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Algunas preguntas y los peligros en Oxchuc que los cicloviajeros Holger y Krzysztof no conocían
De nuevo, hechos que indignan. El 4 de mayo algunos medios nacionales informaron en breves notas del hallazgo del cuerpo de Holger Franz Hagenbusch, cicloviajero alemán que llevaba más de dos semanas desaparecido en Chiapas, México, dijeron que fue localizado dentro de un pronunciado barranco en el kilómetro 158 de la carretera federal del tramo San Cristóbal – Ocosingo. El lugar conocido como La Ventana se encuentra en el municipio de Ocosingo, puerta a la Selva Lacandona. Días antes, el 26 de abril, había sido localizado muy cerca, tan solo a 200 metros, el cadáver que se presume es de Krzysztof Chmielewski, de origen Polaco, de éste no trascendió la noticia en los medios de comunicación.
Más allá de dar por hecho que los cuerpos sean de los dos cicloviajeros, es importante recalcar que lo único que se ha identificado son las pertenencias de las dos personas y que los cuerpos tienen características físicas ajenas a la región. Hasta el momento la Fiscalía General del estado de Chiapas a través de un video difundido en su cuenta de twiter ha dicho que han sido encontrados “presumiblemente los restos de Holger Franz, en el mismo lugar donde fueron encontrados los restos del ciudadano polaco… En el lugar del hallazgo fueron encontradas prendas de vestir del ciudadano alemán… el ministerio público agotará todos los actos de investigación para conocer las causas de la muerte y la plena identidad de ambos extranjeros”.
El corazón está listo – Día 11, Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?”
No matarán la flor de la palabra. No aquí ni ahora, no con tanta lucha por delante. No con tanta muerte acechando. Tras once días de conversar con música, baile, foto, cine, cartel, silencio atento y palabras, anoche concluyó en el CIDECI-Unitierra un encuentro que resignifica y redefine mucho. Una Comisión Sexta que celebra a su nuevo integrante (el Comandante Pablo), ha planteado una vez más la importancia de la organización mientras propone cuidar la “pedagogía” del mensaje a transmitir. No hay “propiedad privada de la lucha”, dice el Sup Galeano, hay “una nueva semilla que es de todos, todoas, todas y no es de nadie”.
Al presentar a detalle sus vivencias de los meses recientes, cuando se lanzaron a la búsqueda de apoyos para Marichuy y el CIG, integrantes de su Red de Apoyo se hacen voz colectiva que describe el proceso de aprendizaje-trabajo-información vivido por muchos rincones de México. Aunque escuchamos solamente a colectivos de Chiapas y de la Ciudad de México y zonas cercanas, lo que narran podría narrarlo cualquiera de ellxs. Son “colectivo de colectivos”, esfuerzo conjunto aunque disperso. Son fractales de resistencia. Sus voces coinciden cuando nos transmiten la emoción, el frío, la confianza, el agotamiento, el ánimo, el ansia y, sobre todo, la convicción. Recuerdan a Marco Antonio Jiménez, “activo auxiliar de Marichuy”, maestro de la Sexta que “ya no se encuentra aquí entre nosotros”. Recuerdan también a Eloísa Vega Castro, de la Red Sudcaliforniana de apoyo al CIG. Pero en realidad recuerdan todas las muertes y las desapariciones, todos los encarcelamientos y los abusos, todos los feminicidios, todo el despojo y el racismo, pues durante meses se dedicaron a recordárselos a cada persona que se acercó a sus mesas de recolección de apoyos. “También vivimos la tormenta”, nos dicen. “Cada firma era un diálogo que permitía visibilizar la lucha de los pueblos indígenas”, pero para visibilizarla tenían que verla ellxs mismxs. Con gran elocuencia, Raúl Romero presenta sus tres miradas de ese proceso: lo que llamó a juntar firmas (el diagnóstico), lo que pasó juntando firmas (las experiencias) y lo que es este semillero (la esperanza).
En sus intervenciones durante la clausura, tanto el Comandante Pablo como los Subcomandantes Moisés y Galeano replicaron el “efecto Marichuy” y los pueblos originarios al insistir en que nuestra lucha es por la vida. Según lo narraron a lo largo de estos días, cada participante de este Conversatorio-Semillero recibió una invitación del EZLN que les preguntaba “¿cómo está tu corazón?”. Cada quién dio su respuesta. Pero por lo que nos enseñaron y por la fuerza organizada de quienes convocaron, todo indica que el corazón está listo.
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