EZLN
SUPONGAMOS, SIN CONCEDER… ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ
Ελληνική μετάφραση (Griego)
Traduction en Français (Francés)
Traduzione Italiano (Italiano)
Deutsch Übersetzung (Alemán)
Tradução em portugês (Portugués)
English Translation (Inglés)
Supongamos, sin conceder…
Agosto del 2024.
Supongamos, sin conceder, que usted puede imaginarse lo siguiente:
Usted nació en un pueblo originario. En una comunidad adquirió su lengua, su cultura, su modo. Todo esto lo hace diferente. Para la antropología oficialista, su lengua es “dialecto” y su pueblo es “etnia”. Usted es lo que los progresistas llaman “un indio”. No importa su color de piel, porque en cuanto empiece a decir algo, notará el gesto de desprecio de su interlocutor no indígena. Verá, también, cómo esa persona se lleva instintivamente la mano al bolsillo para darle una moneda. Esa persona dará por sentado que usted es inferior, ignorante, sucio, pobre, supersticioso, manipulable… y tonto. Pero, ni modos, así le tocó a usted nacer. No importa qué haga, nada hará cambiar esa actitud del otro. Así como culturalmente se es indígena, así también se es racista por cultura, aunque sea un racismo “cool”.
Ahora supongamos, sin conceder, que su pueblo originario de usted, su lengua, su cultura, su modo pues, es el Cho´ol, pueblo de raíz maya, que habita en los surorientales estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y Campeche.
Supongamos, sin conceder, que, como todos los pueblos originarios, usted ha sufrido desprecios, racismo, injusticias, golpes, engaños y burlas – además, claro, de desapariciones forzadas, encarcelamientos, violaciones y asesinatos -, sólo por ser quien es: un indígena cho´ol.
Supongamos, sin conceder, que usted sabe que una parte de los pueblos originarios en Chiapas, incluyendo del pueblo Cho´ol, es parte de una organización llamada ezetaelene (también conocida como “los zapatistas de Chiapas” o “neozapatistas”, o “transgresores de la ley” o lo que esté de moda), que se alzó en armas el primero de enero de 1994, en lo que llamaron “el inicio de la guerra contra el olvido”, y acabó así con el plan de Carlos Salinas de Gortari de un Poder transexenal (antes era el sueño húmedo del salinismo, y ahora lo es del morenismo).
Supongamos, sin conceder, que usted no es antropólogo ni historiógrafo oficialistas, es decir, que sabe que, durante siglos, los pueblos originarios han sido tratados por la modernidad (gobiernos y etapas distintas pero semejantes) con una mezcla de asco y pena ajena. Y que sabe que dichos originarios existen, viven y luchan más allá de libros, museos, destinos turísticos, artesanías y discursos gubernamentales.
Supongamos, sin conceder, que conoce usted que esos pueblos zapatistas están en rebeldía y resistencia porque han emprendido el camino de una construcción terrible y maravillosa: otro mundo, uno donde quepan todos los mundos.
Supongamos, sin conceder, que usted, como Cho´ol, tuvo la mala suerte de nacer y vivir cerca de la finca de un personaje poderoso.
Supongamos, sin conceder, que su nombre o gracia de usted es José Díaz Gómez, y está prisionero en una cárcel de Chiapas acusado de ser cho´ol y de… ser zapatista.
Ahora, cambiando de canal, supongamos que usted puede tener acceso a lo que se dice en juzgados, estaciones de policía y cárceles de Chiapas. No sin pena ajena usted escucha lo siguiente: “Es zapatista, de los que critican y no apoyan al presidente”. “El jefe va a estar contento de que castiguemos a uno de los conservadores que se niegan a ser salvados por la modernidad y el progreso (o sea la 4T)”
Ahora, supongamos, sin conceder, que su libertad de usted, cho´ol y zapatista, depende de múltiples factores: el humor del juez ese día, el ministerio público, la policía, los otros finqueros (es decir, además del que tiene su finca en Palenque), la necesidad que tienen hombrecitos grises de congraciarse con superiores que ni siquiera saben que existen.
Supongamos que usted conoce que una organización no gubernamental defensora de los derechos humanos (de ésas tan vilipendiadas por el supremo – junto a trabajadores de los medios de paga-), ha demostrado su inocencia de usted, y la parte acusadora ni siquiera puede presentar la mínima prueba en contra de su libertad -y de otros compañeros suyos que son perseguidos-. Pero es inútil porque usted no es inocente de los 2 crímenes por el que lleva casi 2 años preso: ser indígena y ser zapatista.
Ahora, supongamos, sin conceder, que usted va, simultáneamente, al zócalo de la Ciudad de México y contempla una estructura de hierro y cartón piedra que, se supone, sin conceder, es una réplica de una pirámide del pueblo maya.
Supongamos, sin conceder, que usted entonces reflexiona y concluye que eso es el indigenismo en México: una simulación de cartón piedra como homenaje a un pasado lejano (y manipulable en la historiografía oficial), y miles de injusticias “administradas” por el gobierno en turno, en contra de pueblos originarios en el presente. Para los gobiernos, los pueblos originarios son la materia prima para su fábrica de coartadas “históricas” … y de culpables.
Ahora, supongamos, sin conceder, que le han encargado a usted -dada su capacidad y, sobre todo, a que no es un cho´ol zapatista-, dar una conferencia magistral, en la escuela de cuadros de EL PARTIDO, llamada “La revolución de las conciencias en la Cuarta Transformación”.
¿Se sentiría usted mal? ¿Al menos incómodo? ¿Fuera de lugar?
¿O, como la mayoría de sus correligionarios, se diría “todo sea por el bien del movimiento y para que la extrema derecha no regrese”, “los zapatistas tuvieron su momento, pero ya pasaron de moda”?
¿Entonces usted podría concluir que, si no fuera indígena, si no fuera zapatista y si no fuera crítico del gobierno en turno, estaría libre y no habría perdido dos años de su vida?
Claro, todo esto suponiendo, sin conceder, que usted tiene imaginación, sensibilidad y sentido de la justicia.
Y, claro, que usted no es un sinvergüenza. O una sinvergüenza, (no olvidar la paridad de género).
Vale. Salud y dejad de mirar hacia arriba, la lucha por la vida está abajo.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
El Capitán.
Agosto del 2024.
P.D.- Todos los sistemas de justicia “modernos” son irreformables. Se basan en un supuesto que es desmentido cotidianamente por la realidad: “todas las personas son iguales ante la ley”. Y no, porque “quien paga, manda”.
¿RECOMENZAMOS? ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ
Traduction en Français (Francés)
Traduzione Italiano (Italiano)
Tradução em portugês (Portugués)
Deutsch Übersetzung (Alemán)
English Translation (Inglés)
فارسی (Farsi)
¿RECOMENZAMOS?
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde…?
(Romance Sonámbulo.
Federico García Lorca)
Sí, el viento y la montaña parecen conocerse desde hace tiempo. Podría decirles la fecha exacta, pero no viene al caso… o cosa, según. Puede que no se entienda esa firme pero aparente resignación o resistencia: la montaña en soportar uno y otro zarpazo; el viento en su aparente replegarse, darse por vencido para regresar luego. Siempre lo mismo, siempre diferente.
Pero no son estos atropellados requiebros los que le preocupan a la montaña. Ha visto peores, si es que le preguntan. No, las que le ocupan son las tormentas que llegan con trascabos, máquinas excavadoras, buscadores de minerales, empresas turísticas, fábricas, centros comerciales, trenes, gobiernos que simulan ser lo que no son, destrucción, muerte. En suma: el sistema.
Así que no sería de extrañar que lleguen a un acuerdo, montaña y viento. Después de todo, comparten la misma madre: Ixmucané, la más sabedora.
No, no les diré la fecha exacta de su primer encuentro. Pero digamos que se conocen de tiempo atrás, que el gesto escéptico y la mueca de desprecio de la montaña ante los primeros rayos y ventarrones es algo ya rutinario. Lo mismo la insolencia del viento al arrancarle a la montaña, a fuerza de lluvias, vientos y truenos, mechones de la verde cabellera. Los arañazos que con torpe pasión lanza el viento, heridas como zanjas acuosas, no alcanzan a atenuar el acre rechazo del monte. Se encuentran, se desencuentran, y, al cabo, terminan por abrazarse y despedirse sin promesas, ni confesiones. Una compleja relación que mucho tiene de aceptación y de rechazo. “Amor”, pues.
-*-
Dicen que dicen que cuentan que narra una leyenda aún por escribirse, que hubo una reunión y que a ella convocaron a la familia de Votán, guardián y corazón del pueblo. Y así dijo la montaña:
“Mis crías, las más queridas, ya viene lo que leyeron antes en mis pieles y cabellos. El viento hermano, el señor Ik´, trae noticias fieras de otra tormenta, la más mortal de todas. Ya lo sabemos. Y toca a toda la familia resistir y defender. Ustedes son los guardianes que fueron creados para proteger. Sin ustedes, morimos y sin sentido vagamos. Sin nosotras, ustedes se vuelven seres perdidos, con sólo vacío en su corazón y sin esperanza en su existencia. Cuenta el Ik´ lo que su corazón miró: que, en cielo y tierra, los animales comparten la inquietud y la zozobra.
Lo escuchan en el Cauca y en los barrios de Eslovenia. En el Japón y en Australia. En el Canadá y en SLUMIL K´AJXEMK´OP. En Noruega, en Suecia, en Dinamarca y en la Nicaragua que ni se rinde, ni se vende, ¡jamás! En La Polvorilla y en la herida que el tren transístmico, llaga supurante se hace en el corazón de los originarios que luchan. En las patrias que la guerra multiplica como desgracias y en quien tiene los Brazos Abiertos para socorrer al desvalido. En Ostula y en Groenlandia. En el Haití torturado y en los cenotes mayas mancillados por los rieles de la demagogia. En los desplazados y en el desalojado de la vida por la extorsión. En la @ libertaria que advierte, desde hace tiempo, que el Estado no es una solución sino un problema. En la niña palestina que con esa bomba recibió la incógnita de la vida… y la certeza de la muerte.
Así lo hablan al hermano pueblo Saami, al mapuche, al gitano con la casa a cuestas, al originario de todas las tierras y mares, a quien lucha y resiste en la tierra que se crece para arriba, al pescador que en el mar labra la vida. Se lo cuentan a niñas que entienden la lengua olvidada. A niños de mirada seria. A mujeres que buscan ausencias forzadas. A las personas ya de edad que maquillan sus cicatrices como arrugas dolientes. A quienes no son ni él ni ella y que se chingue Roma. A todos los seres humanos que, como el maíz, tiene todos los colores y en la mesa, el suelo, el regazo tiene todos los modos.
Pero no todos escuchan. Sólo quien mira lejos y hondo, entiende lo que esa palabra que habla Ixmucané, la más sabedora, dice y advierte.
Así que busquen el modo, mis crías. Y busquen el quién. Levanten la palabra con el señor Ik´ en una mano y mi corazón en el otro. Recuerden al mundo que la muerte y el mañana se gestan en las sombras de la noche. La luz se forja en la oscuridad”
-*-
Sí, se volvieron a encontrar el viento y la montaña. Pero esta vez fue diferente. La madrugada había alargado su llegada, sofocada tal vez por el calor, pero al primer rayo rajando el huapác, se presentó de inmediato con una lluvia como bofetada.
En la champa, el ruido de las gotas sobre el techo de lámina poco o nada permitía escuchar. Pero se alcanzaba a mirar con nitidez, gracias a la tambaleante benevolencia de un mechero, sobre la mesa -quemada y con briznas de tabaco húmedo-, un papel con múltiples rayones. En él, lo único que se leía con claridad era:
“La paciencia es virtud del guerrero”.
Vale. Salud y que la noche nos encuentre como es ley, es decir, despiertos.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
EL CAPITÁN.
Agosto del 2024.