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Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Sexta Parte: Ciencias Aplicadas | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Octubre de 2024

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después.

Sexta Parte: Ciencias Aplicadas.

  “Perro”, así se llama la bicicleta del capitán.  Cada vez da razones distintas, pero, la que más se acerca a la realidad, es la que dice que, cuando niño, un vecino tenía un perro y le puso de nombre “bicicleta” al animalito.  En el averiado sentido de la “justicia” del capitán, lo lógico era compensar, así que su bicicleta se llama “Perro”.  Como “bicicleta” es femenino, entonces era de esperar que le hubiera puesto de nombre el femenino de “Perro”.  Pero, tal vez previendo las complicaciones que le traería la traducción en inglés, o porque piensa que la disposición de géneros es como la asignación de destinos, una trampa eludible, quedó “Perro”.

  En fin, el asunto es que todo empezó con el “Perro”.  El capitán no ha querido convertir su bicicleta mecánica en una eléctrica, porque cree, ingenuo, que puede encontrar otra opción.

  Pero ésta, la del “Perro”, es sólo una parte de la ecuación, siempre en esta situación hipotética.

  La otra es un colectivo o grupo de personas que le hacen a eso de la ciencia.  La coincidencia entre el “Perro” y ese colectivo tal vez no sólo sea la natural tendencia, que está presente en algunas personas, a llevar la contraria.  Este colectivo, que de ahora en adelante llamaré de “Ciencia Aplicada”, es contreras.  O sea que, digamos, no sigue la tendencia mayoritaria en la comunidad científica.  Es decir, no es frívolo, superficial e ignorante del mundo más allá de su especialidad.  Es, pues, un colectivo minoritario.  Así que no pierda usted el tiempo buscando el nombre en los catálogos de científicos.  Además de esta grave falta a la tradición científica, este colectivo no busca publicar en revistas especializadas, ganar premios, becas, renombre, puestos gubernamentales o no-gubernamentales, encallar en la academia.  Centra, en cambio, su trabajo en buscar aplicar los conocimientos científicos a la realidad.

  La ecuación “Perro-Capitán-Ciencia Aplicada-Día Después”, tiene que ver con dos cofas de vigía de dos navíos ignorados: el pequeño del colectivo Ciencia Aplicada y el más pequeño de los zapatistas.  Aunque aparentemente en mares distintos y, no pocas veces, dispares, desde ambas embarcaciones alcanzaron a ver a lo lejos lo que se venía.  La tormenta pues.

  No se sabe si hubo un encuentro personal y formal entre ambos, o si fue una de esas coincidencias imposibles.  El caso es que, el colectivo, a partir de sus conocimientos científicos, y el zapatismo, desde sus saberes no científicos, llegaron a la misma conclusión.

  Y en uno y otro barco, el corolario no fue tirarse al vicio y la perdición (aunque el capitán qué más quisiera), ni reventarse en antros y fiestas de guardar.  Por alguna extraña razón, difícil de explicar con razón o sin ella, desde ambas cofas lograron mirar más allá de la tormenta y concluyeron que el problema, más que la tormenta misma, era… el día después.

  El jefe supremo del “sistema de correos y desvaríos del ezetaelene”, un escarabajo esquizofrénico, le confió a nuestro querido (já), admirado (já al cuadrado), bien amado (factorial de já), y nunca bien ponderado capitán, la existencia de ese colectivo rebelde, insumiso, sacrílego y, para colmo, científico.

  El capitán obvió la parte de preguntarle al escarabajo cuándo rayos obtuvo ese cargo, y pidió la dirección electrónica.  Se comunicó con ellos y, claro, ellas.  La carta del capitán detallaba lo siguiente:

  Se inspiró en lo que, en el mundo de las bicicletas eléctricas, se conoce como “freno regenerativo” (que consiste, grosso modo, en que, al frenar, la energía cinética del motor que se perdería en el frenado se dirige a la batería del vehículo para recargarla).  Como este sistema requiere un tipo de motor y dispositivo especiales, la recuperación de la energía no es al 100%, es más caro y exige mayor mantenimiento, el capitán retomó su idea original: una bicicleta de cuerda.  Sí, como los cochecitos de juguete de las infancias de antes, donde se le daba cuerda para que el auto se moviera por un “motor” -que no era sino una muelle en espiral, comprimida hasta el tope, que, al liberarse y “desenrollarse”, mediante engranes, proveía movimiento a las ruedas.  Justo como un reloj tradicional.  También se usaba en juguetes y muñecas (que fueron destripados científicamente para descubrir la “magia” que les daba movimiento).

  La idea del capitán es diseñar una bicicleta con este principio: un dispositivo que, al liberar el resorte o muelle, produzca movimiento y que dicho movimiento genere la energía necesaria para volver a comprimir el resorte o muelle, y así por siempre jamás.

  La primera respuesta del colectivo “Ciencias Aplicadas” no fue muy alentadora, aunque sí tan lacónica como un enunciado: “La tesis de energía-motor-energía-motor está bien para youtubers y similares.  Ni la teología recurre a ella.  Ni modos, mi capi, hay que pedalear”.

  Siguiendo el principio científico de “duda siempre”, la segunda respuesta fue aún más escueta pero más prometedora: “No es posible… todavía.  Bueno, en realidad no sabemos”.  La tercera contestación llovía sobre mojado: “yo uso motocicleta”.

  Como era de esperar, esto animó a nuestro intrépido (si sobraron algunos “já”, favor de agregar) capitán.  Empezó a trabajar febrilmente en su desprestigiado taller de bicicletas, esperando encontrar el santo grial de la energía infinita.  Bueno, en realidad esperaba que durara más que la producida por sus hermosas y bien torneadas piernas (já´s a discreción).

  Aun así, cuando hablaba de las bicis, el capitán solía decir: “éste es un vehículo que funciona con pozol y agua, es eco-friendly, de tan bajo costo que lo más caro son los vendajes y antisépticos para las heridas en las caídas.  Usa siempre casco de protección.  Mucho ojo: nunca, y quiero decir nunca, trates de rebasar a un camión de volteo ni a un hato de vacas”.

-*-

  Mientras, la tormenta arreciaba.

  Como es (o debería ser) característica de los conocimientos científicos, el colectivo de “Ciencias Aplicadas” miró a dónde iba todo.  Colectó datos, los comprobó, los cruzó, analizó modelos de simulación, consultó tablas, estadísticas, hechos.  Llegó a una conclusión: el destrozo causado sería el fin del mundo como lo conocían.  O sea, que todo iba a valer madre.  Bueno, no con esas palabras, sino algo más científico.

  En lugar de cortejar directores, CEO´S y jefes de departamentos, o de buscar un puesto con cargo al ya raquítico presupuesto a la ciencia, el colectivo se dio en colectar materiales básicos cuya escasez o inexistencia posterior era previsible.

  Así que fue juntando una gran cantidad de alambres, cables, diodos, transistores, resistencias (o sea, las otras resistencias), moduladores, osciladores, bobinas, dinamos, relevadores y otras cosas igual de misteriosas.  Probaron algunos modelos experimentales.  Se animaron al comprobar que podían elevar la producción energética de un dinamo en la rueda de una bicicleta hasta… ¡hacer funcionar una bocina de medio pelo!

  Claro, el reto que les puso el Subcomandante Insurgente Moisés era mucho mayor: hacer funcionar los equipos de una sala de quirófano.  Sin embargo, el colectivo se sabía en buen camino.

  Si estaban los doctores fraternales, los promotores de salud, las instalaciones y, pronto (o eso esperamos), los equipos necesarios, entonces el problema era que funcionaran incluso si se carecía de la energía eléctrica de la red, extinta en esta hipótesis.

  Cuando ya la tormenta arreciaba y prácticamente la víspera, el colectivo se trasladó, con todo y sus tiliches, a la comunidad de la que les he platicado.  Así que, cuando llegó la banda artistosa, la “ciencia aplicada” ya se encontraba instalada desde tiempo antes.  Y organizada.

  A instancias del SubMoy, habían construido sus champas en un sector al que llamaron, haciendo honor a su historia y vocación, “El Apagón”.  Se encuentra ubicada frente al sitio donde se instalaron los doctores fraternales y los promotores de salud, quienes, para no quedarse atrás, bautizaron su lugar con el sugerente nombre de “Lava tu mano y no estés jodiendo”.

  Ambos colectivos se organizaron de modo que, por turnos, mientras una parte cumplía con los trabajos necesarios para sobrevivir, la otra se dedicaba a crear toda clase de ingenios y dispositivos, en la ciencia aplicada; y, en el caso de los fraternales a la salud preventiva, así como a atender casos médicos más complicados.

  En lo que se refiere a “Ciencia Aplicada”, aunque no habían aún logrado producir energía suficiente para el quirófano, sí podía esperarse que en, el siguiente encuentro-baile, hubiera la suficiente para darle vida al micrófono, un par de bocinas y, tal vez, dios lo quiera, al teclado.

  ¿Y el capitán?  Bueno, cuando lo topan, los del colectivo le dan carrilla y se burlan diciéndole: “¡Ése mi capitán Frankestein!  ¿Cómo va la bici biónica?”.  El capitán ríe y responde: “Científicos necios que acusáis al capi sin razón, sin ver que sois vos la ocasión de lo mismo que culpáis.  Algún día”.

  El “Perro” sigue en el taller, fragmentado, rodeado de herramientas y toda clase de fierros, alambres, tablas y clavos.  Cada madrugada infructuosa, el capitán arroja el martillo maldiciendo y conjurando: “algún día, algún día”.

-*-

  ¿Eh?  ¿Le extraña que, en esta situación hipotética, ese colectivo de ciencias aplicadas haya llegado antes?

  Bueno, si las ciencias no son capaces de vislumbrar el día después, ¿entonces para qué son las ciencias?

  Si “A entonces B” y usted tiene todos los elementos de “A”, es de concluir que se sigue “B”.

  Ergo: como sentencia el nombre del comedor comunitario (donde el colectivo Ciencia Aplicada ha provocado ahora un motín al usar las cucharas para demostrar un principio científico aplicado a las catapultas… con dulce de calabaza -una cosa es la ciencia y otra la puntería-): “No dejes para mañana lo que te puedas zampar hoy”.

  Claro, en su equivalente científico…

  Oh, oh, la Doña Juanita ha salido blandiendo un sartén gigante en una mano, y un cucharón XXXL en la otra, a exhortar a los comensales al diálogo ciencia-arte.  El capitán, protegido detrás de una trinchera de comales y ollas, con un casco protector modelo “Predator”, le hace una señal a los musiqueros para que se arranquen con la rola “Yo no fui”, de Consuelito Velázquez: “si te vienen a contar…”

Continuará…

Desde el taller científico de bicicletas “mi abuelita en ídem”.

El Capitán.
Octubre del 2024.

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Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Quinta parte. La incógnita | ͶÀT IꟼAƆ ⅃Ǝ | Octubre de 2024

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después.

Quinta parte. La incógnita.

f). – Usted solía hacerle a la escultura.  En madera, yeso, piedra, hierro, bronce, creaba figuras, imágenes, formas.  No lamenta mucho lo que pasó.  Ya le desesperaba vivir de bustos y estatuas de políticos, y de cortejar gobiernos para que le financiaran sus proyectos.  Lleva varios días desde que llegó a esa comunidad y, como es medianamente inteligente, ha entendido de qué va todo ese asunto: esas personas se plantean el reto de volver a empezar.

  Deambulando, llegó hasta donde un joven labraba, con un machete, madera balsa.  “Es Corcho, así le decimos acá”, le aclaró él.  Con habilidad le fue dando forma hasta que quedó una tabla tan lisa e impecable que sería la envidia de la mejor máquina aserradora, cepilladora, pulidora.  Pero ya no hay máquinas eléctricas.  Y si las hay, falta la electricidad para echarlas a andar.  Toma usted un pedazo de “corcho” y mira al joven.  Él hace un ademán como diciéndole “tómala sin pena”.  El joven le muestra la tabla que labró y le aclara: “es para el comedor”.  Usted va de un lado a otro, sin saber qué hacer con el trozo de corcho.  Entiende lo que se propone esa gente, pero, más que certezas y propuestas, lo que usted tiene son dudas.

  Otro día usted descubre la tabla a la entrada del comedor con un letrero que advierte: “Elige: o lavas tu mano o dolor de tu panza”.  Una mano infantil, se adivina por el trazo de la letra, había agregado “Dolor de panza = clínica = inyección =duele mucho”.  Otra mano infantil había añadido “Cobarde”.  La mano inicial respondía “no soy cobarde”.  Luego una larga secuencia de “Sí eres”, “No soy”, que casi llenaba la tabla.  El debate terminaba con un “si no sos cobarde, entonces ¿por qué no andas en bicicleta en la grava?”  Ya no hubo respuesta.

  Cuando se asomó al comedor el primer día, usted pensó “es como en una cárcel”.  Tomó su plato y se salió, esperando que alguien lo obligara a entrar de nuevo.  Pero no, nadie lo detuvo y afuera, bajo árboles, en el suelo o en bancas rústicas, no eran pocos los que comían en parejas, pequeños grupos o solitarios.  Anduvo por el poblado sin ninguna restricción.  Incluso probó a salir de la comunidad y no sonó ninguna alarma, ni apareció un grupo de personas armadas siguiendo a la jauría que arrancaría en su búsqueda.

  Después de lavar su plato y, claro, sus manos (porque usted no es cobarde, pero tampoco es fan de las inyecciones), se sienta y, sin darse apenas cuenta, empieza a labrar, con su vieja y mellada navaja, el trozo de corcho.  La figura va tomando forma.

  En la asamblea, cuando llega su turno de presentarse, usted saca de su regazo la pequeña figura.  Es una especie de signo de interrogación, sin color, pero con sus formas bien definidas.

  Le preguntan “¿Qué es eso?”.  “No sé”, responde.  Y sin titubear agrega: “No sabemos”.  La asamblea guarda un silencio expectante.  Quienes coordinan se miran entre sí y dicen “Bueno, ya lo averiguaremos”.

  Al otro día, usted sonríe cuando ve la figura sobre la mesa de la coordinación de la asamblea.  No se detiene mucho tiempo, tiene que ir a barrer en el comedor “Las penas con pan son buenas.  Y a falta de pan, tortillas”.

-*-

g). – Usted le hace a la arquitectura.  No sabe cómo llegó hasta ese lugar, pero, por alguna extraña razón, se siente entre pares.  Usted es medianamente inteligente, así que entiende que, después de todo, diseñar un espacio no es muy distante de diseñar un mundo.  Y eso es lo que parecen estar haciendo esas personas, aglomeradas en torno a una vieja cancha de baloncesto.  Están discutiendo el diseño del mundo que les toca rehacer sobre un terreno baldío.  O sea, recomenzar.

  Usted se ha acercado instintivamente a un grupo de hombres y mujeres.  Los recuerda porque, el día anterior, cuando pasaron lista y dijeron “carpinteros, albañiles y mecánicos”, no respondieron.  Quienes coordinaban la asamblea, repitieron el llamado: “carpinteros, mecánicos y albañiles”.  Nada.  Todos miraban en dirección a ese grupo.  Por fin, no sin fastidio, la coordinación dijo. “está bien, pues, “ingenieros e ingenieras”.  Y ahí sí respondieron “presentes”.  Así que, este día, cuando dicen “ingenieros e ingenieras” usted interrumpe y agrega “y arquitectas y arquitectos”.  La asamblea le mira con curiosidad, pero el “cuerpo de ingenieros” le sonríe y más de uno le da palmadas en la espalda.  La coordinación dice, con resignación: “y eso”.  Usted respira aliviado.  Pero, como un solo cuerpo, arquitectura e ingeniería maldicen cuando escuchan: “les toca revisar la manguera que viene del manantial”.

  En la tarde, cuando el sol empieza a arroparse en el horizonte, en el comedor llamado “Comida vemos, digestión no sabemos”, usted contempla el paraje vacío, apenas con unos esqueletos de lo que serán, supone, champas.  Y, sin proponérselo, ya imagina el diseño del auditorio.  Si se resuelve el techo de modo que no requiera muchas columnas intermedias, bien podría servir para reuniones, conciertos, bailes, exposiciones, teatro y cine.

  No hay concreto, ni varillas, ni cemento, ni nada parecido.  Las pocas láminas que todavía servían están ocupadas donde están las herramientas.  Ve las champas con techumbres de zacate, hojas de watapil y oreja de elefante.

  Piensa: “sí se podría, menos peso, aunque menos duración.  Cada tanto se tendría que… recomenzar”.

-*-

h). – Usted hace cine.  Se desempeña en cualquiera de los muchos trabajos que se requieren para llegar al momento sagrado y sublime en que, en un rostro, se refleja la luz de la pantalla y un puño de palomitas llena la boca.  Usted ha buscado en este texto y no encuentra interpelación directa alguna.  Tal vez algo muy indirecto y mediado en las partes del todo.  Siente deseos de protestar, de reclamar.

  “¡Ése maldito capitán! ¿Quién se cree para dejar fuera al séptimo arte, el padre de la televisión, el prisionero del streaming, el imposible lugar donde pueden converger y convivir las otras artes?  ¡Ignorante! ¡Ciego! …” Y otras maldiciones que el pudor me impide reproducir.

  Alguien se acerca y hojea el texto mientras usted sigue maldiciendo.  Lee en silencio y le pregunta a usted “¿De quién es este guion?”.  “¿Cuál guion?” revira usted con molestia.  “Éste”, le dice mientras le muestran el fajo de cuartillas impresas.  La persona a su lado sigue: “Claro, va a costar un dineral producirlo.  Por no hablar de la distribución.  Lo de ahora son los finales con escenarios apocalípticos, donde la catástrofe saca lo peor de cada ser humano.  No creo que interese al público un escenario donde, en medio de la desgracia, florece lo mejor de la humanidad.  La gente, el público, prefiere algo que racionalice sus bajezas y ruindades.  No son tiempos de bondad y fraternidad.  Y luego el problema del reparto.  ¿Quién va a hacer el papel del malo si el malo es un sistema? …”.

  Usted interrumpe con un ademán demandando silencio, toma su celular y marca un número.  “¿Sí?”, responde una voz somnolienta en la bocina.  Usted: “Joaquín, que bueno que te encuentro.  Hay un papel de malo.  Pero lo malo del malo es que no es una persona, ni una banda de pandilleros, o sea de banqueros, ni una estrella de la muerte o palacio de gobierno, ni una creatura más fea que tú.  El malo es el sistema”.  La bocina responde “¿Quién diablos eres y por qué me llamas a las tres de la mañana?”  Luego el pitido de la comunicación cortada.

  A su lado siguen comentando: “Y luego está el problema de la banda sonora.  Es un tutifruti de todos los diablos, porque, en torno a la cumbia, se adivinan miles de géneros musicales.  La escenografía es imposible.  Se necesitarían un montón de cámaras y ni con Inteligencia Artificial podríamos generar algo parecido a este alucine.  No habrá quién se atreva a financiar un proyecto así.  Y luego, los créditos. ¿En serio vamos a poner en el reparto a un escarabajo impertinente que se hace llamar “Don Durito de La Lacandona”?  Y, si es chicle y pega, ¿imaginas a un escarabajo con armadura, montado en una tortuga, desfilando por la alfombra roja del Festival de Venecia, o en San Sebastián, Cannes, Hollywood?  Tal vez se pudiera la parte donde recomienzan y, sobre los mismos cimientos, reconstruyen el mismo edificio.  Lo otro es imposible de imaginar.  ¿Qué es esto?”.

  Usted guarda silencio.  De pronto murmura: “Es una invitación”.  “¿A qué? ¿A hacer una película?”, insiste la otra persona.  Entonces usted, que es medianamente inteligente, entiende y responde dudando: “No sé… ¿A imaginarnos el día después?”

Continuará…

Desde la fila frente al puesto de palomitas.

El Capitán.
Octubre del 2024.

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Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX

Comunicado. Lo hicimos… y resistimos: A 4 años de la toma del INPI, a 28 años de la fundación del Congreso Nacional Indígena (CNI) y a 532 años de resistencia y dignidad de nuestros pueblos

Al  Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN
A la Comisión Sexta del EZLN
Al Congreso Nacional Indígena, CNI
Al Concejo Indígena de Gobierno, CIG
A Ma. de Jesús Patricio Martínez, Vocera del CNI-CIG
A los Pueblos, Tribus, Naciones, Comunidades y Barrios Originarios que nunca fueron conquistados
A la Sexta Nacional e Internacional
A las Redes de Resistencia y Rebeldía
A la Europa Insumisa, Digna y Rebelde
A quienes firmaron la Declaración por la Vida
A los medios libres, independientes, alternativos o como se llamen…
Al Pueblo de México y del mundo.

Herman@s tod@s

A 4 AÑOS DE LA TOMA DEL INPI,
A 28 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, CNI Y
A 532 AÑOS DE RESISTENCIA Y DIGNIDAD DE NUESTROS PUEBLOS, DECIMOS:

Desde la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”, la Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX e integrante del Congreso Nacional Indígena, CNI-CIG y de la Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio, agradecemos la presencia de tod@s Ustedes en esta su Casa, pero especialmente agradecemos, la SOLIDARIDAD de quienes muy a pesar del dolor y la rabia que provoca el olvido, el desprecio y la discriminación del mal gobierno, decidieron acompañarnos y caminar con nostr@s en esta travesía de lucha y resistencia, que el día de hoy cumple ya, cuatro años.

Fue dificil haber tomado esta desición, sobre todo cuando estábamos en medio de una Pandemia Global, cuando estábamos en el auge de la mal llamada “transformación de cuarta”; cuando viviamos la simulación hecha gobierno, esa desbordaba asistencialismo y desarrollismos como “política pública de Gobierno y ´de Izquierda´” Ja!, pero sobretodo, cuando el FINQUERO decretó el “FIN DEL NEOLIBERALISMO EN MÉXICO”. Sin embargo, lo que realmente nos quitaba el sueño, era la idea de terner que sacar de sus oficinas, al TRAIDOR DE LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS, ADELFO REGINO MONTES, y pues, con mucha rabia, con mucha dignidad y con mucha rebeldía, lo HICIMOS. Muy a pesar del cerco mediático, la clase política no daba crédito, “que un pequeño, pero pequeñísimo” grupo de indígenas les hubiera tomado las oficinas del INPI.

Herman@s.

A 532 años, nosotros los pueblos originarios y comunidades indígenas seguimos siendo despreciado@s, discriminad@s, despojad@s, perseguid@s y asesinad@s. Nada ha cambiado, que no sea el color del gobierno en turno y las mentiras, como la mejor oferta de gobierno para “transformar” este país. Por otro lado, la mal llamada “Conquista de América”, sigue imponiendo colonización, esclavitud, genocidio y despojo en contra de nuestros pueblos originarios y comunidades indígenas. Medio siglo después, resistimos una Globalización neoliberal que busca acabar con la resistencia y autonomía de los pueblos, enfrentamos una guerra capitalista y patriarcal sostenida con la militarización en nuestros territorios y con el auspicio gubernamental de la contrainsurgencia y la impunidad del crimen organizado. Todos juntos, como garantes del despojo de la tierra, el territorio, el agua y la vida.

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Encuentro Continental Construyendo una Alianza contra Gasoductos y otros Megaproyectos en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios

Declaratoria de Yajxonax | Encuentro Continental Construyendo una Alianza contra Gasoductos y otros Megaproyectos en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios | 12 de octubre 2024

Declaratoria de Yajxonax

Hoy, 12 de octubre de 2024, fecha simbólica para los pueblos originarios de este territorio llamado Abya Yala, nos hemos reunido en tierras de resistencia en el Istmo de Tehuantepec, en el Encuentro Continental Construyendo una Alianza contra Gasoductos y Otros Megaproyectos en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios.

374 delegados, delegadas y representantes de pueblos y organizaciones indígenas, ambientalistas, académicos y comunicadores, provenientes de 20 estados de la República Mexicana, de 22 pueblos indígenas y de 11 países, con el fin de dar impulso a las iniciativas de articulación de los pueblos de las Américas.

En este encuentro continental, nos pronunciamos de manera enérgica en contra de la guerra y de otras formas de violencia que son utilizadas como mecanismos para saquear el patrimonio de nuestros pueblos, imponiendo megaproyectos. Esta violencia se expresa de la manera más cruda y brutal en casos como el del pueblo palestino, y la criminalización que alcanza a los defensores del territorio en todos nuestros países.

Nos manifestamos por el cese a la violación de los derechos de la naturaleza, y contra el papel de la banca internacional que financia megaproyectos que atentan contra los pueblos y la naturaleza.

Al cumplirse hoy 532 años de resistencia indígena, negra y popular, a pesar del capitalismo salvaje y destructivo, y los incontables intentos de borrar nuestra cultura ancestral, de la militarización de los territorios de nuestros países, y del falso bienestar que pregonan los gobiernos, desde el Istmo de Tehuantepec manifestamos que nos mantenemos firmes celebrando la vida con dignidad y rebeldía.

En este encuentro hemos acordado impulsar, junto con nuestros hermanos y hermanas del norte, meso y sudamérica, los esfuerzos de caminar juntos en defensa de nuestros derechos y territorios. Condenamos la imposición de megaproyectos y, en particular, de los gasoductos, como los de Tuxpan, Tula y La Puerta del Sureste, que provocan graves daños ambientales y amenazan la vida y la cultura de nuestros pueblos.

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Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Postfacio. Tercera Parte: ¿Otras opciones?  Cuando las palabras no son necesarias. | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Octubre de 2024

Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después.

Postfacio.

Tercera Parte: ¿Otras opciones?  Cuando las palabras no son necesarias.

  Sigamos con la asamblea comunitaria.  La persona que está a su lado ha declarado ya lo que sabe, así que es su turno.  Y entonces:

a). – Usted es medianamente inteligente y entiende que, en esa situación, las palabras son inútiles.  Así que empieza a murmurar una tonada musical, y se para de puntas, y abre los brazos como ramas de un árbol aún por imaginar, y empieza a girar y dar saltos, a… a… a ¿danzar?  Y la bulla.  Y ya le siguen una banda de niñas y niños, con perritos y gatitos incluidos, y empiezan a brincar y a hacer malabares, y, casi sin quererlo, se sincronizan.  Y tras que hay una hoguera (porque no hay electricidad y ya la noche arropa el poblado), y entonces el fuego convoca y no destruye.  Y, sin proponérselo, la coreografía involuntaria gira alrededor de la hoguera.  Y las sombras replican la danza en las personas, en los árboles, la montaña.

  Y entonces, al otro día, descubre usted que los niños y niñas le dicen “la que vuela” o “la que baila muy otro”.  Y alguien, algún aguafiestas de ésos que nunca faltan, les corrige con un: “se dice Bailarina”.

  Y en la siguiente asamblea comunitaria, cuando pasan lista para saber si están todos, usted escucha “la bailarina” y se da cuenta de que todas las miradas convergen en usted y, no sin sonrojarse, pero sonriendo, usted dice “presente”.

  Claro, la sonrisa no dura mucho porque a continuación agregan: “te toca turno en la hortaliza con la comadre Chepina”.

-*-

b). – Usted no dice nada.  Porque, mientras la asamblea ha seguido su curso, usted ha tomado un pedazo de carbón y, sobre una tabla, ha dibujado algo que bien podría ser un retrato de la asamblea. Algo como una panorámica, pero sin celular de última generación, ni sistema operativo capaz, ni IA.

  Así que no dice nada, sólo levanta la tabla, se la da a quien está a su lado, y se la van pasando entre los asistentes, que murmuran en una lengua incomprensible.  Entonces usted apenas se da cuenta de que a su lado hay una niña, de unos 3 o 4 años, que la mira fijamente con curiosidad.  Usted hace lo que todos los adultos hacen en una situación incómoda con un infante, y le pregunta “¿cómo te llamas?”  La niña no responde, la sigue mirando, pero no con miedo.  Usted se desentiende y trata de localizar por dónde anda la tabla con el dibujo panorámico.  Piensa incorporarla a su “carpeta” o “curriculum”, porque, una nunca sabe, puede ser que tenga que topar un paradójico Marx que no le quiera pagar por sus diseños y le otorgue, en cambio, un diploma.  La niña a su lado ya tiene una tablita y un pedacito de carbón y, entregándoselos, le dice: “mi gatito se perdió”.  Usted se desconcierta, pero es medianamente inteligente y supone que la niña quiere que usted le dibuje algo así como un cartel de búsqueda, así que le pregunta “¿Y cómo es tu gatito?”.  La niña sonríe porque se da cuenta de que usted ha entendido lo principal y le detalla: “Mi perrito tiene su ojo amarillo”.

  Lo que sigue es un toma y daca que no lleva a ninguna parte: “pero habías dicho que era un gatito”.  “Es lo mismo”.  “No, no es lo mismo, una cosa son los gatos y otra los perros”.  “Es”.  “No es”.  La niña, sin proponérselo, le da a usted una lección de inclusión y le aclara: “Es que es un gato-perro.  Pero no cualquiera.  Mi gato-perro tiene su ojo amarillo.  Así”, y la niña entrecierra sus ojos para que usted entienda que está poniendo los ojos de color amarillo.

  Como ya perdió de vista su panorámica con “Sistema Operativo La Migaja.  Versión 7 a la N potencia”, empieza a dibujar al animalito siguiendo las instrucciones de la niña, que lo mismo gesticula colores, que corrige las patas, el cuerpo, la cola y la cara.  Cuando ya termina, usted se da cuenta de que, en efecto, su dibujo bien podría ser de un perro… o de un gato… o de un gato-perro.  La niña mira con aprobación el dibujo, pero usted sabe que lo que le falta al cartel de búsqueda son datos, así que pregunta “¿y dónde se perdió?”  La niña ríe mientras le dice “Acaso se perdió.  Ya me encontró.  Es que no te apuras rápido con la foto”.  Se va la niña con un animalito en los brazos que, sí, bien podría ser un perro o un gato… o ambos.

  Al día siguiente, hay una rueda de niñas y niños demandando que les dibujen sus animalitos.  Un niño, con una playera en la que se lee “Comando Palomitas”, describe un cerdito pinto, un cuchito pues, y quiere una “foto” ahorita que está pequeño, porque luego crece y ya no va a querer jugar.  Así que usted está dibujando animalitos, no pocos que han sido soñados, y, entre el cuchicheo, usted escucha que alguien dice “pues dile a la que mira”.  Otro aguafiestas corregirá a su tiempo: “se dice Pintora”.

  Antes de la asamblea, llega un grupo de jovencitas que pide que les haga un dibujo que identifique a su equipo de futbol, porque se hacen bolas cuando juegan contra otros equipos y siempre pierden.  Usted pide el nombre del equipo y la más jovencita le dice convencida: “Las Perdedoras”.  Usted entiende la lógica: necesitan algo que las identifique como partes del todo, o sea del equipo.  Un logo o imagen corporativa, no se acuerda cómo se dice.  Al rato, cuando pasan lista de asistentes, usted no duda en decir “presente” cuando dicen “la pintora”.

  Aunque luego piensa “maldita sea mi suerte”, cuando le dicen que le toca turno en tapiscar la milpa.

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c). – Usted es parte de un grupo musical.  Bueno, era parte.  De aquellos modernos sintetizadores, mezcladoras, instrumentos electrónicos, efectos especiales y potentes bocinas octafónicas, ya no quedan ni los cables.  Se ha sentado junto a sus compinches y, nerviosos, se miran entre sí cuando se dan cuenta de que, en las presentaciones, ya casi llega su turno.  No saben qué hacer.  Pero, bendito sea dios, usted ya vio que “la crew” (el equipo de apoyo, pues), también naufragó y fue a parar a ese lugar extraño.  No necesita ni una palabra.  El equipo de apoyo ya ha previsto la catástrofe y aparece con una guitarra rota, con algo parecido a cabellos de cola de caballo como cuerdas; un viejo tambo que, en otros tiempos, tal vez sirvió como contenedor de gasolina, petróleo o gasóleo; y un par de latas vacías y abolladas de conocido refresco de cola.

  Usted es medianamente inteligente, así que entiende que no les queda sino improvisar.  Cuando llega su turno, uno agarra la guitarra -aunque está más desafinada que su abuela, que diosito la tenga en su santa gloria-, y sólo; otro se coloca la silla frente al tambo como tambor; uno más saca un peine (¿a quién se le ocurre rescatar un peine en una catástrofe?), y con una envoltura de dulce, empieza a ¿afinar?  Allá alguien metió piedritas en las latas.  Y que se arrancan con “La del moño colorado” (ocasión que el capitán aprovecha para escabullirse, aterrado, de la reunión).  En unos instantes, la asamblea está bailando y pidiendo “otra, otra”.  Ustedes se sonríen entre sí con complicidad, como diciéndose “ya la libramos”.  El encanto se rompe cuando les dicen “les toca ayudar a bajar el motor del 3 toneladas gris”.

  Al otro día escuchan que dicen “los compañeros musicales que se presenten en el taller para adaptar el motor del 3 toneladas rojo al trapiche”.  Caminan resignados y uno de ustedes pregunta “¿pero qué no era gris?”  Instintivamente, empiezan a tararear “Todo Cambia”, de Julio Numhauser Navarro y así saludan a Mercedes Sosa, y llegan hasta el autodenominado “taller mecánico”.  Quedan mudos cuando ven al Monarca con cara de pocos amigos y blandiendo, impaciente, una llave perica del tamaño de un cráneo humano.  En una grabadorita, accionada desde una bicicleta con dinamo, montada sobre una estructura de madera, Mario Benedetti se contesta que “cantamos porque suena el río y cuando suena el río, suena el río”, y viceversa.

  A lo lejos, se alcanza a ver una gigantesca y acuosa serpiente marrón, que latiguea la línea del horizonte.  Y, justo en ese momento, en la grabadorita todos los panteones buscan a Oscar Chávez en Macondo.  Dos niñas pequeñas ensayan sus mejores pasos porque habrá encuentro y, por lo tanto, habrá baile y cumbias.

  Y en la cumbia, sentenció alguna vez el finado SupGaleano, están el todo y las partes.

Continuará…

Desde ídem.

El Capitán.
Octubre del 2024.

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Movimiento Agrario Indígena Zapatista

Comunicado del Movimiento Agrario Indígena Zapatista en el marco de los 532 años de resistencia

A los pueblos indígenas de México y del mundo,

A los hombres y mujeres de corazón noble que luchan, resisten y mantienen viva la esperanza frente al destino que nos quieren imponer:

‘A 532 años de resistencia indígena, negra y popular, a pesar del capitalismo salvaje y destructivo, de los incansables intentos por borrar nuestra cultura ancestral, de la militarización y paramilitarización de nuestros territorios, de la farsa de progreso y bienestar que pregonan gobiernos disfrazados de corderos, y de la brutalidad constante del saqueo y despojo, los pueblos nos mantenemos firmes, celebrando con dignidad la rebeldía y la vida.

¡Basta de guerra contra los pueblos!
¡Basta de despojo y saqueo!
¡Ni un megaproyecto más en nuestros territorios!
¡Alto al extractivismo en nuestras comunidades!
Viva la alegre rebeldía de nuestros pueblos.
Movimiento Agrario Indígena Zapatista.

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Avispa Midia

México: RAN reconoce avance del crimen organizado en tierras sociales

Fuente: Avispa Midia

Por Sare Frabes

En portada: Familias tzotziles de Chalchihuitán, desplazadas por la violencia de grupos criminales en la región Altos de Chiapas. Foto: Cuartoscuro

El ex titular del Registro Agrario Nacional (RAN), Plutarco Emilio García Jiménez, pocos días antes de dejar su cargo, a principios de octubre, admitió que, por lo menos en los estados de Chiapas, Oaxaca y Sinaloa, ha habido “apropiación de tierras ejidales y comunales por parte de la delincuencia” organizada, y que ha habido desplazamientos de comunidades indígenas y campesinas, sobretodo en Chiapas. 

Las declaraciones fueron dadas por García Jiménez momentos antes del lanzamiento del Atlas de la Propiedad Social de la Tierra en México 2024, en Morelos, que concluye que un poco más del 50% del territorio mexicano continúa siendo constituido por propiedad social – ejidos o comunidades-, donde se encuentran poco más de 5.4 millones de sujetos agrarios y sus familias. 

Gran parte de los recursos naturales se encuentran dentro del régimen de propiedad social. El 70% de los bosques y dos terceras partes de los recursos hídricos se localizan en ella. 68 pueblos indígenas viven en estas tierras.

Familias de la región fronteriza entre Guatemala y Chiapas huyeron rumbo al país centroamericano debido a la exacerbación de enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.

Alertas y denuncias sobre la acción de estos grupos, realizados por organizaciones de derechos humanos y de las comunidades y pueblos en todo el México, se han intensificado en los últimos años, especialmente en las regiones sur-sureste del país donde el gobierno federal ha implementado una reestructuración territorial impulsada por megaproyectos, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico.

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Recientemente organizaciones de Chiapas, Oaxaca y Guerrero – entre ellas Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas – realizaron un foro público regional, en Oaxaca, para denunciar la situación. “Contamos con características y denominadores comunes en los tres estados del sureste del país, nuestras principales fortalezas y conquistas históricas han sido la propiedad social de la tierra y nuestro sistema de organización colectivo, basado principalmente en la toma de decisiones colectivas mediante nuestras asambleas comunitarias”, sostienen en un comunicado.

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La grave situación de violencia social ha sido desencadenada por el despojo de “nuestros bienes comunes”. “La mayor presencia de la delincuencia organizada se está concentrando en las regiones de imposición de proyectos extractivos, tal es el caso de proyectos mineros, eólicos, gasoductos, ampliaciones de carreteras (en Guerrero, Chiapas y Oaxaca). A quienes estamos en oposición a dichos proyectos, nos asesinan, desaparecen, criminalizan y deslegitiman”, dicen.

Organizaciones sociales y de derechos humanos han registrado violencia y criminalización contra comunidades indígenas que protestan ante la imposición del Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

La desaparición de jóvenes y mujeres, los asesinatos, cobro de cuotas, desplazamientos forzados, falta de resolución de conflictos y mayor presencia de grupos armados y delincuencia organizada en las comunidades “son muestra de dicha situación”.

Además, sostienen, existe impunidad y no acceso a la justicia a personas defensoras que han sido agredidas por grupos paramilitares, de choque, delincuencia organizada “que se mueve al amparo de la impunidad”.

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Solamente en Chiapas, a partir de diversos informes, se han documentado la cifra de 21 mil indígenas desplazados en los últimos dos años, el asesinato de 176 personas defensoras durante este sexenio, el reclutamiento de jóvenes, la violencia generada en el último proceso electoral, además de la criminalización contra integrantes del movimiento social.

“Las consecuencias de la imposición de dicho modelo, la negligencia de gobiernos estatales y federales y la impunidad han sido la normalización de la violencia, la contaminación irreversible del medio ambiente, una crisis profunda del agua en la región sureste, la pérdida de la flora y la fauna, el control territorial por parte de empresas y crimen organizado, la apatía ciudadana, el miedo generalizado en nuestras comunidades, fracturas comunitarias, además de graves afectaciones a nuestro tejido social”, señalan.

Las organizaciones y comunidades hacen énfasis en el hecho de que apuestan en un modelo de sociedad en el que los bienes comunes son prioridad, la propiedad social de la tierra, la integridad de los territorios, el fortalecimiento del tejido social. “Este modelo se encuentra en clara confrontación con el modelo neodesarrollista, marcado por la violencia, los asesinatos, la criminalización, la obstaculización de instancias agrarias al reconocimiento de los estatutos y reglamentos internos de las comunidades y la militarización de nuestros territorios”. 

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Avispa Midia

Comunidad indígena Otomí cumple cuatro años de haber ocupado el INPI

Fuente: Avispa Midia

Por Ñaní Pinto

Foto de portada por Santiago Navarro F

Su palabra certera y contundente es lo que caracteriza a la joven indígena Anselma Margarito, integrante de la comunidad Otomí residente en la Ciudad de México. Además de haber concluido su formación como contadora, también, durante los últimos cuatro años ha aprendido a defender los derechos de su comunidad, desde que ocuparon en octubre del 2020 lo que antes era el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). La ocupación fue una acción directa para que les cumplieran la entrega de viviendas que distintas autoridades les prometieron.

Son cuatro años en que han transcurrido una serie de acontecimientos que marcaron la vida de Anselma, como una caravana vienen los recuerdos a su memoria. “Era temprano muy por la mañana del 12 de octubre, de 2020, con diversas colectividades y organizaciones decidimos ocupar las instalaciones del INPI, como un llamado al gobierno para que volteara a ver a los pueblos originarios que habitan la ciudad y, con principal atención, hacia a la comunidad Otomí. Hoy ya se han cumplido cuatro años y solo hay oídos sordos, racismo y desprecio”, relata la activista.

Las mujeres de la comunidad Otomí han encabezado diferentes acciones de protesta para reivindicar su derecho a la vivienda.

En aquel entonces, esta comunidad migrante proveniente del estado de Querétaro llevaba viviendo casi veinte años en diversos edificios, también ocupados, establecidos en Guanajuato 200 y Zacatecas 74, en la Colonia Roma. También habitaban los edificios en la avenida Zaragoza 1434, en la alcaldía Iztapalapa; en la calle Roma 18, en la Colonia Juárez. Este último estaba en el abandono desde el sismo ocurrido en 1985 y agravándose su situación con otro movimiento telúrico, ocurrido el año 2017, lo que implicó que no se pudiera habitar más.

Meses antes de la ocupación de las instalaciones del INPI, el gobierno de la Ciudad de México presidido en su momento por la que ahora es presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a través de Alfonso Suárez del Real, entonces Secretario de Gobierno, por medio de los oficios SG/826/2020, SG/824/2020, SG/827/2020 y SG/825/2020, anunciaba el compromiso de “Expropiación Federal” de estos predios, en beneficio de los ocupantes. Pero les mintieron, ya que hasta el día de hoy no han recibido ninguna respuesta positiva.

“Vemos que, en estos cuatro años, ni con Sheinbaum ni con Obrador, no resolvieron las demandas de la comunidad Otomí. Así que nos mantenemos en resistencia y, hoy, solicitamos el diálogo con la actual jefa de gobierno Marina Brugada. Ella anunció que durante su administración va a repartir 120,000 viviendas y que todos tenemos derechos a una vivienda digna ¿entonces le preguntamos ahí donde queda la comunidad Otomí que lleva 30 años en la lucha por una vivienda digna?”, cuestiona la activista indígena.  

Derechos de la mujer

Es así que Anselma, junto a otras mujeres Otomí, erige su voz como un acto de protesta, dirigiendo un comunicado a la nueva jefa de gobierno, Clara Marina Brugada Molina, quien declaró, al asumir el cargo el pasado 5 de octubre: “quiero que esta capital sea la vanguardia de los Derechos de la Mujer”. Para la activista esta declaración es solo eso, “un discurso hasta no demostrar lo contario. Mientras tanto, solo han mostrado su desprecio, su silencio y racismo”, cuestiona la indígena Otomí.

Las activistas signatarias del comunicado también arremeten contra la actual presidenta de México, quien declaró al asumir la silla presidencial que ella no llegó sola al poder, sino que, “llegamos todas”. La misiva es tajante al contrastar dos tiempos diferentes de las mujeres en México, el tiempo de arriba y el de abajo, ya que mientras unas festejan el poder, “acá abajo, amaina una tormenta, que tarde o temprano pueden llegar a colisionar”, puntualiza el comunicado

Con cierta rabia, Anselma recuerda que, en días pasados, el 5 de septiembre, ella misma fue violentada por la policía de la Ciudad de México al ser detenida durante una protesta. “A mi me imputaron tres delitos: motín, resistencia de autoridad y lesiones. Lo único que hacemos es luchar por nuestras comunidades, por el agua, por la vida y el territorio, pero lo que recibimos es la represión”, cuenta la activista Otomí para Avispa Mídia

La joven indígena Anselma Margarito, integrante de la comunidad Otomí residente en la Ciudad de México. Foto: Santiago Navarro F.

La activista enfatiza que previo a su detención, un grupo de choque golpeó brutalmente a distintas mujeres y hombresque se manifestaban contra la criminalización hacia la activista Hortensia Telésforo -a quien acusa del delito de despojo por participar en la recuperación de una biblioteca comunitaria. “Vimos como la policía solo se quedó observando la acción de este grupo y después comenzaron las detenciones sin justificación alguna”, complementa la indígena Otomí.

“Entonces, si sus discursos tienen alguna validez, exigimos no más discriminación, desprecio y olvido en contra de las mujeres de la comunidad indígena Otomí y respuesta inmediata a sus demandas”, agrega la mujer Otomí. 

El grupo de mujeres, respaldadas por su comunidad, colectivos y organizaciones, entregaron sus demandas y la petición de un espacio de diálogo con la jefa de gobierno. Hasta el momento no ha respondido cuando podría ser esta reunión con la comunidad en resistencia.

No obstante, la entrega de esta misiva, que fue acompañada de un mitin frente al ayuntamiento de la Ciudad de México, les dio fecha para que un funcionario público los pueda recibir. Este será Inti Muñoz Santini, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, “quien se ha comprometido a reunirse con nosotros el próximo 23 de octubre”, sostiene Anselma.

La fiesta

A pesar de varios intentos de desalojo, de la intimidación, suspensión del servicio de agua y electricidad, la comunidad Otomí no se rinde. Así que el próximo 12 de octubre, “para nosotras es de fiesta, pues hemos resistido, no claudicamos y no nos vendemos. Así que les invitamos a asistir al evento que será celebrado con actividades culturales y artísticas”, comparte con entusiasmo la activista.

Así que, lo que antes era el INPI, seguirá siendo el espacio de la disidencia que no se ha casado con la llamada Cuarta Transformación, como le llamaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y tampoco con el llamado segundo piso, que es la continuidad con Sheinbaum. 

No por nada el INPI fue rebautizado como la Casa de los Pueblos Samir Flores Soberanes, en memoria de aquel indígena que le recordó su promesa que hizo AMLO en campaña, de no avanzar con el llamado “Proyecto Integral Morelos”. Después del reclamo fue asesinado por criminales.

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Comunidad Indígena Otomí residente en la Ciudad de México

4º ANIVERSARIO DE LA TOMA DEL INPI

Al Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN
A la Comisión Sexta del EZLN
Al Congreso Nacional Indígena, CNI
Al Concejo Indígena de Gobierno, CIG
A Ma. de Jesús Patricio Martínez, Vocera del CNI-CIG
A los Pueblos, Tribus, Naciones, Comunidades y Barrios Originarios
que nunca fueron conquistados
A la Sexta Nacional e Internacional
A las Redes de Resistencia y Rebeldía
A la Europa Insumisa, Digna y Rebelde
A quienes firmaron la Declaración por la Vida
A los medios libres, independientes, alternativos o como se llamen…
Al Pueblo de México y del mundo.

12 de octubre. No tenemos nada que celebrar que no sea…
“532 AÑOS DE RESISTENCIA Y DIGNIDAD DE NUESTROS PUEBLOS”
“28 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, CNI”
“4 AÑOS DE LA TOMA DEL MAL LLAMADO INPI”

Se fue el Finquero, pero no olvidamos que…

6.- Tuvo el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz; el nacionalismo de cartón piedra de Luis Echeverría Álvarez, la demagogia corrupta de José López Portillo, la mediocridad administrativa de Miguel de la Madrid, la perversidad de Carlos Salinas de Gortari, la vocación criminal de Ernesto Zedillo, la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox, el militarismo y la mecha corta de Felipe Calderón, y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto. ¿Quién es? Ah, y la corte de aduladores de todos ellos. Cambian los presidentes, cambian las nóminas. Lo del autoelogio y lo chillón, sí es parte del “estilo personal de gobernar”.

El Capitán. Agosto del 2024.

Herman@s tod@s

A 532 años de la mal llamada “Conquista de América”, desde la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”, DENUNCIAMOS que con otro rostro, con otro nombre y con la simulación, hecha gobierno, la “Cuarta Transformación”, sigue imponiendo colonización, esclavitud, genocidio y despojo en contra de nuestros pueblos originarios y comunidades indígenas. Medio siglo después del mal llamado “Encuentro de dos Mundos”, resistimos una Globalización neoliberal que busca acabar con la resistencia y autonomía de los pueblos. Enfrentamos una guerra capitalista y patriarcal sostenida con la militarización en nuestros territorios y el auspicio gubernamental de la contrainsurgente, pero sobretodo, con la impunidad del crimen organizado. Todo, como garantes del despojo de la madre tierra, el territorio, el agua y la vida.

A 28 años de la fundación del Congreso Nacional Indígena, CNI, espacio de encuentro, resistencia y rebeldía, que se rige por los 7 Principio del Mandar Obedeciendo y que desde sus origenes se propuso ser la Casa de todos los Pueblos Indígenas. En su andar firme, digno y solidario con las luchas, rabias y dolores de nuestros pueblos, REAFIRMA su principal objetivo, “La reconstitución integral de los Pueblos Indígenas”. Es decir, un espacio donde los pueblos se encuentran, reflexionan y dignamente fortalecen sus luchas, sus resistencias, sus rebeldías y sus rabias. Sobretodo, buscan fortalecer su autonomía y sus formas de organización y gobierno, así como, su representación y toma de desiciones. En contraste a este proceso de organización, también los pueblos resisten el sistema Capitalista que avanza sobre cuatro ruedas: la explotación, el despojo, la represión y el desprecio, que a su paso, en los pueblos, comunidades y ciudades, va dejando muerte y destrucción, prueba de ello, es que en los primeros meses del gobierno morenista, asesinaron a nuestro hermano “Samir Flores Soberanes”, por el solo hecho, de defender la Madre Tierra, el Territorio, la Vida y oponerse al Proyecto Integral Morelos, PIM. Hasta la fecha, no hay verdad y no hay justicia.

A 4 años de la toma de las oficinas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, INPI, y renombrada un año después como la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”, la Comunidad Indígena Otomí residente en la Ciudad de México, originaria de Santiago Mexquititlán, Amealco, Querétaro, integrante del Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno, CNI-CIG y de la Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio y que muy a pesar de la represión, el intento de desalojo y la criminalización de nuestra lucha…

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Avispa Midia

Desastre ecológico de PEMEX sigue sin atención en Papantla, Veracruz

Fuente: Avispa Midia
Por Aldo Santiago

En portada: El arroyo que cruza la comunidad de Ojital Viejo permanece contaminado por hidrocarburos desde la noche del 15 de septiembre. Foto: Regina López. 

Ser ‘Tata’ no es cualquier encargo en la cultura Totonaca. Es una persona que abreva del conocimiento, transmitido por generaciones, con el objetivo de velar por la vida en todas sus expresiones. Por eso, cuando Romualdo García Luna, habitante de la comunidad de Ojital Viejo, en Papantla, Veracruz, observa un montículo de tierra contaminada junto a un cauce que desprende un fuerte hedor, reconoce el mensaje de desprecio de Petróleos Mexicanos (PEMEX) para la comunidad indígena y la naturaleza frente al más reciente desastre ambiental en la región.

Tata Romualdo fija su mirada en el pequeño arroyo que atraviesa la comunidad indígena. Antes, cristalino y lleno de vida, ahora, el cauce que se une al río Cazones rumbo al Golfo de México, se observa negro, cubierto por un aceite espeso derivado de un derrame de hidrocarburos que, desde hace más de 43 días, continúa sin ser atendido apropiadamente por el responsable, PEMEX. “Es faltarnos el respeto, es decir: Ahí muéranse. Porque no nos está considerando como seres humanos”, reflexiona lacónico Tata Romualdo.

Habitantes de Ojital Viejo colocan bebederos para la fauna silvestre en sitios alejados al arroyo contaminado. Foto: Regina López

Los días 28 y 29 de septiembre, un equipo de Avispa Mídia participó de una brigada de documentación en la zona donde, desde el 21 de agosto, pobladores de Ojital Viejo, ante el registro de explosiones y un fuerte olor a crudo, reportaron un derrame de hidrocarburos en el oleducto Coca C. proveniente del pozo 852, ubicado en el ejido Emiliano Zapata, municipio de Papantla.

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