Cherán
Cherán Kéri, ejemplo necesario ante la violenta incertidumbre nacional
Cheran Kéri, ejemplo necesario ante la violenta incertidumbre nacional
Por José Luis Santillán
Muertes, fosas clandestinas, impunidad, descabezados y tantos más actos de violencia son el cotidiano despertar de cada día para miles en este país. Hambre, miseria, desempleo, marginación, enfermedad y exclusión social es la realidad para otro buen tanto de millones de mexicanos. Así, aunque los medios masivos de comunicación hayan firmado un pacto con el gobierno federal, para no hacer apología de la violenta situación, la sabemos y la vivimos.
Afirma Naomi Klein, en su libro La doctrina del Shock, que el efecto causado por los golpes económicos a poblaciones enteras siempre van acompañados de golpes militaristas, así, hambre y miedo se convierten en el campo perfecto para que el capitalismo pueda continuar enriqueciéndose a costa de las mayorías. En sus propias palabras lo describe brevemente y de mejor forma así: «El shock del propio golpe militar fue seguido inmediatamente por dos formas adicionales de choque. Una de ellas fue el ‘tratamiento de choque’ capitalista, marca de la casa Milton Friedman, una técnica que cientos de economistas latinoamericanos habían aprendido durante sus estancias en la Universidad de Chicago y a través de las diversas instituciones y franquicias del método. El otro fueron las técnicas de shock de Ewen Cameron, la privación sensorial y la aplicación de drogas y otras tácticas, recopiladas ya en el manual Kubark y diseminadas por toda la zona gracias a los amplios programas de entrenamiento de la CIA de los que se habían beneficiado la policía y los estamentos militares latinoamericanos».

Caminando hacia la autonomía
Cherán K’eri es una comunidad indígena pur’épecha ubicada en el estado de Michoacán, México. A partir del año 2000, el crimen organizado empezó a filtrarse en la comunidad. Con el tiempo, la presencia de los narcotraficantes y su poder de control sobre la comunidad se incrementaron substancialmente y empezaron a arrasar con los bosques más preciosos de la comunidad. Cuando los integrantes de la comunidad intentaban defenderlos, eran asesinados o desaparecidos. El bosque era devastado y la gente vivía aterrorizada; todo el mundo sentía que su vida estaba en peligro. Al atardecer, Cherán se convertía en un pueblo fantasma.
El 15 de abril de 2011, un grupo de mujeres decidió poner un alto a esa situación: empezó a tapar las calles para impedir el paso de los talamontes. Rápidamente, la comunidad entera reaccionó y se unió al levantamiento, quemando carros y levantando barricadas en todas las entradas del pueblo. Frente a eso, los políticos y policías municipales, llenos de miedo, huyeron de Cherán. La comunidad tomó las oficinas del gobierno municipal, así como los vehículos de la policía y sus armas, para empezar a brindarse seguridad. En paralelo, el pueblo decidió expulsar definitivamente a los partidos políticos, para retomar sus formas tradicionales de autogobierno.
A cuatro años de su levantamiento, comuneros y comuneras nos hablan de las distintas etapas por las que ya han pasado en la construcción de su nuevo mundo, en el que realmente se le da la voz al pueblo, en el que la que manda es la asamblea, mientras el gobierno está obedeciendo; el principio de un largo proceso de construcción de autonomía, del que todas y todos podemos aprender.




