DECLARACIÓN CONJUNTA DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA Y EL EZLN SOBRE LA INTROMISIÓN EN TIERRAS COMUNALES DE LA COMUNIDAD INDÍGENA ÑATHO DE SAN FRANCISCO XOCHICUAUTLA Y EL ATENTADO CONTRA EL INDÍGENA YAQUI LAURO BAUMEA
A la Comunidad indígena Ñathö San Francisco Xochicuautla
A la Tribu Yaqui
A la Sexta Nacional e Internacional
A los Pueblos del Mundo
Una vez más el dolor e indignación de los pueblos en rebeldía y resistencia que conformamos el Congreso Nacional Indígena unimos nuestras voces, rabia y dolor, ahora por nuestros espejos de la Comunidad Indígena Ñatho de San Francisco Xochicuautla y por los defensores del Agua de la Tribu Yaqui.
Nuestros hermanos y hermanas de Xochicuautla han defendido su bosque, oponiéndose a la construcción de la autopista privada Toluca-Naucalpan, porque saben que de sus árboles, de sus montañas, de sus venas de agua surge la vida. Han ganado un amparo que prohíbe los trabajos en sus tierras comunales y desde el 8 de octubre de este año, trabajadores de la empresa custodiados por grupos tácticos de la secretaria de seguridad ciudadana del Estado de México han estado invadiendo esas tierras, cortando cientos de árboles, porque a los malos gobiernos no les importa si los de abajo usamos sus leyes para defendernos, de por sí las rompen con tal de destruirnos, porque para eso las construyen.
El EZLN y la sociedad organizada iluminan Chiapas por normalistas y yaquis
San Cristóbal de las Casas. 22 de octubre de 2014.
Hoy Guerrero y Sonora brillan en Chiapas, en sus caminos nublados, en sus veredas y brechas lodosas. Miles de mujeres y hombres bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional se unen a la jornada global de protestas “Una luz por Ayotzinapa”, refrendando su solidaridad con las familias de los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos y con los presos políticos de la Tribu Yaqui. Para ello, se colocan cuando atardece a la orilla de decenas de caminos mojados que conducen a sus comunidades autónomas. Llevan en sus manos una luz encendida que luego clavan en la tierra cuando no llueve tanto, o mantas que exigen “presentación con vida de los 43 alumnos desaparecidos”, “castigos a los responsables de asesinatos y desaparición forzada”, así como “libertad incondicional para los hermanos yaquis Mario Luna Romero y Fernando Jiménez Gutiérrez”. Se congregan en las inmediaciones de sus comunidades y sus caracoles porque, a casi un mes de la barbarie policiaca en Iguala, 43 estudiantes siguen desaparecidos mientras nadie responde por los 25 heridos, por el cerebro en coma del joven Aldo Gutiérrez Solano, por el rostro baleado a quemaboca de Édgar Andrés Vargas, por el cuerpo desollado de Julio César Mondragón ni por otras 5 personas asesinadas el 26 de septiembre.