resistencia
15 mujeres mayas de Sepur Zarco enfrentan la barbarie militar
Haciendo historia. Notas de Radio Zapatista. Nota 1.
Por: Eugenia Gutiérrez, Colectivo Radio Zapatista.
Ciudad de México, 5 de abril de 2016.
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En 1982, después de dos décadas de guerra en Guatemala, la comunidad q’eqch’i de Sepur Zarco, en Izabal, fue sacudida por una violencia de proporciones inesperadas. Sus habitantes se habían organizado para defender tierras ancestrales que eran reclamadas por terratenientes. Para ello, a principios de ese año comenzaron un proceso legal en demanda del reconocimiento de sus títulos de propiedad, pero el proceso duró poco. La respuesta de los terratenientes frente al despojo frustrado fue salvaje. Se coordinaron con el ejército guatemalteco para secuestrar y desaparecer al grupo que encabezaba la defensa de la tierra. No conformes con haberse llevado a los hombres, los militares guatemaltecos arrasaron con la comunidad Sepur Zarco y violentaron sexualmente a muchas mujeres frente a sus familias.
Las que lograron huir a las montañas tuvieron que volver al paso del tiempo porque estaban viendo morir de hambre a sus hijas y a sus hijos. Cuando las familias sobrevivientes regresaron a Sepur Zarco en julio de 1982, los militares habían instalado un puesto de descanso y recreo para sus soldados sobre las cenizas de la comunidad, entre los municipios de El Estor (Izabal) y Panzós (Alta Verapaz). Y como era un puesto de descanso y recreo, los soldados giraron la instrucción de servicio para las mujeres de comunidades aledañas. Como resultado, ellas padecieron seis años de explotación sexual y laboral.
Amilcingo, Mor. rechaza elecciones mediante votación y defiende a su Asamblea Comunitaria
AL GOBIERNO ESTATAL Y MUNICIPAL DE TEMOAC,
A LOS MEDIOS DE COMUNICACION,
A LOS PUEBLOS DEL ESTADO DE MORELOS,
A LAS ORGANIZACIONES Y COLECTIVOS,
A LA CIUDADANIA EN GENERAL,
El día de hoy 18 de marzo del año en curso, los integrantes de la asamblea comunitaria de la comunidad de Amilcingo, Temoac, Morelos, al dar cumplimiento a los acuerdos establecidos el día 17 de marzo en la asamblea, en donde se decidió actuar ante la imposición del voto a través de casillas, cuestión que viola los usos y costumbres de nuestro pueblo indígena, por lo que se hizo valer la decisión de la asamblea impidiendo un acto ilegítimo.
Seguimos reiterando que somos un pueblo indígena que pide que se respeten los acuerdos establecidos dentro de nuestros usos y costumbres, haciendo valer la voz de todos y todas. Así fue que en la asamblea general después de analizar diferentes propuestas decidimos accionar estrategicamente ante la imposición de la elección del Ayudante municipal de la comunidad y no permitir la instalación de la casilla. Ya que estas elecciones violentan nuestros derechos como comunidad indígena, donde la mayoría pidió elecciones a través de usos y costumbres.
A partir de las 5:00 am una comisión de voluntarios realizaron guardia por las calles principales de la comunidad, esto con la finalidad de no ser sorprendidos con la instalación de las casillas. Fue así que a partir de las 7:00 am se comenzaron a dar comisiones a los pobladores para resguardar la integridad de nuestro en los puntos estratégicos, siempre teniendo presente el realizar dichas actividades de manera pacífica sin agresión física ni verbal, actuando colectivamente y demostrando que la unión hace la fuerza.
Hoy evitamos que se legalizara la imposición a nuestro pueblo, esta acción es legítima porque estamos defendiendo nuestros derechos indígenas. El gobierno municipal debe respetar nuestra decisión, dejar de invalidar la posición del pueblo y reconocer a nuestros ayudantes. En nuestro pueblo no hay condiciones para realizar elecciones por urna porque simplemente no reconocemos otra forma de elegir a nuestra autoridad sino es en la asamblea comunitaria.
Exigimos al gobierno estatal, a la comisión de asuntos indígenas del Congreso del estado y a la presidenta municipal Edith Cornejo, que cumplan con su responsabilidad de reconocer nuestro derecho a elegir por usos y costumbres a nuestras autoridades. De no ser así los responsabilizamos de cualquier agresión física o psicológica hacia miembros de la asamblea.
No somos un pequeño grupo, somos el pueblo de Amilcingo y estamos organizados, no vamos a permitir que se pisotee nuestra dignidad.
ASAMBLEA COMUNITARIA GENERAL DE AMILCINGO