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Radio Zapatista

¿Y entonces, quiénes? – Día 5, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

En su segundo turno a la palabra, la joven concejal tsotsil Lupita Vázquez inició el recuento de su experiencia de los últimos meses con una aparente contradicción que suena a ejemplo de las avenidas hacia la libertad evocadas por Paul Theroux al conocer hace unos días el caracol de Oventik: “He aprendido mucho y al mismo tiempo no he aprendido nada”. Jaime Martínez Luna señaló que nunca entendió la propuesta pero le había dado gusto darle su firma a Marichuy y, poco antes que ambos, Fernanda Navarro compartió su incredulidad para explicarse por qué no se había logrado entender en todos los rincones de este país tan herido una propuesta tan inédita e incluso más fuerte que el “Ya basta” de 1994, aunque adelantó que quizás ahora, sin el maldito reloj del INE, es cuando realmente ella arrancará. Y la Comisión Sexta del EZLN, en voz del SubGaleano aportó dos guías decisivas a la valoración colectiva de esta tarde: en los comunicados del CIG y el CNI sobre la propuesta nunca se alojaron meses sino décadas y, a diferencia de 1994, esta vez la convocatoria a hacer frente a la guerra no es excluyente sino incluyente.

Esta tarde, las dudas sobre la posibilidad de ganar el partido quizás se volvieron miradas, pensamientos y preguntas sobre el campo de juego y sobre quiénes han desdeñado o temido no ya firmar sino entrarle al partido. Por ejemplo, Lupita contó que a los concejales solían pedirles carreteras o preguntarles si las comunidades podían formar parte del CNI aunque recibieran apoyo económico del gobierno; Jaime Martínez Luna contó que suele preguntarse a cada rato si en Oaxaca realmente mandan las más de 8 mil asambleas comunitarias y los 417 municipios libres o en realidad lo hace el gobernador en turno; y la abogada Erika Bárcenas, que con el colectivo Emancipaciones ha protegido y acompañado el proceso autonómico de Cherán los últimos siete años, indicó que el Estado no es un ente monolítico sino fraccionado e incoherente al que se le pueden hallar –en su caso desde el Derecho– suturas y oportunidades para la transformación social.

Para no perderse en ese piso hoy tan rojizo y minado, Jaime Luna explicó con su voz de pie, con rabia y con coraje, que necesitamos ratificar, reconocer y respetar lo que somos: seres comunales –¡y no individuos!– a quienes nos han roto y oscurecido; y Lupita indicó que algo a lo que le tenían mucho miedo era a caer en el juego de los partidos políticos, a decir “yo mando” o “yo soy tu ejemplo”. Aquí, el punto de encuentro con Jaime (mantenernos juntxs trabajando-en-movimiento por la reciprocidad) fue sorprendente: la lucha es, había dicho Lupita, “(…) para que nadie sea más ni nadie sea menos. Todos somos iguales. Que nadie sea superior ni esté por encima de nadie (…) No lograrán exterminarnos mientras tengamos fe en nosotros mismos y trabajemos y resistamos (…)”.

Más tarde, para cerrar la jornada del 19 de abril que había iniciado con un violento desalojo de profesores en San Cristóbal (desalojo tras el cual varios niños de primaria y preescolar sufrieron daños por los gases lacrimógenos) y con la denuncia de la desaparición forzada del concejal Catarino Aguilar Márquez y el comunero Noé Aguilar Rojas en Azqueltán, Jalisco, a manos de un grupo armado, con la convocatoria abierta al partido decisivo de la supervivencia como marco de fondo, el EZLN en voz del SubGaleano trajo a cuenta una larga cita que no es del Che sino de Al Pacino, Oliver Stone o alguien más. Con ella los zapatistas dijeron describir lo que es no sólo su vida sino la de cualquiera:

“Estamos en el fondo del infierno, podemos quedarnos ahí o podemos luchar para salir a la luz. Luchar por escalar cuesta arriba, pulgada por pulgada, una por una, uno aprende que la vida es eso… que la lucha es por esa pulgada, y esas pulgadas que necesitamos por escalar están por dónde quiera alrededor de nosotros. Están en cada minuto, en cada segundo. Aquí luchamos por cada una de esas pulgadas. Aquí nos hacemos pedazos a nosotros mismos ya los que nos rodean por esas pulgadas. Arañamos y nos aferramos con las uñas por esas pulgadas porque sabemos que cuando sumamos todas esas pulgadas eso es lo que hace la puta diferencia entre la vida y la muerte, y les digo que en cualquier lucha es quién esté dispuesto a morir por esa pulgada quién la va a conseguir. Y si estoy vivo es porque aún estoy dispuesto a luchar y morir por esa pulgada, porque eso es vivir, y o lo hacemos en colectivo o moriremos como individuos”

“Así nos tocó”, concluyó el SubGaleano.

“Y pues creo que es todo y tomé de más el tiempo porque luego cuando agarro confianza ya no paro, muchas gracias”, concluyó la jóven concejal tsotsil del CIG Lupita Vázquez, quién antes ya había adelantado: “Lo que nosotros queremos que siga es lo que todos queramos, no lo que los compas quieran ni lo que el Concejo Indígena quiera que siga ni lo que el CNI quiera que siga, sino el pueblo, ¿qué es lo que quiere que siga?”

¿Entonces quién se animará a jugar? ¿El pueblo tan evocado todos estos días, meses y décadas? ¿Lxs futurxs zapatistas? ¿Quiénes, pues?

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Medios libres

Desalojo violento de maestros en San Cristóbal afecta gravemente a niños

San Cristóbal de Las Casas, 19/abril/2018.- Tras el operativo de desalojo contra profesores, que operó el día de hoy la policia estatal y municipal de San Cristóbal de Las Casas a la altura de la explanada de El Carmen, padres y madres de familia de las escuelas primarias y preescolares de la zona denunciaron la grave afectación a la salud de los menores que se encontraban en clases.

Los gases lacrimógenos que lanzaron por tierra y por aire, desde un helicóptero, ocasionaron la salida inmediata de alumnos, que se vieron obligados a abandonar la escuela en medio del operativo de desalojo que no consideró ningún protocolo.

Aquí el testimonio de algunas madres de familia:

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Radio Zapatista

¿Y la posibilidad de que ganemos es casi nula? – Día 4, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

A pesar de haber estado con Ramiro Pedraza a la altura del vuelo y las victorias de Tobías en su comunidad Oaxaqueña y en Barcelona, en el Conversatorio de esta tarde Francisca Dacosta inició su presentación confesando que se sentía “especial de estar sentada con personas que no me imaginaría jamás, siendo tan chaparra y tan joven”. Quizás sin darse cuenta, Francisca repetía la metáfora del protagonista de su documental, un niño zurdo triqui capaz de escurrirse entre rivales más grandes en centímetros pero menos hábiles en determinación, alegría y serenidad. Y minutos después, cerca de ella, Juan Villoro reiteró que el documental Tobías bien que también podría ser una metáfora de la lucha zapatista, pues ésta es capaz de ganar partidos aún siendo más débiles que los rivales. Aunque las posibilidades de ganar quizás parezcan más nulas que nunca, esta tarde Esperanza y Defensa Zapatista dejaron el balón del equipo Yavamosasermásderepentedilataperosívamosasermás en manos de Marichuy, y encargaron al  SubGaleano lanzar la invitación a las brujas escarlatas zapatistas de México y del mundo de completar el equipo.

Para muestra, chaparrita y todo, Francisca justo concluyó su participación con la frase: “Espero que esta película de alguna manera les dé un orgullo y una fuerza para salir a luchar y romperles la madre”. Fuerte, clara y rabiosa como mucha de la pandilla hip-hoppera de Somos Lengua, el segundo documental de la tarde presentado por Kyzza Terrazas, quién además contó que echó a despegar sus sueños y las ganas de crear tras asistir al Encuentro Intergaláctico por la Humanidad y contra el Neoliberalismo de 1996. En ese poder nuestro que sobrevive, grita, protesta y resiste alto en Gomitoz, Juarez, Aguascalientes, Guanatos, Sancris, Monterrey, Torreón, el Monstruo y donde sea que suenen los nuevos rapsodas que a decir de Juan Villoro logran poner en movimiento una vida cotidiana conectada con mensajes zapatistas como la exaltación de la resistencia, la solidaridad, el grupo y la palabra, en ese poder se aloja la salida al mundo tazado, arrasado y derruido retratado por Everardo González en La libertad del diablo, el último documental de la noche. Ante ese fin del mundo que ya está ocurriendo, uno de los MC’S capturado en Somos Lengua sintetiza magistralmente que escribe para que la muerte no tenga la última palabra. Y es así que con las brujas escarlatas zapatistas (mujeres cuyo superpoder consiste –aclaró Galeano– en alterar las posibilidades de que ocurran acontecimientos improbables pero no imposibles) ya está listo el equipo. Y ahora falta lo que sigue: escurrírsele y hacerle frente a las posibilidades de ganar.

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Radio Zapatista

¿Revolución? ¿Reforma? ¿Lucha por la Vida? – Día 3, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

CIDECI-UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, 17/Abril/18.- Hace unas semanas, en pleno Encuentro Internacional de las Mujeres que Luchan, las compañeras zapatistas de la época clandestina explicaban a las jóvenes zapatistas que su legado consistía en heredarles la posibilidad de vivir luchando. Esta tarde, los zapatistas volvieron a enfatizar que, más allá de los enredos entre el supuesto dilema “firmas u organización” y la gigantesca discusión del siglo pasado sobre “Reforma o Revolución”, la “categoría” contemporánea, la mera realidad y la mera urgencia de hoy es, literalmente, la lucha por la vida.

En el inicio del Conversatorio, al seguir abordando lo que lxs zapatistas llaman el “Efecto Marichuy” en el Encuentro de marzo en el caracol de Morelia, el Sup Galeano evocó que las compañeras zapatistas esperaban conocer a las mujeres de afuera porque, como en las ciudades las atacaban más, seguramente estarían mejor organizadas que ellas para poder estar vivas. Esta preocupación vital, que puede sonar a límite pero también puede ser potencia imaginativa y práctica, se trasladó al resto de la jornada cuando el EZLN, en voz del Sup Galeano, explicó que según su mirada el Capitalismo ha decidido no permitir más respiros (gobiernos progresistas) e intentará conquistar todo y destruirnos a todxs. Es por ello que la apuesta no es “Reforma ni Revolución, sino Supervivencia, es decir Resistencia y Rebeldía”. Allí él probable efecto Marichuy: las ganas de trabajar por la vida no sólo con la palabra, efecto que ojalá germine también no sólo dónde ya existe la tierra fértil de la organización autónoma.

Alicia Castellanos, Carlos Aguirre Rojas, Gilberto López y Rivas y Alejandro Grimson se sumaron a la marea de reflexión, teoría, historia política y esfuerzos comunes en América Latina. Por ejemplo, Alejandro explicó que vale la pena celebrar si se cambian las torturas militares por elecciones o se aumentan los salarios, los hospitales y las escuelas, pero recalcó que la lucha central es, sobre todo, “incrementar cualitativamente las autonomías de nuestros actores, donde tengamos la ambición de erosionar esos poderes inmensos que parecen inconmovibles y que sólo pueden ser movidos con fuerzas políticas y sobre todo culturales que apunten a cambiar el mundo cada día”; y Alicia Castellanos resaltó que se está consolidando en México una identidad política de apoyo a los pueblos originarios capaz de trasladar e inscribir sus palabras y formas de vida a nuevos oídos, artes, espacios públicos, redes de apoyo, colectividades e irrupciones políticas.

Si, como evocó Gilberto López y Rivas, es en la participación de lxs de abajo de donde proviene la esperanza real de cambiar el mundo, la tormenta añade a la utopía de siempre una variante en sus reglas del juego: para poder disentir o elegir opciones es necesario mantenerse primero con vida. A golpes de realidad, esta variante cada vez está haciendo más explícitos los cambios y las dificultades de imaginar, organizarse y hacer política en esos abajos señalados por Gilberto, quién además concluyó que, pese a todo, toca “darle duro, sin confusiones ni derrotismo; y el que quiera criticar, primero que trabaje”.

Escucha/descarga las ponencias:

Conversación entre lxs ponentes:

 

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Radio Zapatista

¿Cumplimos o no cumplimos? – Día 2, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”

Tras la incursión al espacio de la democracia electoral permitida y promovida por el sistema político institucional, ¿cumplimos o no cumplimos?, ¿terminamos en lo mismo o realmente hicimos otra cosa? Así la pregunta, la reflexión, la autocrítica, el verdadero examen y el espejo propuestos por el EZLN en voz del SubComandante Insurgente Galeano en el primer día de charlas del conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿Prohibido pensar?”. Con esta invitación ha iniciado este lunes 16 de abril en el CIDECI-UNITIERRA de San Cristóbal la valoración colectiva de la etapa en la cual el Concejo Indígena de Gobierno intentó contar con una vocera que participara como candidata en las elecciones presidenciales de este año. Algunas de las primeras respuestas compartidas fueron: “Faltará en la opinión pública el nos están matando”; “Se logró un importante avance pues se construyó, reinstaló y amplió un auténtico espacio político que abre el camino y el horizonte de los pueblos”; “Tal vez como experiencia estuvo buena, pero debemos cuidarnos de no repetirla”; “Sabemos muy bien que nuestros sueños no caben ni cabrán jamás en sus urnas, en cualquier tipo de urnas”; “Nosotros decimos que no legitimamos al sistema sino que lo desnudamos” o “La verdad, hicieron un desmadre”.

A la par de éstas y las próximas reflexiones sobre la recolección de firmas como pretexto para generar organización colectiva autónoma –el SubGaleano incluso declaró que ellos pensaron que a lo mucho se obtendrían 100,000 firmas y que de ellas quizás 10,000 personas entenderían la propuesta–, en el primer día de este nuevo “semillero” sobresalió lo que en su momento era la agenda secreta del zapatismo. Al contarnos el origen y el camino para preparar el Primer Encuentro Internacional de las Mujeres que Luchan, las compañeras de base y coordinadoras de los cinco caracoles zapatistas, así como Mercedes Olivera, Márgara Millán, Sylvia Marcos y María de Jesús Patricio Martínez, trazaron veredas sobre cómo pensar y hacer hoy, juntxs y desde abajo, una transformación radical, ese “caminar que va lento, de lo pequeño a lo mayor, se va apropiando del territorio, tiene reglas desde el trato hasta lo que se produce y lo que se consume, se burla del dinero, reencuentra el juego, el espacio de la fiesta, se niega a la victimización, distribuye y disemina el poder y es siempre atento al poder de las estructuras de género”.

Entonces, ¿valió la pena el reciente esfuerzo al que fuimos convocadxs? A decir de Marichuy, en el CIG-CNI querían promover el poder y la organización desde abajo. El recorrido fue con esa finalidad y les dio gusto encontrar organización en los lugares donde imperaban el dolor, el despojo, la criminalización y la división comunitaria impuesta por los partidos políticos. “Más que ir nosotros a decirles, aprendimos mucho. Y yo creo que eso nos va a servir mucho al CNI. El recorrido fue un primer paso de muchos que se avecinan. Vamos a seguirle porque hay mucho qué hacer. Sigue lo que sigue. No podemos pensar que ya no la hicimos, sino que tenemos que seguir fortaleciendo los trabajos que hacemos de por sí. Falta mucho por hacer”, sintetizó Marichuy. A las preguntas zapatistas de los últimos años –¿Valió la pena el esfuerzo? ¿El trabajo generó organización o no? ¿Somos más grandes en horizonte (que no en número) y en capacidad? ¿Cumplimos o no cumplimos?– Marichuy respondió “Cumplimos”, pero acaso el auditorio del CIDECI se inundó con la sensación de que quedaron y quedan pendientes muchas más respuestas en muchxs otrxs lugares.

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Noticias de Abajo ML

Noticias de abajo Medios Libres – 9 de abril de 2018

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MUNDO

  • BRASIL : Lula se entrega a Prision en un proceso por detener su campaña presidencial en Brasil: El fascismo avanza sobre América
  • BRASIL: Asesinan a un líder comunitario que declaró como testigo en el caso de la brasileña Marielle Franco. la radio del sur.
  • FRANCIA: 2500 policias desalojaron la Zad de Notre Dame Des Landes, bastion autogestionado de Europa. Espoir
  • EUA: ROMPIENDO FRONTERAS Jericó: Movimiento por la libertad. Amigos de Mumia
  • PERU: Colonialismo interno y contrarreforma universitaria en Perú. La tinta
  • BOLIVIA: Tariquía de pie: una lucha campesina frente al extractivismo petrolero. Avispa Midia
  • CATALUNYA: Protesta catalana por la visita del Rey. kaos en la red
  • CHILE: (Audio) Ülkantun por el Machi Celestino Córdova a 83 días en huelga de hambre. Radio Kurruf
  • ROJAVA:denuncian secuestro de mujeres por ejercito Turco ANF.

DESDE EL OMBLIGO DEL MONSTRUO

  • COLIMA: Tomás caseta Cuyutlán, Colima. Noticias de abajo
  • GUERRERO: Juez ordena que se garantice el derecho al agua y a la salud a los 25 del CECOP. Somos el medio
  • OAXACA: Xnizaa, los campesinos que siembran agua en Oaxaca. Ke Huelga
  • OAXACA: Comunicado de la asamblea de Unión Hidalgo, Oaxaca. Noticias de abajo
  • MEXICO: Comunicado del Encuentro Nacional de Damnificados. UH Tlalpan
  • MÉXICO: Nueva ley de biodiversidad legaliza despojo y destrucción. Avispa y M4.
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Chiapas Denuncia Pública

Testimonios de desplazamiento forzado en Aldama

Durante el mes de marzo de 2018 se provocó el desplazamiento forzado de al menos 307 personas de Tabak, 255 de Koko’ y 185 de Cotsilnam del municipio de Aldama. Las familias se encuentran refugiadas en la montaña y su número aumenta cada día. El Estado no ha implementado acciones para atender y proteger a más de 747 personas desplazadas, en su mayoría mujeres, niñas y niños que se suman a las 7 familias desplazadas forzadas, desde mayo de 2016, por el mismo grupo agresor.

Foto: Niños vulnerables de la comunidad de Kokó, Aldama, Chiapas. 31 de marzo 2018. Carlos Ogaz.

Lee también: Comuneros de Aldama denuncian despojo y desplazamiento forzado

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Radio Zapatista, Subversiones y La Tinta

Un bordado de lo que somos, hacemos y por qué luchamos

Dialogamos con algunas mujeres que asistieron al Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan que se realizó en Morelia, Chiapas, México entre el 8 y 10 de marzo del presente año. Mujeres provenientes de diversas luchas a las que les preguntamos: ¿quiénes somos?, ¿qué nos convocó a estar aquí?, ¿por qué luchamos las mujeres?, ¿cómo te sentiste en el encuentro? Aquí recogemos esas múltiples voces en un collage que entrelaza los sentires de “un chingo” de mujeres. Mujeres que se nombran, que luchan y que resisten  sin miedo.

Producción colaborativa de Radio Zapatista, Subversiones y La tinta

 

Somos y hacemos

Fuimos miles. Como no somos buenas para las matemáticas ni tampoco en eso de exagerar o contar multiplicando, con humildad arrojamos un tímido y poco certero número ante la pregunta ¿cuántas mujeres había? Entre 5 mil y 10 mil, dijimos. Luego, las zapatistas serían mucho más precisas que nosotras: “A saber cuántas mujeres que luchan llegamos en estos días, pero creemos que podemos estar de acuerdo en que somos un chingo”.

Fuimos venidas de diversos rincones del planeta. Hablantes de español, tzeltal, tzotzil, mapudungun, aymara, francés, italiano, inglés, tojolabal, portugués, zapoteco, entre tantas otras lenguas. Muchas latinoamericanas, venidas desde el sur de nuestro continente. Otras que cruzaron el charco y atravesaron tempestades. Miles desde los distintos estados de México. Algunas con larga experiencia en esto de “estar organizadas” y luchando. Otras autoconvocadas llegaron porque andaban viajando por allí, y se enteraron de un encuentro de mujeres y de unas luchadoras llamadas zapatistas que las invitaban a su territorio.

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Paula de Argentina, quien desde el Encuentro de Organizaciones propone la lucha para una vida libre y digna; Heydi que desde la música y la fotografía hace arte para resistir y para sanar desde Guatemala; Helena de Cuba que con su sonrisa nos invita a descolonizar nuestras caderas bailando y conectándonos con nuestras ancestras; Laura proveniente de pueblos originarios de México en lucha contra los megaproyectos mineros y eólicos, organizada como mujer campesina e indígena; Juana, Marta y Norma, que llegaron desde Ciudad Juárez, México, para denunciar el asesinato y desaparición de sus hijas; Rosemary de raíces yaki, apache y mexicana proveniente de la frontera con Estados Unidos, trabajadora agrícola; Vanesa y Sirsey que llevan adelante el activismo lésbico desde la Ciudad de México; Laura de Francia, que pinta mujeres desaparecidas y rastrea sus historias para sacarlas del anonimato.

Doña Herminia de Venustiano Carranza, delegada del Congreso Nacional Indígena, lucha en defensa de la tierra y el territorio desde hace muchos años y llegó junto con otras compañeras del Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas; asimismo, Guadalupe, Aurelia, María y Teresa, de Ejido Tila, luchan por la tierra y por ser escuchadas como indígenas. Carolina, del colectivo Bondi Fotográfico de Argentina; Susana del Movimiento por Unidad Latinoamericana y Cambio Social con una lucha sindical desde Argentina; Sylke y Ada Luisa de Nicaragua, jóvenes mujeres de la Asociación de Trabajadores del Campo que llegaron a aprender y compartir sus experiencias muy emocionadas por estar en territorio zapatista. Deolinda de Argentina que llega a participar como delegada del Movimiento Campesino de Santiago del Estero; Carol de Costa Rica que hace canciones y llega con otras amigas del Colectivo Mujeres Libres Riendo; Juliana de Brasil que platicó sobre los medios de comunicación libres y comunitarios y Jéssica de la Unión Nacional Campesina y Frente Revolucionario Mujeres de Lucha de Brasil.

Río, de la Ciudad de México, presentó Qué Vulvaridad, exposición fotográfica que muestra una diversidad inmensa de cuerpos, tantos como hay mujeres en el mundo; Xochiquetzal de Cuernavaca quien participó como académica y poeta del colectivo de mujeres Lunámbula; Reyna y Araceli, mujeres indígenas mazahuas del Estado de México; Laura de La Sandía Digital; Yasna, periodista y Dafne de Radio Placeres, ambas de Chile; Carol de California que quiere llevar todo el aprendizaje de regreso a su tierra; y Gemma y Ana del Estado Español que ven muy importante tomar el ejemplo de lucha de las mujeres zapatistas y consideran este encuentro como una  oportunidad de encontrarse con mujeres de otras realidades.

Convocadas

Venimos a encontrarnos con mujeres que luchan en todo el mundo, contactarnos y tejer redes para desarrollar conjuntamente las herramientas que necesitamos para la libertad y para confrontar la violencia del patriarcado. Somos curiosas, buscamos tanto preguntas como respuestas. Venimos a compartir experiencias, hacer propuestas, aprender de otras mujeres, crear enlaces y solidaridad entre nosotras. Venimos a conocer la problemática de las zapatistas y cómo se organizan, a conocer personas de tantos estados, de tantas ciudades con el mismo problema que nosotras: desapariciones, feminicidios, acoso sexual.

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Venimos a reflexionar acerca de qué formas organizativas y políticas tenemos para poder hacer una revolución que contenga todos los derechos y necesidades de las mujeres del mundo. Venimos para ser escuchadas como indígenas ante la represión, el despojo de tierras y el abandono. Porque sólo luchando se hace la fuerza. Porque a ellos no les conviene que nosotras andemos en estos lugares, visibilizando lo que está pasando en Ciudad Juárez y en otras partes del mundo. Venimos para seguir en la lucha de justicia por nuestras hijas asesinadas, para nuestras hijas desaparecidas. Nosotras como madres de hijas desaparecidas tenemos que seguir visibilizando todo lo que está pasando. Venimos porque no nos podemos quedar calladas.

 

Luchamos

Estamos luchando por sobrevivir porque nos están matando y salir a la calle todos los días es un peligro. Esa violencia hacia nosotras se extiende a los que nos rodean, a nuestras hermanas, a nuestras amigas, a nuestros hijos e hijas. Personas que son asesinadas y quedan en el olvido. Algunas ni siquiera están en un archivo. ¿Cómo preservar su memoria, cómo recordarlas, cómo pedir justicia?

Luchamos por proteger nuestros cuerpos, nuestras tierras y a nuestros seres queridos; por un mundo mejor, por el ser humano y por la vida entendida como dignidad. Luchamos por el sufrimiento que tenemos y tenían nuestras mamás y nuestras abuelas. En contra de un sistema patriarcal que nos oprime en todas dimensiones, que tanto en el trabajo como en el hogar y en los espacios sociales, cada día, tenemos que librar una batalla por defender nuestras libertades y sobre todo por demostrar que somos autónomas, dueñas de nuestros cuerpos, de lo que pensamos y de quiénes queremos ser. Por ser la mujer que queremos ser sin ningún estigma ni regla impuesta. Luchamos por autonomía, por tener un lugar, por nuestros propios espacios. Espacios llenos de mujeres. Por eso es importante encontrarnos y organizarnos, voltear a vernos y hacer un compromiso con nosotras y con las otras para mejorar este mundo que pareciera no es para nosotras.

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Luchamos porque vivimos injusticias en distintos niveles. Luchamos contra los distintos sistemas de opresión: el racismo, el capitalismo, el machismo y el patriarcado. Entendemos que toda la estructura debe transformarse, no solamente en términos del sistema económico. Luchamos por deconstruir y descolonizar los saberes, los sentires, los deseos. Por romper esa idea de que el cuerpo de la mujer sólo debe ser para el consumo de los hombres o para un consumo sexual. Por llevar esa fiesta de la revolución externa a una fiesta de la revolución interna. Luchamos por más arte para nosotras. Porque tenemos un corazón lindo, porque somos muy creativas, porque escribimos, porque brindamos apoyo, porque podemos hacer cosas juntas aunque no nos conozcamos, porque nos enamoramos del viento, del sol, de la abuela luna y la diosa del mar, de la naturaleza toda.

Luchamos para que nadie más pase lo que nosotras hemos pasado. Porque antes éramos sumisas a lo que el hombre dijera pero a través de reconocer nuestros derechos como mujeres, empezamos a salir. Luchamos para desarmar el patriarcado como una estructura de dominación que nos meten en la cabeza y en nuestras organizaciones. Somos las más afectadas y no podemos quedarnos con las manos cruzadas mientras el patriarcado está acabando con nosotras y el mundo. Luchamos por tener paz y dignidad. Por un lugar en este mundo. Luchamos por la tierra y porque nosotras estamos buscando a nuestras hijas. Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos. Luchamos todos los días por causas que nos unen todo el tiempo.

 

Resistimos

Nuestra resistencia es nombrarnos juntas, aprender juntas y salir a las calles, tomar el espacio público. Identificar que si el mundo sigue caminando es gracias a que las mujeres nos organizamos en todos los espacios, en todos los tiempos. Bordamos como una forma de unirnos y luchar para lograr que las voces de las compañeras que fueron asesinadas no queden apagadas, que difundamos lo que está sucediendo en nuestro país. Que escuchen nuestra voz de una vez por todas, que podemos hablar por nosotras mismas, que la lucha es nuestra, que no necesitamos a nadie para eso. Utilizamos la danza y la espiritualidad como un mecanismo de resistencia y empoderamiento, el erotismo como poder. Nos reconectamos con nuestras ancestras y esto es un momento especial de lucha y de resistencia.

Sin miedo

En el encuentro convocado por las zapatistas no sentimos miedo. Compartimos cuatro días sin violencia, sin agresiones, sin acoso. Sin miedo a ser agredidas por nadie, sin miedo a estar vestida de alguna forma en la que te sientas incómoda, sin miedo a decir lo que tengas que decir. Caminamos sin pensar en que si estábamos peinadas o no, o cómo estábamos vestidas. Sin pensar en nada de eso, simplemente vivir, respirar y saber que haga lo que haga no voy a ser juzgada y que si me caigo estoy segura que alguna compañera me hubiera levantado. Por un momento en el tiempo que estuvimos aquí no tuvimos miedo. Fuimos libres. Expresamos nuestros sentimientos. Seguras y tranquilas. Cerca de otras. Encontradas en nuestros cuerpos.

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Aprendimos

De las compañeras zapatistas aprendimos mucho. Estar aquí es estar en el corazón de ellas, estar en el corazón de la lucha. Verlas, escucharlas, esa es la mayor inspiración, la mayor motivación para seguir resistiendo. Ellas nos han abierto su espacio, su territorio, para recibirnos a mujeres tan diversas, con diversas luchas, experiencias, geografías. Y con mucho respeto estamos aquí compartiendo y escuchándolas, el primer día fue verlas desde su lenguaje y los otros días, estar conversando con ellas. Han sido muy generosas de compartir su espacio, de compartir sus conocimientos, de facilitar todo para este encuentro. Pudimos ver todos los avances, todos los logros que están haciendo desde el arte, la pintura, la danza, el teatro, la música. Nos están poniendo el ejemplo de que, pese a las dificultades y  situaciones de discriminación y violencia que enfrentamos en nuestras comunidades, podemos salir adelante organizándonos.

Insistieron en que es necesario estar organizadas. Nos transmitieron mensajes llenos de aprendizaje. Aprendimos que podemos construir desde la diversidad no sólo cultural, de edad y creencia, sino de las distintas maneras de entender el feminismo y cuestionar esta especie de superioridad con la que algunos movimientos feministas creen tener la razón y enseñarnos. Tomamos una lección de humildad. Un camino tan correcto para nosotras, correcto en el sentido de que no es el hombre, no es el gobierno, no son ellos quienes van a cambiar la historia de desigualdad existente, somos nosotras, en colectivo, solas no. Y este colectivo es tan latinoamericano, es tan internacional que motiva, llena de fuerza y de energía.

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Es un hecho histórico, venimos de diferentes partes del mundo, de diferentes realidades, diferentes clases sociales, diferentes maneras de luchar y tenemos que aprender mucho unas de otras, mujeres muy afectuosas, muy valientes,mujeres brillantes, de mucha fuerza y mucha sabiduría. Nuestras luchas están conectadas de una manera mundial. Compartir experiencias y saber que somos más de las que pensamos y que no estamos solas es muy potente y muy necesario. Apostamos a los feminismos descoloniales. Las compañeras que vienen desde Cuba con todo un posicionamiento crítico, compañeras aymaras con el feminismo comunitario, compañeras lesbianas que tienen también sus propias propuestas y las compañeras indígenas desde otras geografías del país, compañeras urbanas, argentinas, españolas. Conversamos y aprendimos en esta complejidad. Tendimos redes para seguir haciendo esta conversación. Son nuestras luchas  las que vamos a continuar alimentando.

 

 

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NotiFrayba

NotiFrayba: Desplazadas de Chalchihuitán y Chenalhó en riesgo a la vida y seguridad


Foto: C’ananlumtik, febrero de 2018. Danny Alveal Aravena

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos urge al Estado mexicano garantizar los derechos de comunidades en desplazamiento forzado e implemente acciones eficaces ante el riesgo a la vida, seguridad e integridad personal, en los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó, Chiapas, México.

En la resolución 15/2018, emitida el 24 de febrero de 2018 y dada a conocer el 5 de marzo, se informa de la medida cautelar No. 882-17 otorgada a intregantes del pueblo tsotsil que se desplazaron desde noviembre de 2017. La CIDH solicita al Estado Mexicano realice acciones de investigación ya que la situación de violencia por agresiones, hostigamientos y amenazas por parte de grupos civiles armados ha generado una crisis humanitaria y el riesgo continúa.

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Cobertura Colaborativa Radio Zapatista, Subversiones y La Tinta

Una constelación de luchas en tierras zapatistas

 

 

Una constelación de luchas en tierras zapatistas

Crónica y reflexiones tras el “Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural  de Mujeres que luchan”.

(…) tal vez, cuando ya acabe el encuentro, cuando regresen a sus mundos, a sus tiempos, a sus modos, alguien les pregunte si sacaron algún acuerdo. Porque eran muchos pensamientos diferentes los que llegaron en estas tierras zapatistas. Tal vez entonces ustedes responden que no. O tal vez responden que sí, que sí hicimos un acuerdo. Y tal vez, cuando les pregunten cuál fue el acuerdo, ustedes digan acordamos vivir, y como para nosotras vivir es luchar, pues acordamos luchar cada quien según su modo, su lugar y su tiempo.

(Discurso de apertura. Compañera Érika)

Cobertura colaborativa realizada por Radio Zapatista, Subversiones y La Tinta

Caracol IV, Torbellino de Nuestras Palabras. Morelia, Chiapas. Allí donde las estrellas brillan más, allí donde el territorio es más libre, allí donde las mujeres zapatistas abrieron su casa para recibir a miles de mujeres de todas partes del mundo. Algunas tardamos horas en llegar, otras días. Muchas conocíamos la historia del zapatismo y la rebeldía de sus mujeres, algunas sabíamos de la importancia de la Ley Revolucionaria de Mujeres para las comunidades indígenas y otras apenas habíamos escuchado hablar de un Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el sureste mexicano.

Mientras el Paro Internacional de Mujeres hacía que miles de compañeras alrededor del mundo suspendieran sus tareas y salieran a marchar por las calles de sus ciudades, otras miles asistíamos al llamado de las zapatistas. Llegar no fue fácil. Muchas no pudieron estar. Todas convocadas por una misma consigna: ser mujeres que luchamos.

Fueron tres días, del 8 al 10 de marzo, en que nos regalamos alegrías, miradas, palabras, bailes, poesías, pinturas y “cosas raras”, dirían las mujeres zapatistas. Un fragmento de tiempo nos condensó en una misma latitud. Cada una con sus sentires y sus luchas viajó hasta allí y entregó sus dolores, sus sonrisas, su fuerza de ser mujer en cánticos y consignas que retumbaban en los corazones de quienes  estábamos. Y se replicaban por el bosque que nos rodeaba hasta insospechados rincones del planeta. Tuvimos una certeza: desde distintas latitudes, todas juntas esos días, hicimos temblar el mundo.

Las zapatistas eligieron el Día Internacional de la Mujer que lucha para inaugurar el Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan, en “17 de Noviembre”, uno de los tres Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas del Caracol IV “Torbellino de Nuestras Palabras” de la localidad de Morelia (que coexiste con la demarcación oficial correspondiente a Altamirano) y sede de la Junta de Buen Gobierno “Corazón del Arcoíris de la Esperanza”. Región a la que también denominan “zona Tzotz-Choj” (murciélago-jaguar), en referencia a un antiguo gobernante de la ciudad de Toniná y en la que continúan habitando los pueblos mayas tseltal, tsotsil y tojolabal.

Esta región, al igual que muchas otras de Chiapas y de México, ha sido y es escenario de luchas campesinas y por la defensa de los territorios. En el caso zapatista trascendió la creación de un gobierno propio y la construcción de la autonomía por la vía de los hechos en la que la participación de las mujeres sigue siendo crucial.

El lugar en donde se realizó este encuentro internacional, uno de los más grandes hasta ahora, fue parte de una finca ganadera tomada por bases zapatistas. Este municipio autónomo fue escenario de una de las mayores tomas de tierras tras el levantamiento armado en 1994.

Actualmente, y como pudimos observar tanto en el viaje de ida como de vuelta, el paso de camiones cargados de  madera es constante. Los grandes aserraderos en manos de grupos de poder local del Partido Verde Ecologista son una de las tantas expresiones del saqueo y despojo de bienes comunes naturales en ésta y otras regiones; son parte de los megaproyectos de infraestructura y desarrollo  de los grandes capitales nacionales e internacionales.

¿Será que salió un poco bien?

(…) que dónde duermen, que dónde comen, que dónde se bañan, que dónde van al baño, que el sonido, que la luz, que el agua, que si se enferman, que qué les vamos a decir, que cómo les hablamos, que cómo las escuchamos y miramos.

(Discurso de clausura. Compañera Alejandra)

Las preguntas que se hicieron las compañeras zapatistas durante los meses que tardaron en organizar el encuentro, las tuvieron desveladas y sin hambre durante mucho tiempo, según nos contaron. Organizadas desde abajo y a la izquierda, buscando el acuerdo de las zapatistas de cada una de las comunidades: no fue una tarea fácil, pero lo lograron. Ante esto, las consignas “gracias” y “vivan las zapatistas” fueron de las más coreadas en las cientos de actividades que se realizaron. Gracias a las zapatistas por recibirnos en su territorio. Gracias por procurarnos comida para tres días a más de cinco mil mujeres. Gracias por proveernos agua para beber, para ir al baño, para darnos una ducha. Gracias por las palabras, cada una de las que nos dijeron y cada una de las que escucharon de nuestros decires. Y sobre todo, gracias por esas miradas en las que nos reconocimos a través de paliacates y pasamontañas, rímeles y lentes, pañuelos y sombreros cubriéndonos del sol.

Carolina y Marina son mujeres zapatistas que llegaron desde el Caracol III La Garrucha. Su rol fue el de coordinación en la organización de este evento junto con otras 60 compañeras provenientes de los otros caracoles zapatistas. En una entrevista que les realizamos, nos contaron que se sentían orgullosas, al igual que sus compañeras, de haber podido organizar este Encuentro sin antecedentes en la historia del zapatismo: “es el primero que es sólo para mujeres, se han hecho otros, pero nunca como éste que no se permiten entrar hombres porque este encuentro lo organizan sólo mujeres”.

Nos contaron también que el evento está en marcha desde el mes de julio de 2017, cuando se propusieron realizarlo: “entonces tuvimos muchas reuniones para planearlo. Nos costó trabajo hacerlo, porque nunca habíamos hecho, sí con la ayuda de los hombres, pero en este caso somos puras mujeres quienes organizamos y quienes vimos cómo le hacemos para recibirlas a ustedes”.

Después de la primera reunión en julio, las delegadas llevaron la propuesta de realizar el Encuentro a sus comunidades, donde fueron sólo las mujeres (y cada una de ellas) las que decidieron convocarnos: “se fue hasta los pueblos donde están las compañeras zapatistas. A cada pueblo a preguntar si es que  va a haber este encuentro. Entonces dijeron que sí y fue ahí donde se empezó a planear todo —nos cuentan Carolina y Marina— para organizar este evento que hoy fue muy difícil para nosotras. Nunca antes lo habíamos hecho. Nos costó mucho trabajo porque empezamos a ver que se necesitan muchas cosas y entonces nos tuvimos que preparar para poder hacerlo”.

No sólo las coordinadoras tuvieron tareas antes y durante el Encuentro. Cada una de las mujeres zapatistas que asistió participó activamente de alguna manera en los diferentes trabajos. Así, las insurgentas y milicianas fueron las encargadas de cuidar el lugar para que no ingresaran los hombres. Otras compañeras se ocuparon de la higiene del lugar, otras de conducir los camiones que entraban y salían del predio del Encuentro, ya sea con alimento, o bien, con basura. También hubo médicas y promotoras de salud. Las Tercias Compas ocuparon roles técnicos en el sonido y la luz, también estuvieron encargadas de la comunicación y el registro completo del evento.

El 8 de marzo las zapatistas presentaron sus participaciones, mientras que los días 9 y 10 se realizaron las actividades de las mujeres que veníamos de distintas partes del mundo. Más de dos mil compañeras bases de apoyo zapatistas estuvieron presentes en cada una de las actividades. Al respecto, Carolina y Marina nos explican el trabajo de las bases de apoyo: “verlas a ustedes y también estar en cada actividad que ustedes hacen para que vayan a los pueblos para explicarles qué son las cosas que vieron de ustedes, qué fue lo que presentaron. Porque así somos nosotras, tomamos en cuenta todo lo que vemos y tiene que llegar hasta los pueblos”.

Muchas mujeres zapatistas pusieron el cuerpo en este encuentro durante meses y eso se notó en la gran organización que hubo: cinco comedores, decenas de talleres, conversatorios y proyecciones, partidos de fútbol, voleibol y basquetbol. Cada actividad era multitudinaria y ocurría de manera simultánea con otras: mientras algunas formaban parte de un ritual de sanación alrededor del fuego, otras compañeras miraban una obra de teatro, conversaban sobre las violencias en nuestros cuerpos y nuestros territorios o participaba de un mural colectivo.

Un campamento enorme, dos habitaciones y diversos espacios habitables abrigaron a miles de mujeres del frío húmedo de la noche moreliana. Las compañeras zapatistas contaron con el apoyo de un equipo de mujeres encargadas de responder los correos, realizar los registros, organizar el transporte, los horarios y las actividades previas al encuentro y durante el mismo. En las palabras de clausura, agradecieron su apoyo, así como también el de los compañeros que se quedaron en las comunidades cuidando a las familias, a los animales, las casas, los cuarteles, los campos, pendientes de que “los malos gobiernos” no hicieran nada contra el Encuentro.

Palabras revueltas

(…) vendríamos seis mujeres zapatistas para cada una de ustedes: una pichita (que así les decimos a las que acaban de nacer), una niña, una jóvena, una adulta, una anciana y una finada. Todas mujeres, todas indígenas, todas pobres, todas zapatistas que te abracen fuerte, porque es el único regalo que podemos darte de vuelta.

(Discurso de clausura. Compañera Alejandra)

La insurgenta Érika fue quien leyó el discurso de apertura. Acompañada en el escenario por otras compañeras insurgentas, milicianas y juntas de buen gobierno, comenzó enviándole un abrazo a Eloisa Vega Castro, de las redes de apoyo al Concejo Indígena de Gobierno (CIG), quien murió cuando acompañaba a la delegación del CIG el pasado 14 de febrero.

Nos plantearon que su trabajo iba a ser el de cuidar el lugar para que no ingresaran los hombres: “porque lo sabemos, son mañosos”. Una risa cómplice (como muchas que sucederían durante todo el evento) se soltó entre todas las mujeres que estábamos allí escuchando atentamente las palabras de inauguración.

Las zapatistas no dudaron en dejarnos claro que su palabra es colectiva y que necesariamente lleva impregnada edades, historias y lenguas distintas. A través de la voz de Érika, hablaron muchas. Ella nos narró cómo su vida estuvo marcada por haber crecido en la resistencia y rebeldía zapatista de sus abuelas, sus mamás y sus hermanas mayores. Nos contó de su trabajo sin salario como sirvienta en una casa, donde no sabía hablar español; de cómo supo que había una organización que luchaba y empezó a participar como base de apoyo y a estudiar siendo parte de los trabajos colectivos junto a otras mujeres. En sus reuniones  y en sus estudios políticos en la clandestinidad fue creciendo la rabia y el coraje para enfrentar a las patrullas militares que rondaban sus comunidades y, sin miedo, tomar las armas.

Las compañeras zapatistas nos recuerdan que no sólo el capitalismo es el que nos quiere destruir, sino que también tenemos que luchar contra el patriarcado, ese sistema que “les hace creer y pensar a los hombres que las mujeres somos menos y no servimos”. Pero no sólo a los hombres, nos aclaran las zapatistas, “también hay mujeres de las ciudades que nos desprecian que porque no sabemos de la lucha de mujeres, porque no hemos leído libros donde las feministas explican cómo debe ser y tantas cosas que dicen y critican sin saber cómo es nuestra lucha”.

Un bosque de mujeres

Entonces pues no basta un colectivo para organizar todo eso. Por eso llegamos aquí más de dos mil mujeres zapatistas de los cinco caracoles. Y tal vez no bastó, porque ustedes son como cinco mil, aunque algunas dicen que ocho mil y otras dicen que nueve mil. A saber cuántas mujeres que luchan llegamos en estos días, pero creemos que podemos estar de acuerdo en que somos un chingo.

(Discurso de clausura. Compañera Alejandra)

 

Las zapatistas saben que las formas de nombrar esa cantidad de árboles que rodean el lugar donde se realizó el Encuentro son distintas, y que cada árbol que es parte de ese bosque o monte, es diferente. Como sea que le llamemos a ese conjunto de árboles, nos permite pensarnos a nosotras, las mujeres, “diferentes e iguales” a la vez. Partir de que nuestros colores, tamaños, lenguas, culturas, profesiones, oficios, pensamientos y formas de lucha, son diferentes.

En la puerta había un gran cartel que decía “Prohibido entrar hombres”. El llamado fue claro. La convocatoria era para nosotras.

Ellas nos dijeron que podíamos elegir entre competir o escuchar y hablar y que sea lo que sea que eligiéramos, iba a ser nuestra decisión. Si decidíamos competir, de cualquier manera, no habría hombres que nos dijeran “quién gana y quién pierde”. Si elegíamos regalarnos baile, música, cine, video, pintura, poesía, teatro, escultura, diversión, conocimiento, tampoco sería bajo la mirada de los hombres. La elección fue clara: acordamos no competir y respetar nuestras diversidades. Mirarnos y abrazarnos en rondas de cuerpos incontables, mientras gritábamos “¡luchar, resistir, nuestro acuerdo es vivir!”. El acuerdo por vivir, se hizo entre mujeres del campo y de la ciudad, indígenas, autoconvocadas, artistas, feministas, luchadoras provenientes de los cinco continentes.

Carolina y Marina, las coordinadoras entrevistadas nos dijeron: “Vemos que la situación que hay es que muchas mujeres están siendo asesinadas. Qué culpa tenemos nosotras como mujeres que a cada día nos anden matando. Entonces pues, por eso mejor hacemos este encuentro para ver qué podemos hacer o si estamos de acuerdo que nos sigan matando cada día o qué debemos de hacer como mujeres. Por eso es que se hizo esto para ver si queremos seguir vivas, pues hay que hacer algo”. Lo primero, en palabras de las compañeras, es “no vendernos, no rendirnos, no claudicar”.

Luces encendidas en el cielo de Morelia

Llévala a las desaparecidas. Llévala a las asesinadas. Llévala a las presas. Llévala a las violadas. Llévala a las golpeadas. Llévala a las acosadas. Llévala a las violentadas de todas las formas. Llévala a las migrantes. Llévala a las explotadas. Llévala a las muertas. Llévala y dile a todas y cada una de ellas que no está sola, que vas a luchar por ella. Que vas a luchar por la verdad y la justicia que merece su dolor. Que vas a luchar porque el dolor que carga no se vuelva a repetir en otra mujer en cualquier mundo.

(Discurso de clausura. Compañera Alejandra)

La noche del 8 de marzo el Caracol quedó completamente a oscuras. En uno de los auditorios de dos pisos y a lo largo de la cancha de fútbol, las compañeras zapatistas  encendieron simultáneamente más de dos mil velas. Una pequeña luz para que, finalizado el Encuentro, la llevemos a nuestras tierras. Para volver a encenderla en nuestros corazones, en nuestros pensamientos y en nuestras tripas.

Anteriormente habíamos escuchado los discursos de inauguración y la historia de las compañeras de cada Caracol, expresadas también artísticamente en obras de teatro y en las voces de las mujeres de “Dignidad y la Resistencia”, banda musical de Oventic.

También nos hicieron varias propuestas, a todas dijimos que ¡sí! Acordamos “seguir vivas y seguir luchando, cada quien según su modo, su tiempo y su mundo”. Acordamos estudiar, analizar, discutir en nuestros colectivos el sistema patriarcal, para, si se puede, “nombrar quién o quiénes son los responsables de nuestros dolores que tenemos”. Y acordamos también, volver a reunirnos en un segundo encuentro el próximo año “pero no nada más aquí en tierras zapatistas, sino que también en sus mundos de cada quien, de acuerdo a sus tiempos y modos”.

Queda la urgencia de iluminarnos entre nosotras, compartir esas luces y llevarlas a otras mujeres: “llévala y, tal vez, luego llegue en tu pensamiento que no habrá ni verdad, ni justicia, ni libertad en el sistema capitalista patriarcal. Entonces tal vez nos vamos a volver a ver para prenderle fuego al sistema. Y tal vez vas a estar junto a nosotras cuidando que nadie apague ese fuego hasta que no queden más que cenizas”. Mientras eso ocurre, mientras “ese día que será de noche” llegue, seguiremos practicando, entrenando para estar sabedoras de lo más importante que se necesita. “Y eso que se necesita es que nunca más ninguna mujer, del mundo que sea, del color que sea, del tamaño que sea, de la edad que sea, de la lengua que sea, de la cultura que sea, tenga miedo. Porque acá sabemos bien que cuando se dice ‘¡Ya basta!’ es que apenas empieza el camino y que siempre falta lo que falta”.

Escucha  y descarga las palabras de inauguración y clausura del Encuentro:

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