Temas
Adagio-Allegro Molto en mi menor: Una realidad posible (tomado del Cuaderno de Apuntes del Gato-Perro)
Adagio-Allegro Molto en mi menor: Una realidad posible.
(tomado del Cuaderno de Apuntes del Gato-Perro)
“La locura es como la gravedad, ¿sabes?, basta con un pequeño empujón”
El Guasón en el papel de Heath Ledger (¿o era el revés?).
Nadie sabe a ciencia cierta cómo empezó todo. Incluso los Tercios Compas, que se dieron a la tarea de reconstruir los hechos, no pueden determinar el momento y el hecho exactos en que se inició lo que ahora les relataré.
Según una versión, el SupGaleano provocó todo. Según otras, el SupGaleano sólo lo inició, y fue el Subcomandante Insurgente Moisés el que siguió y completó.
El asunto es que el SupGaleano, en uno de sus textos, hizo referencia al hecho de que, en febrero de 2011, la periodista Carmen Aristegui preguntó, en una de las emisiones de su programa, si el entonces titular del ejecutivo, Felipe Calderón Hinojosa, padecía de la enfermedad del alcoholismo, y agregó que se debería informar a la Nación sobre el estado de salud del ejecutivo federal. Como represalia, la periodista fue despedida. Hasta ahí no había problema. Así fue y se puede consultar en la prensa ese hecho.
La bronca fue que, el SupGaleano agregó algo como: “La locura, como señaló un incomprendido conocedor del alma humana, es como la gravedad: sólo necesitas un empujón. Detentar el Poder es ese irresistible empujón que allá arriba todos anhelan y empieza con 3 simples palabras “aquí mando yo”. Si espera usted que alguien de los medios de comunicación cuestione si el actual ejecutivo federal padece de sus facultades mentales (lo que sea de cada quien, no dijo “está loco”), espere sentado; porque nadie se va a atrever a hacerlo”.
Al día siguiente, en ese faro de luz cuasi divina que son las conferencias matutinas del probable demente, una persona de la prensa se atrevió a preguntarle qué pensaba de eso. El interpelado guardó silencio, hizo gestos faciales que mostraban su enojo, y dio por terminada la rueda de prensa sin haber acabado de explicar el por qué obedecer los mandatos de Donald Trump le había traído grandes beneficios al país. Nunca aclaró a qué país se refería.
Según el encargado de Comunicación Social de la Presidencia, el jefe (así dijo) se había sentido indispuesto debido a una probable congestión estomacal, producto de algún alimento en mal estado.
A la mañana siguiente, ya repuesto, el máximo jefe (así lo presentó el encargado de Comunicación Social), dijo que, para él, quienes se presentan como de izquierda radical no eran sino unos radicales de derecha que se escondían tras un pasamontañas y sólo mantenían su movimiento en 4 municipios del suroriental estado mexicano de Chiapas, y eso gracias al apoyo económico que recibían de los Illuminati; y que “el Marcos” (así dijo) en realidad estaba en Francia. En Paris, para ser más precisos, según los datos que él tenía.
El SupGaleano respondió con un escrito donde describía la Plaza Pigalle con una minuciosidad que ni la guía Michelin, señalaba la paradoja de que el pecado carnal estuviera tan cerca de la Sacré-Coeur que corona Montmartre, y se disculpaba por no dar más datos, debido a que se dedicaba al “oficio más antiguo del mundo” (así dijo) y tenía que atender a la clientela. Algunos dicen que el Sup anexaba una foto donde lucía sus hermosas y bien torneadas piernas. En las redes sociales de la 4T alegaron que estaban photoshopeadas y que ni que estuviera tan bueno “el cara de calcetín” (así dijeron) –aunque más de una, unoa, guardó la imagen en la carpeta que advertía “No abrir en caso de mi muerte”-.
En la mañanera siguiente, el máximo líder tuvo un leve toque de autocrítica. Aclaró que no estaba en París (el Sup se entiende), sino en Grecia, según sus datos. En la Isla de Lesbos para ser más precisos. El SupGaleano respondió con otro texto describiendo las condiciones en que los migrantes ilegales se trasladaban a Europa… huyendo de las guerras alentadas por los gobiernos europeos.
Un día y una corrección más en la conferencia de prensa matutina: “el subcomediante” (así dijo el líder) en realidad estaba, según sus datos, en Australia. En Sidney, en la playa Lady Bay Beach, para ser más precisos.
El Sup contestó con un poema cursi, supuestamente de su autoría, que en una parte decía: la sombra que en el mar se diluye/ como si en luz muriera/lejanos y húmedos los desvelos/presente la esperanza seca… y con una foto que la decencia y las buenas costumbres me impiden describir. Sólo puedo decir que el Sup tenía puesto el pasamontañas, su gorra y su pipa y ya (¿si me entienden? Oh pues).
El supremo, esa misma tarde, estalló y tuiteó que le estaban colmando la paciencia (al Supremo, se entiende), y que tenía lo necesario para poner orden en “Chapas” (así escribió) y acabar de una vez con “las fantochadas del cara de estambre” (así dijo). En NOTIMEX corrigieron “en Chiapas”, y en las redes sociales, alguien tuiteó con timidez: “¿Pues no que estaba en Francia-Grecia-Australia?”
En la mañanera, el iluminado se fue con todo: dijo que él, el verdadero, tenía la sagrada misión de preservar el paso incontenible de la 4T y que “todas las opciones para lograrlo las tengo en mi mesa de tocador”. En NOTIMEX corrigieron y en la transcripción pusieron “en mi escritorio de trabajo”.
La weychafe mapuche Moira Milán presenta su primera novela “El tren del olvido”
Este próximo miércoles, 14 de agosto, la weychafe mapuche Moira Milán presentará en Buenos Aires su primera novela, El tren del olvido, publicada por la Editorial Planeta.
En la novela, Llankaray cuenta la historia de su bisabuela Fresia Coliman y de su abuela Pirenrayen, nacida en 1900 en la Puelwillimapu, la Patagonia. Sangre mapuche y tehuelche corre por las venas de la narradora, que ha decidido dar testimonio de su comunidad y de sus raíces indígenas, para que la memoria le gane la partida al olvido que quieren imponer los promotores del progreso. Con el fin de extender el ferrocarril por el sur argentino, una compañía inglesa lleva adelante la apropiación del territorio mapuche, y las familias se ven obligadas a abandonar sus rukas en busca de otros lugares donde asentarse.
En la misma época, en Irlanda, nace y crece Liam O’Sullivan. De niño juega en las vías del tren y sueña con ser ingeniero ferroviario. A pesar de las diferencias históricas y culturales que los separan, Pirenrayen y Liam son testigos, en sus respectivos territorios, de la opresión que padece su gente bajo el avance del poder británico. Tras un enfrentamiento con la policía inglesa, Liam debe exiliarse y se embarca hacia la Argentina. En ese punto, los pasos de Pirenrayen y de Liam comenzarán a acercarse.
El tren del olvido es, a la vez, una conmovedora historia de amor y el relato de un pueblo valiente, que no está dispuesto a rendirse. Brillante debut de Moira Millán como escritora, de esta weychafe —guerrera y cuidadora de su pueblo— dueña de una fructífera imaginación y de un lenguaje cargado de simbolismo y poesía.
Moira Millan nació el 20 de agosto de 1970 en El Maitén, provincia de Chubut. Es hija y nieta de ferroviarios. En 1992, junto con su hermano Mauro Millán, fundó la Organización Mapuche-Tehuelche 11 de Octubre. Su acción logró evitar desalojos y la recuperación de los territorios de varias comunidades. En 2002, formó parte de las luchas y marchas contra la megaminería en la Patagonia. En Esquel, provincia del Chubut, fundó en 2011 el Movimiento Lucha por Trabajo (MLT). En 2013-2014, inició una caminata por la Argentina para convocar a todas las hermanas a movilizarse, lo que dio origen a la primera Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir realizada en 2015. Un año después, la MMO se consolidó como una organización gestora de derechos. En 2018, la autora organizó el Primer Parlamento de Mujeres Indígenas, donde se acordó llevar adelante la campaña por la plurinacionalidad del encuentro de mujeres. En los últimos años, su activismo cobró mayor visibilidad a raíz de la fuerte represión que tuvo lugar en la Patagonia. Por su continua participación en la defensa del pueblo mapuche, recibió reiteradas amenazas contra ella y su familia.
Como representante de su comunidad, Moira Millán ha dado conferencias y seminarios en diversas universidades del mundo. En su faceta creativa, ganó en 2012 la tercera edición del Concurso DOCTV Latinoamérica como coguionista de Pupila de mujer, mirada de la tierra, que permitió la realización del documental protagonizado por ella y dirigido por Flor Copley. Participó con su texto «Ausencia de la voz indígena» en el libro colectivo Ni una menos. Vivxs nos queremos (Milena Caserola, 2015), compilado por Karina Bidaseca. En 2018, ganó el Certamen Periodístico Internacional de Intercontinental Cry sobre temáticas indígenas con su artículo «La maternidad mapuche en tiempos de Benetton», publicado después por la revista Incomindios.


































