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Comunicación Frayba

Organización Mundial Contra la Tortura: Detención Arbitraria y Criminalización en Tecpatán

MEX 002 / 0317/ OBS 029
Detención arbitraria / Criminalización
México
16 de marzo de 2017

 

El Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos, programa conjunto de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y de la FIDH, solicita su intervención URGENTE antela siguiente situación en México.

Descripción de la situación:

El Observatorio ha recibido con seria preocupación información del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas A. C. (Frayba) sobre la detención arbitraria y la criminalización de la Sra. Silvia Juárez Juárez, integrante del Movimiento en Defensa del Territorio de la Región Zoque y del Comité Estatal Democrático de Padres de Familia, así como la criminalización de otros 29 defensores indígenas zoques en el Municipio de Tecpatán, Estado de Chiapas[1], incluyendo a los Sres. Lucas Nañes Castellanos y Sergio Fermín Álvarez, quienes junto con la Sra. Juárez Juárez son los principales líderes del movimiento en Tectapán contra la industria de hidrocarburos y la minería en el territorio indígena zoque [2].

Según las informaciones recibidas, el 21 de febrero de 2017, la Sra. Silvia Juárez Juárez, fue detenida en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez por agentes de policía vestidos de civiles que no se identificaron al momento de la detención y, posteriormente, la trasladaron a la Unidad Integral de Investigación y Justicia Restaurativa en Chiapa de Corzo y, finalmente, al Centro estatal de Reinserción Social de Sentenciados n°14 El Amate, en el Municipio de Cintapala, Estado de Chiapas, donde se encuentra privada de la libertad desde esa fecha.

Según las mismas informaciones, la Sra, Silvia Juárez Juárez, los agentes le manifestaron que la detención era por una denuncia en su contra bajo los cargos de motín, secuestro y daños en agravio de la sociedad. Los Sres. Nañes Castellanos y Fermín Álvarez, así como los otros 27 defensores indígenas zoques tienen órdenes de aprehensión en su contra por los mismos delitos, a raíz de una denuncia interpuesta en su contra ante el Fiscal del Ministerio Publico en Chiapas de Corzo en relación con hechos ocurridos en Tecpatán el 13 de febrero. Ese día, un grupo de ciudadanos inconformes con la administración del Alcalde Armando Pastrana Jiménez, quien públicamente ha manifestado estar a favor de la industria extractiva en la región, realizaron una manifestación en el ayuntamiento municipal. Ante la negativa de ser atendidos algunos manifestantes le prendieron fuego a papelería y a una parte del edificio municipal, sin que se registraran heridos. Sin embargo, es importante resaltar que la Sra. Silvia Júarez y Juárez y algunos de los acusados ni siquiera se encontraban en Tecpatán en el momento de los hechos, y que, según ha podido documentar el Frayba, ninguno de los restantes acusados habrían participado en estos actos de violencia.

El Observatorio condena la detención arbitraria de la Sra. Silvia Juárez Juárez así como el hostigamiento judicial en su contra, en contra de los Sres. Lucas Nañes Castellanos y Sergio Fermín Álvarez y otros 27 defensores indígenas zoques. El Observatorio muestra su preocupación por el hecho de que estos ataques parecen deberse a sus legítimas actividades en defensa de los derechos humanos y, por ello, insta a las autoridades mexicanas a liberar inmediata e incondicionalmente a la Sra. Juárez Juárez así como a poner fin al hostigamiento judicial en contra de las 30 personas defensoras de derechos humanos.

Acción solicitada:

Por favor, escriban a las autoridades de México urgiéndolas a:

i. Liberar de forma inmediata a la Sra. Silvia Juárez Juárez;

ii. Garantizar que se ponga fin a todo tipo de criminalización , en contra de Sra. Silvia Juárez Juárez y los Sres. Lucas Nañes Castellanos y Sergio Fermín Álvarez, así como de los otros 27 defensores indígenas zoquesque cuentan con órdenes de aprehensión y acusados de motín, secuestro y daños en agravio de la sociedad, más generalmente, en contra de todos los defensores y defensoras de derechos humanos en México;

iii. Adoptar de manera inmediata medidas más apropiadas para garantizar la seguridad y la integridad física de la Sra. Silvia Juárez Juárez, de los Sres. Lucas Nañes Castellanos y Sergio Fermín Álvarez, así como de los otros 27 defensores indígenas zoques, así como en general de todos los defensores y defensoras de derechos humanos en México;

iv. Asegurar la aplicación de lo dispuesto por la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 9 de diciembre de 1998;

v. De manera general, garantizar el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en todo el país de conformidad con las normas internacionales de derechos humanos ratificadas por México.

Direcciones:

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Grupo de Trabajo No Estamos Todxs

Pronuciamiento en solidaridad con las niñas asesinadas del Hogar Seguro de Guatemala

guatemala

A las niñas marginalizadas en Guatemala
Al pueblo de Guatemala
Al EZLN
Al CNI
A la Sexta
A todo aquel que tenga un corazón que late abajo y a la izquierda

Desde nuestra geografía, que es Chiapas, México, queremos expresar nuestro profundo dolor, y nuestra rabia por el asesinato de muchísimas niñas, la cifra aumenta cada día. Murieron inmoladas y calcinadas en el Hogar Seguro de la Asunción en San José Pinula, Guatemala, el día 8 de marzo del presente año. Las niñas estaban bajo el “resguardo” del estado de Guatemala, por diferentes razones. Algunas por venir de situaciones de violencia, otras por haber sido arrebatadas de sus familias por el estado, algunas habían sido integradas tras venir de familias de extrema marginalización, cuyos familiares confiaron en que el estado les daría justamente eso; un Hogar Seguro y otras por otras razones más.

En vez de ser “resguardadas” por el estado, estas niñas, fueron víctimas de crímenes de lesa humanidad, abusadas sexualmente, encerradas, víctimas de trata, de negligencia y olvido del estado, de los aparatos en los que sus familias quisieron confiar, y quizás por todas nosotras, todos nosotros. Trataron de huir junto a otros niños, y de denunciar las agresiones que sufrieron, pero fueron alcanzadas y encerradas nuevamente. Sobre las causas del incendio, muchos periódicos están publicando que fue porque dos de ellas prendieron fuego a un colchón, para “que el mundo se diera cuenta de los abusos”, “o para que las dejaran salir”. Pero nadie las dejó salir. El cinismo, la crueldad, la represión, el desprecio y el odio a lxs niñxs de lxs explotadxs, lxs de abajo, hizo que nadie les abriera las puertas. Y las dejaron morir. No dejaron entrar a nadie , ni familias, ni periodistas. Pero hay testimonios  que hasta ponen en duda si el incendio fue colocado por alguna de ellas.

Aquí en México hay miles de espejos del dolor que se vive en Guatemala por la muerte de las más de 43 niñas, y niñxs que a diario fallecen en silencio por el hambre. Tenemos 43 normalistas que nos faltan, tenemos miles de niñas desaparecidas y víctimas de trata. Tenemos los y las bebés asesinadxs en la Guarderia ABC. Tenemos a las niñas y mujeres de Juárez, del Estado de México. Las adolescentes y mujeres violadas y descuartizadas aquí en San Cristóbal de las Casas.

Hoy y siempre, nos unimos al grito de dolor y de justicia del pueblo de Guatemala.

Su lucha es nuestra. Su dolor es nuestro dolor. Les abrazamos con el corazón y nos unamos a las exigencias de justicia.

¡Fue el Estado!
¡Nos faltan 43 en Guatemala y en Ayotzinapa!
Espacio de Lucha contra el Olvido y la Represión
Grupo de Trabajo No Estamos Todxs
De la Red contra la Represión y por la Solidaridad, adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN

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América Leatina desde Abajo

Danza, niñez y resistencias desde Cerro Blanco, Chile

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Por Ignacio Andrés.
América Leatina desde Abajo.

I.-Celebrando Anata en el Cerro Blanco

Durante el 3, 4 y 5 de marzo se realizó la decimotercera versión del Anata en el Cerro Blanco. Fueron tres días en donde resonaron las tarkas y las danzas se sucedieron una tras otra, en los que la alegría se apropió de anfitriones y asistentes tanto como el juego y la compartición.

Antes de abordar dicha experiencia, inicialmente cabe comenzar por precisar el significado del Anata. Para el Centro Ceremonial Cerro Blanco – Apu Wechuraba, impulsor del mismo, el Anata es una festividad que hace referencia al “tiempo de juego” en un contexto ritual en plena época de Jallu Pacha o lluvias en el Altiplano. Es el tiempo femenino, tiempo de la Phaxsi Mama (Luna) y de la Pacha Mama, ya que la tierra está abierta, fue sembrada y aparecen los primeros frutos y flores.

Todos los ritos están dirigidos a la papa, la quinoa, la arveja y todo lo que esté floreciendo, y en algunos casos se esté cosechando. Se le conoce también como la fiesta o “floreo de la gente”, es el espacio de reproducción social de la comunidad. Son tres días de fiesta en la que aparece la organización espacial y social de los ayllus y en que se representa la adscripción y pertenencia a un grupo de parentesco y comunidad identificada por los antepasados.

La celebración del Anata se hace generalmente en el mes de febrero o comienzos de marzo, cuando las plantas están en pleno florecimiento. Como tiempo ritual, sagrado, se invoca a las divinidades andinas expresadas en cerros y zonas sagradas, los Apus, Achachilas, Uywires, Wakas.1

Por considerarse una época femenina es el momento propicio para la fertilidad de todo ser vivo. Las plantas de la papa florecen, dando a su tiempo el fruto esperado por la comunidad.

En el Anata se manifiesta la relación intrínseca en el mundo andino entre el Jaqi o Runa (persona), la naturaleza y las divinidades. Es un tiempo de renovación. Las relaciones sociales se restablecen, los ahijados visitan a los padrinos, los niños socializan con la comunidad, se realizan alianzas matrimoniales. Es tiempo de encuentro.

El Anata está asociado con el uso de instrumentos como tarkas, moseños y pinkillos. Las danzas ejecutadas están en directa relación con el instrumento. Dentro de los aguayos las personas portan los primeros productos de las chacras, seleccionando los mejores para ser challados, los cuales posibilitan la multiplicación en la cosecha.

En la celebración del Anata es primordial la ch’alla (rociar la tierra o algún elemento con alcohol) y la instalación de mesas ceremoniales en las cuatro esquinas de todo lugar. Este agradecimiento se extiende a todo el conjunto de la naturaleza, animales, casa, bienes. Todo lo circundante al Jaqi o Runa, las herramientas de trabajo, los productos agrícolas, la naturaleza, las cosas, adquieren vida, son seres que comen y beben.

Lanzar agua en Anata está relacionado con la fecundidad de la tierra, en las comunidades se juega con agua y también harina. La Pacha Mama necesita confites para satisfacer su hambre, realizándose mesas ceremoniales dulces. La serpentina y la mixtura son otros elementos fundamentales para esta festividad, simbolizando la continuidad, alegría, unidad y cooperación, pero sobre todo la hoja sagrada de la Mama Coca, la que nos permite relacionarnos con nuestras divinidades.

En algunas comunidades el Anata es representado por una figura masculina llamada Ño Carnavalón o José Domingo Carnavalón, dando cuenta del principio andino de la dualidad, el chacha-warmi (hombre-mujer), siendo el complemento de la Pacha Mama, el abuelo eterno. Su desentierro en el inicio de la fiesta representa el regreso de los antepasados. Es tiempo de fertilidad y hay que despedirlo con alegría.2

Pero hay algo más por exponer. Históricamente, el Anata que se realiza en el Cerro Blanco guarda una estrecha relación con el Anata oriundo del Valle de Azapa (ubicado en la XV región de Arica y Parinacota), desde que a principios de los 70’ agrupaciones de danza aymaras bolivianas junto a familias afro-descendientes organizaran el primer carnaval en dicho valle, que ya en aquel entonces tenía la figura del abuelo carnavalón o «espíritu de los cultivos», una suerte de jornalero o campesino de la zona. Cabe señalar también que estas primeras agrupaciones referirían sus nombres a los pueblos de origen en Bolivia, como es el caso de la agrupación Andino Sajama que alude a la provincia de Sajama, departamento de Oruro.3

Por otra parte, podríamos decir que el abuelo carnavalón, abuelo carnaval, o también conocido en otros lugares como el Ño carnavalón, visto con ojos de no creyente, es un mono hecho de paja, madera y otros elementos, con vestimentas de traje, un vestón y un pantalón de tela muy elegantes. Pero él, al levantarse de la tierra, es el que da comienzo tanto a los carnavales de los pueblos del interior de Arica como al del Cerro Blanco. Según la concepción andina, cada pueblo cuenta con su propio abuelo enterrado en algún cerro sagrado, debiéndose realizar un ritual en agradecimiento (denominado pawa) al desenterrarlo, vistiéndolo para los días que siguen de carnaval, y al acabar éste, enterrarlo nuevamente y permitirle descansar hasta el otro año. Comúnmente una agrupación denominada «alférez», suele hacerse cargo de la ceremonia de vestimenta para el abuelo, de comprarle un traje nuevo para este año, así como zapatos, sombrero, camisa, etc., si es necesario.4

En el caso del Anata del Cerro Blanco – Apu Wechuraba, el alférez de este año fue la fraternidad Caporales Centralistas San Miguel, agrupación con más de cuarenta años de trayectoria, que sostuvo durante los tres días de carnaval las diversas ceremonias, actividades, comidas, bebidas, higiene y aseo del cerro y centro ceremonial, además de acoger a las más de 500 personas asistentes y manteniendo así el espíritu del carnaval.5 El próximo año el nuevo alférez deberá desempeñarse en la misma función, sin esperar nada a cambio, en íntima reciprocidad con las demás agrupaciones, como ya es marcada tradición.

Todo esto ocurre en un territorio que al estar ubicado en el Valle del Mapocho y sus cercanías, alberga todo un universo de entidades sagradas que nos rememoran antiguos parajes donde convivían personas venidas del norte, pueblos andinos del kollasuyu, y pueblos del sur, mapuche. Lo que hoy se conoce como Santiago siempre constituyó un espacio intercultural. De hecho, en las laderas del Cerro Blanco en dirección poniente, se ubica el Qhapaq Ñana (o camino principal en quechua), el sendero que los pueblos del norte y sur usaban para cruzar el valle del Mapocho, en donde actualmente se ubica la Avenida Independencia y la calle Bandera.6

Hoy día, la celebración del Anata es parte de una política latente, en tanto proyecto y necesidad, que da cuenta por entre otros aspectos, de la apremiante necesidad del encuentro entre nuestros círculos de organización, de las muchas veces omitida compartición y alegría en nuestras relaciones, concíbanse estas políticas o no. Un valeroso programa que a través de la rigurosidad que conlleva el constante levantamiento de actividades, se consolida y defiende ante el hostigamiento de las instituciones de la vieja política y la ascendente represión hacia las comunidades.

No hay duda que en un país como el nuestro, convertido ya desde hace décadas en un laboratorio del neoliberalismo, la cultura constituye una aguda problemática en donde cada pormenor, dicho sea de paso, puede tornarse crucial. Es cuestión de entrever como ésta se desarrolla en el actual conflicto del Centro Ceremonial Cerro Blanco – Apu Wechuraba. Desde la hora en que sale el sol hasta que éste se pone, son fácilmente distinguibles dos culturas.

Por una parte, una cultura «desde arriba», que en el caso que nos ocupa, se muestra estática, incapaz de romper con el paternalismo y las concepciones de identidad dominantes, impuestas con sangre, tristeza y olvido, como lo son la nación o inclusive la de raza, cuya autenticidad ha sido reducida a certificados provistos por la misma República que desde su conformación, no ha hecho más que reprimir las comunidades indígenas. Vemos ahí el hecho trágico de que, como antaño, la política se antepone a la cultura —traducido esto en la maquinación partidista que amenaza la gestión del cerro—, proliferando así la indiferencia, la ambición y la traición en las relaciones humanas.

Por otra parte, en paralelo se robustece una cultura «desde abajo», que al ser dinámica se reinventa una y otra vez, aunándose de forma comunitaria, a partir del encuentro, del sentir, haciendo de este un catalizador ante las amarguras del día a día. Cultura que en el caso que nos convoca, inspiró tanto a quienes de manera eventual tocaron, bailaron o de alguna u otra fueron parte del Anata, como es parte de quienes desde hace dieciséis años han sido parte íntegra de la construcción a pulso y se han esfuerzan día a día en la manutención del Centro Ceremonial Cerro Blanco – Apu Wechuraba. En este caso se difícil distinguir el divorcio entre cultura y política o siquiera establecer un orden «táctico» entre ambas.

Con este telón de fondo, el CONACIN o Coordinadora Nacional Indianista se ha situado en el desarrollo y fomento de la cultura desde abajo, potenciando así no sólo la ancestral condición de punto de encuentro del Cerro Blanco, sino que hoy al mismo tiempo, la de resistencia.

De allí que a cuatro días de finalizado el Anata, el jueves 9 de marzo, fuese realizada la Mesa Indianista en la Aldea de La Paz del centro ceremonial, jornada en donde asistieron más de 100 personas, muchas en representación de diversas agrupaciones de danza, con el fin de hacer converger las formas de lucha en la restitución del comodato.

Del mismo modo, este jueves 16 de marzo se realizará una asamblea abierta a las 19:00 hrs. en la Aldea de La Paz del Centro Ceremonial del Apu Wechuraba, en donde han sido convocada a participar la Mesa Indígena de Recoleta, siendo este encuentro propicio para el diálogo entre los diversos actores involucrados, así como otra oportunidad para la colaboración de quienes de algún modo son conscientes del conflicto y la importancia en la defensa de las culturas desde abajo.

Notas:

1.Apu es el título de honor que significa ‘Señor’ y que se da en especial a los Achachilas y también al Dios cristiano.

Los Achachilas, junto con la Pachamama, constituyen la categoría más importante. Son los grandes protectores del pueblo aymara y de cada comunidad local. Como las montañas y los cerros, que son sus moradas, abrigan al hombre. Existe una relación filial entre los aymaras y los Achachilas, porque estos últimos son los espíritus de los antepasados remotos, que siguen permaneciendo cerca de sus pueblos. Supervisando la vida de los suyos, comparten sus sufrimientos y sus penas, y les colman con sus bendiciones. Los hombres les pagan por todo esto respetándoles y ofreciéndoles oraciones y ofrendas. Existen varias clases de Achachilas. Una primera clase la forman los Achachilas grandes, generalmente identificados con las más altas montañas de las cordilleras andinas, como por ejemplo el Illampu, el Illimani y el Sajama. Éstos son los protectores de todo el pueblo aymara y de todo el territorio ocupado por éste. Una segunda clase la forman los Achachilas, que son identificados con los cerros que rodean las comunidades; éstos son los espíritus protectores de las comunidades locales: así, cada comunidad tiene sus propios Achachilas.

Los Uywires (o uywiri) son los espíritus protectores locales, en especial del hogar y del ganado. Son también el nombre genérico para los distintos lugares sagrados que se encuentran dentro de los límites de una comunidad. Estos lugares son considerados como protectores de los habitantes, de los cultivos y del ganado.

El Waka es un espíritu protector de menor categoría. Su fuerza está presente en determinadas piedras que son respetadas por los campesinos. Los misioneros de la época colonial usaban la palabra waka para todos los seres sobrehumanos de los aymaras y sus representaciones.

Fuente: “Glosario”, de Hans van den Berg, 2005. Disponible en http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-33232005000100010 

  1. Transcripción directa del cartel puesto a la entrada del Centro Ceremonial, que explica según quienes componen éste mismo el significado del Anata.
  1. “Carnaval Andino en la ciudad de Arica: Performance en la frontera norte chilena”, de Andrea Chamorro, 2013. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-10432013000100004/
  2. “Época de carnaval: celebrando el mundo Aymara y derribando estereotipos en nuestras culturas ancestrales”, de Paula Jorquera, 2017. Disponible en: http://www.elmostrador.cl/braga/2017/02/26/epoca-de-carnaval-celebrando-el-mundo-aymara-y-derribando-estereotipos-en-nuestras-culturas-ancestrales/
  1. Fuente: Somos Cerro Blanco
  1. Santiago Jacha Marka: Danzas, cosmovisión, festividades y acción política en el espacio urbano. Compañía de Investigación y Danzas Andinas Taypi Aru. Editorial Quimantú, 2011.

II. Corso infantil en el Apu Wechuraba: la danza, la niñez y otras resistencias

Durante el pasado sábado 25 de febrero, en el Centro Ceremonial Indígena Apu Wechuraba1 del Cerro Blanco, se realizó un corso infantil organizado por la Coordinadora Nacional Indianista, más conocida como CONACIN, que actualmente agrupa a diversas agrupaciones de danza tales como Mankasaya, Kullabas, Bailes Chinos, temascaleros, además de machis y otros.2

Siendo CONACIN un crisol de distintas danzas, cosmovisiones, experiencias y sensibilidades políticas, hablar de danza para ésta es hacer referencia directa a su cultura de proveniencia, la ritualidad en la que se instala, el carácter de festividad que desarrolla, la música, la vestimenta, y por sobre todo los y las danzantes. Es más, podríamos decir que en cierto sentido las agrupaciones se han convertido en ayllus3, comunidades ya no transitorias como los conjuntos folclóricos (entendidos de manera simplista), sino más bien como comunidades de sentido, desde la reelaboración de la solidaridad y fraternidad a través del movimiento y los cuerpos4.

A partir de esta perspectiva –y dentro de la apretada agenda que suele mantener el CONACIN durante el año–, sería llevaría a cabo el corso infantil.

Pero cabe preguntarse, ¿qué es un corso?

Un corso se distingue de otras formas carnavalescas en tanto no posee un carácter homogéneo en el desfile, pues no se compone sólo de bandas, como lo sería una comparsa, sino que permite personas o agrupaciones no precisamente vinculadas a la danza, así como también da paso a toda una variedad de atuendos (no solamente pertenecientes a conjuntos folclóricos) tales como disfraces o caras pintadas, tal como lo sería en esta ocasión. Además, el corso se suele realizar en época de carnaval y esta no sería la excepción, pues habría sido previo a la Anata5 realizada el 3, 4 y 5 de marzo en el Apu Wechuraba.

¿Por qué, entonces, un corso infantil?

Puesto que para las agrupaciones de danza andina reunidas en el Apu Wechuraba es común observar como las niñas y niños suelen ser apartados de todas las presentaciones, reuniones organizativas o múltiples instancias consideradas solemnes, serias, formales o en estricto rigor, «adultas» en la sociedad, no siendo precisamente tales agrupaciones la excepción. De ahí a que durante La Comadre6 del pasado jueves 23, entre las diversas intervenciones realizadas por las compañeras, se señalase la necesidad de resolver dicha problemática, comenzando así por el corso infantil. No obstante, según también se marcaría el énfasis en que éste sería parte de toda una apuesta por sostener en el tiempo, orientada a las nuevas generaciones, considerándose al corso como el primero de muchos carnavales infantiles por realizar. Es así como durante el presente año se realizarían al menos dos talleres de danza infantil. Por un lado la Aldea Kenay o escuela masculina en las estaciones de otoño e invierno y por otro, la Aldea Sayen o escuela femenina en las estaciones de primavera y verano.

En otro aspecto, la puesta en marcha de semejante iniciativa da cuenta como la educación en torno a las culturas propias de Nuestra América, no puede resolverse ya a través de relaciones asimétricas en donde es el niño quien sigue y aprende, y el adulto, quien señala y enseña, y del mismo modo, como los saberes no pueden comprenderse sino a través del vínculo con la realidad y su subjetividad, el hacer mismo. De forma tal que, la transformación de las relaciones sociales y la vinculación con nuestras diversas raíces no sería ya una cuestión que atañería tan sólo a la responsabilidad de las personas adultas, poseedoras de conocimientos específicos o no, sino que tomaría en forma y contenido otros saberes, sentimientos e inquietudes, los que suelen marcar el paso del ritmo festivo que es la misma infancia, pero que se ven entorpecidos a diario por los desabrimientos, desigualdades y contrariedades de la educación actual en Chile.

Por otra parte, en cuanto al curso de la actividad, el pasacalle comenzaría en la Casa Andina, espacio en donde habitualmente se realizan ceremonias y rogativas, para posteriormente dirigirse al Jardín Machi, en donde los infantes interactuarían con una llama7 ahí presente, cruzando junto al Temascal y llegando finalmente al escenario del Apu Wechuraba, en donde comúnmente se suelen celebrar las presentaciones de danza y música de mayor envergadura. Posteriormente se retornaría a la Casa Andina para así realizar el apthapi8 y de forma paralela, los siempre entusiastas juegos de agua.

Por último, hay que señalar el corso infantil se llevaría a cabo en pleno conflicto con la gestión municipal de Daniel Jadue (PC), encontrándose actualmente el CONACIN ante la inminencia de un desalojo. Esto debido a que dos semanas luego de haberse celebrado el Inti Raymi el año pasado, la Coordinadora sería notificada del término en el comodato, a razón de un supuesto “incumplimiento de contrato”, puesto que el Centro Ceremonial Apu Huechuraba no habría contado formalmente con instalaciones de agua y luz. Paradójicamente, esto último le habría correspondido precisamente al SIRVIU o la Municipalidad.

Ante tal situación, se hace relevante tomar en cuenta como el CONACIN ha sostenido de manera autónoma por más de dieciséis años el Apu Wechuraba, levantando diversas instancias tales como carnavales, rogativas, comparticiones, talleres, etcétera, hasta el día de hoy, autofinanciándose para todo ello.

Es por ello que el jueves 9 de marzo se realizará una Mesa Indianista con todas las agrupaciones partícipes o relacionadas de algún u otro modo al centro ceremonial, de la cual resultará una propuesta de administración del cerro en su totalidad –y no una fracción del mismo como actualmente ocurre–, desde la visión de la autogestión y autonomía indígena.9

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Fotografías: Jorge Rosales

 

 

Notas

  1. El Cerro Blanco era ya denominado como Apu Wechuraba desde tiempos remotos. “Apu” en quechua vendría a significar un lugar o cerro sagrado, mientras que “Wechuraba” es una palabra en mapuzungún, que vendría a significar “de donde nace la greda”.2. Fuente: Periódico El Recolector3. El “ayllu” es un término de origen quechua al que suele asociársele por significado parentela, familia o linaje. Del mismo modo fue la unidad política, económica y social básica del Estado Inca, siendo conformado así por miles de familias. Los ayllus sin embargo no se conformaban por lazos puramente sanguíneos (como hoy podrían serlo las familias), sino que también por estrechos vínculos territoriales, espirituales, laborales, etcétera.

    4. Santiago Jacha Marka: Danzas, cosmovisión, festividades y acción política en el espacio urbano. Compañía de Investigación y Danzas Andinas Taypi Aru. Editorial Quimantú, 2011.

    5. La Anata es una festividad andina, realizada en el Apu Wechuraba […]

    6. Las Comadres son fiestas provenientes de Asturias, el Pueblo Vasco y otros lugares de España, que sería adquirida durante el proceso de colonización por comunidades andinas, cosmovisión andina alcanzando diversos territorios de América Latina, aunque manteniendo la esencia de una actividad de contención, catarsis y compartición, preponderantemente femenina.

    7. Actualmente la llama sigue siendo un animal fundamental para el desarrollo de la economía cotidiana, los mitos y la ciencia de las múltiples culturas relacionadas con el Altiplano andino.

    8. El apthapi proviene del vocablo apthapiña, que significa “recoger de la cosecha”. Se le suele denominar así a la costumbre de compartir alimentos entre los miembros de una comunidad, amigos o familiares se conoce entre los aymaras como apthapi y es una herencia de los pueblos nativos del occidente boliviano. Tiene además el objetivo de compartir, unir a las familias y también permitir a las comunidades reconciliarse con aquellas que se encuentran distanciadas por discusiones o problemas.

    9. Fuente: Periódico El Recolector

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Nómada

Guatemala: Las razones del amotinamiento de las niñas del hogar seguro

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Dos familiares se abrazan afuera del Hogar Seguro el 8 de marzo de 2017.
Fotos: Carlos Sebastián

Los adolescentes estaban sancionados por extorsión. Las niñas tenían objetos punzocortantes escondidos en el pelo. Agotamos el diálogo con las niñas. No podíamos aceptar un informe que dice que ese lugar es un gallinero en donde se tortura a los niños. Considero que la causa del amotinamiento, porque no les gusta la comida, no era válida. No hubo negligencia. No voy a presentar mi renuncia como Secretario de Bienestar Social. El Presidente ordenó anoche a la policía que encontrara y regresara a los 60 adolescentes fugados. El problema es que los jueces mezclan a los niños que han cometido delitos con niños abandonados por sus familias. Pedimos al Ministerio Público que investigue pero no responsabilizamos directamente a nadie. El Presidente no vino a participar en la conferencia porque está atendiendo asuntos urgentes de la nación. Se termina esta conferencia de prensa.

Así explicó el Gobierno de Guatemala a sus ciudadanos qué había ocurrido la mañana del 8 de marzo de 2017 cuando unas niñas y adolescentes se amotinaron en la casa hogar gubernamental en la que vivían. Las niñas se amotinaron y prendieron fuego a unos colchones en unas habitaciones para que las dejaran salir. No las dejaron salir y murieron calcinadas. En ese momento eran 19 las que murieron. Hasta ahora van 22.

El Hogar Seguro Virgen de la Asunción queda en una colina a 6 kilómetros del inicio de la Carretera a El Salvador, una de las zonas residenciales más exclusivas de la Ciudad de Guatemala. Está en el municipio de San José Pinula, rodeado por bosques y barrancos que han servido de escondite para más de 100 niños y adolescentes que escaparon durante el último año de lo que debería ser su casa pero consideran su cárcel.

Las niñas no se amotinaron porque no les gustara el sabor de la comida.

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Regeneración Radio

Desmantelan la cabina de Regeneración Radio

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El pasado martes 7 de marzo, nos percatamos de que nuestra cabina de radio fue abierta por la fuerza. Al ingresar, lo primero que vimos fue la ausencia de nuestro equipo: micrófonos, cables, consolas, ecualizadores de audio, computadoras con el acervo de Regeneración Radio -entre otras cosas- fueron extraídos de nuestro centro de trabajo. Llama la atención que de una casa completa, solo el espacio radiofónico fue afectado.

Estos acontecimientos se dan en un clima de violaciones al derecho a la comunicación, agresiones a la prensa y ataques constantes a los proyectos ubicados en la CDMX, en donde la consigna es exterminar a todo aquel que pretenda construir desde el aspecto político, social y cultural; desde abajo y a la izquierda.

ANTECEDENTES: No es la primera vez que recibimos un ataque. Es preciso recordar que el 21 de septiembre de 2015 nuestra anterior cabina fue completamente destruida por un grupo porril en la UNAM, aunado a las agresiones físicas, amenazas de muerte y el intento de asesinato a uno de nuestros integrantes. Aquella vez logramos reconstruirnos y reinventarnos en un nuevo sitio.

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Frayba

“Nos están matando en medio de la permisibilidad”: un acercamiento a la violencia hacia las mujeres

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La violencia contra las mujeres en México es una práctica cotidiana y socialmente permitida, no está sustentada en hechos aislados, es un común denominador que es mantenido por el sistema patriarcal que vivimos cotidianamente en el país. La Organización Mundial de la Salud en noviembre del 2016, señaló que este tipo de violencia generalmente es ejercida por la pareja y está altamente vinculada con los abusos sexuales, lo que lo constituye un grave problema de salud pública y una violación a los derechos humanos de las mujeres.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la violencia contra la mujer como todo acto que cause “un daño físico, sexual o psicológico… inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”. Chistean Smog, del Fondo para la Infancia (Unicef), alertó de la violencia sexual contra las adolescentes en este país: más de 23 mil en edades de 12 a 17 años sufrieron una agresión de ese tipo en 2014. Cuatro de cada 10 les pasó en el hogar, la escuela o el trabajo.

Esta problemática es tan visible, que incluso el gobierno mexicano a través del Instituto Nacional de Estadística y Geografía admitió en noviembre del 2015 que “Se trata de un problema de gran dimensión y una práctica social ampliamente extendida en todo el país, pues 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más… han experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo”.

A pesar de que la realidad generalmente rebasa las estadísticas, y más las oficiales, los promedios que presenta esta instancia oficial son aterradores. El 32% de las mujeres en el país han padecido violencia sexual, incluidos los actos de intimidación, acoso o abuso sexual; se estima que durante 2013 y 2015, fueron asesinadas siete mujeres diariamente en el país.

Una mirada a Chiapas

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Radio Zapatista

Un encuentro de mujeres “Abajo a la izquierda… desde adentro y con todo el corazón”

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San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
9 de marzo, 2017.

Por: Concepción Suárez Aguilar (para Radio Zapatista)

Abajo a la izquierda… desde adentro y con todo el corazón
¡Tenemos derecho a la tierra, tenemos derecho a decidir!

Rostros varios, ojos limpios, voces fuertes, mujeres indígenas y no indígenas reunidas en asamblea del Movimiento en Defensa de Tierra y Territorio y por el Reconocimiento a la Participación de las Mujeres en la Toma de Decisiones, este 6 y 7 de marzo en las instalaciones de CIDECI Las Casas, abrimos nuestros corazones, compartimos nuestras rabias frente al despojo, el que viene de los proyectos neoextractivistas, pero también el que viene de los hombres del campo y la ciudad.

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Congreso Nacional Indígena

Comunicado del Congreso Nacional Indígena del 9 de marzo de 2017

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Foto: Agencia Infomanía

Traduzione italiano
Tradução em portugês

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Comunicado del Congreso Nacional Indígena

9 de marzo 2017

A la sexta nacional e internacional
A los medios libres de comunicación
A la sociedad civil en general

Compañeros, compañeras, mientras nuestros pueblos cada uno a sus modos y formas seguimos organizándonos, analizando y tomando acuerdos colectivos para la conformación de un Concejo Indígena de Gobierno, la guerra en contra de nuestros pueblos no cesa, el despojo y la represión desde los malos gobiernos en sus tres niveles sigue actuando en contra de nuestra madre tierra, de nuestros pueblos y nuestras organizaciones autónomas.

En el estado de Oaxaca

Con indignación denunciamos y condenamos lo acontecido en la comunidad de San Francisco del Mar, región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, donde se suscitaron actos de violencia, incluso el uso de armas de fuego, para imponer la aprobación de proyectos eólicos que despojarían de una parte importante de tierras de uso común de esta comunidad y afectarían gravemente a su rico y delicado ecosistema.

Los hechos se desarrollaron durante la asamblea del comisariado de bienes comunales de San Francisco del Mar, la cual fue convocada para tratar la autorización del uso de más de 15 mil hectáreas para proyectos camaroniferos de Pueblo Viejo en la zona denominada la bocabarra. Varios oradores expusieron su rechazo a la entrega de tierras, evidenciaron que en realidad es para proyectos eólicos; se dijo que la bocabarra se trata de un lugar vital para miles de pescadores y de ser aprobado el proyecto significaría quitarles el derecho a su fuente de vida y sustento; además que una decisión tan importante requiere la participación y decisión de toda la población.

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NotiFrayba

Noti Frayba: El acecho del extractivismo en la región zoque

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(Descarga aquí)  

La extracción y explotación de hidrocarburos en la región zoque abarca aproximadamente 12 municipios, 11 para Chiapas, y Teapa, del estado de Tabasco, ubicados dentro de la cuenca del sureste. Desde septiembre los ejidatarios y habitantes de esa zona han dedicado a defender su territorio frente a esa imposición por parte de la Secretaría de Energía de exploración y explotación de hidrocarburos, pues los pobladores alegan que nunca se llevó a cabo una consulta para los trabajos en su territorio. Te invitamos a conocer esta historia que pretende concretar un nuevo despojo para los pueblos indígenas de México.

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Radio Zapatista

“La vagina contraataca”, o la insolencia del feminismo callejero

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Muchacha en el “tetazo”, Argentina, feb 2017. Foto: lamula.pe.

Por: Eugenia Gutiérrez (colectivo Radio Zapatista).
México, 8 de marzo de 2017.

¿Quiénes son ellas? Irreverentes, impúdicas, libres. Salen a las calles a gritar indignación, a presentarla sin poses de revista. Redactan cartulinas y pancartas incómodas: “Mi cuerpo, mi territorio”, “Mi vientre, mi decisión”, “Mi vagina, mis reglas… con o sin toalla”, “Quítame tus leyes de encima”.

Otro Día Internacional de la Mujer en Lucha con más razones que nunca. En tanto, millones se organizan sin liderazgos contra un anhelo misógino que crece. Ha pasado un año más y las protestas continúan. Convocan a paros y conferencias. Allí se conocen en el debate de la humillación común y la necesidad de revertirla. Pero es en las calles donde somos iguales y nos hermanamos. Día con día, en decenas de ciudades se marcha de manera multitudinaria, ya sea contra el feminicidio y las agresiones sexuales o a favor de la soberanía del cuerpo, del placer sexual, de los derechos reproductivos y de la sencilla libertad de amamantar a una criatura donde se nos hinche un ovario. En todas las movilizaciones se cruzan dos ejes, la crítica a la hipocresía capitalista que mercantiliza el cuerpo femenino controlado y la solidaridad que se compromete con la gama más amplia de derechos a nivel mundial, contra el racismo, la xenofobia, la homofobia y el clasismo: “Mi útero no es propiedad pública”, “Les molesta la teta que no pueden vender”, “Sin mujeres libres no hay pueblos libres”.

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