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Chiapas: Familias desplazadas de Chenalhó exigen retorno seguro
Fuente: Avispa Midia
Por Sare Frabes
En portada: Familias desplazadas de Santa Martha, municipio de Chenalhó, se manifiestan contra la impunidad de los ataques armados en la región.
En los últimos días de octubre, familias desplazadas violentamente de Santa Martha, municipio de Chenalhó, en Chiapas, se manifestaron en San Cristóbal de las Casas para exigir la desarticulación de grupos armados, la aparición con vida de personas desaparecidas y el retorno seguro a su lugar de origen.
Los indígenas tzotziles tuvieron que abandonar un centenar de viviendas debido a que el pasado 29 de septiembre un grupo armado de Chenalhó atacó su comunidad, tras lo cual reportaron 244 personas desplazadas de todas las edades, niños, mujeres y ancianos.
Durante la marcha difundieron que, tras el ataque, el cual duró más de cuatro días, contabilizaron 15 personas desaparecidas, así como el asesinato de siete adultos y tres menores de edad. Las familias recorrieron el centro de San Cristóbal para exigir castigo a los asesinos, el cese de la impunidad y justicia ante la situación de violencia en la región de los Altos de Chiapas.
Los indígenas desplazados se encuentran refugiados en la comunidad de Polhó, en el mismo municipio de Chenalhó donde desde principios de octubre han recibido ayuda humanitaria, la cual no es suficiente, sobre todo por la situación de vulnerabilidad de los niños.
De acuerdo con datos de organizaciones defensoras de derechos humanos, entre los años 2010 y 2021 se registró el desplazamiento forzado de 14 mil 476 personas en al menos 15 municipios del estado de Chiapas.
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Entre las organizaciones que realizan el registro se encuentra el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (CDH Frayba) para quien el conflicto en Chenalhó existe por el inadecuado deslinde territorial, por parte de la Secretaría de la Reforma Agraria en la década de 1970, entre los pobladores del municipio de Aldama y la comunidad de Santa Martha en Chenalhó. A esto se suma la omisión para resolver dicha situación por parte del Estado, lo que ha permitido la continuación del conflicto entre las comunidades indígenas.
En Chenalhó existe presencia paramilitar debido a las operaciones de contrainsurgencia después del levantamiento armado en 1994 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y destaca el número de familias desplazadas del municipio vecino de Chalchihuitán, donde debido a la violencia se ha reportado el desplazamiento forzado de más de 5 mil personas.
Crisis
En comunicado difundido en octubre, el CDH Frayba señala la responsabilidad del Estado mexicano por la omisión ante los ataques y el mantenimiento de la impunidad frente a la actuación de grupos armados en los Altos de Chiapas. Según el Frayba, estos “amenazan, asesinan y desplazan a los habitantes, lo cual constituye una violación continua y múltiple de los derechos humanos, entre los que se destacan el acceso a un nivel de vida adecuado, a la libertad de circulación, libertad de residencia, a la vivienda, salud, educación, empleo, y a una vida en familia”.
La organización de derechos humanos destaca que en diversas zonas de Chiapas se vive una crisis de violencia, debido a que “actores civiles utilizan el recurso armado como mecanismo de control político, territorial y económico”.
Desde el año 2011, el CDH Frayba ha documentado 40 conflictos donde destaca la operación de grupos armados, de los cuales 33 casos registraron el uso de armas de alto calibre. La mitad de estos eventos se desarrollaron en los Altos de Chiapas, en los municipios de Chenalhó, San Cristóbal de Las Casas y Oxchuc.
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Según Frayba, los actores que participan en los ataques son diversos, “desde sucesores de dinastías de líderes paramilitares que dan continuidad a la lógica contrainsurgente, una conjugación con grupos armados vinculados al crimen organizado y delincuencia común, así como organizaciones sociales corporativistas afines al Estado; hay que sumar la militarización de la seguridad pública en los territorios a través de la presencia de la Guardia Nacional”.
Para la organización son varias las causas de esta crisis de violencia. Entre ellas destaca que la descomposición social actual es producto de conflictos políticos-militares irresueltos, de la ausencia de mecanismos institucionales efectivos para la solución de conflictos sociales, además de la existencia de un mercado ilícito de armas, la impunidad histórica y el fomento directo de estas dinámicas de la violencia por parte de autoridades tanto locales como estatales.
“La violencia en estos territorios es sumamente dramática, ya que ha tocado las estructuras comunitarias provocando fracturas profundas y permanentes, esto a causa de los mecanismos del terror que van creciendo, por lo que es urgente desactivar las violencias y reconstruir el tejido social con la participación de la población que resiste estas acciones criminales”, enfatiza la organización.
Se lo dijimos al presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, “¡Nos están matando, torturando, desapareciendo!”
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo Indígena de Gobierno
A la Sexta Nacional e Internacional
A las Redes de Resistencia y Rebeldía.
A los pueblos y comunidades de Guerrero
Al movimiento social Guerrerense
A a los medios de Comunicación
A las organizaciones de Derechos Humanos
7 DE NOVIEMBRE DE 2022
A UNOS DÍAS DEL ASESINATO DE NUESTROS HERMANOS ADÁN, MOISÉS Y GUILLERMO.
¡Se lo dijimos! “los narco-paramilitares matan y desaparecen a nuestra gente”.
¡Se lo dijimos! no queremos ser carne de cañón del crimen organizado que comanda Celso Ortega Jiménez y el diputado Bernardo Ortega Jiménez.
¡Se lo dijimos! No queremos programas sociales, sino justicia, la seguridad, que nuestra palabra sea escuchada.
El pasado 21 de octubre, Andrés Manuel López Obrador simuló escuchar nuestras palabras; sin descender de su transporte, varios de nuestros hermanos y hermanas del CPOG-EZ le dijimos que nos estaban matando, le dijimos quiénes, con nombres y apellidos, dónde y cómo. Pero tal como si nada hubiera sido dicho y estuviéramos condenados a repetir la misma historia, a llorar a nuestros muertos y nuestros desaparecidos, el 5 de noviembre tres de nuestros hermanos fueron asesinados.
“Muchos de nuestros compañeros bajan al municipio a vender sus productos y ya no vuelven, se quedan ahí y siguen desapareciendo”. Así de claro le dijimos a Andrés Manuel López Obrador. Tal como si se pudiera predecir lo que va a pasar, Adán, Guillermo y Moisés, indígenas nahuas de la Montaña Baja de Guerrero pertenecientes al CIPOG-EZ y al Congreso Nacional Indígena (CNI), bajaron al Municipio de Chilapa y ya no volvieron, fueron brutalmente asesinados. Evidentemente el entender la realidad nos permite saber que los grupos narco-paramilitares pueden asesinar a cualquiera de nosotros y nosotras cuando les plazca. La realidad que vivimos desde hace ya más de 7 años de guerra con “Los Ardillos” y que antes vivimos con “Los Rojos” y antes con otros grupos, así hasta llegar al extermino que los Españoles intentaron hacer de nuestros antepasados es una realidad que ya no queremos vivir, por eso resistimos por eso luchamos todos los días y nos organizamos, porque si no lo hiciéramos, muy seguramente ya hubiéramos sido exterminados.
La realidad de estos últimos años es muy evidente:
- El gobierno Municipal está gobernado por Aldy Esteban Román (PRI). Este personaje, pasó por la fiscalía del estado de Guerrero, desde donde al igual que hoy, protegía a los Ardillos, grupo narco-paramilitar de amplia influencia en el estado de Guerrero.
- El integrante, uno de los líderes y protector, operador político de los Ardillos, es Bernardo Ortega Jiménez, diputado (PRD), quién ha mencionado que no tiene nada que ver con sus hermanos (o sea que acepta que son delincuentes pero como servidor público pasa por alto la violencia que generan, lo cual lo vuelve cómplice y por tanto integrante y protector de los Ardillos, si ese fuera el caso; pero aunque lo niegue, nosotros sabemos que integra activamente al grupo criminal).
- Las policías municipales están coludidas con los Ardillos. Esto ya era más que evidente, hace unos meses en Atlixtac 2 de nuestros hermanos fueron detenidos y desaparecidos por la policía municipal de Atlixtac. En esta ocasión, la policía de tránsito del Municipio de Chilapa fue la que se encargo de detener e identificar a los miembros del CIPOG-EZ para luego informar a los Ardillos y que estos los asesinaran. Lo mismo ocurre en el Municipio de José Joaquín de Herrera, donde también han desaparecido a otros de nuestros hermanos.
- Estamos viviendo una guerra de exterminio donde partidos políticos, gobiernos, policías, grupos delincuenciales, están vinculados y si no hemos sido exterminados es por nuestra resistencia y organización.
Entonces vemos que desde el gobierno federal hasta el municipal, hay una cadena de de complicidades al mismo tiempo que se masacra a las comunidades, tal como si se quisiera tomar nuestro territorio y que para lograr esto fuera necesario exterminar a quienes lo habitamos. No se entiende que llevemos tantos desaparecidos y asesinados y que no haya un solo detenido, pero cuando se mira a fondo lo que nos ha pasado y se apela a la historia no como un lugar común, no como discurso para demostrar saber, tal como lo usa Andrés Manuel, sino como una herramienta para transformar la realidad, sí entendemos que nos quieren exterminar y también entendemos que hay que resistir para vivir.
La respuesta de Andrés Manuel a los planteamientos del CIPOG-EZ, fueron las mismas ideas sueltas, en las que apela a la historia sin comprensión de los procesos históricos, sin conectar las causas y consecuencias, mucho menos la utiliza para no cometer los errores del pasado, pues él mismo es un resultado del error o mejor dicho, el resultado natural del modelo económico capitalista que para mantener la desigualdad en el mundo, requiere de gobiernos que simulen representar y escuchar, mientras la vida y la tierra de los pueblos es arrebatada.
Mencionó: “Nada más una cosa les digo con toda sinceridad, eviten la violencia hay formas de luchar, la más eficaz de todas es la no violencia, esa la llevó a la práctica, esa política de no violencia, Gandhi, Mandela, Luther King y nos enseñaron que sí se puede de manera pacífica cambiar las cosas, no hay que caer en una provocación, hay que sacarle la vuelta a la provocación y hay que buscar el cambio por la vía pacífica y nosotros vamos a seguir actuando así de manera pacífica y sin relaciones de complicidad con nadie”.
Nosotros respondemos: seguir llamando a la no violencia en un escenario de guerra, sin detener a quienes la generan, sin atacar las causas de la violencia, económicas, políticas, sociales, culturales, es un absurdo.
***
Hoy que velamos a nuestros muertos la rabia nos inunda, porque eran compañeros importantes de nuestra organización, de esos que trabajan al doble, de esos que no dormían en días cuando las balas de los Ardillos pasaban encima de nuestras cabezas e iban al frente a resistirlos para salvar la vida de nuestras comunidades. Pero no sólo conocían esa forma de resistir, también se involucraron en la parte política, eran promotores Regionales del CIPOG-EZ, comprometidos con los talleres de autonomía, comunidad, territorio y derechos de los pueblos, comprometidos con la instalación de las Radios para Organizar la Lucha por la Autonomía, en resumen, representaban al corazón colectivo del CIPOG-EZ. Y lo hacían porque ya habían sobrevivido a la tortura y la muerte y porque entendían que el camino era resistir y organizarse dentro de las comunidades. El camino no era integrarse a las filas de la delincuencia organizada, no era traicionar a las comunidades, no era venderse a los partidos políticos, el camino era la organización de las comunidades, el camino era y es no rendirse, no venderse, no claudicar.
Por ellos, mantendremos viva la llama de la organización, de la resistencia. Porque dicen los que saben que una persona muere dos veces, la primera es cuando muere y deja su vida de lucha, la segunda es cuando olvidamos su lucha, su resistencia. Nosotros y nosotras, los pueblos y comunidades del CIPOG-EZ, no olvidaremos su lucha, porque ellos no se olvidaron de nosotros en
los días más oscuros para nuestras comunidades. El paso que sigue es seguir resistiendo, porque de la muerte se nace la vida y nosotros elegimos el camino de la vida.
¡NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS!
¡ALTO A LA GUERRA CONTRA NUESTROS PUEBLOS!
¡QUEREMOS JUSTICIA!
!JUSTICIA PARA NUESTROS MUERTOS!
¡VIVA ADÁN LINARES!
¡VIVA MOISÉS CUAPIPISTENCO!
¡VIVA GUILLERMO HILARIO MORALES!
¡VIVA EL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA!
¡VIVA EL CIPOG-EZ!
¡VIVA EL CIPOG-EZ!
¡VIVA EL CIPOG-EZ!
ATENTAMENTE:
CONCEJO INDÍGENA Y POPULAR DE GUERRERO EMILIANO ZAPATA