Chiapas
Violencia contra las mujeres por crisis de salud en Chiapas
Fuente: Frayba Comunicación
El día de hoy cientos de mujeres de distintas comunidades, ciudades, colectivos y organizaciones marchamos en Tuxtla Gutiérrez para dar testimonio del costo humano y social que generan las autoridades estatales al profundizar la crisis en el sistema de salud que afecta a miles de personas que acudimos a los servicios de sanidad pública para ser atendidas por una emergencia hospitalaria, consulta general o diagnostico preventivo.
Cientos de historias que dan cuenta de la falta de medicamentos, equipos, materiales de curación y personal de salud en las distintas casas de salud, clínicas médicas y unidades hospitalarias en el medio rural y urbano. Aunado a ello, se suman las dificultades que atravesamos por la situación de pobreza generalizada, las distancias de los centros de salud, el encarecimiento de los medicamentos y los altos costos de tratamientos de enfermedades como el cáncer de mama y cervicouterino, la diabetes mellitus por mencionar algunas que dejan cada año un alto índice de muerte en la población en general.
En Chiapas tiene una de las tasas de mortalidad infantil más altas del país, el riesgo de morir antes de un año de vida es mayor entre las niñas y niños que habitan en los municipios y regiones indígenas, sus causales están asociadas a la falta de acceso a servicios de salud debido a las condiciones de marginación, pobreza y rezago educativo que enfrentan los más de 2 millones de niñas y niños en la entidad.
El Concejo Indígena de Gobierno: una esperanza para el país
No se trata de tomar el poder, sino de organizarnos juntos, con todos ustedes, para cambiar el país. No se trata de una campaña electoral, sino de una campaña por la vida. No se trata de una elección, sino de una cuestión civilizatoria. Porque es la última alternativa para la existencia civilizatoria de todos los pueblos de este país.
Palabras más, palabras menos, eso dijeron las y los concejales del recién creado Concejo Indígena de Gobierno, constituido en asamblea del Congreso Nacional Indígena el 27 y 28 de mayo en el Cideci/Universidad de la Tierra, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
En los medios de comunicación nacionales e internacionales repercutió la noticia del nombramiento por parte del CNI de una mujer indígena nahua, María de Jesús Patricio Martínez, como posible candidata independiente a las elecciones presidenciales de 2018, con el respaldo del EZLN. Lo que no se ha entendido en muchos espacios, es que Marichuy, como se le conoce cariñosamente, será solamente la voz y el rostro de un cuerpo de gobierno indígena, colectivo, horizontal, antisistémico, anticapitalista y antipatriarcal: el Concejo Indígena de Gobierno, constituido por 71 concejales de los diferentes pueblos, naciones y tribus originarias de los 33 estados de la república que componen el CNI.
En otras palabras, lo que falta entender es lo más importante: una iniciativa de democracia radical “donde no uno manda”, sino que se rige por los siete principios de gobierno tanto del EZLN como del CNI: obedecer y no mandar; representar y no suplantar; bajar y no subir; servir y no servirse; convencer y no vencer; construir y no destruir; proponer y no imponer.
La relevancia del Concejo Indígena de Gobierno es difícil de dimensionar. Por primera vez en la historia de México, existe un cuerpo de gobierno indígena a nivel nacional, capaz de articular las necesidades, resistencias y luchas de los pueblos más golpeados por las políticas neoliberales de muerte y despojo que se sufren en el país. Muerte y despojo con nombre y apellido, documentados extensamente en lo que el CNI llama los 29 espejos de la resistencia, una letanía de atropellos que son justamente eso: espejos que nos permiten mirar la realidad nacional con tanto esmero ocultada por el discurso oficial y la desinformación de muchos medios de comunicación, sin mencionar el vulgar circo electorero de los partidos políticos, en los cuales ya poquísimos mexicanos creen.
En la asamblea plenaria en la que se aprobaron los nombramientos de los concejales del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera, se aprobaron también los propósitos y estrategias que regirán a dicho cuerpo de gobierno, su funcionamiento y su organización y su vinculación con otros sectores de la sociedad. Éstos se enfocan en una gran variedad de ejes, como la educación alternativa y descolonizadora para las futuras generaciones, la defensa de las lenguas originarias, la defensa de la tierra y el territorio, la autonomía y la autodeterminación basada en los Acuerdos de San Andrés y los siete principios de gobierno del EZLN y el CNI, los derechos de las mujeres y el combate a la violencia institucional contra ellas, la vinculación con otros actores nacionales e internacionales, el establecimiento de una red de seguridad autónoma, la formación continua de los concejales, así como mecanismos para fomentar una organización nacional que involucre los diferentes sectores de la sociedad. Se acordó también que el Concejo Indígena de Gobierno actuaría no sólo a nivel nacional, sino también a nivel local y regional, fomentando procesos colectivos de autogobierno en todo el país.
Así, el establecimiento del Concejo Indígena de Gobierno representa la esperanza de un cambio real, no por medio de un líder individual con fórmulas mágicas, sino de la organización colectiva de todos y todas para enfrentar el desastre nacional que nos acomete. En los próximos meses estaremos viendo los pasos siguientes en este caminar, este “alzamiento indígena más grande de la historia de México”, como expresó uno de los concejales. Y la invitación está hecha para asistir a la primera reunión del Concejo Indígena de Gobierno, el 12 de octubre de este año en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y en los caracoles zapatistas.
Falta lo que falta, como dicen los zapatistas, y en ese camino cada uno tendrá que responder la pregunta que el EZLN ha venido planteando con creciente insistencia los últimos años: ¿Y ustedes, qué?