
Autonomia y Resistencia
La Voladora Radio rechaza recibir apoyo del Instituto Federal de Telecomunicaciones
El OBSERVACOM falsea información, le exigimos nuestro derecho de réplica
Amecameca de Juárez, Estado de México, a 29 de junio de 2017.
El 21 de junio pasado, el Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia-OBSERVACOM difundió masivamente esta información falsa: “IFT da apoyo económico a radios comunitarias e indígenas en México”.
La noche de ese día, en respuesta dirigimos la siguiente carta a su presidente, solicitándole nuestro derecho de réplica, considerando que, además de su falsedad, dicha información proveniente del gobierno dañaba la imagen pública de las radios comunitarias.
Al no recibir respuesta, habiendo transcurrido el plazo legal, hacemos pública esta carta, reiterando nuestra exigencia, además de que La Voladora no ha recibido ni recibirá “apoyo” del IFT ni de ninguna otra institución, sino que ejercerá sus derechos en materia de publicidad oficial, desde luego con apego a su Código de Ética y sus principios fundacionales.
Atentamente
Colectivo de La Voladora Radio 97.3 fm
y La Voladora Comunicación, AC
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La Voladora Radio NO RECIBE “apoyo” del Instituto Federal de Telecomunicaciones
Amecameca de Juárez, Estado de México, a 21 de junio de 2017.
Apreciable señor Bruce Girard
Presidente
Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia-OBSERVACOM
P r e s e n t e.
El día de hoy circuló profusamente en la web el boletín electrónico que emite la entidad a su cargo, con el siguiente encabezado único, destacado tipográficamente: “IFT da apoyo económico a radios comunitarias e indígenas en México”.
Le escribimos en el ejercicio de nuestro derecho de réplica (previsto en el Artículo 6º de la Constitución mexicana), al considerar que dicho encabezado y parte del contenido que lo secunda son información falsa en nuestro agravio como radio comunitaria (lo cual fundamentamos también en el Artículo 3 de Ley Reglamentaria del Artículo 6o., Párrafo Primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Materia del Derecho de Réplica).
Son información falsa porque, como constatará:
1. La Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (Artículo 89) prevé que “los concesionarios de uso social”, incluidos los comunitarios, “podrán obtener ingresos” por “Venta de publicidad a los entes públicos federales, los cuales destinarán el uno por ciento del monto para servicios de comunicación social y publicidad autorizado en sus respectivos presupuestos al conjunto de concesiones de uso social comunitarias e indígenas del país…”.
2. El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) no ha dado “apoyo económico” alguno, ni nosotros lo aceptaríamos. Solo fue la primera entidad pública federal en asignar la suma equivalente al 1% de publicidad oficial a las concesionarias de uso social, si bien aún no recibimos la parte correspondiente de dichos fondos, debido a que esto sucederá cuando concluya la campaña de spots que nos fue enviada para tales efectos a principio del mes.
3. Esta disposición legal relativa al 1% es resultado de una conquista reciente del movimiento social por los derechos humanos, la libertad de expresión y el acceso a los medios de comunicación, del cual somos parte. ¡No es un “apoyo económico”, ni mucho menos “lo da el IFT”! Son fondos públicos asignados para de algún modo favorecer la materialización de un derecho humano!
4. Esta falsedad insostenible tiene su origen aparente en la fuente citada por el boletín digital del OBSERVACOM: la noticia del diario mexicano El Economista según la cual es el señor Erick Huerta, miembro del Consejo Consultivo del IFT, quien afirmó que se trata de un “apoyo”.
5. Lo anterior nos causa agravio también porque en la idiosincrasia patrimonialista, clientelar y asistencialista del ejercicio del poder público en México, “apoyo económico” puede equivaler maliciosamente a “dádiva”.
6. Nosotros no recibimos dádivas. Y aún esta forma legal mezquina de asignar fondos públicos a las radios comunitarias nos causa preocupación, lo cual motivó en abril pasado el envío de una carta formal a la Mesa Nacional de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias-México, de la cual somos parte todavía, y sus colectivos miembros, advirtiendo justo en torno al 1% “que de ninguna manera aceptamos negociaciones de AMARC Mx con instituciones vinculadas a la política de seguridad, considerándolo inaceptable especialmente de cara al entorno generalizado de violación de derechos humanos en México. Lo decimos atendiendo a un mensaje donde advierten sobre futuras negociaciones con, entre otras, la Secretaría de Gobernación”.
7. Contamos con que dicha Mesa Nacional, encabezada por el señor Héctor Camero, se pronuncie con severidad sobre esta versión infamante de “apoyo económico” ?dádivas?a las radios comunitarias, surgida aparente e indebidamente del señor Huerta y difundida, deseamos que no de mala fe, por el OBSERVACOM ?en verdad confiamos en que no sea una fake new.
8. Con base en lo expuesto en la presente carta, ciñéndonos a la Constitución y la ley federal citadas, le solicitamos atentamente el ejercicio de nuestro derecho de réplica, no solo publicándola en los mismos medio, formato, distribución virtual y destinatarios, sino reconociendo expresamente la falsedad de la información, así como la evidente falta de estándares de calidad editorial y ética que propiciaron esto.
Atentamente
Colectivo de La Voladora Radio 97.3 fm
y La Voladora Comunicación, AC
Don Trino, Xayakalan y el Concejo Indígena de Gobierno
Por Raúl Romero
La noche del 5 de diciembre de 2011, un grupo de 12 personas salimos de la Ciudad de México con rumbo a la comunidad nahua de Santa María Ostula, en Michoacán, México. El grupo estaba integrado por periodistas, activistas sociales y estudiantes. El viaje era parte de las muchas caravanas que por aquellas fechas organizó del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD).
Desde que salimos de la Ciudad de México fuimos escoltados, a solicitud nuestra, por una patrulla de la Policía Federal. Teníamos razones para demandarlo. En las semanas anteriores dos compañeros habían sido asesinados: Nepomuceno Moreno -un padre que buscaba a su hijo desaparecido- en Hermosillo, Sonora y Pedro Leyva Domínguez, perteneciente a la Comisión por la Defensa de los Bienes Comunales de Santa María Ostula y vocero de su comunidad ante el MPJD. Desde luego también nos sentíamos incómodos y temerosos: en nuestra experiencia eran las mismas fuerzas del Estado quienes antes nos habían reprimido y amenazado. Adoptábamos la medida supuestamente para “aumentar los costos políticos” en caso de que algo nos pasara.
El 6 de diciembre por la tarde, luego de haber viajado durante toda la noche y parte del día, paramos en Xayakalan, comunidad en resistencia contra el crimen organizado, las empresas extractivas y el Estado mexicano. Xayakalan se ubica a unos kilómetros de Ostula. Ahí convivimos con gente de la comunidad y Trinidad de la Cruz Crisóforo, Don Trino -uno de los principales líderes de la resistencia comunitaria-, nos explicó la importancia de la región para la economía nacional. Supimos así de lo estratégico que era tener el control del puerto Lázaro Cárdenas.
Luego de caminar a las orillas del mar y por los plantíos de jamaica, nos informaron que era momento de trasladarnos para Ostula, donde participaríamos como observadores de una asamblea comunitaria. No llegamos a nuestro destino final. La camioneta en la que viajábamos fue interceptada por 4 sicarios. Ellos, con el rostro cubierto y apuntando sus armas contra la camioneta, nos ordenaron detenernos y abrir las puertas. Yo estaba en el asiento de copiloto, así que me ordenaron descender. Estaba aterrado, no sabía cómo reaccionar; pero el disparo al aire de uno de ellos me hizo actuar automáticamente y obedecer.
Nuestros captores abordaron la camioneta e identificaron a Don Trino. Luego encañonaron al chofer y al resto nos amontonaron en la parte trasera. Ordenaron conducir por una ruta que al parecer ellos conocían bien. Empezaron las amenazas directas contra Don Trino, pero también la intimidación contra el resto del grupo. Cruzamos la carretera e ingresamos por una vereda que nos llevó a las orillas de un cerro. Para ese momento, la patrulla de la Policía Federal ya no estaba: nos había abandonado desde nuestra llegada a Xayakalan.
Al llegar a una zona donde la camioneta no podía avanzar más, nos ordenaron a todos y todas salir y tirarnos boca abajo. Nos quitaron los celulares y empezaron a interrogarnos. Algunos podíamos sentir los cañones fríos de sus armas sobre nuestras cabezas. La guerra, esa palabra compuesta de seis letras, cobró un sentido diferente aquel día. Y es que hablar de la guerra y vivir la guerra en el cuerpo, en carne propia, en el territorio, es completamente distinto.
Oímos como separaban a Don Trino del resto del grupo. Escuchamos como lo torturaban, los golpes, los lamentos. Entre los pocos enunciados que Don Trino podía articular a causa de la violencia, uno fue muy claro: “a ellos déjenlos ir, ya me tienen a mí”.
Minutos después, uno de nuestros captores se alejó para comunicarse por radio. A su regresó giró las instrucciones: nosotros debíamos abordar la camioneta en la que viajábamos, tomar la ruta que nos indicaron y no detenernos. Nos alertó de que seríamos vigilados por varias camionetas en nuestro trayecto: “Si se detienen, disparamos. Si avisan o hacen contacto con alguien, disparamos”. La amenaza también incluía un “hacerlos volar” en caso de no seguir las ordenes. Podíamos irnos, pero ellos se quedaban con Don Trino.
Al día siguiente, el 7 de diciembre, llegamos muy temprano a la Ciudad de México para enterarnos que habían encontrado sin vida y con huellas de tortura el cuerpo de Don Trino.
Don Trino no ha sido la única víctima de Santa María Ostula. En el Espejo 1 del Congreso Nacional Indígena (CNI) se cuenta como en toda la costa nahua de Michoacán, “la ambición sobre las riquezas naturales ha sido motivo desde el año de 2009 de 31 asesinatos y 5 desapariciones a manos de los Caballeros Templarios que dependen de la corrupción en las estructuras del mal gobierno, que han protegido el despojo de tierras comunales por supuestos pequeños propietarios que son a su vez cabezas del crimen organizado en la región, el saqueo ilegal de minerales y maderas preciosas para después ser exportadas por empresas trasnacionales chinas desde los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas que administra el mal gobierno”.
Ostula es prueba de ese triángulo devastador que forman el crimen organizado, las empresas extractivas y los gobiernos corrompidos; triangulo que hoy impera en casi todo el territorio nacional. Y digo “casi todo” porque es solamente ahí donde los pueblos y comunidades han decidido autogobernarse, hacerse cargo de su seguridad y justicia, y autoadministrar su territorio, donde ese triángulo no opera.
Por eso cuando el CNI llama “a los pueblos originarios y a la sociedad civil a organizarnos para detener esta destrucción, fortalecernos en nuestras resistencias y rebeldías, es decir en la defensa de la vida de cada persona, cada familia, colectivo, comunidad o barrio”, nos invita a construir algo mucho más profundo y radical que una candidatura.
En diferentes intervenciones, las y los compañeras del CNI han dicho que el objetivo de participar mediante una candidatura independiente en el proceso electoral de 2018, tiene el objetivo de visibilizar la guerra contra los pueblos y de dar cobertura frente a la intensificación de la represión por parte del Estado-Empresas extractivas-Crimen organizado. Igualmente, nos han señalado que el interés es articular, desde abajo y a la izquierda, una fuerza anticapitalista que se proponga, como objetivo a largo plazo, desmontar el capitalismo.
Al mismo tiempo, mediante la propuesta de un Concejo Indígena de Gobierno, el CNI nos invita imaginar y construir una forma nueva de gobierno para México, un gobierno colectivo en el que comunidades, municipios, estados y regiones se articulan y deciden, es decir, llevar a todo el territorio nacional la máxima de que el pueblo manda y el gobierno obedece.
Este 29 de junio se cumplen ochos años de la fundación de la encargatura Xayakalan. Ocho años de resistencia, de defender la vida frente a la muerte que el capitalismo impone. Xayakalan es ejemplo de dignidad rebelde, de esa que el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) quiere sembrar y articular por todo el país.
Ahora es el tiempo de los pueblos, de los y las de abajo. Es el tiempo de la rebeldía, de la vida. Toca juntarnos y seguir construyendo a lado del CIG ese otro mundo posible. Es nuestro tiempo. Quizás no haya otro.