EZLN
Convocatoria a la quinta asamblea nacional del Congreso Nacional Indígena
Los pueblos, naciones, tribus y barrios originarios que somos el Congreso Nacional Indígena, el Concejo Indígena de Gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, haciendo frente a la enfermedad de nuestra madre tierra, expresada en una grave pandemia que ha golpeado la vida y economía de nuestras comunidades y al mundo entero; nos escuchamos en la voz de los pueblos originarios, que gritan desde las geografías donde luchan y resisten en contra de la guerra capitalista que disputa los territorios indígenas y campesinos mediante agresivas políticas extractivas a lo largo y ancho de toda la geografía nacional; megaproyectos de muerte a los que llaman Corredor Interoceánico en los estados de Oaxaca y Veracruz, Proyecto Integral Morelos en los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, Tren Maya en los estados del sureste mexicano, o Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el centro del país; la implementación de un conjunto de políticas y mecanismos para la continuación del “libre comercio” subordinado a Estados Unidos y Canadá y para contener la migración; para impedir o debilitar la organización y resistencia de nuestros pueblos, mediante la suplantación de las autoridades tradicionales y la realización de consultas indígenas simuladas.
Se trata de políticas y megaproyectos impulsados por el gobierno neoliberal de la Cuarta Transformación, al servicio de los grandes capitales globales y en contra de la organización autónoma de nuestros pueblos; todo lo anterior con apoyo en la militarización, la implementación de la Guardia Nacional y la militarización de todo el territorio nacional, la complicidad Estado-Cárteles criminales, la creación de programas que buscan romper la organización comunitaria como es el caso de Sembrando Vida y la aprobación de leyes favorables a los grandes consorcios trasnacionales como la Ley Federal Para el Fomento y Protección del Maíz Nativo.
El CNI y el CIG –con las comunidades zapatistas-, siendo congreso cuando estamos juntos y red cuando estamos separados, somos esa palabra colectiva que no solo hacemos nuestra, sino que nos tejemos en ella y con ella, en la determinación de que nuestra resistencia crecerá tan grande, como grande sea la amenaza capitalista a la vida.
Porque para nuestros pueblos no hay espacio para rendirnos, vendernos o claudicar, cuando son la madre tierra y la vida la que los gobiernos, empresas, militares y cárteles de las drogas quieren tener como botín del robo y
CONSIDERANDO QUE:
1.- Arrecian la represión, las amenazas, la formación de grupos de choque y la criminalización en contra de las comunidades que resisten al Proyecto Integral Morelos, que el mal gobierno federal decidió imponer ilegalmente y con la utilización de su grupo armado de choque al que llama Guardia Nacional; y que, no obstante, la herencia heroica de Samir Flores Soberanes se mantiene viva en las hermanas y hermanos del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala que no se rinden, ni se venden ni claudican;
2.- Se agudiza la guerra en contra de las comunidades autónomas y de las comunidades de originarios del CNI en el estado de Chiapas, mientras los gobiernos garantizan impunidad para los grupos paramilitares que, financiados por ellos, atacan día y noche a los pueblos y comunidades hermanas;
3.- El mal gobierno federal junto a sus fuerzas armadas, en su descarada alianza con los oscuros intereses económicos que apuestan a quedarse con el territorio de los pueblos indígenas y campesinos, está sembrando miedo y terror, violando cínicamente las leyes, sentencias y suspensiones judiciales para imponer sus megaproyectos, que entregan el territorio del país a los intereses económicos transnacionales;
4.- La resistencia y rebeldía crecen en la geografía de los pueblos originarios, porque crecen también el despojo y la represión violenta desde el lado del mal gobierno en todos sus niveles, en complicidad con grupos paramilitares y narco paramilitares, que hacen posibles sus proyectos extractivos y contaminantes, e incluso, en las grandes ciudades nuestros pueblos resisten como lo demuestra la comunidad otomí residente en la Ciudad de México;
5.- Desde las luchas que somos, los pueblos originarios vemos que en el mundo se encienden esperanzas a esta guerra que es la misma, y desde lejanas geografías volteamos hacia donde mismo, o sea hacia la lucha por la vida, que se hace un lenguaje en el que nos vemos los unos a los otros y;
6.- Existe la convocatoria zapatista de iniciar un recorrido planetario en el mes de abril de 2021, iniciando en el continente europeo, al que está invitado el CNI mediante la integración de una delegación para acompañar ese caminar y llevar nuestra palabra colectiva;
CONVOCAMOS
A l@s delegad@s y concejal@s del CNI- CIG, para que asistan a la
QUINTA ASAMBLEA NACIONAL DEL CONGRESO NACIONAL
INDÍGENA Y EL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO
Que tendrá lugar en:
LA QUINTA PIEDRA, TERRITORIO RECUPERADO DEL PUEBLO
NAHUA DEL EJIDO TEPOZTLÁN, MORELOS,
LOS DÍAS 23 Y 24 DE ENERO DE 2021
Bajo el siguiente programa:
23 de enero:
Inauguración
Mesas de trabajo:
- Balance del despojo y la guerra capitalista contra nuestros pueblos.
- Propuesta para la participación de una delegación del CNI-CIG en el recorrido planetario zapatista.
24 de enero:
Plenaria abierta:
- Conclusión de mesas de trabajo
- Acuerdos y resolutivos
- Comunicado público
- Clausura
NOTA 1: Considerando las actuales circunstancias sanitarias se invita a que nombremos un@ o dos delegad@s por pueblo, comunidad u organización indígena, según sea el caso, con el fin de realizar una asamblea ampliamente representativa pero menos numerosa. Quienes asistan deberán cumplir con las medidas de uso de cubre bocas, sana distancia, lavado frecuente de manos y cara. Y las que se implementen en el lugar de la reunión.
NOTA 2: Quienes no sean delegad@s o concejales del CNI/CIG únicamente podrán entrar a la asamblea mediante invitación expresa de la Comisión de Coordinación y Seguimiento.
Atentamente
Diciembre de 2021
Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca Más Un México sin Nosotros
Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
El zapatismo y la lucha de las mujeres rebeldes

La resistencia de las mujeres indígenas chiapanecas no es una novedad de los últimos años. Ya en marzo de 1993, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional vivió un “alzamiento” anterior al del 1º de enero, encabezado por las insurgentas: no hubo bajas y ellas ganaron. Luego de un profundo debate en el seno de las comunidades, elaboraron la Ley Revolucionaria de Mujeres, que exigía el reconocimiento en territorio zapatista de un conjunto de derechos y la igualdad de oportunidades en todos los planos de la vida. De ahí en más, no han cesado en su lucha contra el sometimiento y la humillación, tanto dentro como fuera de sus comunidades. En este nuevo aniversario del nacimiento del EZLN, compartimos una entrevista realizada en 2005 a Leticia, autoridad del Municipio Autónomo Magdalena de La Paz, en la región de Los Altos de Chiapas.
Texto: Hernán Ouviña
Fotos: Serie La libertad según l@s zapatistas | Colectivo Manifiesto
¿Cómo eran tratadas las mujeres antes del alzamiento zapatista?
Antes nuestra situación como mujeres era muy mala. Nosotras desde niñas no teníamos derecho ni siquiera a hablar. Incluso nuestros abuelos y padres no dejaban que habláramos, y en la propia casa, de parte de nuestra familia, muchas veces sufríamos explotación. Desde niñas vivíamos nuestra triple situación. Sufríamos de pequeñas, pero también de grandes seguíamos así. No nos dejaban participar, como si no fuéramos integrantes de la comunidad, del Municipio, o de la nación. Siempre nos han despreciado y marginado. Antes no podíamos levantar siquiera la vista, ni decirle nada a nuestros esposos, porque siempre fueron muy celosos de nosotras. Teníamos que andar agachadas. Según ellos, nomás servíamos para hacer la comida y cuidar a los niños. Tampoco podíamos ir a la escuela por ser mujeres indígenas. No teníamos derecho a ningún tipo de participación. Los padres mismos nos escondían dentro de la casa, y a veces llegaban a decir que la niña era sorda para no mandarla a la escuela. Por eso nosotras no tuvimos una educación completa y aún hoy nos cuesta mucho explicar nuestra situación. No teníamos siquiera derecho a la herencia de nuestros padres. Solo los hombres lo tenían. Pero ahora sabemos que eso no es cierto: también sabemos pensar y tenemos derechos como los hombres.

¿Qué las motivó a empezar a participar?
Nosotras como mujeres vimos poco a poco la necesidad de empezar a participar, hasta que en 1994 dijimos ¡Ya Basta! a la triple explotación, como mujeres, indígenas y pobres. Empezamos la guerra en 1994 para hacernos escuchar. Vimos la necesidad porque el mal gobierno no nos tuvo nunca en cuenta. Por eso decidimos tomar las armas: para que nos respeten. Ya no queremos ser como antes; ahora exigimos ser tenidas en cuenta. Por eso gritamos que sí podemos participar, como lo estamos haciendo en este Municipio Autónomo, donde nuestro pueblo nos eligió para que seamos autoridad. Pero no solo nosotras lo estamos haciendo. Hay mujeres que participan también desde el 1º de enero en la salud y la educación autónomas, o en el trabajo colectivo en cooperativas. Junto con los hombres, queremos avanzar y aprender a resolver nuestros problemas. Nosotras nos sentimos mal cuando no nos dejan participar. Pero ya no vamos a estar más agachadas: que sepan los hombres que también ellos pueden cuidar niños o trabajar en la cocina. Queremos democracia, justicia y libertad, pero también igualdad con respecto a los hombres.
¿Los hombres aceptan que participen?
Hay algunos hombres, incluso padres y esposos, que todavía no han entendido que nuestra lucha también es suya, y no permiten que sus hijas o esposas ocupen un cargo o simplemente participen; aunque también es verdad que muchos otros sí nos acompañan, y fomentan nuestra participación.
¿Cuáles son las demandas de las mujeres zapatistas?
Nuestra principal demanda es que nos respeten, que haya igualdad de derechos entre hombres y mujeres, que podamos respetarnos entre sí y caminar juntos. Además, como zapatistas seguimos exigiendo nuestros once puntos del 1º de enero de 1994, que el gobierno federal no quiere reconocer: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Muchas son nuestras demandas. Las mujeres, por ejemplo, tenemos que poder decidir sobre nuestro propio cuerpo, decidir si queremos tener hijos, y cuántos van a ser. No solamente los hombres tienen ese derecho. Antes no era así: a nosotras nos pegaban siendo niñas porque ellos querían puros niños. Ahora queremos que no solamente las mujeres indígenas decidan y participen, sino todas las mujeres del mundo.

¿Por último, qué mensaje le darías a las mujeres que están luchando en otros territorios?
Nomás les voy a decir que nosotras como mujeres sí podemos organizar cualquier tipo de trabajo. Tenemos la sabiduría y la inteligencia también para poder gobernar. Y aquí vamos a estar siempre, de pie, porque dijimos ¡Ya Basta! Les diría que sigan adelante, que empiecen a gobernar y a participar, que se sumen a la resistencia aquellas que aún no se han sumado, que no se desanimen en sus trabajos. Nosotras las zapatistas no estamos luchando solo para nuestro país, sino también para todo el mundo. Por eso queremos un mundo donde quepan muchos mundos. Queremos que haya justicia, igualdad y democracia para todas y todos. Les diría además que hagan suyas las demandas zapatistas, llevando como bocina nuestra palabra. Que sepan que aquí vamos a estar hasta triunfar. Aunque el mal gobierno dice que ya no hay zapatistas… ¡Pues aquí estamos! Aunque nos manden paramilitares a los Municipios Autónomos, nosotras seguiremos en resistencia. Aunque los soldados federales planten droga en nuestras tierras para implicarnos, o nos hostiguen los guardias blancos, no tendremos miedo. Continuaremos avanzando con la autonomía en nuestros propios territorios, aunque el mal gobierno no lo quiera.











