Chiapas
Parroquias de Chenalhó y Chalchihuitán realizan misa y peregrinación
El pasado 7 de Diciembre, como respuesta frente a la grave situación de desplazamiento masivo que se vive en los municipios de Chenalhó y Chalchihuitán (Ver “Chalchihuitán y Chenalhó: ¿Una masacre anunciada?”), las parroquias de San Pedro Chenalhó y San Pablo Chalchihuitán realizaron misas para pedir la reconciliación entre sus pueblos hermanos, y así “terminar con el sufrimiento de los desplazados”. La parroquia de Chenalhó inició su peregrinación con una oración en Campo del Toro para más tarde acercarse a Las Limas, comunidad ubicada en el camino hacia Chalchihuitán.
“Según los ancianos, antes de 1973, cuando empezó este problema, los pueblos de Chenalhó y Chalchihuitán eran como hermanos. Sus santos patronos los apóstoles Pedro y Pablo se visitaban el día de su fiesta el 28 y 29 de Julio, y pableros y pedranos hacían fiestas juntos por varios días. Vamos a pedirles a los patronos Pedro y Pablo que nuestros pueblos vuelvan a ser hermanos” Extracto del comunicado de la parroquia San Pedro Apóstol, Chenalhó.
Escucha el comunicado completo de la parroquia de San Pedro Apóstol, Chenalhó:
Comunicado completo (texto) en komanilel.org
Para mayor información puede ver los videos tomados por el padre Marcelo Pérez Pérez, Párroco de Simojovel – 24 nov 2017-en los links siguientes:
Campamentos de desplazados Chalchihuitan, Chiapas 1/5 – CML
Campamentos de desplazados Chalchihuitan, Chiapas 2/5 – CML
Campamentos de desplazados Chalchihuitan, Chiapas 3/5 – CML
Campamentos de desplazados de Chalchihuitán 4/5 – CML
Campamentos de desplazados de Chalchihuitán 5/5 – CML
Chalchihuitán y Chenalhó: ¿Una masacre anunciada?
“Estamos sufriendo mucho. Se quemó mi frijol y mi maíz, se quemó mi casa, ahí se quedó mi marranito, mis pollos. Ahora ya no tengo nada. Estamos sufriendo con mis hijos, estamos sufriendo mucho, estamos sufriendo de hambre.”
Estas son algunas de las palabras de una mujer tsotsil entrevistada por el padre Marcelo Pérez Pérez, párroco de Simojovel, Chiapas, a finales de noviembre. Ella tiene dos hijos pequeños y ahora no tiene casa, duermen en la montaña, donde en la noche la temperatura baja a veces a menos de cero grados. No tienen cobijas, no tienen alimentos. Perdieron todo, no saben qué hacer y viven con el miedo constante por los disparos de armas de alto calibre que se escuchan todos los días y todas las noches.
Como ella, casi 6 mil indígenas tsotsiles (5023 de Chalchihuitán y 950 de Chenalhó) sobreviven en las montañas de Los Altos de Chiapas en condiciones de extrema precariedad. Entre ellos, miles de niños y 114 mujeres embarazadas, algunas a punto de parir.
Todos ellos fueron expulsados de sus tierras por un grupo armado que, según denuncias de los propios desplazados y diversas organizaciones, cuenta con el apoyo y está al servicio de Rosa Pérez, la presidenta municipal de Chenalhó por el Partido Verde Ecologista (PVEM), impuesta por la fuerza hace tres años tras lo que sus opositores aseguran que fue un fraude electoral.
La violencia y el desplazamiento forzado tienen que ver con un conflicto agrario creado por el gobierno federal hace 45 años, pero que se detona en tiempos recientes por la muerte de Samuel Pérez Luna, campesino de Chalchihuitán, asesinado con ocho balazos por el grupo armado de Chenalhó mientras trabajaba una de sus parcelas el 18 de octubre de este año. Semanas después, entre el 12 y 13 de noviembre, el grupo armado sitia a Chalchihuitán, cierra todas las entradas, corta con maquinaria pesada la carretera que da acceso a la cabecera municipal, quema casas y milpas, amenaza a la población de asesinarla, la aterroriza con disparos de armas largas y provoca el desplazamiento forzado de miles de indígenas que vivían en la zona limítrofe entre ambos municipios.
Hoy, a mes y medio del inicio del desplazamiento forzado, y pesar de los llamados de la población y de organizaciones nacionales e internacionales, el gobierno finge actuar y no hace nada por solucionar las causas fundamentales del conflicto, de las que él mismo es responsable.