Las Abejas solicitaron a Jan Jarab intervención de la ONU para reconocer al Estado mexicano como responsable de la Masacre de Acteal.
49 velas, 49 cruces, que representan 45 personas más 4 no nacidas masacradas por paramilitares el 22 de diciembre de 1997, en la misma ermita donde rezaban y ayunaban por la paz, en Acteal, Chiapas, es el escenario donde se recordó el crimen de lesa humanidad. En este sitio sagrado Jan Jarab, representante de la Organización de las Naciones Unidas en México, escuchó los testimonios que duelen en la memoria pero se hacen necesarios para continuar la reivindicación de justicia.
En la víspera a 20 años de impunidad, víctimas sobrevivientes de la Masacre de Acteal e integrantes de la Organización Sociedad Civil las Abejas narraron ante la ONU la verdad que el Estado mexicano intentó negar y continúa ocultando: graves violaciones a derechos humanos como estrategia contrainsurgente en la región Altos de Chiapas.
Guadalupe Vásquez Luna, sobreviviente, leyó el escrito entregado al representante del organismo internacional de derechos humanos: “Señor Jan Jarab, como víctimas sobrevivientes de La Masacre y miembros del pueblo tsotsil estamos cansadas y cansados de tanta injusticia, humillación, desprecio y discriminación de parte del Estado mexicano. A pesar de ello, nos hemos propuesto junto con otros pueblos originarios el de construir Otra Justicia, digna y humanizada. No sabemos cuántos años más deben pasar para conocer la verdad y ver la justicia. Acteal sigue siendo una herida abierta, en México no hay justicia. La dilación es discriminación.”
Las Abejas de Acteal solicitaron a la ONU: Su intervención para que la injusticia en este crimen de lesa humanidad no siga prolongándose; para evitar la repetición de hechos; que Acteal sea reconocido como un sitio de memoria y esperanza; que se reconozca al Estado mexicano como responsable de la masacre.
Jan Jarab durante su visita a Acteal, el 21 de diciembre de 2017, expresó que la ONU tiene como prioridad los derechos de los pueblos originarios y la lucha contra la impunidad.
Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal
Municipio de Chenalhó, Chiapas, México.
22 de diciembre del 2017.
Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo Indígena de Gobierno
A las y los defensores de los derechos humanos
A los medios de comunicación nacional e internacional
A la Sociedad Civil Nacional e Internacional
Hermanas y hermanos:
En el marco de la conmemoración de los veinte años de la Masacre de Acteal y veinticinco años de lucha y organización, visibilizada en nuestra Campaña Acteal: Raíz, Memoria y Esperanza, recordamos con dolor pero con dignidad que un día como hoy 22 de diciembre de 1997, paramilitares priístas y cardenistas de Chenalhó creados, financiados, entrenados armados y protegidos, tanto por el Poder Ejecutivo como por el Ejército Federal en el marco del Plan de Campaña Chiapas 94, administrado por el entonces Presidente de México Ernesto Zedillo Ponce de León, masacraron con saña, premeditación y alevosía a 45 hermanas y hermanos nuestros más 4 hermanitos y hermanitas nuestras.
En este marco de la conmemoración de los veinte años de la Masacre de Acteal nos encontramos con la noticia de que el mal gobierno de Enríque Peña Nieto ha hecho una ley anticonstitucional para que su Ejército Federal pueda seguir cometiendo ahora “legalmente” graves violaciones a derechos humanos. Este gobierno criminal, no le bastó legalizar su despojo de nuestras tierras y territorios con sus reformas estructurales.
Con la aprobación de esta Ley de Seguridad Interior, el mal gobierno confirma su guerra de exterminio en contra de los pueblos indígenas y no indígenas, como lo aplicó en Acteal.
La Masacre cometida aquí en Acteal, fue en contra de un pueblo tsotsil, pacífica y organizado, el Estado mexicano a través de sus paramilitares nos quería exterminar, acabar con la semilla de nuestra cultura de paz y de autonomía. Así se ha confirmado en el Estudio de Impacto psicosocial de la Masacre de Acteal realizado por el Dr. Carlos Martín Beristain cuando refiere la violencia contra las mujeres embarazadas, lesionadas con machete, son una expresión última del objetivo de la masacre, y su componente simbólico un ataque contra el mismo sentir de la vida de las mujeres, las comunidades indígenas y las nuevas generaciones. Mostrando el ensañamiento con que se llevó a cabo el ataque.
Enclavado en el municipio de Chenalhó, en la región de Los Altos de Chiapas, México, a unos 70 kilómetros al noreste de San Cristóbal de Las Casas, se encuentra el núcleo de La Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal (Las Abejas, una organización indígena que tiene su origen en el año de 1992 en lo Altos de Chiapas. Posee un alto sentido religioso y su acción es pacífica manifestada a través de la justicia, la peregrinación y el ayuno. Las Abejas tienen una lucha profunda de construcción de autonomía que se manifiesta desde el trabajo por su propia comunicación, proyectos económicos como la cooperativa de mujeres bordadoras, o la caja de ahorro de la organización. Se organizan a través de coordinares y representantes de la organización quienes deciden su caminar en asamblea junto con la mesa directiva de la organización que se rota anualmente.
Al Pueblo de México
A los organismos de derechos humanos e instancias humanitarias
Como colectivo de organismos y personas de la sociedad civil, hemos conocido y revisado la sentencia emitida por el Lic. Claudio Aníbal Vera Constantino, Magistrado del Tribunal Unitario Agrario, Distrito 03 de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, dentro del expediente 781/2005, suscrita y certificada desde el día 06 de noviembre del presente (unos días antes de la agudización violenta del conflicto), y notificada a las partes -Autoridades Comunales de Chalchihuitán y de Chenalhó- y hecha pública hasta el día de antier, 13 de diciembre (un mes y una semana después de emitida, ya escalado el clima de agresión y violencia del citado conflicto).
Respecto a dicha sentencia -cuya histórica problemática agraria, irresuelta de fondo con apego a justicia y a derecho, ha constituido el pretexto central para desatar un clima de extrema violencia y, a la vez, encubrir acciones e intereses ilegítimos de muy alta peligrosidad-
CONSIDERAMOS:
1° Que en su ambigua forma, el manejo de los tiempos y su débil contenido, dicha sentencia, más que apegarse a un verdadero análisis y fundamentación histórica y jurídica en materia agraria del caso, más bien parece ser producto de un cuidadoso cálculo político, que pretendería la administración del problema, respondiendo a los tiempos políticos de las actuales administraciones estatal y federal;
Acteal, Chiapas Este miércoles, 20 de diciembre, comenzó la jornada “Acteal: Raiz, Memoria y Esperanza” conmemorando los XX años de la masacre en este sitio.
Comenzó a las 8 de la mañana con el registro de los asistentes, para que después del desayuno se diera la bienvenida por parte de la Mesa Directiva mostrando el agradecimiento por estar con ellos y recordando la masacre de Acteal, que este año se cumplen 20, pero tambien 25 del caminar de Las Abejas.
Se presentaron las personas asistentes donde confluyeron personas de distintas partes de México y otros paises, como España y Chile. Continuando con las actividades se realizó el rezo tradicional por parte de ancianas y ancianos, ya que ésta es la manera de mostrar su caminar con dios y la virgen; para dar continuidad, el Coro de Acteal “Las Abejas” realizaron cantos de lucha, a la par se comenzaban dos murales, uno del emblema de Las Abejas por parte del colectivo Chikinte y el otro sobre la campaña “Acteal: Raiz, Memoria y Ezperanza” por parte de Koman Ilel.
Más adelante se reprodujeron algunas canciones de la cantante Marisol Yañez y, en la misma escena musical, el grupo La Esmeralda tocó, entre otras canciones “La cumbia de las abejas”, para así después, hacer un descanso e ir a comer.
Se continuó con las actividades pasadas las 3 de la tarde con poesía y dando lectura a una entrevista de los sucesos previos y durante la masacre del 97: “les dijimos a las mujeres que se esconden, lo aceptaron, fueron a esconder en las iglesia; los niños lloraron porque tenían miedo a los paramilitares que vestían como militares, eran de diferentes comunidades”.
La compañera María del Pilar Gimeno Domench presentó la obra de clown: Mans Balladetes. Y por último, las actividades del día de hoy concluyeron con tres documentales:
Acteal, Nunca más, a cargo del área de comunicación
La verdad sea dicho, también por el área de comunicación
Guerra de baja intensidad, por Marisa del Colectivo Chikinte
La jornada continuará mañana 21 y concluirá el viernes 22, fecha en la que se rememora la masacre.
Escucha audios de la transmisión de Radio Almantal:
Continúa precariedad y vulnerabilidad de población desplazada forzadamente de Chalchihuitán
10 personas de Chalchihuitán, Chiapas han perdido la vida en desplazamiento forzado, a causa de las condiciones de hambre, frío y estrés, debido a la omisión del gobierno de Chiapas por no brindarles atención adecuada. Son muertes evitables informó la brigada médica que visitó los campamentos del 11 al 16 de diciembre. 4 adultos mayores, 1 mujer adulta, 1 joven, 3 menores (2 eran mujeres) y 1 muerte fetal.
Hace dos años, el 16 de diciembre de 2016, los ejidatarios de Tila, cansados de un siglo de atropellos, decidieron tomar el rumbo de sus vidas en sus manos y expulsaron al Ayuntamiento, impuesto ilegalmente en su territorio desde mediados del siglo XX, recuperando las 130 hectáreas que durante décadas el gobierno municipal les trató de arrebatar.
Desde entonces, el ejido de Tila se ha vuelto ejemplo de lo que es posible hacer cuando el pueblo se organiza. Desde hace dos años, el pueblo organiza su guardia comunitaria y la delincuenca, antes solapada por el ayuntamiento, disminuyó visiblemente; se organiza la recolección de basura con contribuciones de la propia población; se instauró un sistema de justicia propia; se administran todos los servicios; se organizan festividades. Y en todo esto, la máxima autoridad es la Asamblea. Así, Tila ha demostrado que sí es posible crear un gobierno donde “el pueblo manda y el gobierno obedece”.
Es por eso que la visita del Concejo Indígena de Gobierno a Tila es tan significativa. “Queremos decirles que los admiramos, que los respetamos”, dijo el concejal Hernán. “Éste es el sueño que desde nuestras comunidades hemos venido soñando. Que un día como éste el pueblo de México se despierte (…) Que los pueblos tengan su libre autodeterminación, que sean los pueblos quienes nos mandemos.”
“Para el Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno”, dijo Marichuy, “hoy es un día importante en la memoria de los pueblos originarios de este país, ésa que se hace soñando y luchando por el fin de la guerra de exterminio y el inicio de una nueva conciencia.”
En Tila la memoria está muy viva, es lo que da fundamento al caminar, lo que orienta la dirección de los pasos por venir. Es por eso que hay un tal respeto por los abuelos, quienes lucharon durante décadas contra el despojo. Fue en la década de 1920 que los abuelos iniciaron una lucha épica que no se olvida. Durante 37 años viajaron una y otra vez a Tuxtla Gutiérrez, a cuatro o cinco días a pie, cargando su pozol y tostadas, para solicitar la regularización de sus tierras como ejido. Una odisea difícil de imaginar pero que está grabada en la memoria del pueblo de Tila, y que resultó finalmente en una Resolución Presidencial que reconoció la propiedad ejidal de las 5,405 hectáreas, de las que habían sido despojados por finqueros extranjeros desde los tiempos de Porfirio Díaz.
“Nosotros estamos caminando con la compañera María de Jesús”, dijo la concejala Antonia, “para llevar la voz de los abuelos, porque los grandes, los de arriba, nos querían acabar. Pero no nos acabaron. Quedó nuestras raíces (…) Nos quisieron acabar pero nunca nos van a acabar. Vamos a florecer, van a salir las hojas que cortaron; las ramas que mataron, van a volver a retoñar.”
“Saludamos a los abuelos porque nosotros sí sabemos respetarlos”, dijo el concejal Hernán.
A mediados del siglo XX los mestizos se apoderaron del Ayuntamiento. El gobierno, que antes se regía por usos y costumbres, pasó al régimen de partidos políticos. Empezó a cobrar impuestos por la tierra y a apropiarse de los bienes y servicios, antes administrados por la asamblea ejidal. Pero no sólo eso: durante los años más duros de la política contrainsurgente después del levantamiento zapatista, el Ayuntamiento sirvió como base de coordinación de los grupos paramilitares, en particular “Paz y Justicia”, uno de los más violentos de la década de 1990 en Chiapas.
Es por todo eso que el pueblo se levantó hace dos años y expulsó por su propia cuenta al Ayuntamiento de su territorio, a pesar de las grandes presiones y amenazas en su contra.
En su visita a Tila, Marichuy hizo un análisis de la relación entre violencia paramilitar y narcoparamilitar (la misma violencia que sufren ahora los pueblos de Chalchihuitán y Chenalhó en Los Altos de Chiapas) y la violencia militar, y criticó duramente la recién aprobada Ley de Seguridad Interior (lee sus palabras completas aquí).
Para violentarnos, la ocupación militar se apoya con paramilitares y sicarios. Si pedimos seguridad y ayuda nos mandan más militares y el número de presos por defender sus derechos, muertos y desaparecidos aumenta de inmediato.
A esa agresión política, económica, militar, paramilitar y narcoparamilitar en nuestra contra que cada día genera despojo, miedo, terror y luto, le llamamos guerra, la misma que ahora con su ley de “seguridad interior” pretenden extender a todo el país.
Para los gobiernos capitalistas que mandan en el mundo de arriba, los seres humanos pensando, actuando y organizándonos somos problemas de seguridad interior, ya no sólo los pueblos indígenas, sino todas las sociedades urbanas y campesinas. De ese tamaño es el descontento que los de arriba prevén porque de ese tamaño es la embestida que engendran.
Ante esto, el Concejo Indígena de Gobierno ha repetido una y otra vez que la única respuesta viable es la organización. Y con ella, la seguridad y la justicia autónomas. “Sólo de esa manera, haciendo que el pueblo mande y nuestras fuerzas de seguridad obedezcan, es que hemos podido acabar con el terrorismo de Estado y de las bandas de la delincuencia organizada.”
La montaña y costa de Guerrero, Cherán y Santa María Ostula en Michoacán, el ejido de Tila en Chiapas y desde luego las comunidades zapatistas… ejemplos de que otra justicia, otra seguridad y otro gobierno son posibles.
Muy significativamente, el Concejo Indígena de Gobierno, acompañado por las autoridades de Tila, hablaron desde un templete instalado en el llamado “Casino del Pueblo”, el antiguo edificio que servía de gobierno comunitario, a espaldas del ahora destruído Ayuntamiento, situado al lado opuesto de la plaza. Es el gobierno indígena, colectivo, horizontal, de abajo, que ejerce el “mandar obedeciendo”, renaciendo con la fuerza de la memoria y la organización.
En estos momentos se encuentra en la zona una brigada conformada por personal de salud de dos organizaciones no gubernamentales de Chiapas: Salud y Desarrollo Comunitario (SADEC) y Casa de la Mujer Ixim Antsetic (CAM), quienes desde hace muchos años colaboran con el Programa Interdisciplinario “Desarrollo Humano” de la UAM. Este grupo está dando continuidad a la brigada médica de la misión de Bachajón y a la misión de observación de derechos humanos, por lo que a partir del 4 de diciembre a la fecha se ha tenido presencia en la región de diversas organizaciones.
Una vez que la brigada arribó al sitio de conflicto el día 11 de diciembre confirman la precariedad y vulnerabilidad en la que se encuentra la población, afectando en mayor medida a niños, mujeres y personas de la tercera edad, “el frío es tremendo y la gente duerme debajo de plásticos que no los protegen, están muriendo de enfermedades que podrían evitarse”. De acuerdo a informes de la brigada, en los campamentos se vive con un miedo intenso, ya que “en la noche se oyen disparos de arma de fuego, por lo que grupos desplazados permanecen durante el día en lugares públicos, como son un templo o la cancha deportiva, pero en la noche prefieren dormir refugiándose en la montaña”.
Dos situaciones que complican el escenario son el clima y el estrés progresivo, éste derivado de la incertidumbre y el hostigamiento que vive constantemente la población, afectando seriamente a personas con enfermedades crónico degenerativas, llegando incluso a la muerte, la más reciente, María Domínguez Gómez de 57 años, quien padecía diabetes y falleció el 13 de diciembre, por neumonía.