Presos Políticos Mapuche de Lebu, Angol y Temuco solidarizan con Temucuicui y Pilmaiken frente a escalada represiva del gobierno
Los presos políticos Mapuche de las cárceles de Lebu, Angol y Temuco han manifestado a través de comunicados su solidaridad y preocupación frente a hechos que representan una escalada represiva en contra de las comunidades en resistencia por parte del actual gobierno.
También hacen mención a los tres presos políticos Mapuche de la cárcel de Angol Pedro Palacios Cañuta, Simón Huenchullan Millanao y Jorge Palacios Cañuta, quienes se encuentran en huelga de hambre desde el 27 de febrero por el cumplimiento de traslado a CET (Centro de Estudio y Trabajo) de Victoria. Desde Lebu dicen encontrarse alerta por esta situación y no descartan movilizaciones.
A su vez hacen un llamado a fortalecerse frente a lo que es una clara persecución a las comunidades en resistencia y al movimiento mapuche autonomista, por parte del actual gobierno socialdemócrata y en concomitancia con sectores de ultraderecha e históricamente antimapuche. Profundizando las políticas represivas y asegurando las inversiones capitalistas extractivas en Wallmapu (El gran territorio Mapuche).
DECLARACIÓN PÚBLICA PRESOS POLITICOS MAPUCHE DE LA CÁRCEL DE LEBU
A nuestro Pueblo Nación Mapuche, a los Lov y comunidades en resistencia, a las distintas redes de apoyo en las ciudades, al pueblo chileno, los presos políticos mapuche de la cárcel de Lebu venimos a decir lo siguiente:
Como presos políticos mapuche vemos con indignación como un gobierno que se jacta de ser distinto y progresista, profundiza la política represiva hacia nuestro pueblo.
Hoy los presos políticos mapuche de la cárcel de Angol exigen con una huelga de hambre que se cumpla el acuerdo firmado entre el entonces director regional de Gendarmería en La Araucanía y la ex ministra de Justicia, Marcela Ríos para que se respete lo dictado por el Convenio 169 de la OIT. Cómo presos políticos mapuche de la cárcel de Lebu venimos a solidarizar con los 3 hermanos que están en huelga de hambre en Angol y exigimos que de una vez se respete el Convenio 169.
Frente a esta situación como PPM lavkenche nos declaramos en estado de alerta y no descartamos una posible movilización en respaldo a las demandas antes descritas. De igual forma enviamos un saludo fraterno y todo nuestro respaldo a los peñi/lamuen de Pilmaiken y Temucuicui tras la últimos hechos de robo y represión por parte de la policía militar que copa todo el Wallmapu.
Primero robaron nuestro territorio y ahora saquean nuestra alimentación dejando en claro con estos hechos que el gobierno de Boric no tiene interés real en intentar resolver el conflicto territorial sino más bien se empecina en agudidar las políticas coloniales y represivas en contra del movimiento mapuche autonomista creando condiciones para que las empresas extractivistas continúen saqueando nuestro territorio.
Por último hacemos un llamado a todas las comunidades que están en la lucha diaria contra el estado a fortalecer el weichan y preparase para defender lo recuperado dado que todo indica que el gobierno de Boric ha dado su respaldo político total a los usurpadores y sus perros guardianes, policías y militares, que acechan nuestro territorio.
Abajo el latifundio!
Fuera las forestales, milicos y yanakonas de Wallmapu!
Fuera hidroeléctricas noruegas de Pilmaiken!
Respeto del Convenio 169 y libertad a todos los PPM.
Territorio y autonomía.
Presos políticos mapuche de la cárcel de Lebu:
José Llanquileo
Alexis Manríquez Maril
Matías Leviqueo
Esteban Carrera
Cesar Millanao
Eliseo Raiman
Esteban Huichacura
Manuel Huichacura
Carlos Huichacura
Francisco Medina Huichacura
Robinson Parra Sáez
Yerko Maril Mariñan
Héctor Parra Sáez
Guillermo Camus
Bernardo Camus
5 de marzo de 2023.
COMUNICADO PÚBLICO PRISIONEROS POLÍTICOS MAPUCHE CÁRCEL DE ANGOL
Desde la prisión política, rechazamos los graves hechos de violencia y despojo que continua el gobierno de Gabriel Boric Font en contra de los lof en resistencia de Malleco.
Kiñe: repudiamos enérgicamente la represión realizada por parte de carabineros de Pailahueque en contra de la comunidad Temucuicui y el proceso de recuperación territorial que lleva adelante desde hace muchos años y que legítimamente pertenecen al territorio de wallmapu.
Epu: respaldamos la acción de resistencia de pu weichafe de Temucuicui, wechekeche, domoche weichafe, pichikeche, ka pu fütakeche que realizan y defienden el proceso productivo de siembras para mantener la autonomía alimentaria, que con dignidad y valentía se enfrentan a las fuerzas represivas del Estado que protege los intereses del empresariado y latifundio.
Küla: desde la supuesta democracia que existe en Chile, jamás hemos visto que el estado ataque el proceso productivo o el robo de cereales a las comunidades, sin embargo, hoy es de público conocimiento que carabineros robe e incaute trigo y avena que con mucho sacrificio fueron sembrados por peñi y lamgen del lof de temucuicui y que actualmente se ven afectados directamente, en pocas palabras, se está robando y secuestrando el pan a nuestro pu peñi, pu lamgen, pu pichikeche.
Meli: hacemos responsables al gobierno y a los políticos de ultraderecha que manipulan, estigmatizan y ensucian nuestra justa lucha, quienes día a día a través de los medios de comunicación a sus servicios se dedican a hablar en contra de nuestro pueblo Mapuche. Pero le dejamos en claro una cosa: jamás doblegaran nuestra lucha…a fuego y sangre derramada se apropiaron de nuestro territorio, si es necesario, recuperaremos nuestro wallmapu de la misma forma.
Estamos consientes de los peñis que se encuentran hospitalizados y con diagnóstico de carácter grave, así también de más pu peñi, pu lamgen con lesiones de perdigones, todo ocasionado por la violencia de carabineros al efectuar la supuesta frustración de hurto de trigo y avena.
De igual manera saludamos a los tres peñis que se mantienen en huelga de hambre, exigiendo su salida al C.E.T de Victoria.
A estar atentos y a respaldar la lucha de la comunidad Temucuicui como a los diferentes lof en resistencia así como tambien a nuestros peñis huelguistas.
¡¡¡Newen pu peñi pu lamgen!!! ¡¡¡Wewain!!
Prisioneros Políticos Mapuche, Matías Ancalaf Prado – Moroni Ancalaf Prado, Lof Choin Lafkenche, Collipulli.
Mediante la presente declaración venimos a exponer lo siguiente.
1. Frente a los últimos acontecimientos sucedidos en la comunidad de Temucuicui autónoma, donde fue saqueado el alimento y heridos por la represión de las policías. Con estos hechos queda de manifiesto que el gobierno de Boric no tiene interés real en resolver el conflicto territorial de pueblo nación mapuche, sino que más bien busca empecinarse en agudizar y agotar cada una de las políticas capitalistas- represivas. Para defender los grandes consorcios económico depredadores del territorio como son los grandes latifundista. Que buscan la protección del Estado escudándose en ser ellos los únicos productores y sostenedores de la demanda alimentaria de la población de este país. En consecuencia que dentro de las comunidades hoy día y pese a la adversidad monetaria el mapuche si ha logrado auto sustentar y abastecer comercios, ferias alimentarias y de ganado, molinos locales con diversos productos; como trigo y avena, hortaliza en la histórica feria pinto de Temuco, que con sus productos abastece a más de una región por solo nombrar algunas actividades.
2. Sin embargo, el Estado se esmera en desprestigiar e ir en contra del movimiento mapuche autonomista. creando condiciones para que las empresas extractivitas continúen saqueando nuestro territorio. Es por ello que responsabilizamos directamente al gobierno de Boric y su política represiva capitalista que va en directo beneficio de los grandes saqueadores de nuestro territorio como lo han sido a lo largo de la historia los latifundistas.
3. Responsabilizamos a las policías y militares que actúan como verdaderos sicarios de gran poder capital, por cada una de las violaciones sistemáticas genocidas e inhumana hacia las comunidades operando como verdaderos sicarios y en total impunidad. Frente a cada asesinato de nuestros weichafe, por cada peñi herido, por esos peñi que han perdido la vista o por esa lamien o papay que ha sido ultrajada con las armas de los carabineros. Por esos niños que dejan con sus lagrimas marcada su infancia de injusticia.
Por último respaldamos y solidarizamos con la comunidad de Temuicui y el lonko Victor Queipul.
Pero también hacemos un llamado a todas las comunidades que están en la resistencia diaria contra el Estado a fortalecer la lucha y defensa del territorio ya recuperado.
Territorio y autonomía.
Fey muten!!!
-Fuerza a los peñi que hacen del weichan una herramienta digna de resistencia y futuro.
-Libertad a todos los presos políticos mapuches secuestrados en las distintas cárceles.
Comunica: Prisioneros Políticos Mapuche, Matías Ancalaf Prado – Moroni Ancalaf Prado, Lof Choin Lafkenche.
Wallmapu: Cárcel de Temuco, Martes 07 de marzo 2023.
Dejar que el río fluya: las luchas indígenas contra las represas en América Latina
Fuente: Avispa Midia
Por Daiana Melón para la agencia de noticias BiodiversidadLA
América Latina es una de las regiones del mundo que cuenta con mayor cantidad de represas, ligadas en su mayoría a la producción de energía. Estas obras de infraestructura avanzan, en muchos casos, sin contar con licencia social, y son múltiples los impactos que generan en términos ambientales y de relocalización de habitantes, gran parte de los cuales pertenecen a pueblos indígenas. En este artículo, la autora aborda los casos de la represa de El Zapotillo (México), y las hidroeléctricas La Elena (Argentina) y Belo Monte (Brasil).
En la actualidad, existen en el mundo 38.660 represas y otras 3.700 se encuentran en proceso de construcción o en fase avanzada de planificación, lo que implica que el 60% de las grandes cuencas se encuentran hoy represadas, según un informe realizado por el Observatorio Mundial de Presas (GDW, por su sigla en inglés). A su vez, entre 40 y 80 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares; la imprecisión de este número está ligada a que muchas no fueron reconocidas o registradas, por lo que no fueron indemnizadas o reasentadas. En la mayoría de los casos, las indemnizaciones resultaron insuficientes y los reasentamientos no implicaron una restitución de los medios de subsistencia. Por otro lado, este informe de la GDW plantea que comunidades indígenas y minorías étnicas han sufrido desplazamientos de un modo desproporcionado, y son quienes han sufrido mayores impactos negativos en relación a la reproducción de sus vidas y su cultura.
Una represa es una obra de infraestructura construida sobre un río, cuyo objetivo es desviar o retener el agua. La estructura se compone de un dique que se construye de forma perpendicular al cauce del río y el agua puede ser utilizada para la generación de energía eléctrica, el riego, la piscicultura, el consumo industrial o humano, o para evitar anegamientos en las zonas aledañas a la fuente de agua.
Además de los impactos en las comunidades, este tipo de obras de infraestructura tienen grandes consecuencias negativas en el plano ambiental. Por un lado, han sido el tipo de infraestructura que más gases de efecto invernadero ha generado en el mundo, a causa de la descomposición de miles de hectáreas de materia orgánica que han sido inundadas. A ello se suma la destrucción de bosques nativos y de poblaciones de especies; la degradación de las cuencas debido a la inundación de los embalses; la pérdida de biodiversidad acuática y de los servicios brindados por humedales; el deterioro de la calidad de agua; y las sequías en algunos territorios aledaños.
América Latina, junto con el sudeste asiático y África, es una de las regiones con mayores conflictos vinculados a la construcción de represas, en su mayoría destinadas a producir energía. Esto ha implicado el creciente aumento, en las últimas décadas, de la lucha contra estos megaproyectos hídricos y, por consiguiente, el aumento de la criminalización y la represión. Algunos casos, por su magnitud y nivel de resistencia, se han convertido en emblemáticos.
Proyecto La Elena
El Carrenleufú o Corcovado es un río que nace en el Lago General Vintter -en territorio controlado por el Estado argentino- y, tras recorrer alrededor de 130 kilómetros, atraviesa la cordillera de los Andes hasta llegar a Chile. Desde los años setenta, el Estado argentino comenzó a estudiar la posibilidad de impulsar la construcción de represas hidroeléctricas sobre esta fuente de agua, aprovechando el desnivel natural que posee para el desarrollo de energía hidroeléctrica. Así, en 1982, la empresa estatal Agua y Energía Eléctrica realizó una planificación integral con un proyecto de siete embalses y seis usinas: Jaramillo, Caridad, La Elena, Carrenleufú, Río Hielo y Frontera. Años más tarde, se realizó un balance de cada una de estas represas, donde se detectó que la más rentable era La Elena.
Tras décadas de estancamiento de este proyecto, en el año 2004 el gobierno de la provincia de Chubut, que en ese momento se encontraba en manos del peronista Mario Das Neves, decidió reiniciar los estudios de factibilidad de La Elena y le solicitó al gobierno nacional iniciar la licitación correspondiente. Detrás del proyecto estaba la corporación de capitales españoles Santander. Esta compañía es la principal accionista de la planta de producción de aluminio Aluar, la cual posee una división en Puerto Madryn, por lo que el interés estaba centrado en obtener un mayor potencial energético para esta empresa. Sin embargo, la movilización que se desató ante la activación de este proyecto implicó un freno al avance de La Elena, ya que las poblaciones de la región se informaron sobre los impactos que la construcción de esta represa generaría. Por un lado, se inundarían alrededor de 11 mil hectáreas de bosque nativo. Por otro lado, afectaría por completo el territorio que habita la comunidad mapuche Pillán Mahuiza.
“En ese momento se articuló con vecinos de la zona, con grupos ambientalistas, con comunidades mapuche, se inició una campaña anti represa contando el impacto que esta tendría sobre el río. Esto derivó en movilizaciones, en acciones ahí mismo en el río, acciones que tuvieron contundencia”, recuerda Mauro Millán, lonko de Pillán Mahuiza, en relación a los orígenes de la resistencia contra La Elena. Y agrega: “Las acciones que se llevaron adelante estaban vinculadas a denunciar y explicar mediáticamente lo que significa una represa en un lugar tan frágil, con biodiversidad, a diferencia de otros sectores de la Patagonia. También las consecuencias que traería acarreadas, porque cambiaría el clima, la flora, la fauna y también la vida de las personas”.
Tras este primer freno en el 2004, hubo nuevos intentos de reactivación de La Elena. En 2010 fue el secretario de Infraestructura provincial, Alejandro Pagani, el encargado de anunciarlo, planteando además que el anteproyecto estaba avanzado y que sólo faltaban los estudios de impacto ambiental. Sin embargo, se pospuso nuevamente hasta un nuevo intento en 2021, cuando el gobernador Mariano Arcioni, en medio de una crisis económica y social, insistió en avanzar con este proyecto bajo el argumento de “llevar energía a las poblaciones alejadas”. Así lo explica Millán: “Ellos hacen como una especie de prueba del impacto que tiene, por ejemplo, empezar a subir información promocionando la instalación de esta represa. Creo que estaban midiendo la intensidad y probando en qué clima se desarrollaría cualquier intención de apertura del proyecto”.
Más allá de que el proyecto La Elena se encuentra frenado al día de hoy, a lo largo de los años la Lof Pillán Mahuiza sufrió las consecuencias de la lucha que vienen llevando adelante desde hace más de una década. En 2015 se descubrió que estaban realizando espionaje ilegal contra algunos de sus integrantes, a partir del hallazgo de un expediente clasificado de la ex SIDE. Por otro lado, han recibido amenazas de muerte y, durante algunas ceremonias realizadas por la comunidad, advirtieron la presencia de miembros de las fuerzas de seguridad.
A pesar de ello, no han frenado la resistencia contra el proyecto hidroeléctrico, así como también ante el avance de otras actividades extractivistas. “Hay algo que es fundamental tener en cuenta que es que, en el momento en que dejaste clavar una pala para que el proyecto comience, ya es prácticamente imparable. O sea, hay que prevenir inclusive que se acerquen a orillas del río con prospecciones, porque después no lo podés detener, es muy difícil una vez que se instala. No sólo se instala la estructura de trabajadores, sino también las fuerzas de seguridad, es muy difícil revertir eso”, finaliza Millán.
Represa El Zapotillo
El río Verde atraviesa el territorio de tres estados mexicanos emplazados en el centro del país: nace en Zacatecas y recorre Aguascalientes y Jalisco, donde confluye con el río Santiago. Posee una longitud de 200 kilómetros y su cuenca una superficie de 20.705 kilómetros cuadrados. En 1997, el gobierno nacional, a través de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y de los gobiernos estatales de Guanajuato y Jalisco, firmó un acuerdo para el aprovechamiento de esta fuente de agua.
Tras este acuerdo se anunció la construcción de una represa que se ubicaría en el poblado de San Nicolás, en el estado de Jalisco. Sin embargo, dada la movilización de los pobladores que se verían afectados, el proyecto logró frenarse. Tras esta victoria, en 2005, fue lanzada una obra alternativa: la represa El Zapotillo, la cual se ubicaría en los Altos de Jalisco, a 100 kilómetros de Guadalajara.
El argumento que se planteó desde el gobierno era la necesidad de abastecer de agua a la ciudad de León, la región de los Altos de Jalisco y la zona metropolitana de Guadalajara. En el primer proyecto se detallaba la construcción de una cortina (barrera construida para detener o desviar el agua) de 80 metros de altura. En 2007, el gobierno anunció que esta cortina sería de 105 metros, con el objetivo de aumentar la capacidad de almacenamiento de agua. Sin embargo, este cambio implicaba que algunas localidades del estado de Jalisco sufrirían anegamientos, así como también pobladores de algunas regiones deberían ser relocalizados.
Desde el Estado anunciaron que tendrían que relocalizarse habitantes de las localidades Acasico y Palmarejo, regiones habitadas por integrantes del pueblo indígena Nahua. A pesar de que existe legislación internacional que protege y obliga a la consulta previa a los pueblos originarios, en el caso de El Zapotillo esta normativa no fue tenida en cuenta.
Por otro lado, se construirían dos diques para evitar el anegamiento de Temacapulín. “Pensando que tendríamos un riesgo muy grande con los diques, nos empezamos a organizar para que no se llevara a cabo el proyecto”, relata Abigail Agredano, presidenta del comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, sobre los comienzos de la resistencia contra El Zapotillo. Y agrega: “La resistencia fue larga, luchamos durante 16 años, con plantones, marchas, protestas, visitas al Congreso, a los gobernadores, cartas. En 2011 tomamos la represa, aun sabiendo que había muchos riesgos. Acudimos a organismos de derechos humanos, hicimos cuántas acciones se nos ocurrieron”.
Además de los impactos en términos sociales, en el plano ambiental las transformaciones territoriales que la represa generaría tendrían amplios efectos negativos. “Las consecuencias ambientales son muchas, inundaría 4.800 hectáreas de tierras fértiles y acabaría con la flora y fauna. Además, las represas emiten dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, los principales componentes de los gases de efecto invernadero. Cuando desazolvan una represa, contaminan las tierras donde avientan los desechos”, explica Abigail.
A pesar de las movilizaciones que la represa suscitó, el gobierno nacional continuó adelante con el proyecto. En septiembre de 2009, la CONAGUA anunció que la licitación para la construcción de la obra había sido ganada por un consorcio conformado por la firma mexicana La Peninsular, la española FCC Construcción y el Grupo Hermes. Por otro lado, el acueducto quedaría en manos de Abengoa México, Abeinsa Infraestructuras Medio Ambiente, Sociedad Unipersonal y Abeinsa Ingeniería y Construcción Industrial.
La construcción de la represa se fue dilatando producto de acciones judiciales interpuestas por el comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, que obtuvieron tres medidas cautelares que determinaron el freno del proyecto durante algún tiempo. Sin embargo, dada la clara intención del gobierno de finalizar la represa para que comience a funcionar en 2023, los pobladores de las regiones afectadas se vieron obligados a negociar con el gobierno mexicano para obtener algún tipo de protección. Así lo detalla Abigail: “La represa no se logró echar abajo, el Presidente de la República nos dio la opción de llenarla a 40 metros de altura, ya que la cortina estaba casi terminada. A esa altura no inunda ninguna comunidad. Aceptamos porque no teníamos otra opción, se están haciendo unas ventanas vertedoras para que no haya riesgo de inundación. Actualmente, estamos revisando que se cumpla lo que se prometió, junto con el plan de justicia”.
Brasil inundado de represas
Brasil es uno de los países latinoamericanos que más ha invertido en el desarrollo de represas hidroeléctricas. De hecho, el 60% de la energía que se consume en el país proviene de esta fuente. En la actualidad, Brasil posee 120 proyectos hidroeléctricos emplazados sobre diferentes ríos del país.
Uno de los casos más emblemáticos ha sido el de la represa Belo Monte, dado que, al finalizarse, será la segunda mayor hidroeléctrica brasileña (luego de la de Itaipú, que este país posee en conjunto con Paraguay) y la tercera del mundo, detrás de Tres Gargantas, en China. A su vez, representará el 11% de la potencia instalada brasileña.
Belo Monte comenzó su construcción en 2011, en uno de los ecosistemas más importantes del mundo en términos de diversidad biológica: el Amazonas. Se encuentra ubicada sobre el río Xingú, que, con una longitud de 1.815 kilómetros, se extiende por el estado de Pará y es uno de los mayores afluentes de la vertiente meridional del río Amazonas.
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El complejo de Belo Monte cuenta con una represa principal, llamada Pimentel, la cual creó un embalse de 359 kilómetros cuadrados y desvió el flujo del río Xingú hacia el noroeste, a través de un canal de 17 kilómetros. Este canal deriva en un embalse secundario y en una estación hidroeléctrica.
Norte Energía es el consorcio (compuesto por Eletronorte, Neonergia, Cemig, Light, JMalucelli Energía, Vale y Sinobras) que posee la concesión para operar Belo Monte por un período de 35 años. En abril de 2016, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) impuso una multa de 6,6 millones de dólares por la muerte de más de 16 toneladas de peces durante el proceso de llenado del embalse.
Además, al día de hoy, la construcción de la represa de Belo Monte ha implicado la reubicación de 20 mil personas.
Por otro lado, Belo Monte implica el anegamiento de una extensa área de tierra, el desecamiento de partes del río Xingú, y la reducción de reservas de peces que son imprescindibles para la reproducción de la vida de distintos pueblos indígenas que habitan la zona: los kayapó, arara, juruna, araweté, xikrin, asurini y parakanã. En 2011, integrantes del pueblo kayapó, en una carta dirigida al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, afirmaron: “No queremos que esta presa destruya los ecosistemas y la biodiversidad que nosotros hemos cuidado durante milenios, y que aún podemos preservar”.
En memoria de Berta y Macarena
La problemática de las represas se extiende en distintos territorios de pueblos originarios y cada vez son más las redes de movimientos de afectados que se organizan para rechazar estas mega obras. Existen dos casos paradigmáticos de luchadoras indígenas que han sido asesinadas por enfrentar el represamiento de los ríos donde se asientan sus comunidades.
Por un lado, el caso de Berta Cáceres, lideresa del pueblo lenca y fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), quien luchó contra el avance del Proyecto Hidroeléctrico Aguas Zarca de la empresa de capital hondureño Desarrollos Energéticos S. A de C.V (DESA). Esta represa iba a ser construida sobre el río Gualcarque, afectando los departamentos de Santa Bárbara e Intibucá y la Reserva de Vida Silvestre Montaña Verde. El 2 de marzo de 2016, Berta fue asesinada y, en junio de 2022, un ex directivo de DESA fue condenado como autor intelectual de su homicidio.
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Por otro lado, el caso de Macarena Valdés, perteneciente al pueblo mapuche e integrante de la comunidad Newen de Tranguil, ubicada en el territorio que controla el Estado chileno. Macarena era parte fundamental de la lucha de su comunidad contra la minicentral hidroeléctrica que la compañía austríaca RP Global buscaba construir sobre el río Tranquil. El 22 de agosto de 2016, Macarena fue encontraba ahorcada en su casa y, rápidamente, Carabineros y el Servicio Médico Legal catalogaron su muerte como suicidio. Sin embargo, su familia y comunidad lograron que el Poder Judicial reabra el caso de Macarena e investigue la causa de su muerte, frente a las graves amenazas que habían sufrido previo a su deceso.