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crimen organizado
Alto a la guerra contra los pueblos zapatistas
¡YA BASTA!
Alto a la guerra contra los pueblos zapatistas.
Llamado a los pueblos de México y del Mundo,
El 1 de enero de 1994, mientras los ricos y su entreguista clase política se preparaban para festejar la integración neoliberal de Norteamérica por medio del Tratado de Libre Comercio; desde el sureste de México, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional hizo resonar un poderoso YA BASTA que se escuchó en todo el mundo. Armados de dignidad, los pueblos mayas zapatistas nos hicieron voltear a ver la miseria, el desprecio, el racismo y la explotación con que el México de arriba trata a los pueblos originarios. El YA BASTA de los pueblos zapatistas llegó a los rincones más insospechados del planeta: ellos y ellas vinieron a convidarnos la esperanza de que otro mundo es posible.
Los pueblos zapatistas abrieron su corazón y su oído receptivos a la sociedad civil, y dejaron a un lado las armas para dar paso a la palabra. El EZLN continuó entonces con la construcción de escuelas, hospitales, viviendas, cooperativas, centros culturales, proyectos agroecológicos y un largo etcétera. Hay que recordar que los pueblos zapatistas han sido siempre solidarios con las causas más justas, que sus iniciativas han sido en todos los ámbitos, niveles y sectores, llegando incluso a recorrer toda la Europa insumisa, como una primera parte de su recorrido por todo el mundo, para buscar a otros y otras que defienden la vida.
Desde los gobiernos del Estado mexicano la respuesta ha sido distinta. A pesar de que el 12 de enero de 1994 la sociedad civil obligó a Salinas de Gortari a decretar un cese al fuego, los ataques contra las comunidades zapatistas no pararon. En la guerra contrainsurgente comenzaron a operar grupos paramilitares, es decir, grupos financiados, entrenados y protegidos por el gobierno federal. Ejército y paramilitares continuaron haciendo la guerra contra los pueblos zapatistas, y se sumaron también los programas sociales que, por medio de dinero, despensas, láminas y otras dádivas, intentaron dividir o cooptar a los pueblos zapatistas.
Pero los pueblos zapatistas, que ni se rinden ni se venden ni claudican, siguieron empeñados en construir su autonomía y luchar por la vida.
Hoy, casi 30 años después de ese YA BASTA, las comunidades zapatistas están libres de crimen organizado, narcotráfico, feminicidios, desapariciones forzadas, prostitución y tantos otros males que inundan de sangre y dolor a todo nuestro país. El zapatismo y su modo de vida,muy otro, es para muchos y muchas en México y el mundo, un referente de organización social, de congruencia y ética políticas, un ejemplo concreto de que otro mundo es posible.
Y también hoy, casi 30 años después de ese YA BASTA, los pueblos zapatistas siguen bajo ataque. El grupo paramilitar ORCAO (Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo), ha atacado desde 2019 en más de una docena de veces a la comunidad zapatista de Moisés y Gandhi. Los ataques han incluido quema de escuelas y bodegas de café, balaceras, torturas, secuestros y heridos de gravedad con armas de fuego. Todos estos ataques han sido denunciados por los pueblos zapatistas, por organizaciones de derechos humanos y por periodistas, denuncias que hasta el momento no han tenido ningún efecto, pues estos grupos siguen atacando con la impunidad que se les garantizan los tres niveles de gobierno. A lo anterior hay que sumar que grupos paramilitares como la ORCAO obtienen recursos de programas sociales como lo es el Sembrando Vida, que es el que los motiva a atacar a las comunidades para arrebatarles territorio y registrarlo en tal programa.
Los ataques contra los pueblos zapatistas ocurren además en un contexto preocupante: el crecimiento de la influencia y operación de grupos del crimen organizado en Chiapas, la reactivación de grupos paramilitares, de corte paramilitar y narcoparamilitares, el surgimiento de autodefensas, la presencia de militares y guardia nacional. Estos actores, así como la disputa por los territorios para minería, carreteras, venta de drogas, trata de personas migrantes, trata de mujeres, reclutamiento forzado, desplazamientos forzados, desapariciones, masacres y más, ponen a Chiapas al borde de la guerra civil, como los propios zapatistas lo han expresado.
Ante la creciente violencia, y la actitud negacionista de los tres niveles de gobierno que pretenden ocultar la realidad con afirmaciones vacías iguales a las de sus antecesores, nosotros, nosotras, nosotroas, nos convocamos a que, por medio de la acción pacífica, continuemos exigiendo el alto a la guerra contra los pueblos zapatistas, alto a la guerra en Chiapas, y alto a la guerra en todo México.
Hay que decirlo con toda claridad: México hoy sigue viviendo una guerra atroz, que nos ha dejado con más de 100 mil personas desaparecidas, con más de 30 mil asesinatos por año y con 11 feminicidios por día. Comunidades enteras en el norte y sur del país han sido desplazadas por los enfrentamientos entre carteles, y entre estos y militares. En esta guerra las mujeres, las juventudes, las personas migrantes y los pueblos originarios son víctimas directas de un sistema que atenta contra la vida.
Y en medio de esa guerra, surgen y continúan voces que nos gritan el dolor y la esperanza. Voces como las de los padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, como las de los padres y madres de las infancias fallecidas y heridas en la Guardería ABC, voces como las de las madres buscadoras, de las mujeres que luchan, de los pueblos originarios, voces como la del mismo EZLN.
Treinta años después del YA BASTA zapatista; nosotras, nosotros, nosotroas, que este 8 de junio nos movilizamos en 30 geografías distintas de México y del mundo, hoy recuperamos ese grito y decimos YA BASTA de guerra contra los pueblos zapatistas. YA BASTA de simular que todo va bien. YA BASTA de desprecio, de despojo, de explotación, de oídos sordos. YA BASTA de tanta muerte y dolor.
Por eso, desde esta geografía, llamamos a los pueblos de México y del Mundo a ver lo que sucede en Chiapas, nos convocamos a detener la guerra, a evitar otra tragedia como la que ocurrió en Acteal en 1997, donde grupos paramilitares asesinaron a 45 personas tzotziles, un crimen que, por cierto, todavía permanece impune.
Llamamos a los pueblos de México y del mundo a exigirle al Estado mexicano que:
- Se garantice la salud y la justicia para Jorge López Santíz, Base de Apoyo Zapatista herido por paramilitares de la ORCAO.
- Se detengan los ataques armados contra los pueblos zapatistas.
- La disolución absoluta de la ORCAO y de todos los grupos paramilitares, y que sean castigados los autores materiales e intelectuales de estos ataques.
- Se investigue a profundidad al gobierno de Rutilio Escandón
- Que el silencio de López Obrador deje de ser cómplice de la violencia en Chiapas.
- Que se garantice La Paz, con justicia y dignidad para todos los pueblos de Chiapas y de México.
¡Alto a la guerra contra los pueblos zapatistas!
¡Alto a la guerra en Chiapas!
¡Alto a la guerra en México!
¡Si tocan a un@, nos tocan a tod@s!
El glifosato puede llegar a afectar directamente al cerebro
Fuente: Avispa Midia
Por Sebastiao Pinheiro
Foto: Francisco Mori
Manifestación contra a Monsanto en Paris en 2016
Un estudio de agosto de 2022, del Diário de Neuroinflamación, de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) muestra que el popular herbicida glifosato puede infiltrarse en el cerebro a través de la sangre (barrera hematoencefálica), aumentando el riesgo de enfermedades neurológicas.
La barrera hematoencefálica filtra varias moléculas que ingresan al cerebro desde el sistema circulatorio. Sin embargo, la penetración de moléculas de glifosato eleva la expresión del Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNFα) y la acumulación de proteínas beta-amiloides (Aβ) solubles en el cerebro y está asociado con enfermedades inmunitarias, inflamatorias y neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer (EA).
Más de 6 millones de personas en los EEUU viven con la enfermedad de Alzheimer y se espera que los casos se dupliquen para 2050. Aunque la investigación de la enfermedad de Alzheimer se ha centrado en gran medida en encontrar las causas genéticas de la enfermedad, menos de la mitad de los casos son genéticos.
Por lo tanto, los investigadores ahora están evaluando cómo los contaminantes ambientales pueden aumentar el riesgo de enfermedades. Más de 300 contaminantes ambientales y sus subproductos, incluidos los pesticidas, son sustancias químicas comúnmente presentes en muestras de sangre y orina humanas y pueden aumentar el riesgo de neurotoxicidad al cruzar la barrera cerebral.
Siendo así que, estudios como este, resaltan la importancia de comprender cómo la acumulación de sustancias químicas en el cuerpo puede afectar la salud y el pronóstico de enfermedades a largo plazo.
El estudio señala : “El glifosato cerebral se correlaciona con niveles elevados de TNFα, lo que sugiere que la exposición a este herbicida puede desencadenar una neuroinflamación en el cerebro, lo que puede inducir cambios que se observan en los trastornos neurodegenerativos. […] Colectivamente, dado que un gran subconjunto de la población puede estar expuesto a este agente químico, estos resultados crean conciencia sobre los efectos perjudiciales que la exposición al glifosato puede tener en el cerebro y la salud humana”.
Varios estudios demuestran que el glifosato es detectable en el tejido cerebral de los animales. Sin embargo, esta investigación investiga si la exposición persistente al glifosato conduce a la detección en el tejido cerebral y cómo la presencia de la sustancia química afecta los niveles de TNFα en el cerebro. Usando muestras de orina, plasma y cerebro de ratones en el estudio, los investigadores examinaron la expresión génica asociada con la exposición al glifosato dependiente de la dosis.
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Además, el estudio emplea un novedoso método de extracción de glifosato en un solo paso mediante la cuantificación basada en cromatografía líquida-espectrometría de masas (LC-MS) para medir el nivel de glifosato y su producto de descomposición, ácido aminometilfosfónico (AMPA) en los tejidos cerebrales.
Los resultados confirman que el glifosato se infiltra en el tejido cerebral, elevando los niveles de TNFα y Aβ soluble, lo que provoca la muerte celular entre las neuronas corticales expuestas. El novedoso método de extracción de glifosato en un solo paso proporciona la primera evidencia de acumulación de glifosato dependiente de la dosis en el cerebro.
Además, el método de extracción encuentra una pequeña cantidad de AMPA en el tejido cerebral, lo que indica que el glifosato también se está descomponiendo en el cuerpo. Por lo tanto, la exposición al glifosato tiene implicaciones para las enfermedades neurodegenerativas como la EA, como resultado de niveles y expresión elevados de proteínas.
El sistema nervioso es una parte integral del cuerpo humano e incluye el cerebro, la médula espinal y una vasta red de nervios y neuronas, todos los cuales son responsables de muchas funciones corporales, desde la sensación hasta el movimiento.
No obstante, la exposición a tóxicos químicos, como los pesticidas, puede causar efectos neurotóxicos o exacerbar el daño químico preexistente al sistema nervioso. Los impactos de los pesticidas en el sistema nervioso, incluido el cerebro, son peligrosos, especialmente para las personas expuestas de forma crónica (p. ej., trabajadores agrícolas) o durante periodos críticos de vulnerabilidad y desarrollo (p. ej., niñez, embarazo).
La creciente evidencia en los últimos años muestra que la exposición crónica a niveles subletales (bajos) de pesticidas afecta adversamente el sistema nervioso central (SNC) y los receptores neuronales, como las conexiones entre los nervios, el cerebro, las enzimas y el ADN. Específicamente, los investigadores identifican la exposición a químicos agrícolas como una causa de muchos impactos adversos en el SNC y enfermedades neurológicas, incluyendo el Alzheimer , la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la enfermedad de Parkinson .
Con ello, los defensores dicen que es esencial evitar la exposición a sustancias químicas tóxicas para disminuir los posibles riesgos agudos y crónicos para la salud.
El estudio también destaca que el glifosato cruza la barrera hematoencefálica in vitro (en un ambiente artificial fuera del cuerpo), pero este estudio verifica esto en vivo (en un organismo vivo). La exposición al glifosato aumenta las proteínas de citoquinas inflamatorias en la sangre, especialmente el TNFα.
Glifosato a través del cordón umbilical
La sobreexpresión de la proteína TNFα está asociada con el cáncer, la artritis reumatoide, la psoriasis, la esclerosis múltiple y otras enfermedades. Aunque este estudio se suma al creciente cuerpo de investigación sobre la neurotoxicidad de los pesticidas, es el primero en demostrar que el glifosato cruza con éxito la barrera hematoencefálica y se acumula en el cerebro de manera dependiente de la dosis.
Sin embargo, esta no es la primera vez que se transfieren compuestos tóxicos de la sangre a otros órganos y viceversa. Varios estudios encuentran que los compuestos de los pesticidas en la sangre de una madre pueden transferirse al feto a través del cordón umbilical.
Sumado a ello, un estudio de 2021 encuentra que las mujeres embarazadas ya tienen más de 100 sustancias químicas detectables en muestras de sangre y cordón umbilical, incluidos los contaminantes orgánicos persistentes (COP) prohibidos. Por si fuera poco, el 89 por ciento de estos contaminantes químicos provienen de fuentes no identificadas, carecen de información adecuada o no se detectaron previamente en humanos.
Los propios plaguicidas, las mezclas de productos químicos como el Agente Naranja o las dioxinas, y las hormonas terapéuticas o los productos farmacéuticos poseen la capacidad de alterar la función neurológica. Estos químicos pueden pasar a través de la piel (dérmica) y las membranas mucosas, incluidos los pulmones (inhalación) y el intestino (ingestión), y al torrente sanguíneo.
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Por ejemplo, los estudios sugieren que los formulantes de pesticidas (adyuvantes), como POEA (amina de sebo de polioxietileno), tienen actividad neurotóxica. POEA está presente en algunos herbicidas a base de glifosato como Roundup y tiene una mayor toxicidad para el sistema nervioso que el ingrediente activo (glifosato).
El estudio concluye: “Si bien existen muchas correlaciones entre el glifosato y diversas enfermedades, nuestro objetivo es arrojar luz sobre la correlación entre la aplicación de glifosato y la enfermedad de Alzheimer [EA]. El trabajo futuro se centrará en descubrir la superposición molecular entre la exposición al glifosato y la patología de la DA. Específicamente, nos centraremos en determinar si la exposición al glifosato es capaz de exacerbar la patología amiloide [Aβ] e inducir la muerte celular, en vivo en modelos de ratones con EA”.
Hay una falta de comprensión completa de la etiología de las enfermedades inducidas por pesticidas, incluido el tiempo de retraso predecible entre la exposición química, los impactos en la salud y los datos epidemiológicos.
Los pesticidas en sí mismos pueden poseer la capacidad de alterar la función neurológica. El impacto de los pesticidas en el sistema nervioso, incluido el cerebro , es peligroso, especialmente para las personas expuestas de forma crónica o durante periodos críticos de vulnerabilidad y desarrollo. Por lo tanto, los estudios relacionados con los pesticidas y los trastornos neurológicos pueden ayudar a los científicos a comprender los mecanismos subyacentes que causan las enfermedades neurodegenerativas.
Si bien los factores ocupacionales y ambientales, como los pesticidas, afectan negativamente la salud humana, las revisiones reglamentarias están plagadas de numerosas limitaciones para definir el envenenamiento en el mundo real, según lo capturado por los estudios epidemiológicos en la base de datos de enfermedades inducidas por pesticidas (PIDD) de Beyond Pesticides y el Daily News Blog .
Incertidumbre
Los efectos adversos para la salud de los pesticidas, la exposición y el riesgo agregado de los pesticidas muestran la necesidad de una investigación más precisa sobre la exposición ocupacional y residencial a los pesticidas para poder hacer determinaciones completas y la importancia de reconocer completamente la incertidumbre en las decisiones regulatorias que son de precaución.
La información existente, incluido este estudio, respalda la clara necesidad de un cambio estratégico para alejarse de la dependencia de los pesticidas. Para obtener más información sobre los efectos de la exposición a pesticidas en la salud neurológica, consulte las páginas de PIDD de Beyond Pesticides sobre trastornos del cerebro y del sistema nervioso , incluidas enfermedades similares a la demencia , como el Alzheimer, y otros impactos en la función cognitiva.
La enfermedad de Alzheimer no tiene cura, pero las prácticas preventivas como los productos orgánicos pueden eliminar la exposición a pesticidas tóxicos que inducen la enfermedad de Alzheimer.
La agricultura orgánica representa un enfoque más seguro y saludable para la producción de cultivos que no requiere el uso de pesticidas. Beyond Pesticides alienta a los agricultores a adoptar prácticas orgánicas regenerativas . Un complemento a la compra orgánica es ponerse en contacto con varias organizaciones de agricultura orgánica para obtener más información sobre lo que se puede hacer.