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¡Del 28A al 28J: dos meses de digna rebeldía!
Se completaron DOS MESES de digna rebeldía en las calles, de resistencia organizada por el pueblo y para el cambio… Colombia se cansó de la opresión histórica, la inequidad, la mentira, la guerra y la muerte… Colombia se levantó porque despertó y se empoderó desde el cuidado colectivo… Nunca olvidaremos… Siempre recordaremos… Nos dimos cuenta que es estando juntxs, todas y todos en nuestra diversidad, que lograremos cambiar este país!
Luego de dos meses, del 28A al 28J, seguimos unidxs, fortalecidxs, organizándonos en todos los lugares, desde la casa hasta los espacios asamblearios de los puntos, barrios, ciudades…
Van DOS MESES de resistencia, de aguante, de aprendizaje… Aunque ya hemos sentido en el campo el dolor desgarrador que genera la guerra, hoy admiramos a la juventud que se levanta al calor de todas y todos, en lucha, aguante y resistencia, desde los barrios, las periferias, los territorios olvidados en las ciudades, para dejar al descubierto que nos gobierna, la tiranía y la injusticia. Familias de ricos, narcos y políticos herederos que solo saben de genocidio y saqueo, se niegan a soltar el poder y no les importa matar generaciones y pueblos, engendrar hordas paramilitares, vender el país y desangrar a su gente y su naturaleza, para mantener su establecimiento… los malos gobiernos hoy después de 2 meses de paro siguen en guerra contra el pueblo. ¡Por eso Colombia sigue resistiendo! por eso y por nuestrxs muertxs no descansaremos…
¡Hoy todo es mucho más claro para todxs! Hagamos parte de este cambio, es por todxs lxs que se fueron antes de ver la transformación o que no han regresado a casa, es por los derechos de todas y todos, es por nuestrxs hijxs, por los sueños de un territorio en paz y con dignidad.
Siempre recordaremos cada semilla que el paro ha sembrado y nunca olvidaremos toda la zozobra que el estado continúa entregándonos al pueblo por exigir lo digno:
Y, después de todo, ¿cómo es, cómo sería, Puerto Resistencia?
Cómo empezar esta pequeña historia, dentro de la gran estructura narrativa llamada Paro Nacional 2021 en Cali. ¿Qué contar que no haya sido ya contado, gritado y denunciado?. En las últimas semanas hemos sido testigxs de episodios de violencia generalizada que nos hacen recordar otras épocas que se pretendían ya muertas en el país. Y nos entristece pensar que el sentimiento de cansancio y hastío de una generación de jóvenes y recién ingresadxs a eso que llaman “adultez” ha generado tanta barbarie. Nos duele que se haya desplegado tanta violencia ante las personas que tienen la sensación de que no hay justicia, ni pan, ni salud… no hay respeto a la vida, ni a la opinión disonante… no hay futuro.
En algún lugar leímos alguna vez que cuando se siente tristeza, el plexo solar, esa ramificación de nervios que tenemos en el tórax y que asemeja a una galaxia en expansión, provoca una sensación de dolor físico sobre el pecho, una sensación de vacío en el estómago, y nos da vértigo cuando la emoción nos abruma. Ya vemos que esa frase de “nos duele el pecho de la tristeza”, tiene su basamento científico después de todo.
Nos duele el pecho que ante la esperanza, la utopía, la solidaridad y la belleza de este pueblo, hayan desatado tanta violencia institucional que justifica otro tipo de violencias ya naturalizadas: civiles disparando desde camionetas y motos, desaparición forzada, mujeres violentadas, madres desesperadas, barrios, veredas y ciudades enteras asoladas por una barbarie de sangre que no entendemos bien de dónde viene.
¿Cómo le hacemos frente a esto ahora? Es una pregunta que nos ronda la cabeza desde hace días, semanas. Muchas parecen ser las fórmulas, algunas parecen esconder retiradas y derrotas, otras nos suenan razonables y las celebramos, otras no parecen soluciones de ningún tipo. Lo que sí es seguro es que no podemos seguir apostándole a un centralismo de las respuestas. Es la intuición que hemos venido recogiendo en varios puntos: ningún lugar es igual a otro, ninguna reivindicación puede pretender unificar a las otras. Todos los territorios son diferentes y merecen ser escuchados de manera diferenciada. Todas las historias son válidas y no hay réplicas únicas para darles a esos miles de oídos desvalidos y atormentados.
Este pequeño escrito pretende enfrascarse en esa reflexión, sin querer dar soluciones (porque no las damos) o respuestas finales ante tanta zozobra. Es una crónica, somera y sin ínfulas de exactitud, sobre pequeños sucesos que ocurrieron la semana pasada -del jueves 10 al martes 15 de junio- en Puerto Resistencia y algunos otros puntos en Cali; una crónica que habla desde el vacío en el estómago y el dolor en el pecho, desde el vértigo que nos han producido estos casi dos meses de resistencia barrial y callejera. No nos gusta el periodismo que sólo recoge datos y cifras, que acumula chivas noticiosas y va dejando huecos sin rellenar, preguntas sin responder y necesidades urgentes de la gente sin problematizar. Creemos firmemente, y don Jose Alberto Tejada es un claro exponente de ello, que en este país el periodismo debe ser político y afirmarlo claramente y sin miedo, tomar partido, buscar soluciones, proponer caminos, ser activo, no neutral u objetivo. Debe ser un periodismo desde la gente y para la gente. Eso nos gusta más y nos perdonarán si esta crónica tiene mucho de eso y poco de objetividad.
Por ende, les pedimos que nos disculpen si no ven aquí una denuncia a la delincuencia en los barrios “que ha provocado el Paro”, o si no ven aquí la queja de ciudadanos por la movilidad y la escasez de alimentos, o de los empresarios por no poder trabajar. ¿Que han habido ataques a la Policía, a bancos y estaciones de transporte público? Sí, los ha habido. ¿Que han habido casos poco esclarecidos sobre distintas confrontaciones internas entre muchachxs y bandas en los puntos? Sí, también ha habido eso. Pero no hablará esta crónica sobre todo aquello, porque no es eso lo único que deja el Paro Nacional después de 60 días. Para eso están RCN y Caracol, expertos en mostrar “lo decadentes” que son los barrios populares, pero “lo bien que está el país”, lo sabroso que juega Cuadrado o lo áspero que pedalea Bernal en el Giro. ¿Que estamos parcializadxs en nuestra narrativa? Sí. ¿Que idealizamos la movilización y el Paro? Lo hacemos, aunque no desconocemos las riñas internas que han habido, los encontronazos entre colectivos y organizaciones, los tropeles entre lxs pela’xs en el pedazo, las denuncias de violencia de género en los puntos y el cansancio que hay ante la normalización de los bloqueos. No nos gusta contar mentiras, pero tampoco nos gusta atacar el esfuerzo de la gente con argumentaciones sacadas de un escritorio en Bogotá o de un gabinete en Cali. Y bueno, basta de disculpas… a lo que vinimos.
COMUNICADO DE LA O.C.S.S AL CIPOG-EZ Y CNI-CIG
Al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional
Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo indígena de Gobierno
A los pueblos de México y el mundo
A NUESTROS HERMANOS DE GUERRERO
27 de junio del 2021, Tepetixtla, Coyuca de Benítez.
Nosotros hombres y mujeres de los pueblos campesinos de la Costa Grande del estado de Guerrero, que nacimos de la historia de dignidad que nos enseñaron los generales Morelos, Guerrero, y Zapata.
Hoy en tiempos de pandemia y elecciones. De vacunas y millones de pesos gastados en vanidades políticas. Con evidente presencia de la delincuencia organizada, que amplió el abanico de sus colores y en varios casos abiertamente se dice “morenista”.
Con un claro reciclamiento de individuos que ayer fueron corruptos y represores y hoy les dicen “compañeros”, de partido y que generan desconfianza a más de uno. Desde arriba se habla de cambio de régimen, pero en muchos casos, los impulsores del “nuevo”, nacieron y crecieron políticamente en el régimen anterior. ¿De veras cambiaron su visión política o solo de camiseta?
Los resultados nos hacen pensar que veremos el segundo tiempo del mismo juego. Fortalecer el capitalismo, atraer más capitales, más trasnacionales, más monopolios; más despojos a pueblos y comunidades; vigorizar al estado mexicano, legitimándolo, sin aparente corrupción y adelgazándolo, para que sea mas fácil operar con él; desactivar y deslegitimar los movimientos y la protesta social; seguir linchando a los críticos; negar la existencia de una izquierda, solo hay liberales y conservadores.
Se mantendrán algunos inevitables cambios desde arriba. El agotamiento del neoliberalismo lo impone, hay que revitalizar el capitalismo, para mantener y
recuperar las cuotas de ganancias empresariales. La corrupción agrava la violencia y hace frágiles a las instituciones del Estado y llegó a representar la perdida de hasta el l0% del PIB mexicano.
Pero, de acuerdo a “nuestros datos” la desigualdad social, la pobreza y la violencia generalizada experimentadas en México, no tienen sus raíces en la corrupción, sino en la lógica de acumulación depredadora y excluyente, donde conviven lo
legal y lo ilegal. El combate a la corrupción de los funcionarios es necesario, pero muy insuficiente.
Las grandes obras como el llamado tren maya o el corredor interoceánico, aumentarán el porcentaje de población con “empleo asalariado”, pero esto no
quiere decir que mejorarán sus condiciones de vida. Muchos serán empleos temporales, mal pagados y sin derechos ni prestaciones. También se agudizaron otras contradicciones sociales pues son proyectos basados en la desposesión y despojo de las tierras de las comunidades y pueblos por dónde pasarán. Habrá más concentración de riqueza en unos cuantos y permitirán que grandes empresas y corporativos de las finanzas, la agroindustria, el turismo y el sector inmobiliario acumulen más capital y fortalezcan su dominio.
Seguimos creyendo que las transformaciones que México necesita solo serán viables si son cambiadas las bases de la estructura de la riqueza y las relaciones de poder y dominación, violentas, excluyentes, racistas y patriarcales. Y eso solo se puede hacer desde abajo y a la izquierda.
La vida nos hizo necios, y por más que le buscamos no nos podemos convencer de que solo votando o apoyando al gobierno se van a resolver los problemas sociales. No nos cabe en la cabeza que debemos dejar de luchar, porque es riesgoso protestar, luchar y organizarse. No nos gusta ese atole.
En Guerrero, un nuevo concepto, “torita”, ya no toro, vaca, becerro o becerra. Que anoten los de la Academia de la lengua guerrerense.
No tenemos dudas, mandará el toro. No es discriminación, es jugada política. No creemos que cambiará mucho la situación. Y estaremos, desde nuestras
capacidades, con un ojo al gato y otro al garabato, pues tanto en la Sierra como en otros lugares del estado, la delincuencia organizada hace el trabajo sucio, hostiga, agrede, desaparece y asesina a periodistas honestos y a luchadores sociales.
Nuestra solidaridad para los compañeros del Concejo Indígena y Popular Emiliano Zapata de Guerrero CIPOG-EZ y del Congreso Nacional Indígena (CNI) que dignamente resisten las nuevas y viejas prácticas políticas neoliberales en la zona de la montaña y en México.
Tenemos que seguir rascándonos con nuestras uñas para defender el bosque, la tierra, el agua, los derechos constitucionales y los derechos humanos de nuestras
compañeras y compañeros.
Pero es 28 de junio, un año más, ya van 26, y la justicia no llega. Siguen sin castigo los responsables de la masacre de Aguas Blancas. Se sigue protegiendo a los principales responsables. Se sigue pretendiendo el olvido y la conformidad social con verdades a medias, maniobras políticas y el “castigo” a encarcelados ya liberados, chivos expiatorios.
¿Se podrá equiparar la destitución de un cargo público con las muertes de los 17 compañeros y más de 23 heridos? ¿A esto le llaman justicia?
Un año más en que se repite el ritual de la dádiva económica.
Un año más para los golpes de pecho, el llanto y las vestiduras desgarradas de los que vieron los hechos desde lejos, desde la barrera, y ahora se dicen “los verdaderos”, “los directamente” afectados.
Un año más para ver la descomposición de algunos, más interesados en los proyectos gubernamentales que en la organización del pueblo.
Algunos culpables siguen vivos, otros muertos, pero, aunque mueran, siguen siendo culpables. Y exigimos justicia, verdad y castigo.
El principal culpable, el exgobernador Rubén Figueroa Alcocer. Otros, el general Arturo Acosta Chaparro, ya muerto, que fue parte de la planificación y la ejecución; el gabinete gubernamental estatal de entonces; el ex presidente Ernesto Cedillo.
Y los cómplices, un poder legislativo local y federal y un aparato judicial federal y local, que garantizaron la impunidad.
¡Hoy están Impunes! ¡Cuánta podredumbre!, ¡Cuanta miseria humanas!
Mientras estemos vivos seguiremos, exigiendo ¡Justicia en la masacre de Aguas Blancas!
De nuevo recordamos a los compañeros asesinados en Aguas Blancas con el compromiso de seguir luchando.
¡Alto a la represión de las normales!
¡Alto a la deforestación de los bosques!
¡Alto a la agresión de los pueblos y comunidades en tierra caliente!
¡Ya no más desplazados por la violencia la pobreza y el olvido!
¡Castigo para los culpables de la desaparición de los 43 normalistas y sus muertos!
¡Justicia para el compañero SAMIR FLORES!
¡Le exigimos a la nueva gobernadora que lleve a cabo la sentencia de la corte interamericana de derechos humanos!
Por la unidad de obreros, campesinos y pueblos indígenas
Organización Campesina de la Sierra del Sur
O.C.S.S
¡Nunca más un México sin nosotros!