciano a Chiapas. Y me identifiqué con las radios comunitarias que se formaban como semillas de esta lucha silenciada durante años. Pusieron en jaque al gobierno federal y las conciencias de todo el establishment de “los coletos” de San Cristóbal.
Años después, casi también por casualidad, estaba en Chiapas en el entierro de Samuel Ruiz, el obispo de los pobres, que denunció la situación de esclavitud que aun vivían los indígenas en los cafetales y las comunidades. Samuel aprendió su lengua y fue la voz que denunció su situación. Cuando en 2011 murió, sus restos fueron trasladados a la Catedral de San Cristóbal, donde él quiso descansar al lado de su gente. El día del entierro, de todas las aldeas zapatistas, incluso de Guatemala, llegaron indígenas caminando, tal como papa Tatik había hecho años antes, a despedir y honrar al obispo, o tan solo a su papa “el caminante”.
Yo creí que, aquel día en la catedral de San Cristóbal, con Samuel se enterraba también el movimiento zapatista. Sin embargo, esta cita en Valencia ha hecho despertar de la inacción, de la siesta que dormíamos apelmazados por nuestros quehaceres cotidianos para sobrevivir en el sistema neoliberal del bienestar.
Ahora, miembros de esas comunidades, de aquel ejército zapatista, estaban delante de otra catedral, la de mi ciudad, Valencia. Pero aquel caminar sereno para mejorar el mundo, la justicia social, el buen gobierno, estaban tan presentes este 2021 como me hicieron sentir de jovencita. La Travesía por la Vida les había traído a la vieja Europa pandémica para recordar que aquella lucha continua, para darnos ánimos, para compartir experiencias y luchas.
Las presentaciones se fueron acelerando porque el tiempo se agotaba y eran muchas las que querían presentarse y dar la bienvenida al Escuadrón 421. Colectivos de barrio como el Parke Alcosa y el CSOA L’Horta, CEDSALA, Entre Pobles PV, Pau i Solidaritat. Grupos feministas o internacionalistas como la Intersindical de Dones o Perifèries del Mòn, que cerró este acto de bienvenida.
Tal vez ni Lupita, la joven tzotzil, ni Tesa, la rapera valenciana, ni la mayoría de las jóvenes europeas que estaban en la plaza de Valencia habían nacido cuando aquel uno de enero de 1994 se alzó esta lucha. Pero en sus sonrisas, en sus puños en alto llenos de humildad y contundencia, en sus rostros y en sus mentes, estaba la semilla que plantaron aquellos días hace ya más de 27 años en la sierra madre de Chiapas.
La travesía por la vida ha comenzado, después de Valencia viene Barcelona, Paris… El viejo Tatik Samuel y los compañeros que caminaron y lucharon aquellos días estarían orgullosos de ver a estos jóvenes que mantienen con vida esta lucha y la de todas las luchas que se unieron en la Plaza de mi ciudad.
Toulouse, 8 de julio de 2021. Cientos de personas dieron la bienvenida a la primera delegación de la Gira por la Vida en la plaza del barrio popular Arnaud Bernard en la capital regional de Occitania en el suroeste de Francia. Después de cruzar los Pirineos catalanes, la ciudad llamada Tolosa en occitano, conocida como la ville rose (ciudad rosa) por sus construcciones de cantera rosa, ha acogido calurosamente a la comitiva zapatista hoy por la tarde, con palabras combativas y amorosas, música y cantos, así como mantas pintadas y consignas de apoyo a las luchas de los pueblos en resistencia.
Un miembro de la comisión anfitriona se dirigió al Escuadrón 421 con las siguientes palabras: «cuando vuelvan a nuestra región, conversaremos acerca de unos temas tan urgentes como el derecho de las personas indocumentadas y de los refugiados, los feminismos, la contracultura, la educación, la defensa ambiental, las luchas sociales, el movimiento de los chalecos amarillos (gilets jaunes), las luchas contra las violencias y el racismo de Estado. Nuevamente sean muy bienvenidos en Toulouse y en Europa. ¡Qué vivan las luchas anticapitalistas, antirracistas y antipatriarcales!»
Una integrante de la asociación France Amérique Latine declaró: «estamos felices de esta invasión y deseamos que este tipo de invasiones se multipliquen al infinito. Apoyamos la campaña que se está desarrollando actualmente para pedir la autorización de la entrada en el territorio francés de la delegación zapatista que estaría llegando a mitad del mes de julio. Por el momento, no tienen la autorización para entrar».
Marijosé dirigió unas palabras de despedida: «Hermanos, hermanas, a nombre de los compañeros y compañeras del Escuadrón 421, les damos las gracias por haber estado en estos momentos reunidos, y a todos los colectivos que están haciendo todo lo posible para hacer de esta gira lo mejor. A todos los colectivos que están dando su granito de arena para que esta gira sea posible. Estamos muy contentos y agradecidos que nos hayan recibido acá en estos momentos. Y pues, de parte de todos los pueblos zapatistas estamos muy contentos». «¡Nosotros también!» reaccionó una persona de manera espontánea. «Gracias. El enemigo quiso enterrarnos vivos y se olvidó que somos semillas y aquí estamos para germinar y surcar nuevos surcos, vamos por la vida, compañeros y compañeras. ¡Hasta la vida siempre!». Se escucharon enseguida al unísono las letras «E.Z.L.N.» y «¡El pueblo unido jamás será vencido!».
Sequías. Inundaciones. Sismos. Erupciones. Contaminación. Pandemias actuales y futuras. Asesinatos de líderes de pueblos originarios, de defensores de los derechos humanos, de guardianes de la Tierra. Violencia de género escalada hasta el genocidio contra las mujeres –el suicidio imbécil de la humanidad-. Racismo no pocas veces mal oculto detrás de la limosna. Criminalización y persecución de la diferencia. La condenación irremediable de la desaparición forzada. Represión como respuesta a demandas legítimas. Explotación de los más por los menos. Grandes proyectos de destrucción de territorios. Poblados desolados. Desplazados por millones, ocultos bajo la figura de “migración”. Especies en peligro de extinción o ya sólo un nombre en la carpeta de “animales prehistóricos”. Gigantescas ganancias de los más ricos de los ricos del planeta. Miseria extrema de los más pobres de los necesitados del mundo. La tiranía del dinero. La realidad virtual como salida falsa frente a la realidad real. Estados Nacionales agonizantes. Cada individuo un extraño enemigo. La mentira como programa de gobierno. Lo frívolo y superficial como ideales a alcanzar. El cinismo como nueva religión. La muerte como cotidianeidad. La guerra. Siempre la guerra.
La tormenta arrasando con todo, susurrando, aconsejando, gritando:
¡Ríndete!
¡Ríndete!
¡RÍNDETE!
Y sin embargo…
Allá, cerca y lejos de nuestros suelos y cielos, hay alguien. Una mujer, un hombre, unoa otroa, un grupo, un colectivo, una organización, un movimiento, un pueblo originario, un barrio, una calle, un poblado, una casa, una habitación. En el rincón más pequeño, más olvidado, más lejano, hay alguien que dice “NO”. Que lo dice quedo, que apenas se oye, que lo grita, que lo vive y lo muere. Y se rebela y resiste. Alguien. Hay que buscarle. Hay que encontrarle. Hay que escucharle. Hay que aprenderle.
Aunque tengamos que volar para abrazarle.
Porque, después de todo, volar es sólo otra forma de caminar. Y, bueno, caminar es nuestro modo de luchar, de vivir.
Así que, en la Travesía por la Vida, ¿qué esperamos? Esperamos mirarle su corazón de usted. Esperamos que no sea demasiado tarde. Esperamos… todo.
Doy Fe.
SupGaleano.
Planeta Tierra… o lo que queda de él.
«On lâche rien» en Francés, Español, Catalan, Euskera, Gallego. Interpretada por: HK et les SALTIMBANKS con LA PULQUERIA, TXARANGO, LA TROBA KUNG-FÙ, FERMIN MUGURUZA et DAKIDARRIA.
Una charla con Fernando y Denis de XirapolaVida, Galiza
Junio, 2021
Por Colectivo Radio Zapatista
Vives donde comienza y termina tu continente, donde amanece y oscurece al final. Luchas desde la zona templada a la que abrazan una zona frígida y una tórrida. Habitas aquella región que se pensó la Finisterre. Mientras contemplas el ocaso en el poniente oceánico, tu mirada apunta allende el mar para imaginar que vislumbras, a más de siete mil kilómetros, esa gigantesca isla continental de la que ha zarpado una “Montaña” en travesía por la vida. Antes, un poco más cerca, a unos doscientos kilómetros, tu memoria se nubla con el horror del hundimiento del buque petrolero Prestige, con su marea de chapopote que bañó de muerte dos mil kilómetros de costas atlánticas y cantábricas hace dos décadas. Pero estás en Galiza y sabes de resistencia. También recuerdas a la marea humana que se organizó para lavar miles de toneladas de petróleo y empapar de vida las playas turbias. Hoy que la gente ha llegado al puerto de Vigo desde muchos lugares para recibir al Escuadrón 421 que agrupa a Lupita, Carolina, Ximena, Yuli, Bernal, Felipe y Marijose, lees una manta provocadora que les llama a despertar y les apresta a levar anclas para zarpar hacia una travesía colectiva en su propia tierra, articulando experiencias tan diversas como olas. Así que es posible que veas la llegada de la “Montaña” como un reto “hermoso, grande y necesario” que nos anima a “artellarnos (articularnos, unirnos) territorialmente”, como lo plantean Fernando y Dennis, “artellados” en decenas de Colectivos de la Coordinadora Galega da Xira Zapatista pola Vida.
La comunidad autónoma de Galicia es una de las 17 que existen en el Estado Español. Las ahora cuatro provincias galegas (Pontevedra, Ourense, Lugo y A Coruña) se distribuyen en una cartografía que históricamente fue reduciéndose pero que aún abarca una gran extensión de tierra y territorios costeros, mareños y numerosas aldeas, además de centros urbanos, que albergan narraciones que dan sentido a su pasado común. Desde ahí cuidan su cultura, sus tradiciones, su lengua, su vida. Desde aquí se organizaron para recibir al zapatismo en el puerto de la ciudad de Vigo.
Fernando y Dennis nos comparten sus experiencias de lucha, organización y resistencia.
Fernando: Trabajo en varios colectivos, casi todos de una forma u otra ligados a la defensa del territorio. Con Dennis coincidí en las brigadas deseucaliptizadoras en Froxán (Galiza). Esto porque Galicia tiene un problema importante con el eucalipto como una especie invasora plantada cada vez más masivamente por los intereses de la industria papelera, de la celulosa. Y hay una iniciativa de las brigadas deseucaliptizadoras que nacieron del Monte Vecinal de Froxán y de la Asociación Ecologista de VerdeGaia (http://verdegaia.org/brigadas/) que es como un voluntariado ambiental para apoyar a los Montes Vecinales, que es una propiedad comunal de los pueblos, y a particulares que quieran eliminar el eucalipto de sus tierras y poner especies autóctonas. Porque el eucalipto empobrece el suelo, favorece los incendios, chupa mucha agua. Es un problema medioambiental. Igualmente me vinculo con la lucha de los Montes Vecinales en Mancomún. En Galicia permanece esta figura legal de propiedad de los montes que son del colectivo, de la comunidad, no se pueden vender ni partir. Es algo previo a la lógica capitalista. Las vecinas y vecinos, simplemente por el hecho de vivir en el sitio, tienen derechos de uso pero no de propiedad mercantil. Entonces es una forma muy extendida que ocupa una cuarta parte de Galicia. Este problema en Galicia en las últimas décadas, desde hace unos 50 años, se ha acrecentado sobretodo con la entrada en la Unión Europea, ha habido políticas capitalistas que se han ido imponiendo y que fomentan el abandono rural. Políticas que buscan romper las comunidades labregas, la autosuficiencia, la cultura campesina, e ir ‘vaciando el campo’, para dejarlo en manos de los intereses de las grandes empresas. De hecho, relacionado con el eucalipto, también hay un serio problema de acaparamiento de tierras en Galiza por empresas de la celulosa y del papel, o bien, directamente, hay acaparamiento del uso, aunque la propiedad siga siendo de particulares. Sobre los Montes Comunales, y debido al abandono, el mal gobierno está planeando leyes para poder obligar a una cesión de gestión a empresas privadas. Pero hay otros lugares en donde si se mantiene una comunidad viva, que quiere gestionar el territorio y defenderlo hay proyectos muy interesantes como el de las brigadas de Froxán. Donde yo vivo, estamos luchando por un monte donde aún tenemos que recuperar la titularidad de los vecinos. El ayuntamiento lo usurpó en los años sesenta, en tiempos de (Francisco) Franco. Ahí estamos en esa lucha, y estamos también enfrentándonos a una ola tremenda en este último año de proyectos eólicos que arrasarían una gran parte de los montes gallegos, por no decir todos. En Galiza hay 4,000 eólicos instalados en los montes de compañías eléctricas privadas, algunas de ellas que están operando en el Istmo de Oaxaca (México, como Naturgy, Fenosa, Endesa o Iberdrola).
Nos identificamos con los problemas del extractivismo: (Descarga aquí)
Denis: Yo estoy trabajando en construir Bravos Foundry (Ferrería de Bravos, http://bravosfoundry.com/es/), un proyecto con una aldea abandonada, pero yo no soy gallego (viene de Berlín, Alemania), es una lucha menos local. El objetivo principal de Foundry es crear espacios, o liberar espacios del neoliberalismo, crear espacios afuera del ámbito de estado y capital. Soy académico y no me gusta trabajar en una universidad, pero me gusta investigar y quería crear un espacio donde se pueda hacer de otra manera. Llegando a Galicia ‘el campo te come’. Ya no haces tanto trabajo académico. Estás con el monte, estás con la tierra. Yo no veo una contradicción ahí. Creo que liberar estos espacios del neoliberalismo se trata de construir una infraestructura que funcione fuera de este ámbito. Y la autonomía comienza con la tierra, con la autosuficiencia, con la defensa de la tierra. Lo que yo defiendo tal vez es menos concreto que las luchas que dibuja Fernando ahora pero es parte. Tal vez sea más una “tierra mental” o algo así, pero el neoliberalismo también nos coloniza mentalmente. Para liberarse de eso hay que tener espacios liberados y tejer redes entre ellos. Y trabajar para construir infraestructuras afuera del capitalismo que nos destruye. También estoy involucrado en un proyecto que se llama freeingspace.com (https://freeingspace.com/) que es un mapa sin ánimo lucro, sin estados, sin discriminación, proyecto manejado de manera democrática. Creo que lo más importante es tejer redes entre ese tipo de espacios para crear otro tipo de mundo, como suelen decir los zapatistas, “un mundo en que quepan muchos mundos”, no sé si lo digo bien.
Construir espacios liberados y tejer redes entre ellos: (Descarga aquí)
RZ: Pues vemos muchas similitudes con los múltiples rostros del despojo. Nos gustaría conocer más a profundidad qué tipo de acciones, qué personas están involucradas en crear estos espacios y tejer estas redes como un movimiento hacia la Xira.
Fernando: ¿Cómo hacemos aquí en Galiza con la Xira? Cada uno aportando lo que podemos y lo que sabemos. La vemos como una oportunidad de reconectarnos, de reconocernos, de aprender de las otras luchas (…) Es muy interesante que estamos gente ligada a movimientos rurales contra megaproyectos, colectivos feministas, LGTB, organizaciones obreras, anarcosindicalistas, colectivos antifascistas, organizaciones por la recuperación de la memoria histórica (que vivieron la represión tras la guerra civil), proyectos autogestivos de educación. Es la muestra de un mundo donde quepan muchos mundos.
Denis: Aquí vivo en la aldea y hay ese sentido de apoyo mutuo, toda la gente se conoce y la gente se apoya en enfrentar cosas muy concretas que trascienden las divisiones partidarias. El sentido de proyecto de Montes Comunales es para las generaciones que vienen. Y ese sentido es súper importante. La gente siente la necesidad de construir eso. (La delegación zapatista) va a llamar a Europa La Tierra Insurgente, pero aún no existe, está por construir, la gente lo quiere. Estamos en un camino de muerte y destrucción mundial. Y hay que construir esta tierra comunal. La Xira trata de trabajar para esto. Esta red se trata no sólo de mostrar solidaridad con los zapatistas sino de hacer las redes.
Los Montes Comunales son para las generaciones que vienen: (Descarga aquí)
Es a partir de esa necesidad de construir redes que los colectivos organizados en torno de la llegada zapatista a Europa se identifican con el mensaje y la práctica cotidiana de las comunidades indígenas rebeldes. Dennis agrega que “los proyectos de estos movimientos y colectivos parten de cosas muy concretas”, como por ejemplo la lucha contra los eólicos, el trabajar junto con los vecinos. “Eso nos junta, poco a poco podemos construir burbujas de autonomía para poder autogestionar nuestros territorios, nuestros barrios, nuestras vidas, nuestros cuidados”, agrega Fernando.
La importancia de reconstruir la comunidad local: (Descarga aquí)
RZ: ¿Qué tanto se ha logrado la vinculación? ¿Cuáles son los desafíos?
Denis: Un desafío es entender que lo que enfrentamos globalmente -la hidra y sus cabezas y sus manifestaciones, con su poder de metamorfosis y sus bichos expansivos- siempre quiere más, junto con el Estado que es expansivo y quiere poder. El desafío es fomentar una conciencia de que en varias luchas estamos afrontando el mismo bicho, pero al fin es un bicho. ¿Cómo hacerlo? Conectándonos, no sé, haciendo mesas redondas. Es muy difícil. El enemigo es global, eso es cierto, la lucha es global. Hace cien años había un internacionalismo. Hoy es otra cosa, la globalización de hoy es la del capital, es la de Facebook, es otra cosa, de hecho nació un nacionalismo nuevo. No tengo una respuesta buena.
Fernando: El reto que afrontamos es muy grande ahora mismo, estamos ante la gran tormenta y la definen muy bien los compas. Llevamos doscientos años de combustibles fósiles que han permitido la expansión del capitalismo para llegar a esta destrucción y ahora se acaban y el sistema va hacia un colapso. Y tiene una capacidad de mutar para conseguir el beneficio, el poder y la explotación. Yo veo que la excusa de la pandemia, en Europa, se usa como doctrina del shock. La gente está preocupada. Si es para tanto o no es discutible. Pero se está usando para incrementar el control sobre la población. Hay medidas represivas y empobrecimiento de sectores populares (por desvío recursos hacia grandes empresas). Vamos hacia otra fase del capitalismo. Los compas lo están viendo claro. ¿Cómo reaccionar ante esto? Acá es difícil por lo desestructurado de las comunidades. En las aldeas a veces por el despoblamiento se deja de celebrar la fiesta, pero hay que intentar de múltiples maneras. Debe haber múltiples respuestas porque son múltiples las realidades. La izquierda convencional, partidista, está totalmente perdida, no quiere ver cuál es la situación histórica a la que nos enfrentamos. Se sueña con los tiempos del estado bienestar, ferramenta inútil, y si se dice (lo que ocurre) no hay votos.
Aquí agrega Dennis que hay otro desafío, que es conectar todas las luchas. Parte del objetivo de la Xira por la Vida es eso y de hecho ya se está logrando. Nos cuenta que ya estaba anunciado y que, con la preparación para la llegada del escuadrón zapatista, comenzaron a conectarse, aunque el desafío no termina.
Crear comunidad haciendo cosas conjuntamente: (Descarga aquí)
RZ: En la preparación de la gira, más allá de lo local, ¿cómo lo ven en lo europeo?
Denis: Lo que ha llamado la atención ante el anuncio de la gira es la conformación de comités a nivel nacional y luego subcomités. Creo que hay mucho contacto entre colectivos que antes no lo tenían y eso es bueno. Yo conozco un montón de proyectos que no conocía y tienen más contacto que antes. Toda la gente está haciendo lo que puede.
Fernando: ¡Yo es que flipo!, cuando ves en la Escuelita (iniciativa zapatista de 2013) su capacidad organizativa y observas que tienen todo el rodaje de treinta años de organización. En Europa no lo tenemos. Llegan y nos hacen un reto muy hermoso pero nos muestran nuestras incapacidades. Yo no sé si estar muy de acuerdo con Dennis acerca de la burocracia en los comités. Nos falta mucho que aprender para ser operativos, pero nos falta porque no tenemos costumbre de trabajar colectivamente. Decía una compañera del sindicato labrego que no hay un espacio común de movimientos sociales en Europa, como mucho la Marcha Mundial de las Mujeres y la Vía Campesina. Pero no había cuando los compas lanzan esta maravillosa ‘proposta’ de la XirapolaVida, no hay ese espacio. Al principio desde Galiza estábamos esperando un poco qué es lo que se organiza desde Europa y tal. Y me acuerdo que nos decía un compa en una reunión: “es que no hay a quién dirigirse en Europa, tenemos que tejerlo nosotros con Europa”. El reto es muy grande, es muy hermoso y es muy necesario. Es difícil, no partimos de cero, partimos de menos diez y es muy necesario. Creo que los compas nos dan un ejemplo de abajo arriba y ellos lo hacen así, en asambleas en comunidades, los MAREZ (Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas), las Juntas de Buen Gobierno. Aquí en Galicia hemos intentado establecer grupos locales, comarcas, ciudades y artellarnos (articularnos) territorialmente. Aquí en el Estado Español se pretende un poco así, que a veces es poco operativo, farragoso, pero bueno, por lo menos vamos caminando e intentando mejorar.
RZ: Y para esta Gira por la Vida, ¿qué necesidades hay en cuestiones operativas, teniendo en cuenta que es el primer puerto?
Fernando: Hay un equipo de gente trabajando. En Vigo tenemos prevista la llegada, recibimiento, acto primero en el puerto. Antes de que llegue La Montaña llegarán las delegaciones europeas para recibirlos, tenemos espacios para alojamiento de la delegación zapatista pero también un espacio para el trabajo, el encuentro y para delegaciones europeas. Hay muchas comunidades de montes y algunas tienen instalaciones muy buenas y nos han ofrecido la de Taneiga, el Centro Sociocultural y Deportivo las Pedriñas (Caracol Base de la Europa Zapatista que se reúne para recibir a la Montaña) y otras más.
Los colectivos articulados en la Xirapolavida han organizado un equipo de comunicación y trabajan en la difusión por redes sociales, como Facebook, Twitter y un blog. Recogen las acciones en la calle, en mesas informativas, foros, seminarios, con acciones de recaudación de fondos. Desde el punto de vista más logístico, trabajan en comisiones y grupos de trabajo, con una comisión legal, una de logística, de finanzas, de alimentación para la llegada y el recibimiento para la delegación zapatista, así como para las delegaciones europeas y del Estado Español.
Fernando: Habrá fiesta y acto político, porque van juntas, quien quiera acercarse puede poner sus necesidades de alojamiento, alimentación, etcétera, y lo que se puede aportar, actos, actividades, menaje de cocina, para que el equipo logístico sepa lo que se necesita y lo que se cuenta. Aquí tenemos una lengua, hermana del portugués, hay diferentes lenguas y pueblos en el Estado Español como en Catalunya o Euskadi. Los enlaces estarán en galego.
Para cerrar la charla, Fernando narra la que recuerda como “una de las cosas más bonitas” que alguien le ha dicho en la vida. Fue algo que escuchó en uno de sus viajes a México. Ocurrió en la Escuela Normal de Cherán (municipio autónomo en el estado de Michoacán) cuando él estaba hablando de la realidad de Galicia, cuando contó que eran un pueblo que estaba perdiendo su lengua por la fuerza del castellano, cuando contó que eran un pueblo campesino, marinero. Uno de los niños le respondió “¡Es que no sabíamos que en Europa hubiera pueblos indígenas!” Fernando comenta que “el 99.9 por ciento de los gallegos no se identificarían con esa definición de indígena” y propone “buscar en esa raíz común indígena que creo que todos los pueblos tenemos de conexión con la tierra” mucho más viva en Latinoamérica que en Europa, quizá, nos dice, porque “ustedes llevan quinientos años de represión, pero nosotros llevamos dos mil, por lo que ese pozo de raíz indígena aquí está mucho más borrado”.
Denis, para despedir la conversación, nos cuenta que se está preparando una exhibición “Samir Vive”, a más de dos años del fallecimiento del defensor de la tierra y del agua Samir Flores Soberanes, comunicador asesinado en la puerta de su casa en Morelos, México, en febrero de 2019.
Hay muchas historias por contar sobre las tormentas que han sorteado estas tierras en su empeño antifascista y republicano. El legado de los núcleos de resistencia de mujeres libertarias que se “artellaron” en A Coruña en 1936 está por cumplir un siglo. Ese legado es lucha que continúa, incluso al interior de las organizaciones anticapitalistas. La migración, el arraigo inadvertido, el dolor de la invisibilidad que excluye a personas migrantes y racializadas son heridas abiertas, también al interior de las organizaciones anticapitalistas, como sueños pendientes.
Hace 528 años que Cristóbal Colón, los hermanos Pinzón y sus marineros volvieron a Europa de su primer viaje al Caribe. Mientras Martín Pinzón tocó puerto en Bayona con La Pinta, Colón regresó por Lisboa. Llevaba en La Niña a un grupo de diez pobladores taínos capturados en La Española (hoy Haití y República Dominicana), aunque sólo cuatro sobrevivieron la travesía. Siguiendo una ruta similar, el capitán Ludwig y su tripulación, en medio de una pandemia, han llevado a buen puerto en Vigo a la delegación marítima zapatista “Escuadrón 421”, gente libre que se embarcó en la Isla Mujeres, la Finisterre del sureste mexicano.
Siete compas que navegaron por miles llevan la fuerza de las batallas comunitarias libradas dignamente. Acaban de renombrar un continente (Slumil K’ajxemk’op, Tierra Insumisa, la que no se resigna) tras desplegar un mensaje que se ancló en Vigo en pleno solsticio de verano: “DESPERTAD”. Pisaron este nuevo continente en plenilunio. Con la profundidad histórica que “artella” la conexión de Galiza con la vida, la lengua, la tierra y el trabajo, si vives o luchas o habitas en colectivo este confín, el pronóstico anuncia que volverás a sortear el barlovento.
Una aclaración: Muchas veces, cuando nosotros usamos el “los zapatistas” no nos estamos refiriendo a los varones, sino a los pueblos zapatistas. Y cuando nosotras usamos “las zapatistas”, no describimos a las mujeres, sino a las comunidades zapatistas. Así que encontrará usted ese “salto” de género en nuestra palabra. Cuando nos referimos al género, siempre agregamos “otroa” para señalar la existencia y lucha de quienes no son ni hombres ni mujeres (y que nuestra ignorancia en el tema nos impide detallar –pero ya aprenderemos a nombrar todas las diferencias-).
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Ahora bien, lo primero que tiene usted qué saber o entender es que los zapatistas, cuando vamos a hacer algo, nos preparamos primero para lo peor. Se parte de un final de fracaso, y, en sentido inverso, nos preparamos para enfrentarlo o, en el mejor de los casos, evitarlo.
Por ejemplo, imaginamos que nos atacan, las masacres de rigor, el genocidio vestido de civilización moderna, el exterminio total. Y nos preparamos para esas posibilidades. Bueno, para el Primero de Enero de 1994, no imaginamos la derrota, la asumimos como una certeza.
En fin, que tal vez eso le ayude a usted a entender el por qué de nuestro pasmo inicial, nuestros titubeos y una improvisación desconcertante cuando, después de mucho tiempo, trabajo y preparación para la ruina, nos encontramos con que… vivimos.
A partir de ese escepticismo es que se desarrollan nuestras iniciativas. Algunas pequeñas, otras más grandes, delirantes todas, nuestras convocatorias siempre van dirigidas a “lo otro”, lo que está más allá de nuestro horizonte cotidiano, pero que reconocemos como algo que es necesario en la lucha por la vida, es decir, en la lucha por la humanidad.
En esta iniciativa o apuesta o delirio o sinrazón, por ejemplo, en su versión marítima nos preparamos para que el Kraken, una tormenta o una ballena blanca extraviada hicieran naufragar la embarcación, por eso fabricamos cayucos -y viajaron con el Escuadrón 421 en La Montaña hasta llegar a Vigo, Galicia, Estado Español, Europa-.
También nos preparamos para no ser bienvenidos, por eso buscamos antes el consenso para la invasión, es decir, la visita… Bueno, de eso de ser “bienvenidos” no estamos muy seguros todavía. Para más de uno, una, unoa, nuestra presencia es perturbadora, por decir lo menos, cuando no francamente irruptora. Y lo entendemos, puede ser que a alguien, después de un año o más de estar en confinamiento, le resulte al menos inoportuno que un grupo de indígenas de raíz maya, tan poca cosa como productores y consumidores de mercancías (electorales y no), pretenda platicar en persona. ¡En persona! (¿recuerda usted que antes eso era parte de su cotidianeidad?). Y, además, que tenga como misión principal el escucharle a usted, llenarlo de preguntas, compartir pesadillas y, claro, sueños.
Nos preparamos para que los malos gobiernos, de uno y otro lado, nos impidan u obstaculicen la salida y la llegada, por eso algún@s zapatistas ya estábamos en Europa… Ups, no debí escribir eso, bórrenlo. Ya sabemos que el gobierno mexicano no pondrá obstáculos. Falta ver qué dicen y hacen los demás gobiernos europeos –porque Portugal y el Estado Español no se opusieron-.
Nos preparamos para que fracase la misión, es decir, que se convierta en un evento mediático y, por lo mismo, fugaz e intrascendente. Por eso primordialmente aceptamos las invitaciones de quienes quieren escuchar y hablar, o sea platicar. Porque nuestro objetivo principal no son los actos masivos –aunque no los excluimos-, sino el intercambio de historias, conocimientos, sentimientos, valoraciones, retos, fracasos y éxitos.
Nos prepararemos para que falle el avión, por eso fabricamos paracaídas con bordados de muchos colores para que, en lugar de un “Día D” en Normandía (oh, oh, ¿quiere decir eso que el desembarco aéreo sería en Francia?… ¿eh?… ¡¿en París?!), sea un “Día Z” para la Europa de abajo, y parecerá entonces que del cielo, llueven flores como si Ixchel, diosa madre, diosa arcoíris, nos acompañara y, de su mano y con su vuelo, abrir un segundo frente para la invasión. Y más seguro porque ahora, gracias a la Galicia de abajo, el escuadrón 421 ha logrado afianzar una cabeza de playa en las tierras de Breogán.
En suma, siempre nos preparamos para fracasar… y para morir. Por eso la vida, para el zapatismo, es una sorpresa que hay que celebrar todos los días, a todas horas. Y qué más que mejor si es con bailes, música, artes.
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Durante todos estos años hemos aprendido muchas cosas. Acaso la más importante es darnos cuenta de lo pequeños que somos. Y no me refiero a estatura y peso, sino al tamaño de nuestro empeño. Los contactos con personas, grupos, colectivos, movimientos y organizaciones de diferentes partes del planeta, nos han mostrado un mundo diverso, múltiple y complejo. Con esto se ha reforzado nuestra convicción de que toda propuesta de hegemonía y homogeneidad no sólo es imposible, es, sobre todo, criminal.
Porque los intentos -no pocas veces ocultos detrás de nacionalismos de cartón piedra en los escaparates del mall de la política electoral-, de imposición de modos y miradas, son criminales porque pretenden el exterminio de diferencias de todo tipo.
Lo otro es el enemigo: la diferencia de género, racial, de identidad sexual o asexual, de lengua, de color de piel, de cultura, de credo o descredo, de concepción del mundo, de físico, de estereotipo de belleza, de historia. Contando con todos los mundos que en el mundo son, prácticamente hay tantos enemigos, actuales o potenciales, como seres humanos.
Y podríamos decir que casi cualquier afirmación de identidad es una declaración de guerra para lo diferente. He dicho “casi”, y a ese “casi” nos aferramos como zapatistas que somos.
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Según nuestros modos, nuestros calendarios y en nuestra geografía, hemos llegado a la conclusión de que siempre es posible que la pesadilla empeore. La pandemia del llamado “Coronavirus” no es el apocalipsis. Es sólo su preludio. Si los medios de comunicación y las redes sociales nos querían tranquilizar, antes, “informando” sobre la extinción de un glaciar, de un terremoto, de un tsunami, de una guerra en una parte lejana del planeta, del asesinato de otro indígena por paramilitares, de una nueva agresión a Palestina o al pueblo mapuche, de la brutalidad gubernamental en Colombia y Nicaragua, de imágenes de campos de migrantes que son de otro lugar, otro continente, otro mundo, y así nos convencen de que eso “pasa en otro lado”; en tan sólo unas semanas, la pandemia demostró que el mundo puede ser apenas una pequeña parroquia egoísta, necia y vulnerable. Los distintos gobiernos nacionales son las pandillas que pretenden controlar, con violencia “legal”, una calle o un barrio, pero el “capo” que controla todo es el capital.
En fin, que se vienen cosas peores. Pero eso usted ya lo sabía, ¿no? Y si no, pues ya va siendo hora de que se entere. Porque, además de tratar de convencerle de que las penas y las desgracias siempre serán ajenas (hasta que dejan de serlo y se sientan con usted a la mesa, le perturban el sueño y le dejan sin lágrimas), le dicen que la mejor forma de enfrentar esas amenazas es individualmente.
Que el mal se evita alejándose de él, construyendo su mundo estanco, y haciéndolo cada vez más estrecho hasta que sólo cabe el “yo, mi, me, conmigo”. Y para eso, pues le ofrecen “enemigos” a modo, siempre con un flanco débil y al que es posible derrotar adquiriendo, oiga usted, este artículo que, mire qué casualidad, por esta única ocasión, tenemos en oferta y podrá usted adquirirlo y recibirlo en la puerta de su bunker en cuestión de horas, días… o semanas, porque la máquina ha descubierto, oh sorpresa, que la paga depende también de la circulación de las mercancías, y que, si ese proceso se detiene o aletarga, la bestia sufre… así que también es negocio su distribución y reparto.
Pero, como zapatistas que somos, hemos estudiado y analizado. Y queremos confrontar las conclusiones a las que hemos llegado, con científicos, artistas, filósofos y analistas críticos de todo el mundo.
Pero no sólo, también y especialmente con quienes, en la cotidianidad de sus luchas, han padecido y advertido las desgracias por venir. Porque, en lo que a lo social se refiere,tenemos en alta estima el análisis y la valoración de quien se juega el pellejo en el combate contra la máquina, y somos escépticos de la de quien, desde la óptica externa, opina, valora, aconseja, juzga y condena o absuelve.
Pero, ojo, consideramos que esa mirada crítica “outsider” es necesaria y vital, porque permite ver cosas que no se miran en el fragor de la lucha y, atención, aporta conocimientos sobre la genealogía de la bestia, sus transformaciones y su funcionamiento.
En fin, que queremos hablar y, sobre todo, escuchar a quien se ponga a modo. Y no nos importa su color, tamaño, raza, sexo, religión, militancia política o traspié ideológico, si es que coincide en el retrato hablado de la máquina asesina.
Porque si, cuando hablamos del criminal, alguien lo identifica con el destino fatídico, la mala suerte, “el orden natural de las cosas”, el enfado divino, la desidia o el desenfado, pues ahí no tenemos ningún interés en escuchar ni en hablar. Para conocer esas explicaciones basta con ver telenovelas y acudir a las redes sociales en busca de confirmación.
Es decir, creemos haber establecido quién es el criminal, su modus operandi y el crimen en sí. Estas 3 características se sintetizan en un sistema, es decir, en una forma de relacionarse con la humanidad y con la naturaleza: el capitalismo.
Sabemos que es un crimen en curso y que su consecución será desastrosa para el mundo entero. Pero no es ésa la conclusión que nos interesa corroborar, no.
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Porque resulta que, también estudiando y analizando, hemos descubierto algo que puede ser o no importante. Depende.
Dando por sentado que este planeta será aniquilado, al menos como hasta ahora lo percibimos, hemos estado investigando sobre las posibles opciones.
Es decir, el barco se hunde y allá arriba dicen que no pasa nada, que es pasajero. Sí, como cuando el buque-tanque Prestige naufragó frente a costas europeas (2002) – Galicia fue testigo y víctima primera-, y las autoridades empresariales y gubernamentales decían que apenas unos chorritos de combustible se habían derramado. El desastre no lo pagaron ni el Mandón, ni sus capataces y mayorales. Lo pagaron, y lo siguen pagando, los poblados que viven de la pesca en esas costas. Ellos y sus descendientes.
Y por “Barco” nos referimos al planeta homogeneizado y hegemonizado por un sistema: el capitalismo. Claro, podrán decir que “ése no es nuestro barco”, pero el hundimiento en curso no es sólo de un sistema, sino del mundo entero, completo, total, hasta el rincón más apartado y aislado, y no sólo el de sus centros de Poder.
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Entendemos que alguien piense, y actúe en consecuencia, que es posible todavía remendar, parchar, pintar un poco aquí y allá, remozar la embarcación. Mantenerla a flote como sea, incluso vendiendo la fantasía de que son posibles megaproyectos que no sólo no aniquilen poblados enteros, también que no afecten a la naturaleza.
Que existan personas que piensen que basta con estar muy decididos y echarle ganas al maquillaje (al menos hasta que pasen los procesos electorales). Y que crean que la mejor respuesta a los reclamos de “Nunca mais” -que se repiten en todos los rincones del planeta-, sean promesas y dinero, programas políticos y dinero, buenas intenciones y dinero, banderas y dinero, fanatismos y dinero. Que sean fieles creyentes de que los problemas del mundo se reducen a la falta de dinero.
Y el dinero necesita carreteras, grandes proyectos civilizatorios, hoteles, centros comerciales, fábricas, bancos, mano de obra, consumidores,… policías y ejércitos.
Las así llamadas “comunidades rurales” son clasificadas como “carentes de desarrollo” o “atrasadas” porque la circulación de dinero, es decir de mercancías, es inexistente o muy reducida. No importa que, por ejemplo, su tasa de feminicidios y de violencia de género sea menor comparada con la de las urbes. Los logros gubernamentales se miden por la cantidad de zonas destruidas y repobladas por productores y consumidores de mercancías, gracias a la reconstrucción de ese territorio. Donde antes había una milpa, un manantial, un bosque, ahora hay hoteles, centros comerciales, fábricas, termoeléctricas,… violencia de género, persecución de la diferencia, narcotráfico, infanticidios, tráfico de personas, explotación, racismo, discriminación. En suma: c-i-v-i-l-i-z-a-c-i-ó-n.
Su idea es que la población campesina se convierta en empleada de esa “urbanización”. Seguirán viviendo, trabajando y consumiendo en su localidad, pero el dueño de todo su entorno es un conglomerado industrial-comercial-financiero-militar cuya sede está en el ciberespacio y para quien ese territorio conquistado es sólo un punto en el mapa, un porcentaje de ganancias, una mercancía. Y el resultado real será que la población originaria tendrá que migrar, porque el capital llegará con sus propios empleados “calificados”. A la población originaria le tocará regar jardines y limpiar estacionamientos, locales y albercas donde antes había campos de cultivo, bosques, costas, lagunas, ríos y manantiales.
Lo que se oculta es que, detrás de las expansiones (“guerras de conquista”) de los Estados -sean internas (“incorporando a más población a la modernidad”), o sean externas con distintas coartadas (como la del gobierno de Israel en su guerra contra Palestina)-, hay una lógica común: la conquista de un territorio por la mercancía, es decir por el dinero, es decir por el capital.
Pero entendemos que esa gente, para poder llegar a ser el cajero que administre los pagos y cobros que le dan vida a la máquina, forme partidos políticos electorales, frentes -amplios o estrechos- para disputar el acceso al gobierno, alianzas y rupturas “estratégicas”, y todos los matices en los que se empeñan esfuerzos y vidas que, detrás de pequeños éxitos, esconden grandes fracasos. Una pequeña ley por ahí, una interlocución oficial aquí, una nota periodística allá, un tuit más acá, un like acullá, y sin embargo, por poner un ejemplo de un crimen mundial en curso, los feminicidios van en aumento. En el entretanto sube la izquierda y baja, sube la derecha y baja, sube el centro y baja. Como cantaba la inolvidable malagueña Marisol, “la vida es una tómbola”: todos (arriba) ganan, todas (abajo) pierden.
Pero la “civilización” es sólo una coartada endeble para una destrucción brutal. El veneno sigue brotando (ya no del Prestige –o no sólo de ese navío-), y el sistema entero parece estar dispuesto a intoxicar hasta el último rincón del planeta, porque son más rentables la destrucción y la muerte que detener la máquina.
Estamos seguros que usted podrá agregar más y más ejemplos. Botones de muestra de una pesadilla irracional y, sin embargo, actuante.
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Entonces, desde hace varias décadas nos hemos concentrado en buscar alternativas. La construcción de balsas, cayucos, lanchas, y aún de embarcaciones más grandes (la 6ta como improbable arca), tienen un horizonte bien definido. En algún lugar habrá que desembarcar.
Leímos y leemos. Estudiamos y lo seguimos haciendo. Analizamos antes y ahora. Abrimos el corazón y la mirada, no a ideologías actuales o pasadas de moda, sino a las ciencias, a las artes y a nuestras historias como pueblos originarios. Y con esos conocimientos y herramientas, nos hemos encontrado con que hay, en este sistema solar, un planeta que podría ser habitable: el tercero del sistema solar y que, hasta ahora, aparece en los libros escolares y científicos con el nombre de “La Tierra”. Para más referencia, está entre Venus y Marte. Es decir, según ciertas culturas, está entre el amor y la guerra.
El problema es que ese planeta es ya un montón de escombros, pesadillas reales, y horrores tangibles. Es poco lo que queda en pie. Incluso la tramoya que oculta la catástrofe se agrieta. Entonces, pues, ¿cómo les diré?, el asunto no es conquistar ese mundo y disfrutar de lo placeres de quien vence. Es más complicado y requiere, ése sí, un esfuerzo mundial: hay que hacerlo de nuevo.
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Ahora bien, según las grandes producciones fílmicas de Hollywood, la salida frente a la catástrofe mundial (siempre algo externo –alienígenas, meteoros, pandemias inexplicables, zombis parecidos a candidatos a algún puesto público-), es producto de una unión de todos los gobiernos del mundo (encabezados por los gringos)… o, peor, del gobierno estadunidense sintetizado en un individuo, o individua (porque la máquina ya aprendió que la farsa debe ser incluyente), que puede tener las características raciales y de género políticamente correctas, pero lleva en su pecho la marca de la Hidra.
Pero, lejos de esas ficciones, la realidad nos muestra que todo es negocio: el sistema produce la destrucción y te vende los boletos para que huyas de ella… al espacio. Y de seguro, en las oficinas de las grandes corporaciones, hay brillantes proyectos de colonización interestelar… con la propiedad privada de los medios de producción incluida. Es decir, el sistema se traslada, íntegro, a otro planeta. El “all included” se refiere a quienes trabajan, a quienes viven sobre de quienes trabajan y a su relación de explotación.
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Pero a veces no sólo miran al espacio. El capitalismo “verde” pugna por zonas “protegidas” en el planeta. Burbujas ecológicas donde pueda resguardarse la bestia mientras el planeta se cura de los mordiscos (lo cual tomaría apenas unos cuantos millones de años).
Cuando la máquina habla de “un nuevo mundo” o “de humanizar el planeta”, está pensando en territorios a conquistar, despoblar y destruir, para luego repoblar y reconstruir con la misma lógica que ahora tiene al mundo entero frente al abismo, siempre dispuesto a dar el paso adelante que el progreso demanda.
Usted podrá pensar que no es posible que alguien sea tan imbécil como para destruir la casa donde vive. “La rana no bebe toda el agua del charco que habita”, dicen que dice un proverbio del pueblo originario Sioux. Pero si usted pretende aplicar una lógica racional al funcionamiento de la máquina, no entenderá (bueno, tampoco la máquina). De nada sirven valoraciones morales y éticas. La lógica de la bestia es la ganancia. Claro, ahora usted podrá preguntarse cómo es posible que una máquina irracional, inmoral y estúpida rija los destinos de todo un planeta. Ah, (suspiro), eso está en su genealogía, en su esencia misma.
Pero, dejando de lado el imposible ejercicio de dotar de racionalidad a lo irracional, llegará usted a la conclusión de que es preciso destruir ese engendro que no, no es diabólico. Desgraciadamente es humano.
Y, claro, usted estudia, lee, confronta, analiza, y descubre que hay grandes propuestas para salir adelante. Desde las que proponen afeites y maquillajes, hasta las que recomiendan clases de moral y lógica para la bestia, pasando por nuevos o viejos sistemas.
Sí, le entendemos, la vida es una mierda y siempre es posible refugiarse en ese cinismo tan sobrevalorado en las redes sociales. El finado SupMarcos decía: “lo malo no es que la vida sea una mierda, sino que te obligan a comerla y todavía esperan que lo agradezcas”.
Pero supongamos que no, que usted sabe que, en efecto, la vida apesta, pero su reacción no es la de replegarse en sí mismo (o en su “mundo”, eso depende del número de sus “seguidores” en las redes sociales habidas y por haber). Y entonces usted decide abrazar, con fe, esperanza y caridad, alguna de las opciones que se le presentan. Y elige la mejor, la más grande, la de más éxito, la más famosa, la que va ganando… o la que le queda cerca.
Grandes proyectos de nuevos y viejos sistemas políticos. Retrasos imposibles del reloj de la historia. Nacionalismos patrioteros. Futuros compartidos a fuerza de que tal opción tome el Poder y se mantenga en él hasta que todo se solucione. ¿Su grifo gotea?, vote por tal. ¿Mucho ruido en el vecindario?, vote por cual. ¿Subió el costo de transporte, alimentos, medicinas, energía, escuelas, ropa, diversión, cultura?, ¿Le teme a la migración?, ¿Le incomodan las personas de piel oscura, las creencias distintas, las lenguas incomprensibles, las diferentes estaturas y complexiones?, vote por…
Incluso los hay quienes no difieren del objetivo, sino del método. Y luego repiten arriba lo que criticaron abajo. Con malabares asquerosos y argumentando estrategias geopolíticas, se apoya a quien se reitera en el crimen y la estupidez. Se demanda que los pueblos aguanten opresiones en beneficio de la “correlación de fuerzas internacional y el ascenso de la izquierda en la zona”. Pero Nicaragua no es Ortega-Murillo y no tardará la bestia en entenderlo.
En todas esas grandes ofertas de solución en el supermercado mortal del sistema, muchas veces no se dice que se tratan de la imposición brutal de una hegemonía, y un decreto de persecución y muerte a lo que no es homogéneo al ganador.
Los gobiernos gobiernan para sus seguidores, nunca para quienes no lo son. Las estrellas de las redes sociales alimentan a sus huestes, aún a costa de sacrificar la inteligencia y la vergüenza. Y la “corrección política” traga sapos, que habrán luego de devorar a quien aconseja resignación “para no beneficiar al enemigo principal”.
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¿Es el zapatismo una gran respuesta, una más, a los problemas del mundo?
No. El zapatismo es un montón de preguntas. Y la más pequeña puede ser la más inquietante: ¿Y tú qué?
Frente a la catástrofe capitalista, ¿el zapatismo propone un viejo-nuevo sistema social idílico, y con él repetir las imposiciones de hegemonías y homogeneidades ahora “buenas”?
No. Nuestro pensamiento es pequeño como nosotros: son los esfuerzos de cada quien, en su geografía, según su calendario y modo, que permitirán, tal vez, liquidar al criminal, y, simultáneamente, rehacer todo. Y todo es todo.
Cada quien, según su calendario, su geografía, su modo, habrá de construir su camino. Y, al igual que nosotros, los pueblos zapatistas, irá tropezando y levantándose, y lo que construya tendrá el nombre que le dé la gana tener. Y sólo será diferente y mejor que lo que hemos padecido antes, y lo que padecemos actualmente, si reconoce lo otro y lo respeta, si renuncia a imponer su pensamiento sobre lo diferente, y si al fin se da cuenta de que muchos son los mundos y que su riqueza nace y brilla en su diferencia.
¿Es posible? No lo sabemos. Pero sí sabemos que, para averiguarlo, hay que luchar por la Vida.
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Entonces, ¿a qué vamos en esta Travesía por la Vida si no aspiramos a dictar caminos, rutas, destinos? ¿A qué, si no buscamos adherentes, votos, likes? ¿A qué, si no vamos a juzgar y a condenar o absolver? ¿A qué, si no llamamos al fanatismo por un nuevo-viejo credo? ¿A qué, si no buscamos pasar a la Historia y ocupar un nicho en el panteón enmohecido del espectro político?
Bueno, para serles sinceros como zapatistas que somos: no sólo vamos confrontar nuestros análisis y conclusiones con lo otro que lucha y piensa críticamente.
Vamos a agradecer a lo otro su existencia. A agradecer las enseñanzas que su rebeldía y su resistencia nos han regalado. A entregar la flor prometida. A abrazar lo otro y decirle al oído que no está sola, soloa, solo. A susurrarle que valen la pena la resistencia, la lucha, el dolor por quienes ya no están, la rabia de que esté impune el criminal, el sueño de un mundo no perfecto, pero sí mejor: un mundo sin miedo.
Y también, y sobre todo, vamos a buscar complicidades… por la vida.
«El desembarco» de León Gieco interpretado por León Gieco (Voz y Armónica), Jairo (Voz y Djembe), Silvina Moreno (Voz), Sandra Corizzo (Voz), Diego Boris (Armónica), Antonio Druetta (Mandolin), Pablo Elizondo (Guitarra), Luciana Elizondo (Viola da gamba). 2021.