Ciudad de México, a 25 de abril de 2017.- Hace un año, el 25 de abril de 2016 el periodista Francisco Pacheco Beltrán fue asesinado en las inmediaciones de su domicilio, en Taxco, Guerrero.
El corresponsal del periódico El Sol de Acapulco, editor de El Foro de Taxco y corresponsal de Capital Máxima 97.1 FM regresaba a su domicilio después de acompañar a un familiar a la Central Camionera de la localidad cuando fue interceptado y asesinado con disparos de arma de fuego.
Sumado a esto, en el último año la familia del periodista ha enfrentado una serie de amenazas e incidentes de seguridad que los obligaron a salir de Taxco en los días posteriores al asesinato de Francisco Pacheco.
El primero de ellos fue a través de un mensaje dejado en un negocio con el que la familia subsistía: “Es mejor que dejen las cosas así porque el que busca encuentra. La próxima vez va a ser uno de ustedes”.
En entrevista con ARTICLE 19, familiares expresaron: “Después de la amenaza yo doy aviso al Mecanismo, era jueves 5 y viernes 6, para que nos ayudaran con protección lo hice vía correo electrónico, no recibí respuesta. Llamé a la CEAV y a la Fiscalía porque queríamos desplazarnos, estas últimas me dicen que nos van a ayudar con una mudanza y una casa de seguridad y que esperara para haber que podían hacer…”
La respuesta fue que ese tipo de apoyo se encontraba fuera del alcance y que el Mecanismo se encargaría de contactarlos.
Durante la espera, el 9 de mayo la familia organizó una misa en honor a Francisco y una comida. Aproximadamente a las 12 de la noche escucharon que una persona corría y cortaba el cartucho de un arma en el patio de la casa. Ante la situación, se resguardaron en una de las recámaras de la vivienda y llamaron a la policía pero nadie llegó para apoyarlos.
Al día siguiente después de denunciar el hecho, un oficial de la policía ministerial acudió al hogar de los Pacheco. Mientras un integrante de la familia y el policía conversaban al exterior del domicilio, la esposa del periodista gritó que alguien estaba intentando meterse a la vivienda. Otros de los integrantes de la familia observaron a una persona intentando saltar hacia dentro de la propiedad. Ante la alerta, el agresor huyó.
A partir de estos hechos, la familia intentó comunicarse con urgencia con el Mecanismo Federal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
“Nunca respondieron a la alerta del botón de pánico así que les mandé correo para pedir que la solicitud fuera urgente y no un procedimiento ordinario. Les relaté todo y les mandé fotos de lo desprotegido de la casa. No respondieron.”
Finalmente, el 11 de mayo de 2016 la familia Pacheco dejó su domicilio escoltados por una patrulla durante aproximadamente 25 kilómetros debido a que no contaba con gasolina suficiente para ir más lejos. Todas las gestiones para dejar el lugar las realizaron a través de sus propios medios.
En lo que respecta al Mecanismo, fue en agosto de 2016 que les hicieron la evaluación de riesgo y acudieron a fines de ese mismo mes a exigir que les dieran medidas. “No querían darnos seguridad para nuestra casa en Taxco porque no habitamos ahí, pero ahí tenemos lo necesario para operar el proyecto periodístico de la familia, Policía Federal sólo nos dio acompañamientos con la condición de que lo solicitemos con 72 horas de anticipación y si tienen personal disponible. Y solo será de la línea estatal a la casa y si estamos en la casa será Policía Estatal de Guerrero. No confiamos en la Policía Municipal ni en la Estatal de Guerrero. Lo que sí es que a través de ellos tenemos atención psicológica, psiquiátrica.”
Respecto a la investigación, dijeron: “A la Fiscalía la hemos visto 3 veces. La última, en diciembre de 2016 nos regresaron las cosas: ropa, laptop y celular, y pidieron autorización para revisar la tarjeta del celular por comparecencia. Les preguntamos qué han averiguado y su respuesta fue que no hay nada, ‘la gente no quiere decir nada’. Se les entregaron periódicos con la últimas ediciones y se les dio la mayor información posible”.
Ellos giraron un oficio para que policía del estado donde vivimos nos dieran números de emergencia y dieran rondines aleatorios y solo los vimos cuando fueron a presentarse, hicieron una semana de rondines y ya no volvimos a saber de esa seguridad.”
Sobre la actuación de la CEAV expresaron que el 24 de marzo de 2017 los contactaron debido a que tienen una “queja en derechos humanos”. A 11 meses de la muerte de Francisco Pacheco les hicieron una evaluación socioeconómica y comenzaron a prestarles apoyo en gastos médicos y prometieron intervenir para facilitar una beca para uno de los integrantes del núcleo familiar del periodista asesinado.
La familia Pacheco considera que la atención y el seguimiento del caso por parte de las instituciones que han intervenido es “irregular e intermitente”. Además del complicado proceso de desplazamiento que han vivido y su relación con las dependencias encargadas de brindar apoyo, se han enfrentado al estigma social por su situación.
“Nos ha costado mucho, fue un volver a empezar. Acá donde vivimos la gente nos ha tratado de delincuentes, de narcotraficantes, que es una casa de seguridad. Hemos sido tachados en Taxco de ‘quien sabe que hizo (Francisco Pacheco) por algo lo mataron’. Todo es muy difícil vivimos preguntándonos por qué pasó, si no le debíamos nada a nadie, él (Francisco) veló mucho por la democracia.”
Como se enunció hace un año ARTICLE 19, el carácter crítico del trabajo de Pacheco Beltrán en la fuente de política local y policiaca es motivo para exigir el esclarecimiento de su caso a través de una investigación que dé prioridad a su actividad periodística. La inmovilidad de la investigación percibida por los familiares así como las condiciones en que han sido proporcionados los apoyos da la impresión que la apuesta oficial tiende a la impunidad y al olvido.
ARTICLE 19 exigió a las instituciones que se han visto involucradas en el caso de Francisco Pacheco que hagan lo conducente para proporcionar el soporte necesario a la familia del periodista asesinado considerando el riesgo al que han estado sometidos y los incidentes que han reportado en la época reciente. La inconsistencia u omisión en el cumplimiento de sus obligaciones revictimiza, vulnera y obstaculiza la búsqueda de justicia de parte de la familia Pacheco.
Finalmente, el recuerdo de la huella que dejó Francisco persiste en sus cercanos, quienes continúan con las actividades periodísticas que él ya no puede llevar a cabo:
“Antes del Foro, Francisco fundó Panorama Guerrense, como en el 1995, luego el Foro 2000, y después el Foro de Taxco y un día dijo que se haría diario. Viajó a Chicago con la Federación de Guerrerenses radicados en esa ciudad para hacer trabajo periodístico. Siempre dijo ‘Si hacen las cosas bien las voy a reconocer, pero si hacen las cosas mal las voy a decir’. Habló de la violencia en Guerrero, de cómo el gobierno desviaba recursos, él utilizaba pedir por transparencia cifras parte de cómo se documentaba y las últimas semanas estábamos siendo censurados al momento de distribuir el periódico. Él llegó a comentar que si salía de su pueblo sería con los pies por delante. Al final, así fue”.