México
“Feliz cumpleaños, Adán”. En la Universidad de la Tierra, comienza la clausura de un festival que no termina.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas. 2 de enero de 2015.
Colectivo Radio Zapatista.
Siendo las 11:56 de la mañana del 2 de enero de 2015, comienzan los dos días de trabajo que clausurarán el Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo, “donde los de arriba destruyen, los de abajo reconstruimos”. De nuevo los normalistas en primeras filas, cara a cara con sus familias y amigos, o con los rostros impresos de ellos mismos. Un millar de personas saturan el auditorio principal del generoso y autónomo CIDECI-Universidad de la Tierra. Se puede ver la transmisión en vivo en salones aledaños, el comedor, el aula Immanuel Wallerstein. Aquí dentro hay medios libres que se han organizado para cubrirlo todo: video, audio, texto, traducción, publicación y compilación, entrevistas. Una biblioteca en azul nos aloja.
Dentro del auditorio hay cabina para traducción simultánea a los idiomas que se pueda, mesoamericanos y europeos. Vibra un calor inusitado para un enero en San Cristóbal. Se nos entregan datos de asistencia a lo largo de estos días: 1,300 delegadas y delegados del CNI de 28 pueblos y 20 estados de la República Mexicana, 2,904 integrantes de la Sexta (2,168 nacionales de todo el país y 736 internacionales de 42 países).
La lucha es para siempre
“La lucha es para siempre”, afirma la Sexta desde Campeche.
31 de diciembre de 2014. San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Eugenia Gutiérrez. Colectivo Radio Zapatista.
Y no podía faltar el paraíso, ese que vamos recuperando, este “jardín del edén” que agradeció un asistente al Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo en su fase Monclova, La Candelaria, Campeche. Si bajó desde las cálidas montañas heladas de Xochi a la tibieza fuerte de Amilcingo, si pasó por la gran Tenochtitlán, cómo no iba a cobijarse en las tierras mayas que vieron morir a Cuauhtémoc por el miedo de un Cortés abrumado en su expedición a las Hibueras, a las Honduras de humedales más bajos que el mar.
Ubicada a unos kilómetros del gran sitio arqueológico El Tigre, la sencilla Monclova recibe del 27 al 30 de diciembre a unas mil personas que saben de represión, despojo, desprecio y explotación y que se declaran listas para la defensa organizada de sus países y su planeta. Entreveradas en un bosquecito de Tecas que tapizan el suelo con sus hojas enormes, las voces de adherentes a la Sexta, de exalumnas y exalumnos de la escuela zapatista por la libertad, de presos políticos, de integrantes del Congreso Nacional Indígena y de familiares y amigos de normalistas atacados en Guerrero se escuchan frescas por un rato mientras rebotan en los árboles los 29 espejos de la lucha indígena hermanada con el zapatismo.