Sorry, this entry is only available in Español. For the sake of viewer convenience, the content is shown below in the alternative language. You may click the link to switch the active language.

Por Sare Frabes

En portada: Un brigadista del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables trabaja para apagar un incendio en Apuí, Amazonas, Brasil, el 11 de agosto de 2020. Foto de Ueslei Marcelino

Estudios divulgados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el 9 y 17 de agosto respectivamente, señalan que las temperaturas en América Latina han aumentado más que la media mundial y es probable que sigan esta tendencia.

Entre los años de 1998 y 2020, los fenómenos climáticos y geofísicos, además de estar afectando a los medios de subsistencia en la región, provocaron la pérdida de 312 mil vidas y afectaron directamente a más de 277 millones de personas, sostiene la OMM en un comunicado a la prensa,

“La región de América Latina y el Caribe es una de las más afectadas por los fenómenos hidrometeorológicos extremos. El año 2020 fue testigo de ello, con la muerte y la devastación causadas por los huracanes Eta e Iota en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, y la intensa sequía y la inusual temporada de incendios que castigaron la región del Pantanal del Brasil, Bolivia, el Paraguay y la Argentina. Entre las repercusiones más importantes cabe destacar la escasez de agua y el desabastecimiento energético, las pérdidas agrícolas, los desplazamientos de población y el deterioro de la salud y la seguridad, cuestiones que no hicieron más que agudizar problemas derivados de la pandemia de COVID‑19”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, en el comunicado.

Te puede interesar → Aún con Acuerdo de París, temperatura de la tierra podría aumentar en 3.4 °C

El año 2020 fue uno de los tres años más cálidos registrados en América Central y el Caribe, y el segundo más cálido del que se tiene registro en América del Sur, al alcanzarse temperaturas que superaron en 1,0 °C, 0,8 °C y 0,6 °C el promedio a largo plazo del período climatológico de referencia de 1981-2010, respectivamente. “En algunas estaciones las temperaturas máximas registraron valores sin precedentes, con valores hasta 10 °C superiores a lo normal. En Bolivia, la ola de calor trajo consigo temperaturas récord para el mes de octubre en cuatro ciudades y la temperatura más alta jamás registrada en San José de Chiquitos: 43,4 °C”, sostiene el informe de la OMM.

Además, hubo sequía generalizada en toda América Latina y el Caribe, con importantes efectos, “como la bajada del nivel de los ríos, con las consiguientes dificultades para el tránsito por las rutas interiores de navegación, y la reducción del rendimiento de las cosechas y de la producción de alimentos, que agravó la inseguridad alimentaria en muchas zonas”, dice el comunicado a la prensa.

Otros de los efectos del aumento de las temperaturas, destacados por el estudio de la OMM, es el aumento de los niveles del mar. En América Latina y el Caribe, más del 27% de la población vive en zonas costeras. “Entre 1993 y 2020, el ritmo medio de subida del nivel del mar en el Caribe ha sido de 3,6 mm al año, una velocidad ligeramente superior a la media mundial (3,3 mm al año)”.

Incendios

La región de América Latina y el Caribe concentra aproximadamente el 57% de los bosques primarios que quedan en el mundo, sostiene el estudio de la OMM.

“Entre 2000 y 2016, se destruyeron cerca de 55 millones de hectáreas de bosque, es decir, alrededor del 5,5 % del total de la región, lo que representa más del 91% de las pérdidas forestales en todo el mundo”, revela el estudio de la OMM.

Los incendios forestales en América del Sur, por ejemplo, fueron más frecuentes en 2020 que en 2019, un año que ya fue crítico en cuanto a fuegos. “La mayor cantidad de incendios forestales declarados en 2020 causó daños irreversibles en los ecosistemas, incluidos impactos perniciosos en servicios ecosistémicos vitales y en medios de subsistencia que dependen de ellos”.

Monitoreo

La OMM sostiene que el monitoreo de los riesgos climáticos y los sistemas de alerta temprana pueden ayudar a tomar medidas tempranas para reducir los riesgos de desastres. “Sin embargo, los sistemas de alerta temprana están poco desarrollados en la región de América Latina y el Caribe, en particular en América Central y del Sur”, alerta la organización.