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Comunicación CDMCH

Estado Feminicida en “Hogar Seguro”, Carta abierta al Gobierno de Guatemala

Señor Presidente, Jimmy Morales Cabrera:

Quienes suscribimos la presente, mujeres y hombres Defensores de Derechos Humanos, expresamos al Pueblo de Guatemala nuestras condolencias por los graves acontecimientos ocurridos el pasado 8 de marzo en el Hogar Seguro “Virgen de la Asunción”, ubicado en el Municipio de San José Pinula, Departamento de Guatemala.

Desde recién sucedidos los trágicos hechos hemos estado recibiendo información a través de personas, organizaciones y comunidades de Guatemala sobre la negligente actuación de las autoridades a su cargo que han incumplido con las obligaciones derivadas de las Leyes nacionales y el Derecho Internacional.

Una de estas graves omisiones fue no atender de manera diligente la sentencia del Juzgado Sexto de Niñez y Adolescencia del Área Metropolitana que, en Diciembre del año pasado, condenó al Estado de Guatemala por graves violaciones a derechos humanos, mismas que distintas dependencias estatales documentaron,

haciendo visible y denunciando las precarias condiciones del albergue, malos tratos, abuso sexual, actos de tortura, privación de la libertad, así como la probable operación de una red de trata de personas que explotaba a niñas y jóvenes menores de edad en complicidad con funcionarios a cargo del Hogar Seguro.

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América Leatina desde Abajo

Danza, niñez y resistencias desde Cerro Blanco, Chile

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Por Ignacio Andrés.
América Leatina desde Abajo.

I.-Celebrando Anata en el Cerro Blanco

Durante el 3, 4 y 5 de marzo se realizó la decimotercera versión del Anata en el Cerro Blanco. Fueron tres días en donde resonaron las tarkas y las danzas se sucedieron una tras otra, en los que la alegría se apropió de anfitriones y asistentes tanto como el juego y la compartición.

Antes de abordar dicha experiencia, inicialmente cabe comenzar por precisar el significado del Anata. Para el Centro Ceremonial Cerro Blanco – Apu Wechuraba, impulsor del mismo, el Anata es una festividad que hace referencia al “tiempo de juego” en un contexto ritual en plena época de Jallu Pacha o lluvias en el Altiplano. Es el tiempo femenino, tiempo de la Phaxsi Mama (Luna) y de la Pacha Mama, ya que la tierra está abierta, fue sembrada y aparecen los primeros frutos y flores.

Todos los ritos están dirigidos a la papa, la quinoa, la arveja y todo lo que esté floreciendo, y en algunos casos se esté cosechando. Se le conoce también como la fiesta o “floreo de la gente”, es el espacio de reproducción social de la comunidad. Son tres días de fiesta en la que aparece la organización espacial y social de los ayllus y en que se representa la adscripción y pertenencia a un grupo de parentesco y comunidad identificada por los antepasados.

La celebración del Anata se hace generalmente en el mes de febrero o comienzos de marzo, cuando las plantas están en pleno florecimiento. Como tiempo ritual, sagrado, se invoca a las divinidades andinas expresadas en cerros y zonas sagradas, los Apus, Achachilas, Uywires, Wakas.1

Por considerarse una época femenina es el momento propicio para la fertilidad de todo ser vivo. Las plantas de la papa florecen, dando a su tiempo el fruto esperado por la comunidad.

En el Anata se manifiesta la relación intrínseca en el mundo andino entre el Jaqi o Runa (persona), la naturaleza y las divinidades. Es un tiempo de renovación. Las relaciones sociales se restablecen, los ahijados visitan a los padrinos, los niños socializan con la comunidad, se realizan alianzas matrimoniales. Es tiempo de encuentro.

El Anata está asociado con el uso de instrumentos como tarkas, moseños y pinkillos. Las danzas ejecutadas están en directa relación con el instrumento. Dentro de los aguayos las personas portan los primeros productos de las chacras, seleccionando los mejores para ser challados, los cuales posibilitan la multiplicación en la cosecha.

En la celebración del Anata es primordial la ch’alla (rociar la tierra o algún elemento con alcohol) y la instalación de mesas ceremoniales en las cuatro esquinas de todo lugar. Este agradecimiento se extiende a todo el conjunto de la naturaleza, animales, casa, bienes. Todo lo circundante al Jaqi o Runa, las herramientas de trabajo, los productos agrícolas, la naturaleza, las cosas, adquieren vida, son seres que comen y beben.

Lanzar agua en Anata está relacionado con la fecundidad de la tierra, en las comunidades se juega con agua y también harina. La Pacha Mama necesita confites para satisfacer su hambre, realizándose mesas ceremoniales dulces. La serpentina y la mixtura son otros elementos fundamentales para esta festividad, simbolizando la continuidad, alegría, unidad y cooperación, pero sobre todo la hoja sagrada de la Mama Coca, la que nos permite relacionarnos con nuestras divinidades.

En algunas comunidades el Anata es representado por una figura masculina llamada Ño Carnavalón o José Domingo Carnavalón, dando cuenta del principio andino de la dualidad, el chacha-warmi (hombre-mujer), siendo el complemento de la Pacha Mama, el abuelo eterno. Su desentierro en el inicio de la fiesta representa el regreso de los antepasados. Es tiempo de fertilidad y hay que despedirlo con alegría.2

Pero hay algo más por exponer. Históricamente, el Anata que se realiza en el Cerro Blanco guarda una estrecha relación con el Anata oriundo del Valle de Azapa (ubicado en la XV región de Arica y Parinacota), desde que a principios de los 70’ agrupaciones de danza aymaras bolivianas junto a familias afro-descendientes organizaran el primer carnaval en dicho valle, que ya en aquel entonces tenía la figura del abuelo carnavalón o «espíritu de los cultivos», una suerte de jornalero o campesino de la zona. Cabe señalar también que estas primeras agrupaciones referirían sus nombres a los pueblos de origen en Bolivia, como es el caso de la agrupación Andino Sajama que alude a la provincia de Sajama, departamento de Oruro.3

Por otra parte, podríamos decir que el abuelo carnavalón, abuelo carnaval, o también conocido en otros lugares como el Ño carnavalón, visto con ojos de no creyente, es un mono hecho de paja, madera y otros elementos, con vestimentas de traje, un vestón y un pantalón de tela muy elegantes. Pero él, al levantarse de la tierra, es el que da comienzo tanto a los carnavales de los pueblos del interior de Arica como al del Cerro Blanco. Según la concepción andina, cada pueblo cuenta con su propio abuelo enterrado en algún cerro sagrado, debiéndose realizar un ritual en agradecimiento (denominado pawa) al desenterrarlo, vistiéndolo para los días que siguen de carnaval, y al acabar éste, enterrarlo nuevamente y permitirle descansar hasta el otro año. Comúnmente una agrupación denominada «alférez», suele hacerse cargo de la ceremonia de vestimenta para el abuelo, de comprarle un traje nuevo para este año, así como zapatos, sombrero, camisa, etc., si es necesario.4

En el caso del Anata del Cerro Blanco – Apu Wechuraba, el alférez de este año fue la fraternidad Caporales Centralistas San Miguel, agrupación con más de cuarenta años de trayectoria, que sostuvo durante los tres días de carnaval las diversas ceremonias, actividades, comidas, bebidas, higiene y aseo del cerro y centro ceremonial, además de acoger a las más de 500 personas asistentes y manteniendo así el espíritu del carnaval.5 El próximo año el nuevo alférez deberá desempeñarse en la misma función, sin esperar nada a cambio, en íntima reciprocidad con las demás agrupaciones, como ya es marcada tradición.

Todo esto ocurre en un territorio que al estar ubicado en el Valle del Mapocho y sus cercanías, alberga todo un universo de entidades sagradas que nos rememoran antiguos parajes donde convivían personas venidas del norte, pueblos andinos del kollasuyu, y pueblos del sur, mapuche. Lo que hoy se conoce como Santiago siempre constituyó un espacio intercultural. De hecho, en las laderas del Cerro Blanco en dirección poniente, se ubica el Qhapaq Ñana (o camino principal en quechua), el sendero que los pueblos del norte y sur usaban para cruzar el valle del Mapocho, en donde actualmente se ubica la Avenida Independencia y la calle Bandera.6

Hoy día, la celebración del Anata es parte de una política latente, en tanto proyecto y necesidad, que da cuenta por entre otros aspectos, de la apremiante necesidad del encuentro entre nuestros círculos de organización, de las muchas veces omitida compartición y alegría en nuestras relaciones, concíbanse estas políticas o no. Un valeroso programa que a través de la rigurosidad que conlleva el constante levantamiento de actividades, se consolida y defiende ante el hostigamiento de las instituciones de la vieja política y la ascendente represión hacia las comunidades.

No hay duda que en un país como el nuestro, convertido ya desde hace décadas en un laboratorio del neoliberalismo, la cultura constituye una aguda problemática en donde cada pormenor, dicho sea de paso, puede tornarse crucial. Es cuestión de entrever como ésta se desarrolla en el actual conflicto del Centro Ceremonial Cerro Blanco – Apu Wechuraba. Desde la hora en que sale el sol hasta que éste se pone, son fácilmente distinguibles dos culturas.

Por una parte, una cultura «desde arriba», que en el caso que nos ocupa, se muestra estática, incapaz de romper con el paternalismo y las concepciones de identidad dominantes, impuestas con sangre, tristeza y olvido, como lo son la nación o inclusive la de raza, cuya autenticidad ha sido reducida a certificados provistos por la misma República que desde su conformación, no ha hecho más que reprimir las comunidades indígenas. Vemos ahí el hecho trágico de que, como antaño, la política se antepone a la cultura —traducido esto en la maquinación partidista que amenaza la gestión del cerro—, proliferando así la indiferencia, la ambición y la traición en las relaciones humanas.

Por otra parte, en paralelo se robustece una cultura «desde abajo», que al ser dinámica se reinventa una y otra vez, aunándose de forma comunitaria, a partir del encuentro, del sentir, haciendo de este un catalizador ante las amarguras del día a día. Cultura que en el caso que nos convoca, inspiró tanto a quienes de manera eventual tocaron, bailaron o de alguna u otra fueron parte del Anata, como es parte de quienes desde hace dieciséis años han sido parte íntegra de la construcción a pulso y se han esfuerzan día a día en la manutención del Centro Ceremonial Cerro Blanco – Apu Wechuraba. En este caso se difícil distinguir el divorcio entre cultura y política o siquiera establecer un orden «táctico» entre ambas.

Con este telón de fondo, el CONACIN o Coordinadora Nacional Indianista se ha situado en el desarrollo y fomento de la cultura desde abajo, potenciando así no sólo la ancestral condición de punto de encuentro del Cerro Blanco, sino que hoy al mismo tiempo, la de resistencia.

De allí que a cuatro días de finalizado el Anata, el jueves 9 de marzo, fuese realizada la Mesa Indianista en la Aldea de La Paz del centro ceremonial, jornada en donde asistieron más de 100 personas, muchas en representación de diversas agrupaciones de danza, con el fin de hacer converger las formas de lucha en la restitución del comodato.

Del mismo modo, este jueves 16 de marzo se realizará una asamblea abierta a las 19:00 hrs. en la Aldea de La Paz del Centro Ceremonial del Apu Wechuraba, en donde han sido convocada a participar la Mesa Indígena de Recoleta, siendo este encuentro propicio para el diálogo entre los diversos actores involucrados, así como otra oportunidad para la colaboración de quienes de algún modo son conscientes del conflicto y la importancia en la defensa de las culturas desde abajo.

Notas:

1.Apu es el título de honor que significa ‘Señor’ y que se da en especial a los Achachilas y también al Dios cristiano.

Los Achachilas, junto con la Pachamama, constituyen la categoría más importante. Son los grandes protectores del pueblo aymara y de cada comunidad local. Como las montañas y los cerros, que son sus moradas, abrigan al hombre. Existe una relación filial entre los aymaras y los Achachilas, porque estos últimos son los espíritus de los antepasados remotos, que siguen permaneciendo cerca de sus pueblos. Supervisando la vida de los suyos, comparten sus sufrimientos y sus penas, y les colman con sus bendiciones. Los hombres les pagan por todo esto respetándoles y ofreciéndoles oraciones y ofrendas. Existen varias clases de Achachilas. Una primera clase la forman los Achachilas grandes, generalmente identificados con las más altas montañas de las cordilleras andinas, como por ejemplo el Illampu, el Illimani y el Sajama. Éstos son los protectores de todo el pueblo aymara y de todo el territorio ocupado por éste. Una segunda clase la forman los Achachilas, que son identificados con los cerros que rodean las comunidades; éstos son los espíritus protectores de las comunidades locales: así, cada comunidad tiene sus propios Achachilas.

Los Uywires (o uywiri) son los espíritus protectores locales, en especial del hogar y del ganado. Son también el nombre genérico para los distintos lugares sagrados que se encuentran dentro de los límites de una comunidad. Estos lugares son considerados como protectores de los habitantes, de los cultivos y del ganado.

El Waka es un espíritu protector de menor categoría. Su fuerza está presente en determinadas piedras que son respetadas por los campesinos. Los misioneros de la época colonial usaban la palabra waka para todos los seres sobrehumanos de los aymaras y sus representaciones.

Fuente: “Glosario”, de Hans van den Berg, 2005. Disponible en http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-33232005000100010 

  1. Transcripción directa del cartel puesto a la entrada del Centro Ceremonial, que explica según quienes componen éste mismo el significado del Anata.
  1. “Carnaval Andino en la ciudad de Arica: Performance en la frontera norte chilena”, de Andrea Chamorro, 2013. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-10432013000100004/
  2. “Época de carnaval: celebrando el mundo Aymara y derribando estereotipos en nuestras culturas ancestrales”, de Paula Jorquera, 2017. Disponible en: http://www.elmostrador.cl/braga/2017/02/26/epoca-de-carnaval-celebrando-el-mundo-aymara-y-derribando-estereotipos-en-nuestras-culturas-ancestrales/
  1. Fuente: Somos Cerro Blanco
  1. Santiago Jacha Marka: Danzas, cosmovisión, festividades y acción política en el espacio urbano. Compañía de Investigación y Danzas Andinas Taypi Aru. Editorial Quimantú, 2011.

II. Corso infantil en el Apu Wechuraba: la danza, la niñez y otras resistencias

Durante el pasado sábado 25 de febrero, en el Centro Ceremonial Indígena Apu Wechuraba1 del Cerro Blanco, se realizó un corso infantil organizado por la Coordinadora Nacional Indianista, más conocida como CONACIN, que actualmente agrupa a diversas agrupaciones de danza tales como Mankasaya, Kullabas, Bailes Chinos, temascaleros, además de machis y otros.2

Siendo CONACIN un crisol de distintas danzas, cosmovisiones, experiencias y sensibilidades políticas, hablar de danza para ésta es hacer referencia directa a su cultura de proveniencia, la ritualidad en la que se instala, el carácter de festividad que desarrolla, la música, la vestimenta, y por sobre todo los y las danzantes. Es más, podríamos decir que en cierto sentido las agrupaciones se han convertido en ayllus3, comunidades ya no transitorias como los conjuntos folclóricos (entendidos de manera simplista), sino más bien como comunidades de sentido, desde la reelaboración de la solidaridad y fraternidad a través del movimiento y los cuerpos4.

A partir de esta perspectiva –y dentro de la apretada agenda que suele mantener el CONACIN durante el año–, sería llevaría a cabo el corso infantil.

Pero cabe preguntarse, ¿qué es un corso?

Un corso se distingue de otras formas carnavalescas en tanto no posee un carácter homogéneo en el desfile, pues no se compone sólo de bandas, como lo sería una comparsa, sino que permite personas o agrupaciones no precisamente vinculadas a la danza, así como también da paso a toda una variedad de atuendos (no solamente pertenecientes a conjuntos folclóricos) tales como disfraces o caras pintadas, tal como lo sería en esta ocasión. Además, el corso se suele realizar en época de carnaval y esta no sería la excepción, pues habría sido previo a la Anata5 realizada el 3, 4 y 5 de marzo en el Apu Wechuraba.

¿Por qué, entonces, un corso infantil?

Puesto que para las agrupaciones de danza andina reunidas en el Apu Wechuraba es común observar como las niñas y niños suelen ser apartados de todas las presentaciones, reuniones organizativas o múltiples instancias consideradas solemnes, serias, formales o en estricto rigor, «adultas» en la sociedad, no siendo precisamente tales agrupaciones la excepción. De ahí a que durante La Comadre6 del pasado jueves 23, entre las diversas intervenciones realizadas por las compañeras, se señalase la necesidad de resolver dicha problemática, comenzando así por el corso infantil. No obstante, según también se marcaría el énfasis en que éste sería parte de toda una apuesta por sostener en el tiempo, orientada a las nuevas generaciones, considerándose al corso como el primero de muchos carnavales infantiles por realizar. Es así como durante el presente año se realizarían al menos dos talleres de danza infantil. Por un lado la Aldea Kenay o escuela masculina en las estaciones de otoño e invierno y por otro, la Aldea Sayen o escuela femenina en las estaciones de primavera y verano.

En otro aspecto, la puesta en marcha de semejante iniciativa da cuenta como la educación en torno a las culturas propias de Nuestra América, no puede resolverse ya a través de relaciones asimétricas en donde es el niño quien sigue y aprende, y el adulto, quien señala y enseña, y del mismo modo, como los saberes no pueden comprenderse sino a través del vínculo con la realidad y su subjetividad, el hacer mismo. De forma tal que, la transformación de las relaciones sociales y la vinculación con nuestras diversas raíces no sería ya una cuestión que atañería tan sólo a la responsabilidad de las personas adultas, poseedoras de conocimientos específicos o no, sino que tomaría en forma y contenido otros saberes, sentimientos e inquietudes, los que suelen marcar el paso del ritmo festivo que es la misma infancia, pero que se ven entorpecidos a diario por los desabrimientos, desigualdades y contrariedades de la educación actual en Chile.

Por otra parte, en cuanto al curso de la actividad, el pasacalle comenzaría en la Casa Andina, espacio en donde habitualmente se realizan ceremonias y rogativas, para posteriormente dirigirse al Jardín Machi, en donde los infantes interactuarían con una llama7 ahí presente, cruzando junto al Temascal y llegando finalmente al escenario del Apu Wechuraba, en donde comúnmente se suelen celebrar las presentaciones de danza y música de mayor envergadura. Posteriormente se retornaría a la Casa Andina para así realizar el apthapi8 y de forma paralela, los siempre entusiastas juegos de agua.

Por último, hay que señalar el corso infantil se llevaría a cabo en pleno conflicto con la gestión municipal de Daniel Jadue (PC), encontrándose actualmente el CONACIN ante la inminencia de un desalojo. Esto debido a que dos semanas luego de haberse celebrado el Inti Raymi el año pasado, la Coordinadora sería notificada del término en el comodato, a razón de un supuesto “incumplimiento de contrato”, puesto que el Centro Ceremonial Apu Huechuraba no habría contado formalmente con instalaciones de agua y luz. Paradójicamente, esto último le habría correspondido precisamente al SIRVIU o la Municipalidad.

Ante tal situación, se hace relevante tomar en cuenta como el CONACIN ha sostenido de manera autónoma por más de dieciséis años el Apu Wechuraba, levantando diversas instancias tales como carnavales, rogativas, comparticiones, talleres, etcétera, hasta el día de hoy, autofinanciándose para todo ello.

Es por ello que el jueves 9 de marzo se realizará una Mesa Indianista con todas las agrupaciones partícipes o relacionadas de algún u otro modo al centro ceremonial, de la cual resultará una propuesta de administración del cerro en su totalidad –y no una fracción del mismo como actualmente ocurre–, desde la visión de la autogestión y autonomía indígena.9

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Fotografías: Jorge Rosales

 

 

Notas

  1. El Cerro Blanco era ya denominado como Apu Wechuraba desde tiempos remotos. “Apu” en quechua vendría a significar un lugar o cerro sagrado, mientras que “Wechuraba” es una palabra en mapuzungún, que vendría a significar “de donde nace la greda”.2. Fuente: Periódico El Recolector3. El “ayllu” es un término de origen quechua al que suele asociársele por significado parentela, familia o linaje. Del mismo modo fue la unidad política, económica y social básica del Estado Inca, siendo conformado así por miles de familias. Los ayllus sin embargo no se conformaban por lazos puramente sanguíneos (como hoy podrían serlo las familias), sino que también por estrechos vínculos territoriales, espirituales, laborales, etcétera.

    4. Santiago Jacha Marka: Danzas, cosmovisión, festividades y acción política en el espacio urbano. Compañía de Investigación y Danzas Andinas Taypi Aru. Editorial Quimantú, 2011.

    5. La Anata es una festividad andina, realizada en el Apu Wechuraba […]

    6. Las Comadres son fiestas provenientes de Asturias, el Pueblo Vasco y otros lugares de España, que sería adquirida durante el proceso de colonización por comunidades andinas, cosmovisión andina alcanzando diversos territorios de América Latina, aunque manteniendo la esencia de una actividad de contención, catarsis y compartición, preponderantemente femenina.

    7. Actualmente la llama sigue siendo un animal fundamental para el desarrollo de la economía cotidiana, los mitos y la ciencia de las múltiples culturas relacionadas con el Altiplano andino.

    8. El apthapi proviene del vocablo apthapiña, que significa “recoger de la cosecha”. Se le suele denominar así a la costumbre de compartir alimentos entre los miembros de una comunidad, amigos o familiares se conoce entre los aymaras como apthapi y es una herencia de los pueblos nativos del occidente boliviano. Tiene además el objetivo de compartir, unir a las familias y también permitir a las comunidades reconciliarse con aquellas que se encuentran distanciadas por discusiones o problemas.

    9. Fuente: Periódico El Recolector

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Nómada

Guatemala: Las razones del amotinamiento de las niñas del hogar seguro

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Dos familiares se abrazan afuera del Hogar Seguro el 8 de marzo de 2017.
Fotos: Carlos Sebastián

Los adolescentes estaban sancionados por extorsión. Las niñas tenían objetos punzocortantes escondidos en el pelo. Agotamos el diálogo con las niñas. No podíamos aceptar un informe que dice que ese lugar es un gallinero en donde se tortura a los niños. Considero que la causa del amotinamiento, porque no les gusta la comida, no era válida. No hubo negligencia. No voy a presentar mi renuncia como Secretario de Bienestar Social. El Presidente ordenó anoche a la policía que encontrara y regresara a los 60 adolescentes fugados. El problema es que los jueces mezclan a los niños que han cometido delitos con niños abandonados por sus familias. Pedimos al Ministerio Público que investigue pero no responsabilizamos directamente a nadie. El Presidente no vino a participar en la conferencia porque está atendiendo asuntos urgentes de la nación. Se termina esta conferencia de prensa.

Así explicó el Gobierno de Guatemala a sus ciudadanos qué había ocurrido la mañana del 8 de marzo de 2017 cuando unas niñas y adolescentes se amotinaron en la casa hogar gubernamental en la que vivían. Las niñas se amotinaron y prendieron fuego a unos colchones en unas habitaciones para que las dejaran salir. No las dejaron salir y murieron calcinadas. En ese momento eran 19 las que murieron. Hasta ahora van 22.

El Hogar Seguro Virgen de la Asunción queda en una colina a 6 kilómetros del inicio de la Carretera a El Salvador, una de las zonas residenciales más exclusivas de la Ciudad de Guatemala. Está en el municipio de San José Pinula, rodeado por bosques y barrancos que han servido de escondite para más de 100 niños y adolescentes que escaparon durante el último año de lo que debería ser su casa pero consideran su cárcel.

Las niñas no se amotinaron porque no les gustara el sabor de la comida.

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The Electronic Intifada

Ser madre en Gaza

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Nesma es una periodista que vive en Gaza, y aquí nos cuenta su historia durante los bombardeos israelíes y cómo ahora le ha cambiado la visión de las cosas, cuando se ha convertido en madre.

El médico estudió los resultados de la prueba, levantó la cabeza y sonrió.

“Embarazada”, dijo. “¡Felicitaciones, usted está embarazada!”

Todo lo que pude añadir en respuesta fue: “¿Por qué?”

La alegría, la emoción y el miedo se enlazan dentro de mí. Mi marido y yo pronto íbamos a tener un bebé, llenando nuestra vida con amor y ruido.

Pero una tormenta de preguntas hizo estragos en mi cabeza. Inmediatamente empecé a temer que Israel nos bombardearía de nuevo.

¿Cómo podemos huir si eso ocurriera? ¿Cómo podríamos sobrevivir?

Estaba asustada y nerviosa. Los recuerdos de todas las guerras que había vivido toda mi vida renacieron y me dominaron.

Terror

A pesar de que soy trabajadora de los medios de comunicación, trato de evitar ver las noticias cuando Israel nos está bombardeando, para ahorrarme la visión de los cuerpos triturados, de las madres que lloran a sus hijos.

Cuando Israel bombardeó Gaza en noviembre de 2012, la televisión mostró una madre corriendo a la derecha y a la izquierda en un hospital después de haber visto los cuerpos de tres de sus hijos, y buscando al cuarto, pidiendo a todos a su alrededor si sabían dónde estaba el niño.

¿Es esto lo que significa ser una madre en Gaza?

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REDIAS Chiapas

San Cristóbal de Las Casas: Iniciativas para erradicar el trabajo infantil violentan derechos de niñas, niños y adolescentes trabajadores

Conferencia de prensa Martes 29 de Noviembre 2016 en San Cristóbal de Las Casas en respuesta al “Proyecto Andador”

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Comunicado:

Iniciativas para erradicar el trabajo infantil promueven criminalización, estigmatización e invisibilización de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores

  • Contradice lo establecido en la Convención de los Derechos del Niño (CDN) y la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Chiapas (LDNNACH) al violentar principios de interés superior y de participación.
  • El que millones niñas, niños y adolescentes en el país estén condenados a la pobreza, marginación y exclusión implica muchos factores y consecuencias que no han sido abordados de manera efectiva por el Estado. 

En el año 2013, el gobierno de Chiapas elaboró el Plan Estatal para Prevenir y Erradicar el Trabajo Infantil y Proteger el Trabajo Adolescente Permitido, creó una Comisión Interinstitucional para la Erradicación del Trabajo Infantil,  instaló dos Mesas Interinstitucionales para dar seguimiento a las acciones y creó el Sistema de Gestión y Atención del Trabajo Infantil (SIGAETI-CHIAPAS). Sin embargo, no publicó ningún informe de resultados sobre dichas estrategias. Sin una clara rendición de cuentas ni presupuesto asignado en la materia, en 2015 el estado recibió el distintivo “México sin trabajo infantil” de parte de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.

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Radio Zapatista

Nosotras por nosotros

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Marcha por Lucía Pérez. Foto tomada de: quedigital.com.ar

Por: Eugenia Gutiérrez, colectivo Radio Zapatista.
México, 25 de noviembre de 2016.

“El río nos dice cosas que ustedes no saben,
las ancestras tienen un poder que a ustedes les asusta
y a nosotras nos conforta…”

Karla Lara

HeForShe, ÉlPorElla, NosotrosPorNosotras. La campaña tiene distintos nombres y traducciones. Ha entusiasmado a varios cientos de miles en decenas de países. Lanzada formalmente el 20 de septiembre de 2014, la campaña buscaba recabar mil millones de firmas para 2015, pero la meta no se alcanzó, y ya no es tan importante. Propuesta por la ONU, la campaña está dirigida a los hombres, a su interés por la igualdad de género, así que los invita a firmar e impulsar acciones personales, familiares y colectivas a favor de las mujeres. Muy bien planificada, la campaña invita a sumarse en tres ámbitos fundamentales para el progreso: gobiernos, empresas y academias. El mapa interactivo que presenta sus resultados, diseñado en agradables variaciones de tonos del rosa, informa que México es uno de los países que más se ha comprometido con la iniciativa. Casi 200 mil hombres anuncian que han decidido transformar su forma de relacionarse con las mujeres, lo que coloca a México en el tercer lugar mundial de participación en la campaña. Abundan las buenas intenciones, la ética de las voluntades, tal vez. Pero cuando la Secretaría de Gobernación firma y celebra la campaña, desde un país donde nos matan cada tres horas surge la necesidad de leer la letra chiquita, ésa que tanto desagrada leer.

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Karla Lara

Crónica de la represión a COPINH, Honduras


Fotos: Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos de Honduras (color); David de la Paz y Javier Espinal (blanco y negro)

El pasado 20 de octubre una manifestación de la organización COPINH en Honduras fue brutalmente reprimida por la policía, a pesar de la presencia de niñxs, mujeres y ancianxs. La cantautora y activista social Karla Lara nos comparte esta conmovedora crónica de la represión.

También compartimos la cápsula radiofónica producida por Radio Guarajambala:
(Descarga aquí)  


¿TE MOLESTA MI AMOR?
por Karla Lara

“Mi mamá, mi mamá, dónde está mi mamá, a mi hermanito se lo llevaron en un carro, mi mamá, ay mamá, ¡dónde estás, mamá!”… Eran gritos, estaba en shock, corría de regreso en sentido al peligro, hacia los gases y los chepos enloquecidos que repartían toletazos y lanzaban piedras en medio de una nube blanca provocada por las lacrimógenas y los chorros de agua, la gente nos pasaba de lado corriendo, hacés pequeños intentos por ser solidaria pero vos también querés salvarte, y el humo te ahoga, “mamá, mamá, dónde está mi mamá, mi hermanito, se lo llevaron en aquel carro”, señalaba hacia un punto donde ya no había ningún carro. Entre el humo y la gente corriendo apareció la mamá, “ella es, ¡mamá!”, gritaba el niño, “mamá, se llevaron a mi hermanito en aquel carro”, él se desvaneció y un muchacho delgado le ofrecía al niño, que era grande y gordito, ¿te cargo?, yo te llevo, salgamos de acá, gritaban otros, la mamá se desmayó en ese momento, le echábamos agua en la cabeza, hasta un policía municipal le echaba aire, los compas intentaban levantarla. Era una escena desgarradora, yo intentaba torpemente hacer algo, le decía al niño que se calmara y que avanzáramos pero todos dábamos gritos, órdenes, intentos de hacer algo. En eso traían a la abuela Yolanda, me fui con ella, y ella conmigo, debo de haber pensado que ella me salvaría y que yo podía cuidarla a ella que no podría correr, o nos darían refugio, mezquindad, solidaridad, quién sabe qué es en esos minutos de la vida que se hacen eternos, los compas respondían a los chepos con gritos, con una que otra piedra de regreso, y no paraban, no dejaban de lanzar bombas y correr tras nosotros, para qué, ya habían desalojado el plantón.

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Radio Zapatista

Niñas del África herida

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Estudiantes de Chibok, Nigeria. Foto de la campaña “Que vuelvan nuestras hijas”

Haciendo Historia. Notas de Radio Zapatista. Nota 3.
Por: Eugenia Gutiérrez, Colectivo Radio Zapatista.

Ciudad de México, 28 de septiembre de 2016.

Hace unos dos millones de años que enderezamos el cuerpo y comenzamos a caminar. Bajamos de los árboles y apuntamos la mirada al horizonte. Esta forma nueva de ser libres, de atrevernos a mirar el mundo ocurrió en África, nuestra cuna y nuestro origen como especie. En este otoño del año 2016, las planicies que recorrió nuestra madre común tienen heridas profundas. A las hambrunas, guerras y pandemias de los siglos recientes, el dolor de África suma la nueva esclavitud que padecen sus niñas secuestradas.

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Radio Zapatista

La mala educación de la reforma educativa

Mural_zapatista
Mural zapatista. Foto tomada de: sanmarcosaviles.wordpress.com

Por: Eugenia Gutiérrez, colectivo Radio Zapatista.

México, agosto de 2016.

“Omnes omnia omnino”, propuso Juan Amós Comenio. Hace ya cuatro siglos que el profesor checo redactó su Didáctica Magna, abrió las escuelas a niñas y niños por igual y les diseñó una guía educativa divertidamente ilustrada para incentivar su sed de conocimiento, bajo el lema en latín de “todo, para todas y todos, totalmente”. Hace doscientos años que el maestro francés Joseph Jacotot aplicó el método de la emancipación intelectual que nos iguala. Hace más de cien años que la profesora italiana María Montessori, en medio de dos guerras mundiales, se percató de la importancia de crear espacios de estudio para la infancia, entendidos y construidos como casas de libertad y confianza. Pero el gobierno de México sigue reprobado en Historia, Ética, Lógica y Decencia. Siglos van y siglos vienen sin que las niñas y los niños puedan ejercer plenamente su derecho al conocimiento, pues hoy, más que nunca, los programas educativos se encuentran atados a intereses mercantiles.

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Frayba

Antonia, niña tzeltal, a un año de su muerte en desplazamiento forzado

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Foto: A un año de la muerte de Antonia (Miguel López Girón)

Antonia López Méndez, niña tzeltal, murió en desplazamiento forzado sin atención médica adecuada el 21 de febrero de 2015. A un año de su muerte, su familia retornó de manera temporal a su comunidad de Banavil, Tenejapa, Chiapas, para recordar su memoria según la costumbre como pueblos originarios.
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