Hermanas y hermanos

Hemos caminado por territorios indígenas del estado de Veracruz, viendo sus dolores, su esperanza y sobre todo la organización que se va germinando por todas las geografías.

Los malos gobiernos y sus jefes transnacionales decidieron que quieren el gas y el petróleo de nuestras comunidades, para conseguirlo hemos visto, como aquí, que el gobierno y las empresas a costa de lo que sea se quieren adueñar de nuestros recursos.

No les importa contaminar el agua que corre debajo de la tierra y que se convierte en vida para nuestros pueblos. Siembran la muerte con las lumbreras, la liberación de gas venteado, los derrames tóxicos por ductos dañados. Contaminan el agua de nuestras comunidades en ríos y manantiales. Despojan y destruyen la tierra sembrando su muerte, destrucción, explotación, desprecio y represión en contra de nosotras y nosotros.

Los capitalistas nos quieren hacer creer que nuestro territorio son los miles de pozos petroleros, decenas de concesiones mineras, las mujeres asesinadas, las y los desaparecidos. Pero nosotros sabemos que no  lo es, así como la violencia, la deforestación, las altas tarifas de luz y agua, el control del agua por caciques regionales y los megaproyectos extractivos tampoco son el territorio indígena de Veracruz.  Nuestros territorios sí son las lenguas originarias, las culturas ancestrales, nuestras resistencias, la organización comunitaria que invita a no vendernos, a no rendirnos ni claudicar, a no olvidarnos de lo que heredamos de nuestros antepasados para proteger, que nos invita a organizarnos y a gobernarnos ejerciendo lo que en colectivo decidimos.

Y  como lo hacen en estas tierras totonacas, lo quieren hacer en todo el estado de Veracruz, lo quieren hacer en los territorios de los pueblos nahua del norte y sur, el pueblo tepehua del norte del estado, popoluca y tikmay del sur.

Siembran miedo, desaparecen a nuestra gente y la violencia del narcotráfico cada vez se distingue menos de lo que hacen las empresas mineras, las que extraen hidrocarburos mediante el fraking, de quienes comercian y trafican con los hermanos y hermanas migrantes que pasan por estas tierras, de quienes matan mujeres solo por ser mujeres y de quienes mal gobiernan para el capataz del dinero.

Ellos, los de arriba, discriminan a los pueblos para justificarse a sí mismos el despojo y la violencia, desprecian al diferente para justificar la represión, nos hablan de clases sociales para ocultar la explotación. Y así lo hacen en todo el país sin distinguir si vivimos en las ciudades o en el campo; o si somos campesinos o periodistas; o si somos estudiantes o amas de casa; o si somos blancos o morenos.

El Concejo Indígena de Gobierno y el Congreso Nacional Indígena tenemos la vista en la tormenta que cae sobre nosotros, y vemos que va a arreciar, que buscarán imponer las reformas estructurales del mal gobierno, que de por si ya nos están golpeando. Y lo seguirá haciendo a costa de lo que sea en todo el país, sin importar el color del gobernante por mas independiente que se diga, pues su ambición está allá arriba, donde deciden a quien o quienes declararán la guerra para apoderarse de nuestros territorios, nuestros derechos, nuestras vidas.

No hay mas alternativa que organizarnos abajo, sin los partidos políticos, sin la corrupción de toda la clase política que tienen como trabajo imponer los megaproyectos de muerte a costa de lo que sea.

El Totonacapan, es un espejo de lo que pasa en todo el estado de Veracruz, y Veracruz de la violencia y el despojo que se extiende por todo el país. En nosotras y nosotros está que seamos también un espejo de resistencia y de rebeldía.

Desde el Totonacapa
A 15 de noviembre de 2017
Nunca mas un México sin Nosotros