Berta Cáceres, una vida de lucha integral en Honduras
Por Santiago Navarro F., Heriberto Paredes y Aldo Santiago
«El asesinato de Berta Cáceres no es un ataque al pueblo lenca o a las organizaciones sociales, es un golpe certero a todo Honduras», así lo expresó en conferencia de prensa Bertha Oliva a nombre del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) este jueves 3 de marzo. Bertá Cáceres, defensora integral de la vida, luchó por la permanencia de varias comunidades, siempre en contra de megaproyectos que amenazan con destruir el territorio, pero también lo hizo contra el patriarcado, contra la dominación de la mujer. La noticia de su muerte no tardó mucho en difuminarse entre las y los integrantes de su organización, entre diferentes organizaciones y pueblos, luego en todo Honduras y en las primeras horas de la mañana, el dolor se había extendido por varios países. La imposición de la violencia y la muerte para defender un negocio arrebató la vida de una luchadora incansable.
Berta Caceres, «nos enfrentamos a poderes grandes»
Eran las primeras horas de la madrugada del día 3 de marzo cuando un grupo de personas armadas entraron violentamente a la casa de la activista Berta Cáceres, descargando cuatro impactos de bala sobre su cuerpo que le arrebataron la vida. El mexicano Gustavo Castro Soto, quien la acompañaba, y quien fue herido en el mismo suceso, dio aviso a sus compañeros de que Berta había sido asesinada.
Castro, fundador y director de la organización civil Otros Mundos A.C Chiapas-México, había sido invitado para dar una conferencia en el «Foro sobre energías alternativas desde la visión indígena», una iniciativa organizada por el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), llevada acabo los días 2,3 y 4 de marzo de este año 2016. «Era el 1er día de actividades cuando en pleno evento estábamos recibiendo amenazas, fue cuando nuestra compañera –Berta Cáceres– pidió que uno de nuestros compañeros –Gustavo Castro– la acompañara, aunque desde ese momento fue perseguida por un grupo de sicarios que después entraron a su casa para asesinarla. Pensamos que sólo sería una más de tantas amenazas que ya hemos recibido», dijo a Subversiones Lilian Esperanza López Benítez de la coordinación del COPINH.
En estos momentos trabajamos contra 50 proyectos de generación de energía, otorgados ilegal e ilegítimamente. Hay 43 proyectos hidroeléctricos que privatizan ríos y 7 eólicos concedidos a grandes transnacionales. Solo en nuestra zona tenemos la amenaza de más de 100 concesiones mineras en el contexto de la entrega más brutal que ha habido en este país. Se están aprobando más de 870 concesiones mineras, el Estado les ha otorgado el 30% del territorio. Esto significa que la crisis y la conflictividad por el agua va aumentar, y también la militarización. El trabajo es infinito, relataba Berta en entrevista con un diario español en junio de 2015.
Lilian Esperanza sostiene que la empresa DESA, Sinohydro y el gobierno son cómplices. «Nuestra compañera ya había sido amenazada desde el año 2012 por sicarios contratados por la empresa Sinohydro, por militares y por el propio gobierno. Podemos afirmar que la empresa y el gobierno son quienes orquestaron este asesinato». La propia activista Berta Cáceres sostuvo en un video realizado por la Agencia Autónoma de Comunicación Subversiones en el año 2013 que, «las transnacionales no necesitan intermediarios como diputados o ministros, sino que llegan directamente a reprimir a las comunidades y tienen un plan de militarización con cada proyecto. Incluso esto fue aceptado por el representante del Estado en las audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)».
Sinohydro Corporation Ltd. es una empresa global con sede en China que posee una cartera de negocios diversificada que va desde conservación hídrica y construcción hidroeléctrica hasta financiamiento, diseño, implementación y operación de proyectos en infraestructura, en áreas como electricidad, transporte, obras civiles, minería y bienes raíces. Los activos de Sinohydro en América Latina incluyen su emblemático proyecto de generación Coca Codo Sinclair en Ecuador, la central termoeléctrica El Palito en Venezuela y la presa Chalillo en Belice. El grupo se constituyó en el año 2009 y tiene su sede en Beijing.
Para la construcción e instalación del proyecto Hidroeléctrico Aguas Zarca, en el año 2012, el Banco Interamericano de Integración Económica (BCIE) otorgó un préstamo de 24.4 millones de dólares. Mientras tanto en julio del año 2015, Giorgio Valentini, representante del Banco Mundial (BM) en Tegucigalpa, se jactaba de que Honduras era el que más apoyo recibía del Grupo Banco Mundial de Centro América, «los créditos suman (del año 2015) 1,500 millones de dólares, entre el sector público y privado», aseveró.
La resistencia emprendida por Cáceres junto con las comunidades indígenas afectadas permitió que tentativamente la compañía china Sinohydro, retirara su participación en el proyecto hidroeléctrico. Lo mismo ocurrió con la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial que invierte en el sector privado, quien también abandonó la iniciativa. No obstante, el objetivo de ambos organismos es continuar a toda costa con dicho proyecto. En este país se han identificado por lo menos 40 proyectos hidroeléctricos en el marco del Proyecto Mesoamérica, así como los llamados corredores carreteros, de energía eléctrica, comunicaciones y transportes, proyectos turísticos, todo con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, canalizado para empresas transnacionales.
Luchamos contra los mega proyectos como la privatización hidroeléctrica, las inversiones turísticas en las playas y las montañas, la explotación minera, las leyes que favorecen y privilegian las transnacionales sobre todo en el sector de la minería y de los hidrocarburos. Estamos en lucha contra la privatización, el capitalismo «verde», que se impone a través de los proyectos REDD-PLUS, por la Unión Europea, el Banco Mundial, el BID, la USAID. Es una realidad tremenda porque vemos como los estados y los gobiernos juegan con la miseria, incluso la de los pueblos indígenas. Nos encontramos en el pleno de un proceso de lucha, de resistencia y de formación, compartía Berta en la víspera del Encuentro Internacional por los Derechos Humanos en solidaridad con Honduras realizado en Tocoa, Bajo Aguán durante febrero de 2012.
Megaproyectos
Desde agosto del año 2009, en el contexto del golpe de Estado, momento en el que Berta denunció el incremento de la presencia militar de EUA en el marco de la plataforma que depende del Comando Sur, el Congreso Nacional de Honduras aprobó la Ley General de Aguas, donde planteaba entre otros puntos las concesiones de los recursos hídricos de este país para las empresas privadas. Desde este momento se han intensificado no solo las concesiones de estos recursos, sino que la continuidad del Proyecto Mesoamérica que abarca desde México hasta Colombia. «Existen una gran diversidad de megaproyectos en Honduras que se han agudizado desde el golpe de Estado. El gobierno ha respaldado descaradamente estos proyectos y los están implementando asesinando a todo opositor que se les interponga. Han sido más de 100 asesinatos de luchadores en nuestro país y son crímenes que han quedado en la impunidad. Nosotros no dejaremos que esto suceda con nuestra compañera», agrega Lilian Esperanza.
Berta Cáceres aseguraba que la resistencia y la lucha de Río Blanco estaba enfrentando al capital transnacional con gran fuerza que estos estaban utilizando todos los recursos a su alcance para continuar. «Toda esa maquinaria represiva a pretendido criminalizar el derecho a nuestra legitima lucha, es algo que no vamos a dejar que sea criminalizada. Estamos conscientes que nos enfrentamos a poderes grandes que operan con todas las estructura del Estado de Honduras que está muy concentrada en la criminalización de nuestra lucha».
Desde 2014 Honduras fue señalado como el país con más asesinatos de defensores del ambiente en todo el mundo. Entre 2012 y 2014 sumaron 111 asesinatos de activistas, donde más de 80 sucedieron en la región del Bajo Aguán. Tan sólo durante la campaña contra Agua Zarca, tres integrantes del COPINH fueron amenazados, torturados y asesinados.
En ese contexto no es casualidad el aumento de empresas de seguridad privadas, cuyo número es cinco veces superior al cuerpo policiaco, donde la mayoría de ellas pertenecen a antiguos altos cargos de la policía y el ejército. Como muestra de la impunidad con que aquellos grupos paramilitares actúan se registra lo sucedido el pasado 20 de febrero, cuando el COPINH marchó en protesta hacia el lugar de construcción de la represa de Agua Zarca y más de 100 personas fueron detenidas y hostigadas por cuerpos de seguridad. Tras sortear el bloqueo con maquinaria de parte de la empresa, los manifestantes percibieron la presencia de personas armadas. «La policía nos dijo que nos estaban esperando hombres armados, les dijimos que porqué no los capturaban si ya lo sabían y no hicieron nada. Se vio claramente la complicidad de la misma fuerza de seguridad», dice Tomás Membreño integrante de la COPINH quien responsabiliza del asesinato a los representantes de Desa-Agua Zarca, al Banco FICOHSA, el Banco de Desarrollo Holandés FMO, el alcalde municipal de Intibucá y el alcalde de San Francisco de Ojuera.
En el asesinato podrían estar involucrados exagentes de la policía, según denuncia el compañero de Berta. «Incluso el jefe de seguridad de la empresa DESA es ex miembro del Ejército hondureño y tenemos entendido que ha formado parte del Batallón 3-16 que tenía el Estado para asesinar a dirigentes que se opusieran a las políticas de los años 80» en referencia a por lo menos 184 víctimas entre estudiantes, profesores, periodistas y activistas de derechos humanos hondureños de la época.
Su compañera de lucha, Lilian Esperanza, asegura que Berta Cáceres, les ha enseñado lo mejor para poder continuar su lucha y no bajar la cabeza. «Berta fue una mujer que nos enseñó con su propia vida y con su coraje a defender nuestros derechos. Nosotras estamos preparadas para continuar de pie. Con todo el dolor y la rabia nosotros continuaremos y no bajaremos la cabeza. Porque ella es nuestro ejemplo. En cada uno de nosotros hay una Berta y el gobierno y las empresas tendrán que matar a todo un pueblo para que puedan avanzar», finaliza Lilian Esperanza.
Llena de música
Con la misma velocidad con la que la noticia de lo ocurrido se difundió, las protestas afuera de las embajadas de Honduras se organizaron. Nadie dudó de señalar al Estado sea como autor o como cómplice de la muerte de Berta. Hasta el momento ha sido en San Cristóbal de las Casas, Chipas, Ciudad de Guatemala, El Salvador, San José Costa Rica, Managua, Valencia, España y por supuesto, en Tegucigalpa.
Los restos mortales de Berta Cáceres fueron trasladados la madrugada de este viernes 4 de marzo hacia el barrio de La Esperanza, Intibucá, para que se pudiera llevar a cabo la ceremonia fúnebre y al mismo tiempo todas las personas que así lo desearan pudieran despedirse de ella. Berta Cáceres será enterrada este sábado. Su despedida estuvo llena de música y de la presencia de muchas personas que acudieron a solidarizarse con la familia, para honrar su lucha al salir a las calles demandando justicia para en palabras de Berta «seguir defendiendo la sangre de nuestra tierra y nuestros ancestros».
Nuestras luchas se desprecian e invisibilizan porque para quienes tienen el poder político y económico son un mal ejemplo. Inspiran la lucha emancipatoria de los pueblos y demuestran que sí son posibles otras formas de vida que protegen el planeta. Esto es contrario al proyecto de dominación hegemónica que se impone en todo el mundo y que pretende saquear los recursos estratégicos de los pueblos. Berta Cáceres