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En la toma de protesta de Peña Nieto, ¿Cómo se puede equiparar el valor de una vida con el de un vidrio roto?
Este 1º de diciembre tomó protesta como presidente de México Enrique Peña Nieto, el responsable de la represión en Atenco, una de las más brutales en la historia reciente de México. La llegada de Peña Nieto significa la llegada al poder del grupo Atlacomulco, el símbolo paradigmático de la violencia y la corrupción del régimen político priísta; además significa la llegada al poder de un producto de las dos televisoras que controlan el espacio radioeléctrico en nuestro país. Pero eso no es todo, Peña Nieto llega a este día tras una elección con incontables testimonios de compra de votos, de manejos turbios de dinero de campaña, con reportes que denunciaron que cárteles del narcotráfico presionaban y atemorizaban a la población para favorecer el voto a favor del PRI, es decir, con una elección que fue todo menos democrática.
Desde hace varios días tanto Peña Nieto como el presidente saliente Felipe Calderón (sí, el responsable de una guerra que ha costado más de 80 mil muertes), decidieron poner una muralla y una serie de dispositivos de seguridad alrededor del Congreso de la Unión, simplemente porque le tienen un pánico desmedido al pueblo de México que los señala y les señala sus crímenes.
Después de haber humillado, agredido y amenazado a todos los mexicanos esperaban que el miedo asegurara un día de festejos y mentiras, sin embargo el miedo se ha convertido en rabia, y a esa rabia que estalla ante la injusticia constante le quieren llamar “violencia”, y a la consumación impune de sus crímenes le quiere llamar “respeto a la legalidad”. ¿En verdad lo más preocupante y terrible del día fueron los vidrios rotos en un hotel de lujo o si alguien pintó cosas en la Alameda? No se trata de justificar a nadie, se trata de tener la madurez de poner cada cosa en su justa proporción. ¿En verdad es más preocupante el vandalismo juvenil que rompe vidrios y pinta paredes, que el vandalismo de Estado que rompe cráneos y utiliza el poder público como mercancía privada?
Quien quiere ver la violencia del lado de la rabia no alcanza a entender que tras tanto descaro, tras los golpes, tras la imposición, tras tanta inmundicia lo menos que puede pasar es que haya respuestas que reflejen el coraje. No se puede descalificar si hay quienes rompen vidrios y basar cientos de twits en ese tema cuando hay compañeros gravemente heridos por las balas de goma y proyectiles que lanzo la policía.
Si la respuesta a los ataques de la policía y los vidrios rotos en bancos y hoteles fueron el resultado de la acción de provocadores es sumamente grave pues indicaría que Peña Nieto recurrirá a prácticas similares al Batallón Olimpia durante estos seis años; pero la realidad es que al ver las imágenes de Francisco Kuykendall y los demás heridos por los ataques de la policía contra los manifestantes se siente una rabia que explicaría que quienes lo vivieron de cerca quisieran por lo menos romper un vidrio. No se trata de justificar a nadie, pero tampoco se trata de condenar sin mayor análisis una reacción que en el contexto sería completamente explicable. Nada de lo ocurrido ayer le resta legitimidad a la protesta en contra de la imposición de Enrique Peña Nieto, y nada de lo ocurrido ayer justifica las detenciones arbitrarias, los heridos o que la vida de Kuykendall se encuentre en grave peligro.
Es triste y preocupante ver cómo muchos analistas, medios de comunicación, partidos políticos y jefes de gobierno regresan a los tiempos de justificar la violencia ejercida por el Estado mientras se acusa a los que la enfrentan de estar manipulados por intereses extraños, como si la indignación y la rabia ante la injusticia no fueran impulso suficiente para por lo menos protestar. Es terrible ver como la clase política de todos los colores pretenden con su “Pacto por México” y con iniciativas del peor tipo de asistencialismo populista cubrir con un manto de impunidad la sangre y la violencia que caracteriza a Enrique Peña Nieto.
Este 1º de diciembre vimos todo lo que representa Peña Nieto, su gobierno y sus instituciones, la mentira, el descaro, el silencio a un costado de la estruendosa revuelta que les aguó la fiesta y que logró que a nivel mundial se supiera que Peña Nieto llegó bañado de sangre. Por otro lado esta, lo que no sacaron los medios de comunicación, la creciente respuesta de miles de personas, no sólo del #YoSoy132 o de las organizaciones, sino de personas sin membrete que salieron a la calle. Es necesario reconocer que mientras esta pesadilla siga en aumento habrá miles de manifestaciones diversas que podemos no compartir en sus formas o modos, pero que tienen derecho a estar presentes, a compartir calle, acera, gritos y hasta dolores profundos provocados por la represión, los golpes, las heridas, los llantos, el coraje y a veces la muerte. No es momento de señalar al que rompió un vidrio o hizo una pinta, es momento de recalcar la violencia que ellos, quienes desde el poder se creen eternos, ejercieron a quemarropa, al vil descaro que caracteriza al delincuente de Peña Nieto. En la Ciudad de México vimos una muestra de lo que será este sexenio, hay que estar listos para tener amplia conciencia de todas las vertientes que tiene la indignación y de que es un flujo que antes que juzgar hay que entender.
No alcanzan las palabras para describir tanta rabia. Las imágenes por si solas emiten una declaración, terminaba una pesadilla de sangre y muerte para despertar en el infierno, sin embargo la realidad se resiste, el tiempo se niega a transcurrir en silencio y miedo, se vuelca poco a poco sobre los hombros de los asesinos una imparable capacidad de respuesta que se va cohesionando y que se expande por cada rincón del país, la llama que se enciende en las calles huele a rebeldía y a esperanza.
Los responsables del estado de salud de los heridos son la Presidencia de la República, a cargo de Enrique Peña Nieto, y la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, a cargo de Marcelo Ebrard Casaubón.
Exigimos la libertad inmediata a los presos del 1 de diciembre, pues su detención se deslegitima con el nivel de violencia ejercida por el Estado en su contra y en contra de todos los que se manifestaron en contra de la imposición presidencial.
Enlace Urbano de Dignidad
Nodo de Derechos Humanos
Cacicazgos y represión en Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca en el aniversario de la Revolución Mexicana
x carolina
Es vergonzoso que el aniversario de la Revolución Mexicana se haya marcado en Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, con un cruento ataque policial contra 37 mujeres, hombres, niñas y niños en camino a la ciudad de México para conmemorar el aniversario luctuoso del gran hombre nacido en el municipio que lleva su nombre, Ricardo Flores Magón.
“Aquí queremos justicia”, dijo un compañero en un mitin realizado afuera de la casa representación de Oaxaca en el Distrito Federal el miércoles 28 de noviembre.
“Que este crimen no quede impune”, agregó una compañera, “y tampoco el encarcelamiento de nuestro compañero Pedro Peralta –secuestrado, torturado y gravemente herido el 10 de agosto de este año mientras hacía tequio voluntario después de las emergencias provocadas por el huracán Ernesto”.
En el mitin, integrantes de la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán denunciaron un reino de injusticia y terror perpetrado desde el 2010 en el municipio por el ilegítimo presidente municipal Manuel Zepeda Cortéz, quien desconoció los cuatro representantes elegidos por usos y costumbres en la Asamblea e impuso su propio gobierno.
Al final del mitin, una comisión entró en la Casa Representación para presentar un documento y exigir que el gobierno de Oaxaca solucione el conflicto en el pueblo. Sus demandas incluyen libertad para Pedro Peralta, recluido en el penal regional de Cuicatlán, Oaxaca, y cárcel para los policías responsables de los hechos violentos del día 20 de noviembre.
Se leyó un comunicado oficial que describe lo que pasó a las y los compañeros a bordo del autobús AU ese día: “…se escucharon detonaciones de arma de fuego, y en forma inesperada subieron al autobús personas encapuchadas quienes portaban armas de fuego, eran un grupo como de 20 personas, que no logramos contar bien por que irrumpieron de forma violenta, comenzamos a escuchar detonaciones de inmediato notamos que todos eran policías encapuchados y armados, dirigidos y comandados por Manuel Zepeda Cortez presidente municipal, Eleazar Bravo sindico municipal, Eleazar Hernández Ordaz, Gilberto Betanzos Gonzales, Vidal Zepeda, Vicente Zepeda, Vidal Zepeda Romero, quienes también fueron participes de la agresión de forma directa. Intersectaron al chofer bajándolo del autobús rompiendo los cristales del vehículo, lanzándonos gas lacrimógeno dentro del autobús donde nos encontrábamos niños, ancianos, mujeres, adultos indígenas; después de someter al conductor nos bajaron golpeándonos vilmente, resultando gravemente heridos varios compañeros, que en el momento de la emboscada corrimos dispersos para salvaguardar nuestra vida, pero eso no nos impidió ver que quienes nos emboscaron incluso dejaron cerca sus vehículos oficiales, entendemos que no mostrar su rostro, cuando son “autoridades oficiales” fue actuar como un grupo criminal de sicarios, y es evidente que ninguna persona de nuestra comunidad goza de ningún respeto a sus derechos humanos y políticos, nuestra comunidad esta seriamente desprotegida, violentada, secuestrada, atemorizada y llena de rabia ante este tipo de hechos que vienen ocurriendo desde el inicio de la cruel gestión de Manuel Zepeda Cortés”.
Un compañero habló de lo que ha pasado en la comunidad después de las elecciones del 2010 y de las órdenes de aprehensión emitidas contra diez compañeros: “Si nos damos cuenta, desde ahí es una elección totalmente ilegal y que el gobierno de Oaxaca desde un principio solapó. A partir de ahí empieza una guerra contra nosotros de la Asamblea Comunitaria por nuestra oposición a Manuel Zepeda Cortéz. La Asamblea Comunitaria nunca nunca ha tenido afiliación partidista y nunca la tendrá. A partir de ahí ha habido represalias contra los integrantes de la Asamblea. Hemos sido víctimas de muchos abusos. Se giran diez órdenes de aprehensión contra compañeros. Ahorita hay un lapso de amparo, en el cual todavía los compañeros no gozan de su total libertad. En cualquier momento pueden ser aprehendidos. Nos hemos dirigido a las instancias correspondientes del gobierno de Oaxaca y no hemos visto que el gobierno quiera resolver este conflicto. En cambio, se ha dado al presidente municipal mucho respaldo”.
Una compañera explicó que ahora no hay libertad de expresión o de manifestación en Eloxochitlán. Cuando la gente ha pegado carteles en sus propias casas exigiendo libertad para Pedro Peralta, la policía llega para romperlas. El 20 de noviembre hubo un desfile encabezado por Manuel Zepeda y los policías exigieron que la gente quitara los carteles “porque el presidente iba a pasar”. Lo que existe es el uso indiscriminado de la fuerza pública desde el 2010: “Primero hubo una intervención militar a principios del trienio de Manuel Zepeda. En Youtube tenemos un video donde se entrevista la gente sobre cómo llegaron los militares en las casas a revisar, a tocar a las mujeres. La policía de Huautla también está violando la jurisdicción de nuestro municipio…Hubo un caso de feminicidio también que se ocultó…Hubo un ataque a la Asamblea Comunitaria cuando se realizaba un tequio independiente y el presidente municipal llegó con su gente. Los policías municipales cerraron el paso y golpearon a la gente que estaba trabajando con la tierra”.
Un compañero expresó su enojo sobre el daño hecho a la memoria de uno de los hombres más importantes para la historia del país, nacido en Eloxochtitlán de Flores Magón, Oaxaca, en la sierra Mazateca, donde ahora prevalece el olvido, la explotación , el racismo. También habló del esfuerzo del municipio histórico para vivir una vida digna y autónoma:
“La asamblea comunitaria de este municipio, retomando las raíces indígenas que la caracterizan, retomando su lengua, retomando su historia, retomando sus tradiciones, ha tomado decisiones por si mismas para que ninguno de los partidos políticos expoliadores y desgraciados que tenemos en este país y en todo el mundo entrometa para dividirlos, quitando esa fuerza antigua que tienen los pueblos indígenas, que es decidir por si mismos y vivir la solidaridad y apoyo mutuo”.
“Aquí venimos a decir que no es justo que los partidos políticos lleguen a los pueblos, dividan a las familias, promuevan pleitos de sangre por el dinero, por el sucio dinero….Aquí venimos a alzar la voz y queremos que se larguen esos partidos políticos como el PRI, como el PAN, como el PRD, como el PT, como Convergencia, todos los partidos políticos, Alianza también. Son ellos que hacen que muchos de los compañeros de Eloxochitlán no pueden estar en sus casas, tienen que estar escondidos, tienen que estar en otros pueblos de maneras indignas, sin comer, sin techo, arrimados con otros compañeros”.
“En agosto el compañero Pedro Peralta fue golpeado también por gente del Municipio, y actualmente nuestro compañero se encuentra en la cárcel con acusaciones de delitos de fuero federal. Le han imputado tener un arma de uso federal sin una sola prueba de que la tuviera. Dijeron que había disparado. No hay ninguna prueba. Además el compañero está muy golpeado. Tuvo que estar en el hospital más de una semana, sin un servicio médico adecuado. Él tiene heridas muy graves en su cabeza, en su tórax”.
“No queremos venir otra vez a la Representación de Oaxaca para que nuestras palabras se vayan con el viento. No queremos que nos den otra vez el avión. Hechos como estos son la constante, no solamente en Oaxaca, también en Guerrero, en Michoacán, en el Estado de México, en Chiapas, Tabasco, Veracruz, y cada uno de los rincones del país donde se utiliza la policía, donde utilizan el poder político para poder quitar de enfrente las personas que se oponen a su poder desmedido”.
“Queremos que reivindique la situación autónoma de la Asamblea comunitaria de Eloxochitlán, que tengan el poder de decisión, que tengan el poder de decir qué van a hacer con sus tierras… Queremos respeto para la comunidad de Eloxochitlán y muchas otras comunidades que están amenazados por los cacicazgos, que están amenazados por la minería, que no encuentran una voz que reconozca todas las violaciones de sus derechos humanos, tanto en Copala como en otros lugares de Oaxaca. Aquí queremos justica”.













