paramilitares
Segunda llamada a la Caravana y Encuentro Internacional ¡El sur resiste! 2023
A los pueblos en resistencia y rebeldía del Sur-Sureste de México
A las organizaciones de lucha abajo a la izquierda nacionales e internacionales
A las organizaciones de derechos humanos del mundo
A los medios de comunicación libres, alternativos o como se llamen
Después de reunirnos y conversar sobre los encuentros, actividades y diálogos compartidos durante la «CARAVANA POR EL SUR GLOBAL» realizada del 31 de Agosto al 7 de Octubre a través de diferentes geografías de SLUMIL K’AJXEMK’OP o “Tierra Insumisa”, como fue renombrada la Otra Europa, queremos agradecer a las organizaciones, colectiv@s y personas quienes hicieron este recorrido posible y recibieron a quién fue delegado para compartir, escuchar y caminar con ustedes en sus territorios, luchas, resistencias y espacios colectivos, gracias compas. Retomando lo compartido, a manera de reflexión y para continuar construyendo y tejiendo redes de rebeldía, resistencia y autonomía, rumbo a la caravana y encuentro internacional EL SUR RESISTE, les comentamos lo siguiente:
Compas, las historias de nuestros territorios, que han sido escritas y contadas por los vencedores, no son tan diferentes: hemos sido parte de la disputa entre gobernantes con ambición de controlar la mayor cantidad de territorios posibles para la explotación y saqueo de sus bienes naturales y culturales, esto acompañado de profundos procesos de colonización que en algunos casos han representado grandes etnocidios, algunos conocidos y otros sin conocer. Sin embargo, aquí estamos resistiendo haciendo memoria y luchando contra el olvido para recuperar nuestras historias, nuestras raíces, nuestros territorios, nuestras culturas y nuestras vidas.
Con la industrialización capitalista y los avances tecnológicos, el primer mundo se construyó y sostuvo sobre la sangre y el genocidio de los pueblos originarios indígenas y afrodescendientes esclavizados, masacrados, despojados, violados y forzados violentamente a abandonar sus territorios, para permitir que los gobiernos y conquistadores comerciaran todo aquello a lo que le pudieron poner precio, lo que hoy los empresarios continúan haciendo. Generaron procesos profundos de ordenamientos geopolíticos con guerras entre los países y la imposición de fronteras que nos dividen a nosotros los pueblos.
La guerra –no solo la guerra entre los países sino la guerra contra los pueblos, contra los pueblos indígenas, los sindicatos, los estudiantes, las mujeres, las personas de la diversidad sexual, etc y la guerra entre los carteles del crimen organizado que nos afecta a toda la sociedad– se convirtió en el pretexto perfecto para interiorizar el fascismo en algunos sectores de las sociedades, en las que el ser diferente significa ser enemigo. Vemos el interminable conflicto del llamado Medio Oriente contra los pueblos palestino, kurdo, armenio y muchos otros que han sido masacrados y olvidados. La espectaculización de la guerra entre Rusia y Ucrania opaca cientos de otros conflictos que no le importan a la comunidad internacional, porque no les afectan directamente. Al interior de los países se invisibilizan conflictos profundos por la distribución de bienes sociales y naturales acaparados por las élites económicas y políticas, mientras que al grueso de la población proletaria, campesina, estudiantil y migrante se les niega el derecho a una vida digna. Las demandas históricas de miles de pueblos se han convertido en una sola voz de la humanidad precarizada que sigue repensando y exigiendo el acceso a la energía, agua, tierra, alimentación, educación, salud, trabajo, vivienda, justicia, democracia y paz. La Crisis Climática, provocada por el mismo sistema capitalista patriarcal y colonial, está teniendo graves impactos sociales, económicos y territoriales: masivas inundaciones en Pakistan, duras sequías en todo el mundo que han provocado la perdida de millones de toneladas de cosechas durante este año, huracanes cada vez más agresivos, incendios devastadores como fue el caso de Australia y una serie de anomalías climáticas y ecosistémicas que ponen en riesgo la conquista de estas demandas y en peligro de extinción la vida como la conocemos.
La transición energética ya está en marcha para el beneficio de los grandes capitales y gobernantes quienes llevan 27 reuniones para repartirse el pastel energético. Ante la actual crisis energética en Europa provocada por la guerra en Ucrania y con la promesa de reducir los costos de facturas, han reactivado grandes proyectos de minas de carbón y plantas de combustión, y hasta planean construir nuevas centrales nucleares como una solución verde, la instalación de proyectos eólicos y solares en mar y tierra y demás tendidos eléctricos de alta tensión, gaseoductos y oleoductos entre países y continentes, sumado a una serie de proyectos de trenes de alta velocidad y puertos profundos, para el turismo y transporte de mercancías todo en manos del Capital Corporativo Internacional. Generan corredores energéticos, industriales, comerciales y militares entre quienes se reorganizan como Norte Global y su interconexión transoceánica con la implementación e imposición de este tipo de corredores en los países del Sur Global, siendo África y América la prioridad.
Necesitamos ponerle nombre y rostro a los autores intelectuales y materiales de esta devastación planetaria, enlistar, mapear y analizar países, empresas, acuerdos, pactos, alianzas: lo conocemos como Norte Global integrado principalmente por el G7 con su Finquero principal, Estados Unidos, y su principal aliado asiático, Japón, así como sus principales fronteras militares en Europa con Alemania, Reino Unido, Francia e Italia a la cabeza, su servil vecino Canadá, los aliados de Medio Oriente, así como la Unión Europea, la OTAN, la OMC, etc. Y también está el otro bloque con China a la cabeza del neocolonialismo, Rusia y otros màs: muchos nombres, muchas reuniones, y un mismo objetivo: dinero y poder.
Así como hay mucho Sur en el Norte, hay mucho Norte en el Sur, y todxs quienes luchamos contra el Norte Global, estamos de pie en el Sur que Resiste. Así como ellos se reúnen para acordar muerte y destrucción, es necesario e imprescindible encontrarnos para construir resistencia, lucha, alternativas y autonomía; es hora de escuchar todas nuestras voces, compartir y pensar acciones de resistencia y rebeldía. Mientras los poderosos se disputan el poder del mundo, l@s de abajo sufrimos las consecuencias de sus guerras políticas, económicas y militares. Pero también, donde los de arriba destruyen, los de abajo reconstruimos.
Por todo lo anterior, confirmamos que seguimos preparando la CARAVANA Y ENCUENTRO INTERNACIONAL “EL SUR RESISTE 2023”. La caravana saldrá el 25 de abril de la costa de Chiapas, recorrerá el Istmo de Tehuantepec de Sur a Norte para seguir en la península de Yucatan y terminara con un encuentro entre todas las organizaciones que acudieron a los distintos eventos del recorrido el día 5 de mayo en el CIDECI/caracol Jacinto Canek en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Los días 6 y 7 de mayo será el encuentro internacional “El Sur Resiste 2023”
Invitamos a todas las organizaciones de abajo a la izquierda con presencia en Chiapas, en la región del Istmo, Tabasco y península de Yucatan a comunicarse al correo elsurresiste@riseup.net para poder sumarse a los eventos programados en el transcurso del recorrido.
Invitamos a todas las organizaciones nacionales e internacionales a prepararse para su participación en el encuentro internacional de los días 6 y 7 de mayo 2023
Invitamos a sumarse a las siguientes comisiones:
COMUNICACIÓN: Invitamos a los medios libres, alternativos, independientes o como se llamen, de México y de los diversos continentes, a ser parte del equipo y construir las estrategias de comunicación.
OBSERVACIÓN: Invitamos las organizaciones y centros de Derechos Humanos nacionales e internacionales, a ser parte del equipo de observación y acompañamiento.
INVESTIGACIÓN; Invitamos a la comunidad académica de abajo y a la izquierda, investigadores, profesores y estudiantes, a integrar un equipo de peritaje, cartografía e investigación participativa.
Estas comisiones serán coordinadas por integrantes de las organizaciones convocantes: para más información o para sumarse a alguna de las comisiones, escribir al correo: elsurresiste@riseup.net colocando en Asunto el nombre de la comisión a participar.
Por otra parte, hacemos un llamado a todas las organizaciones, comunidades, movimientos, colectivxs y personas solidarias a sumarse a la campaña global de recaudación de fondos, realizando foros, conversatorios, compartencias, festivales, bailes, colectas, rifas, cooperachas, pasando la gorra, haciendo la vaquera, imprimiendo y vendiendo playeras, carteles, calcomanias y todo lo que sea posible para poder apoyar en el financiamiento colectivo de estas actividades del próximo año.
Nombre de la Cuenta bancaria: Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa AC
Nombre de la Sucurusal: 7006
Numero de la cuenta: 859963
Clabe Interbancaria: 002135700608599636
Direccion del banco: Suc. 324. Avenida Hidalgo ·137. Colonia Centro. Tonala, Chiapas.
Codigo Postal: 30500
Codigo Swift: BNMXMXMMXXX
Banco Naciona de Mexico SA BANAMEX
Para cualquier información comunicarse al correo: elsurresiste@riseup.net
Desde diversos rincones del Sur-Sureste Mexicano:
Comisión de coordinación y organización EL SUR RESISTE
Congreso Nacional Indígena – Concejo Indígena de Gobierno
¡NUESTRA LUCHA ES POR LA VIDA!
¡QUE VIVA EL FLORECIMIENTO DE LOS PUEBLOS!
¡EL SUR RESISTE!
Miriam Miranda: “Estamos construyendo autonomía frente al capitalismo voraz”
Fuente: Avispa Midia
Por Camila Parodi para la agencia de noticias BiodiversidadLA / Foto de portada por Marcha Noticias
El campamento “Wagueira Lee”, de la comunidad garífuna, está ubicado en la zona de Roatán, en Honduras. Es una recuperación comunitaria de tierras ancestrales que hace parte del proceso de supervivencia de la cultura y defensa de los territorios garífunas, contra el avance de la destrucción de la naturaleza y la vida. Entrevista a Miriam Miranda, Defensora de los Derechos Humanos y lideresa de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH).
La comunidad garífuna, que habita los territorios que preexisten al Estado hondureño, avanza firme en la recuperación de sus tierras ancestrales. Siglos de violencias y diferentes intentos de sometimiento se replican desde la conquista europea hasta la actualidad. Hoy, sus territorios rodeados de palmeras, selva, arena y agua cristalina, son codiciados por las empresas de turismo, así como por la industria palmera. Desde la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) denuncian amenazas permanentes.
Si bien en su plataforma electoral la actual presidenta de Honduras, Xiomara Castro, habló sobre el respeto a las poblaciones indígenas del país centroamericano, las comunidades denuncian que, en los hechos, los atentados contra su soberanía territorial, cultural y política continúan. En ese marco, las comunidades garífunas organizan procesos de recuperación de la tierra para asentar a las nuevas generaciones y garantizar la supervivencia de su cultura ancestral.
Desde el mes de septiembre, integrantes de la Aldea Garífuna del Municipio de José Santos Guardiola, en las Islas de la Bahía, comenzaron la recuperación de una parte de su territorio ancestral. La ocupación “Wagueira Lee” (que significa “Esta es tierra nuestra”) toma el nombre del primer asentamiento garífuna de la zona, tras ser expulsados de la isla de San Vicente en 1791.
El pasado 7 de noviembre, un comando integrado por militares y policías desalojó violentamente a quienes allí se encontraban y detuvieron a seis personas, acusadas del presunto delito de “usurpación”; todo esto, sin respetar el convenio 169 de la OIT sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas ni la Convención Interamericana sobre los Derechos Humanos. Si bien el 25 de noviembre, las y los defensores obtuvieron el sobreseimiento definitivo, esta causa contra la recuperación “Wagueira Lee” evidencia la perspectiva que construye el Estado Hondureño sobre sus pueblos indígenas y los territorios que habitan.
La recuperación ancestral de los territorios por parte de las comunidades indígenas no es solo un derecho, sino que también es una acción constante de defensa de la vida, frente al modelo de muerte que insiste en mercantilizar y destruir la naturaleza. Los pueblos indígenas de toda la región construyen alternativas y nos enseñan, en sus prácticas cotidianas y de defensa de los territorios, que otra vida sin desigualdades, y en armonía con la naturaleza, es posible. Para conocer sus propuestas, la agencia de noticias BiodiversidadLA dialogó con Miriam Miranda, Defensora de los Derechos Humanos y lideresa de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH).
Hemos visto que, durante el gobierno de Xiomara Castro, los desalojos y violencias contra el pueblo garífuna persisten. ¿Cuál es su lectura ante esta situación?
La situación es muy compleja. En el caso del desalojo, vemos cómo el aparato de la justicia de este país protege los intereses de los empresarios, de la gente que tiene el poder y el control económico a nivel nacional e internacional. Este juicio lo mostró con mucha claridad, se ven los vicios de nulidad: la fiscal que ordenó la captura de los compañeros y compañeras no estaba facultada para hacerlo y mucho menos la policía.
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Nosotros y nosotras creemos que este es un contexto muy difícil para el pueblo garífuna, para los pueblos que luchamos por los territorios, porque el poder de la Corte Suprema de Justicia y del Ministerio Público se muestran permanentemente contra nosotros y a favor de los empresarios que nos quieren desplazar. Sin embargo, estamos decididos a seguir denunciando este tipo de hechos. A su vez, entendemos que la Presidenta, como la comandante en jefe tanto de la Policía como del Ejército, podría haber detenido ese desalojo. No se puede desmarcar la responsabilidad de este nuevo gobierno.
¿Por qué es importante escuchar y conocer la mirada del pueblo garífuna para comprender la historia de Honduras?
En nuestro país se dieron sucesivos golpes de Estado, aunque mucha gente no lo recuerde. Los pueblos garífunas, así como otros pueblos indígenas, vemos con claridad esa continuidad de amenazas contra nuestra soberanía territorial. No fue solamente el golpe del 2009, nosotros hemos vivido tres golpes de Estado sucesivos: en 2009 sacaron al Presidente de la República; en 2012, el Congreso Nacional dio un golpe contra la Corte Suprema de Justicia y sacaron a varios magistrados que se oponían al proyecto de muerte de las Ciudades Modelos, hoy conocidas como “Zedes”; y el golpe electoral que nos dieron en 2017, cuando Juan Orlando Hernández se impuso, a través de la bota militar, para seguir siendo Presidente de la República.
Con este escenario, es muy claro que estamos hablando de una destrucción de la institucionalidad; no se rompió solamente la construcción de esa democracia incipiente, sino que se generó un Estado fallido y es eso lo que se muestra en este momento. Nosotros sabemos que debe haber interdependencia entre los poderes del Estado pero, también, tiene que haber Justicia. Nosotros no queremos y no pretendemos que no haya interdependencia, que haya un solo gobierno que controle todos los poderes, porque así lo hizo Juan Orlando Hernández.
¿Cuál es la exigencia del pueblo garífuna en este contexto?
Nosotros estamos exigiendo que haya Justicia para los pueblos, porque eso fue lo que prometió la Presidenta. Hoy nos encontramos en una situación muy difícil para el pueblo garífuna, porque las empresas y el poder económico quieren avanzar sobre nuestros territorios.
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La situación es bastante grave porque son quienes controlan el país. Entonces, estamos entrando a una etapa diferente, porque quieren hacer desaparecer a nuestra comunidad. Nosotros hemos venido luchando y construyendo procesos genuinos y colectivos. Porque también, y quiero decirlo claramente, estos procesos supuestamente “democráticos” que se vienen impulsando por el actual gobierno atentan contra la vida del pueblo, contra la Soberanía Alimentaria y contra nuestra organización.
¿Cuáles son las propuestas cotidianas con las que OFRANEH construye alternativas a las planteadas por el gobierno?
Desde OFRANEH no defendemos solamente los derechos de los pueblos indígenas, mediante lo que es la movilización y la posibilidad de poder acudir a instancias internacionales. También estamos construyendo autonomía y autogestión comunitaria frente al capitalismo voraz, que destruye la naturaleza. En ese contexto, nosotros hemos construido el primer proceso para la producción masiva de cocoteros, en un territorio donde tenemos a nuestro alrededor las palmas africanas. Tenemos ese proceso comunitario no solamente para recuperar la dieta alimenticia del pueblo garífuna, sino también para generar autonomía y fortalecer la Soberanía Alimentaria, y que las comunidades puedan producir sus propios alimentos. Eso es lo que estamos haciendo ahora en la zona de Vallecito, un proyecto que no sólo produce coco conífera, sino que también lo estamos combinando con la producción de tubérculos, como la yuca, que es la base alimenticia del pueblo garífuna.
Las comunidades indígenas ponen la vida en el centro. Por eso es imprescindible, sobre todo frente a una crisis climática sin precedentes, conocer sus expresiones y propuestas de organización y vida social. ¿Qué lectura hacen de la crisis climática desde el territorio garífuna y cuáles serían las propuestas reales que podrían ponerle un freno?
No podemos perder de vista que este modelo y este sistema capitalista acumulador pone el capital por sobre la vida humana. Está poniendo en riesgo a toda la humanidad, y eso lo sabemos muy bien. Atenta contra la alimentación, la salud y las necesidades básicas del pueblo, ya que se han convertido en mercancías. La persona que tiene dinero puede tener acceso a la salud. Se pone en riesgo la vida humana porque la salud se ve como una mercancía, se ha generado una industria farmacéutica acumuladora de capital que pone al negocio por sobre la salud, que es un derecho humano.
Por eso, nosotras y nosotros creemos que son un fracaso absoluto las Cumbres Climáticas que se han venido dando, porque no solamente no se toman decisiones para reducir la emisión de gases y la polución, sino que tampoco se toman decisiones radicales que permitan hacer respirar al planeta. Para nosotras y nosotros hay que trabajar sobre el consumo desmedido de todo lo que daña el planeta y la naturaleza, como el plástico, por ejemplo. Si no se toman decisiones radicales y se sigue poniendo al capital por sobre la salud humana, vamos a perecer y a desaparecer como humanidad, pero la tierra se va a regenerar.